Cerise:
Iba tan rápido que sentía como mis pies volaban sobre el suelo, veía como los árboles se quedaban atrás, al igual que mi perseguidor.

"Haha, esta vez dejé a Carmine muy pero muy atrás" pensé, entonces me percaté "Qué raro, normalmente me viene pisando los talones" volteé a ver si venía y no vi la raíz levantada de un árbol viejo (o eso creía que era) y me tropecé y caí, algo me atrapó.

—Oye, se que soy el chico más cool de Ever Aafter Hiiigh— dijo cantando como siempre, rodeé mis ojos, el continuó —pero no por eso tienes que caer así— dijo ya más normal. Me separé de él y me acomodé la capucha.

Sparrow:
Ha! Cerise, la chica más misteriosa y linda de toda la escuela (tan linda que hasta Daring Charming la había invitado a bailar) había tropezado y caído encima de mí, quién lo diría.

—L-lo siento, no me fijé por dónde iba— dijo apenada —Por cierto, ¿No habrás visto p-por ahí a mi lo-perrito?— comentó y justo en este momento pasó el lo-perrito que había mencionado.

— Ahí e-está tu lo-perrito— dije imitándola, ella sonrió, me gustaba su sonrisa, espera ¿Qué?

—No me imites, además yo no hablo así—

—Si lo haces— contesté

—N-no, no lo hago— me dijo

—Ya lo hisistes— me reí

—¡No te rías!— me ¿gruñó? —Además no es hisistes, es hiciste y no, n-no lo hice— pareció darse cuenta de que si lo hacía y se empezó a reír también. Luego su lo-perrito llegó y me empezó a olfatear y volteó a ver a su dueña, ella asintió y me volteó a ver.

Cerise:
—¿Cómo se llama tu lo-perrito?— preguntó Sparrow.

—S-se llama Carmine y no es un lo-perrito, e-es un p-perrito— dije algo dudosa ¿Por qué reaccionaba así? Carmine pareció sentir mi inseguridad y se paró a lado de mí, protegiéndome.

—Carmine, lindo nombre, pero seguirá siendo un lo-perrito para mí— se acercó a Carmine tratando de acariciarlo, este, por otra parte estaba nervioso. Yo me interpuse —Es algo sensible con los extraños— traté de mantener mi voz lo más calmada posible para evitar que Carmine se pusiera más nervioso.

—Ah, bueno— se retiró —Pero yo no soooy ningún extraAño— dijo sacando su guitarra eléctrica, muy mala idea por su parte, a los lobos no les gustaban los ruidos fuertes, como yo era mitad loba lo podía soportar, pero Carmine parecía al borde de la locura. Lo tomé entre mis brazos.

—M-me tengo que ir— dije y salí corriendo a velocidad del rayo.