Capítulo 1
Aclaración:
1- El nombre Shinsou se pronuncia prácticamente igual a la palabra "Shinzo" que significa corazón (el órgano) en japonés.
2- La mayoría de capítulos tendrán canciones en la multimedia. No es obligación escucharlas, al menos no todas (ni tampoco afectan en la trama) pero me sirvieron mucho para entrar en el ambiente, y espero que a ustedes igual ;u;
❝El chico con la espina en su costado.
Detrás de todo su odio, yace
un desesperado deseo de amar❞
The Boy With The Thorn In His Side — The Smiths
—Hitoshi es hijo de una puta y de un asesino —dijo alguien una vez—. Si te le acercas demasiado, te va a contagiar sus genes fallados. Y también los piojos.
—¡Ew!
—¡Hay que mantener alejado al fenómeno!
Él quería decirles que los genes no funcionaban así. Que sí, que su madre debía aceptar el dinero de hombres demasiado violentos que deseaban ser felices por un rato a costa de su cuerpo. Que sí, que su padre había gatillado contra un grupo de adolescentes una vez por andar perdido en sustancias ilegales.
Pero no había podido decirles todas esas cosas, porque ni siquiera con dieciséis años había sido capaz de asimilarlo todo.
Shinsou Hitoshi tenía seis años en ese entonces.
Solo se había quedado callado mientras los demás cuchicheaban, le señalaban y se reían a sus espaldas. Hitoshi, el hijo de la puta. Hitoshi, el hijo del asesino.
Como era un niño, claramente no podía volverse una puta. Así que las unidimensionales mentes de los otros niños debieron pensar que, irremediablemente, se volvería un asesino.
Se lo gritaban a todas horas. Durante la cena. Mientras intentaba dormir. Cuando quería hacer amigos en los niños nuevos que llegaban al orfanato.
Nadie quería pasar el rato con él. Era como si tuviera algún tipo de peste —y dolía, porque no es como si Shinsou fuese el único niño en ese orfanato con un pasado turbulento.
Tal vez es porque fuese callado y menudo; tan menudo que los huesos de sus hombros eran demasiado prominentes y sus piernas, demasiado largas para su edad. O porque no le gustaba hostigar a los niños más pequeños.
Un orfanato era como una selva. Se regía por la ley del más fuerte. El animal de mayor tamaño se come al más chico. Y Shinsou no quería comerse a nadie de menor tamaño que él.
Eso le volvía, de alguna forma, el eslabón más débil. El niño que no tenía amigos humanos. El que solo podía pasar el rato con todos los gatos callejeros que bajaban por los techos del orfanato; a los que les daba pedacitos de sus raciones de comida, dejándolo con mucha hambre durante toda la jornada.
No fue hasta los siete años que, por primera vez, alguien tomó interés en él.
Eran dos hombres. Olían bien. Tenían ropa muy bonita y suave. No parecían estar bajo los efectos de ningún tipo de sustancias extrañas.
Uno de ellos parecía el sol. Su pelo lacio brillaba igual de dorado y sonreía tanto como lo haría el sol si fuese una persona. Era un poco ruidoso.
El otro hombre parecía la luna. Igual de silencioso. Y su pelo tan oscuro como un cielo nocturno sin estrellas.
Los demás niños fingían ser algo que no eran. Cada vez que un matrimonio adoptante llegaba, los niños se peinaban, bañaban y arreglan sus ropas. Se ponían a leer, a pintar, a completar crucigramas... cualquier cosa que les hiciera quedar como un posible hijo ejemplar.
Shinsou no era así. Ni siquiera se había duchado en tres días. Su cara estaba pegajosa de mocos y de las costras lacerantes que se le formaban tras cada empujón que recibía al pasar. Su ropa era demasiado grande —¿a qué niño le habría pertenecido antes que a él?— ya que no dejaba de estirarse.
Su pelo estaba enmarañado y tan largo que le picaba en los ojos. Sus dientes nuevos habían comenzado a crecer de forma torcida algo torcida, y las niñas se burlaban de que nadie saldría con él si llevaba esa sonrisa.
No es que a él le importase su imagen. A Hitoshi no le gustaba mentir.
Y, de todas formas, había demasiadas cosas que ocultar. Demasiadas fallas. No hubiera sido justo para cualquier nuevo padre emocionado que llegara a buscar al hijo perfecto.
