Capítulo 5
❝Estoy listo para empezar la conquista del espacio,
expandiéndose entre tú yo❞
Conquest of Spaces — Woodkid
Nadie creía a Denki cuando les contaba que le encantaba pasar sus horas del almuerzo en la biblioteca.
Tampoco los podía culpar. Que a Kaminari le gustase leer no significaba nada —seguía siendo de los peores alumnos de su clase a nivel general, y había estado más veces de las aceptables a punto de suspender.
Pero es que no le iba bien en literatura porque se esforzase demasiado en aprobar. La escuela no le interesaba en absoluto.
A Kaminari le encantaba pegar el trasero en la silla y que se le fuera la vida leyendo.
Los libros eran como infinitas e incontables vidas. No te alcanzaba el tiempo para hablar de todas y cada una de ellas. Eran como cientos de constelaciones en la galaxia, toda encima de tu cabeza y brillando en tus ojos cada vez que posabas la mirada sobre ellas.
Kaminari amaba leer.
Quizás esa había sido la única constante en su vida. La única cosa a la que Denki podía aferrarse —aquello que nadie podría arruinar para él.
«Los libros son el mejor viático que he encontrado para este humano viaje» había dicho una vez un filósofo francés.
Y había sido cierto. Desde niño, y a falta de verdadera atención en su casa —y no, no contaban los cientos de juguetes y caprichos cumplidos—, Kaminari se había encerrado en la enorme biblioteca heredada de su abuelo materno.
Jamás le conoció; el anciano murió mucho antes de que naciera. Pero, al mismo tiempo, podía estar seguro de que sabía más de él que el resto de personas en su hogar.
Porque así eran los libros. No solo dejaban un mensaje sobre el autor y su historia. Los libros eran capaces de decirte mucho sobre las personas que los amaron alguna vez.
Un pensamiento algo poético —y también demasiado cursi—, pero a Denki le gustaba.
—Así que... tú eres mi tutor.
Kaminari levantó la nariz que tuvo enterrada en Drácula. Desde que el profesor Vlad King —así le habían apodado con Sero y Kirishima por su colmillo y fanatismo con dicha obra— le avisó que debía tutelar a uno de sus compañeros, no tuvo más remedio que releer aquella historia.
Kaminari la había leído demasiados años atrás que apenas podía recordarla. De paso, le serviría para refrescar la memoria en la creación de su informe.
Nada tenía que ver con que quisiera ayudar a Shinsou Hitoshi.
—Sí... ¡sí! —Kaminari sacudió la cabeza. Sonrió de costado, casi seductor—. No hay necesidad de que me digas profe, Shinsou... soy Kami para los amigos.
Shinsou frunció las cejas ante su estúpido intento por hacerle reír.
¿Por qué Kaminari siempre terminaba fracasando estrepitosamente en todo lo que se proponía...?
¡Ojalá la vida hubiese sido tan fácil como en los libros!
—No iba a hacerlo, de todas formas —Shinsou suspiró—. Escucha... realmente no tengo tiempo de leer el estúpido Drácula. Así que te agradecería si solo me lo resumes...
Kaminari ahogó un jadeo. Se indignó.
Cerró aquel antiguo tomo de Drácula con tanta fuerza que acabó asustando, no solo a Shinsou, sino a unos chicos de primero que cuchicheaban divertidos a varias mesas de distancia.
Se puso de pie demasiado rápido para dar zancadas hasta Shinsou. Le miró en un intento de verse amenazante —pero Shinsou no parecía sorprendido. Kaminari empujó el libro con fuerza contra su pecho.
—¡Pues lo vas a leer! —dijo molesto—. ¡No permitiré que hagas trampa en el examen de literatura!
—El muerto se ríe del degollado —Shinsou rodó los ojos—. No creas que no te he visto haciendo trampas en el examen de biología.
Kaminari sintió que se le ruborizaban las mejillas tras haber sido atrapado. Las infló ya que no sabía muy bien qué responder.
¡Es que no había tenido tiempo de estudiar! ¿Okay? Kaminari se había desvelado leyendo una de esas tontas novelas juveniles sobre romances paranormales. Eran adictivamente malas.
La peor de las drogas.
—Pero esto es serio —dijo Denki al final—. La biología es estúpida, pero los libros no lo son...
—Estoy seguro que me servirá más aprender sobre los sistemas del cuerpo humano que sobre Drácula, profe Kaminari...
Shinsou cruzó los brazos. En su rostro pudo ver el atisbo de una sonrisa socarrona antes de que se esfumara para regresar a su seriedad habitual —a Kaminari se le saltó un latido del corazón.
Casi que había perdido la capacidad de hablar. Shinsou se veía demasiado suave cuando no fruncía las cejas de una forma tan dura. Las personas serias siempre tenían una sonrisa demasiado especial.
Pero, ¿en qué cosas piensas...?
