ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ²⁰
Relamo mis labios y miro a los tres hombres presentes. Mi mente sigue batallando con la estúpida idea de que Calem y Jordan hayan... No me cabe en la cabeza. Conozco a los dos desde hace muchísimo tiempo como para saber que ninguno se siente atraído por el otro, supongo.
—¿Jordan? ¿Con quién?— Pregunta Hayes sacándome la pregunta de la mente. Este me mira.
—Te bese en la cocina.— En seguida me relajo al recordarlo. Que susto..
Hayes y Calem me miran y me encojo de hombros. Fue hace algunas semanas, ya eso queda olvidado. Además, fue un beso sin importancia. La puerta suena y todos miramos hacia allí. Se abre y Léa asoma su cabeza.
—Vamos a repartir los regalos.— Asiento y nos levantamos para bajar. Pero cuando voy a cruzar el umbral de la puerta una mano agarra mi brazo. Miro hacia atrás y veo a Calem.
—¿Podemos hablar?— Asiento y vuelvo a entrar en la habitación. Este cierra la puerta tras de si.— No he sabido de ti en semanas, ni un mensaje. ¿Pasa algo?
Niego mirandolo y me siento en la cama.
—Tenía que venir a distraerme, estaba muy confundida aunque creo que venir aquí lo ha empeorado. Eran dos personas y ahora son dos, pero una diferente. Mi cacao existencial es grande.— Suspiro y frunzo el ceño pensando en ello. Mi objetivo al venir aquí era aclararme con Jordan y Calem, pero solo ha servido para eliminar a Jordan y añadir a Hayes a todo el asunto.
—¿Por qué te liaste con él? Pensé que tu y yo..—Me mira dolido y no sé qué responderle. Lo nuestro era solamente algo beneficiario para ayudarme a seducir a Jordan, pero una vez este está fuera de la encrucijada, ¿dónde nos deja a Calem y a mi?
—Mi plan no era liarme con el, en serio. Llegué aquí y las cosas surgieron. Obviamente no siento nada por Hayes, eso quedó en el pasado pero no sé que pasa. No sé en qué lugar nos deja todo esto a ti y a mi. Lo de Jordan está zanjado, del todo, y se supone que nuestra relación se basaba en enseñarme a seducirlo. ¿Qué pasa ahora? Seguramente estás decepcionado por lo de Hayes, y lo siento.— Me mira fijamente y suspira. Lleva sus manos a su pelo y tira de el cerrando los ojos. Se que está igual que yo, confundido. Mi intención no era hacer esto, siento que estoy jugando con los sentimientos de los dos.
—Tenemos que hablar con Hayes. El también se merece una explicación. Después de los regalos hablamos.— Asiento. —Vamos, nos están esperando— Agarra mi mano y nos lleva escaleras abajo, al salón. Al llegar me suelta y entramos, viendo a todos sentada con los regalos. Sonrío al saber que estoy en casa después de tanto tiempo y me siento al lado de Selena, la cual había llegado hacia unos minutos, con Marc, un niño de dos años el cual está ahora a cargo Selena. Me enteré de que Pierrick, su prometido, murió hace unos meses y dejó huérfano a Marc. Mi hermana luchó legalmente por su custodia y ahora era su tutor legal.
Sonrío saludando al niño.
—Hola, campeón.— Es un amor de niño, me hace recordar por qué estoy estudiando magisterio. Me sonríe y me muero de amor. Obviamente en mis planes está tener hijos, después de terminar la universidad.
—Bueno, comencemos.—Habla Léa. Muerdo mi labio mirando a los integrantes. Tengo regalos para todos menos para Jordan y Calem, no sabía que fueran a venir.— Primero los regalos de Marc.
Sonrío viendo la ilusión del niño desenvolviendo regalos, cuando era niña me encantaban las fiestas.
Un mensaje llega a mi móvil y miro la notificación. Veo que Calem ha creado un grupo con Hayes y Jordan. Frunzo el ceño y entro en el chat.
Calemsito.
¿Damos una vuelta luego?
22:15 p.m
Otro mensaje entra.
Hayes.
Claro.
22:15 p.m
—Lexa, tu turno— bloqueo la pantalla del móvil rápidamente y los miro. Sonrío y veo como mis padres (Theo y Benjamin) me dan una caja. La abro encontrando perfumes y algo de maquillaje.— Gracias, me encanta— les doy un beso en la mejilla a ambos. Mi madre me tiende una bolsa y veo lencería. Abro los ojos a tope y miro a mi madre— ¡Por dios, mamá!— ríe.