El hombre que parecía el sol se le acercó. Su sonrisa era chistosa —pero más lo era el pequeño bigote sobre sus labios. Se agachó hasta su altura, sonriéndole como si quisiera que Shinsou se la devolviera.
Pero él no estaba seguro de saber sonreír. Lo intentó, pero falló tanto que acabó viéndose como un gatito asustado y a la defensiva.
—¡Hola! —dijo el hombre tras agitar su mano enérgicamente pero manteniendo las distancias—. ¿Cómo te llamas, pequeño? ¿Cómo te encuentras hoy?
—Hitoshi —musitó—. Hitoshi Shinsou.
El hombre abrió sus ojos verdes con sorpresa. Con la boca pareció formar una pequeña o. Luego, volvió a sonreír. No parecía importarle que no hubiese respondido a su última pregunta; Shinsou consideraba que no se vería muy correcto que respondiese que estaba de todo menos bien.
Creyó ver un poco más de ternura y compasión en el hombre. Pero no podía estar seguro. Tampoco quería hacerse ilusiones.
Varios matrimonios y personas solteras habían desfilado por aquel orfanato; solo para llevarse a los niños más bonitos... o a ninguno en absoluto. Nadie quería un desastre que arreglar en la casa. No todos los desastres tenían solución.
—¡Es un hermoso nombre! —asintió tras hablar con emoción; todo lo que aquel hombre decía se escuchaba como en dos tonos más altos—. ¿Y sabes lo que eso significa?
No. No lo sabía.
Hitoshi sacudió la cabeza.
—¡Significa corazón! —Le contó el hombre—. Creo que es un poco poético, ¿no? ¡Me parece una perfecta forma para que te llames!
Shinsou nunca olvidó aquello.
El hombre que parecía la luna apareció detrás del hombre que se veía como el sol. Apoyó su mano sobre el hombro del otro; no miró a Shinsou. O no mucho rato, al menos.
Aquello le hizo sentirse avergonzado. Como si su pequeño momento con el hombre que se veía como el sol no era algo que se mereciera.
—Hizashi —dijo el hombre luna—. Tenemos papeleo que hacer. Podemos volver mañana...
—¡Shouta! —exclamó el hombre sol tras ponerse de pie con un saltito—. Creo que no hará falta. A menos que sea para venir a recogerle...
Shouta —el hombre luna— frunció sus oscuras cejas. Dio una nueva mirada hacia Hitoshi, que escondió su cara entre las rodillas.
—¿Estás seguro? —inquirió—. Sabes que hago esto por ti...
Hizashi —el hombre sol— ablandó su semblante. Dio otra mirada hacia Hitoshi, que acababa de levantar la mirada, solo un poquito, de entre sus rodillas.
—Me recuerda un poco a ti —dijo inclinando la cabeza—. No pude evitarlo al verle. ¡Ah, solo soy un viejo nostálgico...!
Shouta frunció sus cejas todavía más.
—¿Qué estás queriendo decirme?
Hizashi se acercó para tomar su gruñona cara entre ambas palmas. Le plantó un beso en la boca que hizo sonrojar a Shinsou; apartó rápidamente la mirada, pero la curiosa le picó lo suficiente como para observarles de reojo mientras se daban tanto amor con un gesto tan simple.
Bueno, tal vez tendría que acostumbrarse a aquellos besos.
Una semana más tarde, Hizashi Yamada y Shouta Aizawa tenían todos sus papeles firmados para llevarse a Hitoshi Shinsou a su hogar.
Hizashi le había dado la mano —no le importaba que Shinsou la tuviera llena de tierra y pegotes de la gelatina insípida que les daban en el orfanato.
—¿Cómo debería llamarte? —se preguntó el hombre con un gesto pensativo—. ¿Te gusta Toshi? ¡Ah, me recuerda a nuestro mejor amigo...! Él te encantará, tiene un hijito de tu edad y podría ser tu amigo...
—No abrumes al niño —agregó Shouta, que iba detrás de ellos con la única mochila que pertenecía a Shinsou—. Él hará los amigos que quiera.
—¡Los años te vuelven cada vez más amargado, anciano! —Hizashi le dio una fuerte palmada entre los omóplatos—. ¿Acaso deberíamos pasar por el geriátrico después?
