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Calem parece notar mi nerviosismo. Su mano se dirige a mi mejilla y la acaricia suavemente.

-Tranquila, solo dejate llevar.- Asiento. Coge mi mano y la dirige a sus pantalones, dónde empiezo a acariciar su miembro por sobre la tela. En un arranque de adrenalina empujo su cuerpo y seguidamente me siento a horcajadas, dispuesta a tomar el control. Aunque la falta de experiencia me juega una mala pasada en este tema, lo que el parece notar- Soy todo tuyo, preciosa. Haz lo que quieras.

Dejándome llevar por mi instinto decido imitar la acción que segundos antes llevo a cabo; besar mi cuello. Con una mano echo mi cabello hacia un lado para que no estorbe y, a continuación, entierro mi rostro en su cuello. Donde lamo, chupo y beso, como si de una paleta de helado se tratase.

Mis manos acarician desde sus hombros hasta la linea de sus pantalones. Decido seguir la misma trayectoria de mis manos con mis besos. Su mirada me sigue fijamente, su iris posee un brillo cubierto de deseo, y sus labios están entreabiertos, soltando leves jadeos cuando paso mis manos sobre la zona erectil.

Con nerviosismo desabrocho sus pantalones, y se los quito con su ayuda, dejandolo tan solo en boxers. Libero el bulto deslizando la tela por sus piernas. Trago fuerte mirando su miembro. Es la primera vez que veo un pene, sin ser en páginas de pornografía o dibujos en clase de biología.

Su mirada me transmite la seguridad que necesito para agarrar su masculinidad entre mis dedos. Es grande. Mi mano casi no logra rodearlo pero, cuando me adapto a el, comienzo a mover mi mano a traves de su longitud sin saber bien que hacer.

-Lubricala para que se te haga más fácil.- Dudosa escupo en mi mano y la vuelvo a colocar en su polla. Esta vez se me hace más fácil deslizarme a través de ella, consiguiendo un ritmo más rápido.

Cuando escucho leves jadeos salir de su boca decido llevarlo un poco más allá. Doy un casto beso en la punta de su miembro, hago circulos con mi lengua en esta y luego lamo toda su longevidad. Introduzco su miembro en mi boca y lo chupo con suavidad. Dentro, fuera, dentro, fuera. Repito éste proceso varias veces.

Su mano se posa en mi cabeza haciendo que marque el ritmo cada vez mas rápido. Lo único que se escucha en la habitación son sus gemidos y el placentero sonido de la mamada. Dentro, fuera. Una y otra vez.

-Estoy a punto.- Jadea. Saco su pene de mi boca y acaricio su punta haciendo circulos con mi dedo. Bajo mi boca a sus testiculos donde chupo ambos antes de sentir su corrida en mi mano. Suelta un gran y último jadeo liberando mi cabeza de su mano. Deseosa de conocer el sabor de su semen chupo mi mano deleitandome con el sabor salado.

Soy sorprendida cuando con rapidez y ferozidad Calem me da la vuelta quedando el sobre mi. Su mano viaja a mi centro y cuando cuela su mano por mis bragas lanzo un pequeño gemido.

—Estás tan humeda...— su aliento choca contra mi oreja donde muerde mi lóbulo haciendo que arquee mi espalda con placer. Noto su sonrisa traviesa y seguidamente sus manos se deshacen de mi sujetador habilmente. Cubro mis pechos con vergüenza pero el atrapa mis manos con las suyas, las alza sobre mi cabeza inmovilizandome, dejándome completamente a su merced.—Eres perfecta, completa y hermosamente perfecta.

Con rapidez se deshace de mis bragas y entierra su rostro en mi feminidad mientras que con su otra mano sigue capturando mis manos. Haciendo que el placer aumente

Su lengua recorre toda mi parte. Me retuerzo y mis piernas tiemblan. Joder, se siente tan bien...

Cuando su mano libera las mias rápidamente las colocó tras su cabeza buscando que el placer se intensifique. Su lengua va variando, largas o cortas pasadas. Su mano viaja a mi clitoris estimulandolo, haciendome encontrar una sensación completamente nueva.

-Puede que esto te moleste un poco, pero vas a sentirte como una diosa.- Casi iba a exigir el que alla parado la acción con su boca hasta que siento como uno de sus dedos penetra mi entrada.

La sensación me confunde, al principio noto algo de incomodidad, pero a medida que su dedo vuelve a apoderarse de mi ser el placer me va invadiendo. Muerdo mi labio intentando retener los gemidos que se avecinan. Pero al el reparar en mi labio pasa su mano por este haciendo que lo suelte.

—No te contengas, preciosa. Gime para mi— su mano se dirige a mi pezón el cual pellizca suavemente. Esta vez los gemidos salen sin control alguno. Mi cadera se mueve al compás de su dedo buscando más fricción. Cierro los ojos y echo mi cabeza hacia atrás sintiendo un fuego imparable.

-C-calem- Gimo.- Follame.- La palabra sale de mis labios inconscientemente. Pero sé que en verdad es lo que quiero. Sus ojos me miran cautelosamente antes de volver a acercar su boca a mi clitoris. Haciendo que su lengua acompañe el ritmo de su dedo. Mete un segundo dedo y acelera sus movimientos haciendo que todo mi mundo colapse y llegue a mi tan esperado orgasmo. Mis piernas se aflojan y un escalofrío placentero recorre todo mi cuerpo. Su tacto abandona mi centro esperando a que me recupere de mi primer orgasmo.

-¿Segura que quieres que te folle?- Asiento pasando mi lengua por mi boca reseca. Saca un pequeño envoltorio de la gabeta y se coloca el condon. Su cuerpo se coloca sobre el mio y su boca invade la mia.

Siento una pequeña presión en la entrada de mi vagina pero antes de que su miembro pueda penetrarme el endemoniado telefono suena.

Giro mi cabeza hacia la repisa donde deje el aparato y al ver el nombre de Jordan mi cuerpo se paraliza. Oh, dios, mio. Miro a Calem sin saber que hacer y el toma el teléfono entre sus dedos, luego lo descuelga.

-¿Si?- Su voz suena molesta. Está furioso de que nos hayan interrumpido cuando íbamos a... Eso.- Pues si, esta conmigo. Si, ahora mismo está bajo mi cuerpo, imbécil.- Ruido desde la otra línea.- Cuando haya dejado de gemir mi nombre se lo haré saber. Lo mismo te digo. Chao

Vale, si no llego a casa Jordan me va a matar. Y si me voy a casa Calem me va a matar. Genial.