Léa y su marido me entregan un sobre y dentro veo el mismo contenido que le regalaron a Jordan, Hayes y Calem. Las llaves de la casa de campo.
—Todos nosotros nos vamos a ir de viaje a Italia asi que ustedes mientras pasarán las vacaciones en la casa de campo, juntos— miro a mis padres sorprendida. ¿Con ellos? ¿En una casa? ¿Solos? Me acaban de sentenciar.
Me muerdo el labio y asiento, resignada.
Cuando acabamos de de dar los regalos cojo mi abrigo y los chicos y yo salimos de casa para ir a dar una vuelta por la ciudad. Pasamos el rato entre risas, tal que parece que ya estamos bien. Todo arreglado.
Volvemos a casa cuando la noche está demasiado fría. Y nuestra sorpresa al llegar es que nuestros padres han decidido ir todos de fiesta y no volverán hasta mañana. O al menos eso dice la nota sobre la mesa.
—Voy a bañarme. Cojan una botella de vino en la bodega. Ahora vuelvo— subo escaleras arriba con los pies descalzos pues los tacones me matan. Al llegar a mi habitación lanzo la ropa al suelo y entro al baño.
Media hora después salgo del baño y voy a mi habitación. Casi doy un grito del susto al ver a los tres sentados en mi cama mirándome fijamente, o más bien a mi cuerpo. Bajo la mirada y veo que no llevo nada más que las bragas de encaje. Salgo corriendo al baño y me pongo una bata con las mejillas acaloradas. No entiendo por qué todo es tan intenso con ellos.
Vuelvo a salir y no están en la cama. Bajo y los veo en la sala con a penas la luz de la chimenea. Me acerco y me siento junto a ellos en el sofá. Aclaro mi garganta intentando disimular mi nerviosismo y me sirvo algo de vino, llevando posteriormente la copa a mis labios y dando un sorbo.
—¿Jugamos verdad o reto?— dice Calem y asiento, aunque se que de aquí no va a salir nada bueno.
Todos acordamos en instalarnos la aplicación para no tener que estar pensando.
La botellita del móvil gira y apunta a Hayes.
—Muerde el cuello del concursante a tu derecha— mira a Jordan e imita el sonido de un león. Se acerca a el y muerde su cuello.
Cruzo mis piernas y la botellita vuelve a girar apuntando esta vez a Calem.
—Coge un platano e imita una mamada— abro los ojos sorprendida. ¿Qué coño?
Calem se levanta y va a la cocina. Segundos después vuelve con la fruta y la pela. Se sienta a mi lado y mira el platano para luego sacar su lengua y pasarlo por la punta de este.
Mi boca forma una "o" sorprendida por lo erotico que se ve esto y no entiendo por qué.
La botella vuelve a girar apuntando a Jordan.
—Dale un beso con lengua durante diez segundos al concursante de tu derecha
Mierda, no. Yo no.
Miro a Jordan y sin quererlo mis mejillas se tiñen. Jordan baja su mirada a mis labios y la vuelve a subir a mis ojos. Su mano se pone en mi mejilla y antes de poder reaccionar su boca se apodera de la mia. Abro los ojos sorprendida pero sigo el beso. Al cabo de unos segundos cierro los ojos y me dejo llevar, soltando un pequeño jadeo por la ferocidad de su boca. Su lengua se abre paso entre mis labios acoplandose a mi boca, y pronto esto se convierte en una guerra para aguantar la respiración.
Unas manos se incorporan en mis hombros y me empujan hacia atrás. Jadeo sorprendida y veo a Calem.
—Joder, eso fueron dos minutos. Demasiado intenso todo.
Relamo mis labios y miro la pantalla del móvil. La botella vuelve a girar apuntandome a mi.
—Quítate una prenda de ropa— lee Hayes.
Alzo la mirada mirándoles y trago con fuerza. Lo único que tengo es la bata, y debajo nada.
Mis manos viajan a la cinta que mantiene la bata cerrada. La suelto y dejo caer lentamente la bata ante la espectante mirada de los tres hombres ante mi.
Sus miradas son tan intensa que juraría que pueden ver a través de mi.
—Oh dios.
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