Bakugo se habría sentido decepcionado de que fuese tan estúpido y baboso. Además, Kaminari se sentía horriblemente mal por Jirou.
No es como si ella y él hubiesen salido. Pero tenían algo. Y, aunque ella negase todo el tiempo que entre los dos no había sentimientos... era obvio que le dolería ver a Kaminari fascinándose con alguien más.
Debía ser estúpido, ¿no?
¿El sentirse fascinado con un chico al que jamás le prestaste atención?
Solo era curiosidad. Tenía que ser eso. Era su andar desganado, su rostro cansado y su expresión rota... Kaminari tenía curiosidad de qué yacía debajo de Shinsou Hitoshi.
Se había decidido a averiguarlo.
—Escucha —Shinsou volvió a decir tras rascarse la nuca—. Yo realmente no tengo tiempo de leer Drácula...
—Siempre hay tiempo para leer —espetó Kaminari—. Bakugo dice que si yo puedo leer, entonces cualquiera lo haría...
Shinsou no pareció tomarse su chiste con mucha gracia. Pero, claro; la gente no se divertía demasiado con los comentarios amargos de su amigo Bakugo.
Solo Kaminari y Kirishima parecían entenderlo.
—Kaminari, hablo en serio —insistió Shinsou—. Trabajo por las tardes. Todos los días. Solo tengo franco una vez cada dos semanas...
—¡Prometo ayudarte para que no sea tan complicado! —replicó Denki—. ¡Y puedo decirte cuáles capítulos saltearte! No es que sea algo que me agrade... pero, Shinsou... ¡te juro que no vas a arrepentirte!
Shinsou rezongó un momento. Parecía debatirse internamente mientras los ojos de Kaminari brillaban con emoción al hablar de sus libros.
Acabó suspirando como si se rindiera. Kaminari esbozó una sonrisa victoriosa.
—De acuerdo —dijo Shinsou—. Leeré el estúpido Drácula. Y va a ser tu culpa cuando tenga solo tres horas de sueño diarias.
—Dormir es para las abuelitas y los débiles —Kaminari encogió los hombros—. Además, ¡tendrás al mejor tutor de la historia!
—Déjame dudar de ello —Shinsou bufó, aunque Kaminari creyó ver el atisbo de una sonrisa desafiante.
Pero a Kaminari no pareció importarle que lo hiciera. Arrebató el libro de los brazos de Shinsou para devolverlo a su lugar en el estante.
Kaminari tenía una copia. Podía prestársela a Shinsou para que tuviera más confianza y comodidad.
—¿No vamos a estudiar? —carraspeó Shinsou, algo confundido, al verlo guardar el libro.
—Pues tengo hambre —rió Denki—. Si no corro a la cafetería, Kirishima se va a comer todas las albóndigas del día. Y yo tendré que comerme a Kirishima si hace eso. Ah, aunque luego Bakugo me comería a mí... y luego tendría muchos gases...
De acuerdo, Kaminari estaba desvariando.
Ya mejor cerraba la boca si no quería seguir avergonzándose.
—¿Quieres ir a mi casa mañana después de la escuela? —preguntó de forma casual—. O podemos ir a la tuya...
—No —Shinsou le cortó—. En tu casa está bien. ¿En dónde es que queda?
—¡Ah! —Denki exclamó emocionado—. ¡Vivo al lado de una heladería!
Debido al éxtasis del momento, Kaminari no fue capaz de darse cuenta de su error hasta que Shinsou parpadeó estupefacto.
—Eso... no es demasiada información.
—¡Oh! ¡Lo siento, colega! —Kaminari se golpeó en la frente—. A veces me olvido que no todos viven en el mismo condominio que mis amigos y yo...
Shinsou se puso repentinamente incómodo. Kaminari se sintió como el idiota más grande del universo.
Era un verdadero monstruo.
—¿Te apetece que vayamos juntos luego de clases? —inquirió con timidez—. Tengo mi carro. Puedo acercarte luego a tu trabajo...
Shinsou se quedó un instante, pensativo. Se negaba a mirar a Kaminari. La suela de sus gastadas zapatillas se golpeaba incesante contra el suelo de la biblioteca.
—De acuerdo —contestó Shinsou al final—. Te veré mañana a la salida en la puerta.
Shinsou ni siquiera se esperó a que Kaminari dijese algo más. Ni siquiera le permitió despedirse. Solo desapareció entre los alumnos que repentinamente llegaban a la biblioteca.
Aquello no estaba ayudando con sus ansias demasiado curiosas de descubrirlo todo.
Efectivamente, Kirishima acabó devorándose todas las albóndigas.
—¡Jodido Kiri! —Denki exclamó, indignado—. ¡Te juro que me comeré tu brazo en venganza!
Kirishima se rió. Todavía tenía restos de salsa de tomate por todo el rostro. Le enseñó el antebrazo a Kaminari.
—Haría lo que fuera por ti, bro —dijo—. Puedes comerte la parte que desees.
