Cuestión de dos chicos
Dupin
Es jueves por la tarde y como está lloviendo torrencialmente no hay clientes en el café, mi madre y Louis platica de forma amena, desde donde estoy sentado puedo escuchar sus risas, decidí venir a la biblioteca a leer algo para distraer mi mente pues desde que Louis comenzó a trabajar en el café me he sentido extraño, no entiendo muy bien el sentimiento de querer saber todo de él.
Pensé que era arromántico por eso terminé con mi ex, nunca desarrollé sentimientos por él y ahora me arrepiento de haber aceptado ser su pareja en ese entonces y mantenerlo por tres años, es mi culpa que ahora asista a terapia y sigo haciéndole daño al ser actualmente su amigo con beneficios.
No sé si lo que siento por Louis es algún tipo de atracción o algo más pero pienso que quizá el hecho de que se intensificaran los sueños extraños que tengo sobre sucesos históricos de Francia y Escocia se debe a su presencia. Suena complicado de explicar pero desde aquel vals torpe cuando lo miro se me viene a la mente una serie de imágenes sobre el palacio de Versalles y una linda mujer de cabellos grisáceos.
Sigo caminando por los pasillos de la biblioteca y aun no encuentro algo interesante, de pronto solo escucho mis pasos y el sonido de la lluvia « ¿A dónde fue todo el mundo?» pregunto en mi mente mientras alzo la mirada a los libros que están en la segunda repisa y encuentro un título bastante interesante La rose du mal. Intento tomar el libro pero un brazo choca con el mío, volteo la mirada y ahí está Louis tratando de alcanzar el ejemplar por su cuenta, una sonrisa se forma en mis labios y termino tomando el libro primero.
― ¿No hay otro ejemplar de esa novela? ― pregunta Louis un poco decepcionado de que yo haya tomado el libro primero.
― No, no lo hay pero si quieres puedes tomarlo yo buscaré otra cosa.
Le extiendo la novela para que la tome y me sorprende que le gusten ese tipo de tramas, no se ve como un chico del estilo de los thrillers o las novelas con mucho ghore y como se me hace algo intrigante me atrevo a preguntarle.
― ¿Sabes de que trata La rose du mal?
―Por supuesto que lo sé, es sobre una vampiresa que de niña fue raptada por el rey de los demonios, sufre una serie de abusos y torturas, su prometido el líder de otro clan de vampiros la salva pero la protagonista termina siendo sádica y cruel debido a todo lo que sufrió siendo el juguete del rey demonio. ―responde Louis con total naturalidad.
Abro la boca para decir algo más pero no se me ocurre que más decir, así que no digo nada y me doy la vuelta para buscar un cuento de Edgar Allan Poe. Me pregunto qué es lo que pasa por la cabeza del chico que se encuentra ahora mismo leyendo una historia demasiado fuerte pero que se sonroja cuando lo miro o que llora de repente.
***
Después de cerrar el local, mi teléfono comienza a sonar y al atenderlo escucho la voz de mi ex.
― ¿Tienes tiempo para vernos hoy? ―pregunta Erick.
Tardo un poco en responder porque no sé si quiero verlo o si estaría bien hacerlo después de todo lo que ha pasado por mi culpa, pero al final acepto porque temo que haga alguna locura si le digo que no, así que después de ayudar a mi madre con la cena me despido de ella y me voy a casa de mi ex.
Él vive solo en un pequeño departamento, a veces va de visita su hermana menor pero siempre que me llama es porque está solo y él odia la soledad. Cuando llego a su casa no hace falta tocar porque él enseguida sale y supongo que estuvo mirando por la ventana que da a la calle esperando a que llegara.
―Gracias por venir ―me dice con una sonrisa y luego me abraza.
Cuando me separo del abrazo, lo tomo del mentón y aunque trae puestas sus gafas me doy cuenta de que estuvo llorando porque se ven rastros de lágrimas, sus ojos están irritados y su nariz roja, así que suspiro y me siento en el sofá dispuesto a escucharlo desahogarse pero antes le pregunto.
― ¿Fuiste hoy a tu cita con la psicóloga?
Él se quita las gafas, las deja a un lado y asiente
―Dijo que posiblemente tendría que ser transferido con un psiquiatra si no mejoraba pero no quiero, no estoy loco ¿tú piensas que estoy loco Dupin?
― No Erick no eres un loco, más bien es mi culpa que no mejores por eso te dije que debemos dejar de vernos.
―P-pero no quiero, no quiero hacer eso, me gusta estar en la banda y... lo más importante no podría vivir sin ti. ―me suplicó entre sollozos.
Odio hacer llorar a Erick, me siento como un idiota por eso y comprendo que su hermana y su madre me odien porque me lo merezco, no quiero que siga llorando así que dejo el tema y tomo asiento a su lado para después envolverlo entre mis brazos, él se abraza de mi con fuerza después alza la mirada, yo limpio sus lágrimas y él me toma del rostro para luego me besarme, poco a poco aumenta la intensidad de sus besos y termino cayendo de espaldas en el sofá con él sobre mí.
No quiero que la situación escale y que después me sienta culpable si termino teniendo relaciones con él así que sonrío, acaricio su mejilla y le digo.
―Creo que has tenido suficientes emociones por el día de hoy mejor hay que ir a dormir, prometo que no me iré en cuanto te duermas.
Erick da un largo suspiro y se levanta para ir su habitación, toma un vaso de agua junto con un par de píldoras, después se pone la pijama en el baño y yo decido darme una ducha, me seco el cabello y después me recuesto al lado de mi ex.
Él se queda dormido a los diez minutos pero yo no puedo dormir y termino poniéndome los audífonos, pongo en aleatorio el reproductor de música y comienza a sonar Victoria de Nathan Wagner que para variar me hace sentir identificado.
Supongo que le deje llegar lo mejor de mí
Mira, estaba dejando que todo entrara y era como éxtasis
Y yo sabía que estaba mal pero se sentía tan dulce
Y había culpa en mi interior
Pero tenía que probarme a mí mismo
Que me ofrecía el mundo con su obscuridad
Porque el mundo de luz en el que vivía se hacía cada vez más aburrido
Oh Victoria no des un paso más
[...]
Ella dice que nunca volverá a ser la misma.
Si, la canción hablaba de drogas pero mi situación y la de Erick es algo similar, sé que está mal que siga viniendo a su casa cada vez que me llama porque después siento culpa por que no mejora su salud mental y él es esa Victoria a la que le dicen que no siga porque le hace daño pero siempre termina de una forma u otra haciendo que me quede y es tan difícil para mí decir que no.
Apago la música y cierro los ojos para tratar de dormir, quiero que mi mente quede en blanco y deje de pensar pero no lo consigo, entonces por alguna razón recuerdo cuando baile con Louis y este recuerdo se transforma, ya no es la cafetería de mi madre, ahora bailamos en el salón de fiestas en Versalles, parecemos príncipes. No sé si estoy soñando despierto pero antes de quedarme dormido susurro el nombre del chico del café. «Louis, Louis»
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