Shouta le enseñó el dedo medio a Hizashi. El hombre rubio se llevó una mano al pecho, fingiendo estar completamente ofendido.
Luego, le guiñó un ojo de manera juguetona. Se terminó ganando un zape en la cabeza.
Hitoshi se sintió demasiado abrumado con un montón de nuevas emociones.
—Señor... —balbuceó.
—¿Sí? —preguntó Hizashi con una sonrisa iluminada.
—¿Y cómo es que debería llamarle yo a usted?
Hizashi y Shouta compartieron una mirada. El hombre de cabello oscuro resopló ante la sonrisa de cachorrito que le ponía el de cabello rubio. Al parecer, esa era su carta bajo la manga para ganar cualquier discusión.
Para su sorpresa, Hizashi le tomó en brazos y lo sostuvo contra la cadera. No parecía ser un hombre demasiado fuerte —pero Hitoshi era un niño demasiado flacucho y no debía pesar más que una bolsa de plumas.
Le corrió los mechones de la cara —ahora limpios; las mujeres del orfanato le frotaron con diez esponjas diferentes aquella mañana para quitarle toda la mugre— y le dio un beso en la mejilla.
Shinsou no recordaba cuándo fue la última vez que alguien le dio un beso en su mejilla y no un puñetazo.
Era curioso. Los puñetazos dejaban marcas amoratadas que duraban por días, y ya luego las olvidabas por completo. Los besos, aunque no podías verlos tiempo después, se te grababan a fuego para siempre.
Justo en el corazón.
—Puedes llamarme como sea que tú desees, Toshi —dijo con dulzura—. Pero a mí me encantaría que me digas papá.
¡AAAHHHH! ¡NUEVA HISTORIA AL FIIIIN! No puedo explicar la emoción (y también temor) que tengo de subirla ;u; esto puede ser un éxito o un fracaso ;;
Bueno, yo sé que este primer capítulo y el prólogo en realidad están bien cortitos haha pero les contaré algo súper gracioso (?) y es que esta historia estaba pensada para tener unos 13-15 capítulos de unas 1K-2K palabras cada uno... y pues long story short... llevo 13 capítulos escritos y en total tengo ya casi 50K palabras... Sehhh
Y, en mis planes, serán en total 20 capítulos (+ un epílogo), ¡les juro que esto no fue mi culpa! ¡Algo me debió haber poseído! e.é y puede, o puede que no, tenga algunos extras planeados...
No es una historia para hacer teorías, pero el espacio siempre está abierto por aquí ;;u;;
Y quiero aclarar que la historia es, tal vez, un poquito diferente a lo que vengo escribiendo. Sí, tiene momentos de comedia y babosadas, angst, drama, momentos fluffy... lo normal en los fics de esta cuenta (?) pero también tiene otros temas algo fuertes. Por supuesto, nada será gráfico (les prometo) y siempre estoy abierta a críticas si el tema siendo a tratar lo estoy haciendo para la chacota... no quiero ofender a nadie, eso necesitaba aclarar ;u; joder, siempre me voy por las ramas ;n; pero ya no diré mas y explicaré cositas a medida que lo veamos en la fic
Y antes de que la estúpida nota me quede más larga que el capítulo, quiero hacer dedicatorias ;; primero para Sky_Black1999 que me escucha en todas mis pendejadas, que me acompaña siempre y me apoya hasta cuando me comporto como psicopata. Te quiero un montón ♥️ pero también quiero mucho a HusbandoLover , LadyDramones y corgi-makaroni que también me acompañaron durante el proceso de esta historia TvT
Eso es todo por ahora c: subiré una vez a la semana, todos los jueves (a menos que Wattpad se joda, lo cual es... muy seguido). Y sabrán apenas termine de escribir esta historia (que no falta mucho) ya que cuando eso pase, las actualizaciones se moverán a dos veces por semana! Igual los mantendré al tanto ;u;
Muchísimas gracias a todos los que lean, comenten y voten! ♥️ Espero muchísimo que disfruten de esta historia, y puedan llevarse algo de ella ♥️
Nos vemos el otro jueves! (en realidad no, nos vemos en DHYL en un par de días haha) Besitos ♥️
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