—Excepto la que me pertenece —gruñó Bakugo mientras pinchaba furiosamente una zanahoria en rodajas—. Si la tocas, maldito, serás Kaminari al carbón.
—Vaya humor —rió Kaminari—. A veces me olvido que tienes la boca de una dulce princesa.
Bakugo le enseñó una aterradora sonrisa.
—Por suerte tengo los puños de un jodido karateca.
Kaminari iba a huir chillando como rata, pero Kirishima le sujetó por los hombros para evitar su escape. Sintió que le daba unas palmaditas en la espalda.
Fue entonces que se dio cuenta que solo estaban ellos tres en su larga mesa de siempre. El resto de la cafetería estaba por explotar.
—¿En dónde están Sero y Mina? —preguntó mirando por todos lados como si fuesen a salir por debajo de la mesa.
—¿En dónde más estarían, tonto? —Bakugo replicó.
—Están leyendo la Biblia, Blasty —espetó Kiri—. No seas maleducado.
—Si con leer te refieres a que el cara plana lo hace y con Biblia al coño de Ashido...
—¡Suficiente!
Bakugo se quedó callado ante el regaño de Kirishima. El pelirrojo fingía verse molesto, pero Kaminari sabía muy bien que ya se había acostumbrado a la forma de ser de su novio —o lo que fuera que ellos eran.
Aquellos dos eran la pareja más rara del universo.
Y aun así, eran la única muestra de amor real que Kaminari conocía.
—Oye, Jirou tampoco está —notó Kiri—. Kami, ¿la has visto?
Kaminari casi dio un respingo al escuchar el nombre de la chica.
—Está almorzando con Yaoyorozu —contestó Bakugo tras masticar ruidosamente—. Seguramente Tontonari ya la ha cagado con ella...
—¡Eso no es verdad! —explotó Kaminari—. Jirou es su propia persona, puede almorzar con Yaomomo si así lo desea. No tiene que estar pegada a mí si ella no gusta.
—Por supuesto —Kirishima intervino para que las cosas no se pusieran más tensas—. ¡Kami, tú sí que eres un macho de verdad! ¡Tan varonil!
Kaminari dio una triste sonrisa mientras su mejor amigo le daba un incómodo y masculino abrazo con palmaditas en la espalda.
Bakugo parecía querer quemarle con la mirada.
No le sorprendía —el rubio era uno de los amigos más cercanos de Jirou. Y debía estar al tanto de lo ocurrido el día anterior en el All Might's.
Diablos, Kaminari sí que sería cocinado al carbón...
No quería morirse tan pronto. No podía dejar a Shinsou sin su tutela en literatura. No tenía deseos de que el chico reprobase.
Sacudió la cabeza al darse cuenta de lo que estaba pensando. ¿En serio había pensado en Shinsou como una consecuencia de lo que ocurriría si Bakugo le mataba con sus propias manos...?
—Como sea —Bakugo farfulló—. Igual yo le dije a ella que no saliera con idiotas.
Bakugo levantó la bandeja casi vacía de su mesa. Kirishima se puso de pie casi al mismo instante que su novio lo hizo. Fue casi un acto reflejo.
—Los idiotas creen que pueden con todo —continuó—. Y, al final, ni siquiera pueden con ellos mismos.
—¡Bakugo! —Kirishima replicó con horror, al instante—. ¡Discúlpate ahora mismo por eso!
Pero Bakugo se dio la vuelta y abandonó la mesa dando zancadas. Kirishima se disculpó con Kaminari mientras perseguía a Bakugo, gritándole que regresara y dejase de comportarse como si fuera una diva.
Y él se quedó solo en su mesa.
Buscó con la mirada a través de la cafetería. Pero ningún par de ojos cansados le devolvió la mirada.
Ni siquiera debería haberse gastado en buscarlos.
Se que dije que no iba a actualizar, pero no pude evitarlo ;;;;;
El pobre Kami tiene amigos bastante horribles (?) bueno, más que eso... lo dieron por sentado bastante tiempo y es que ahora se está dando cuenta que las bromas no son tan divertidas como creía
Y recuerden que sigue "peleado" con Jirou, pero no durará mucho uwu ella no puede estar lejos de su idiota, y viceversa ;;;;
El capítulo es un poco de transición, pero ya vamos viendo un atisbo de estos dos y la amistad que tendrán ;u; el próximo capítulo es bastante más largo, peeeero... también tiene algo de sad
Pero vendrán cosas mejores (?) pueden teorizar de ello por acá ——>
Muchísimas gracias por todos sus votos y comentarios uwu ♥️ ya en unos días retomo en donde deje lo que voy de la historia, estoy a casi nada de terminar mi KiriBaku Week. Por si quieren pasar a leerla ♥️
También estamos a nada de alcanzar 1K votos /u\ quizá y luego les traigo algunas sorpresitas
Hasta el jueves que viene! Besitos ♥️
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