IV:Todo se cae

La pandilla se encontraba corriendo por el bosque sin descanso, aun no lo habían visto pero estaban casi seguro que los guardias ya estaban detrás de ellos. Con la corona guardada en un bolso la pandilla discutía la siguiente parte del "Plan de Cartman"

Se pararon un momento a descansar, aprovechando el echo que aun no había ningún guardia real.

—Bien, ahora si seguimos así de bien con este ritmo ¡Llegaremos a la cueva lo más ante posible! — Victorio el rubio con una sonrisa de oreja a oreja — tomamos los cabellos ¡Y pim, punk bang! ¡Nos largamos a otro reino! — acarició su mentón de forma pensativa — ¿North Park suena un buen lugar no es así?

Quitándose el sudor, el azabache dijo con algo de decepción — Oh... Si sobre eso — Se rasco la nuca con pena — Cupido no estaba en la cueva la segunda vez que revise...

Como caer del cielo a el infierno Kenny reacciono — ¿¡Cupido no esta?! ¡¿Yo Cupido, el caballo de Cartman?! — Stan asintió — ¿Por qu- por qué no dijiste nada antes?

El rubio se mordía las uñas nervioso, esta parte podría arruinar todo el plan, porque claramente dejar a Cartman atrás no era una opción.

—¡Quería decirlo pero me distraje y después se me olvido!... Y después lo recordé cuando mencionaste — Murmuro lo último con algo de vergüenza, Kenny simplemente negó la cabeza con desaprobación — ¡Pero no importa! Uno de los dos podemos llevar a Cartman en su caballo.

Kenny soltó un suspiro — Los caballos solo soportan máximo dos personas y sin ofender pero Cartman el solo pesa como tres — Stan ladeo la cabeza de un lado a otro dándole la razón — ¡Y el único caballo que lo soportaba era el suyo, ni el tuyo o el mío dejara que el sea el que lo maneje!

—¡Esto es terrible chicos! — Exclamó Cartman con preocupación lo cual sorprendió a los chicos por su silencio y más después de que prácticamente Kenny le haya dicho gordo — ¡Yo no me veo así! — y de un árbol arrancó un cartel de se busca con su cara o algo así.

Kenny y Stan compartieron una mirada confusa, ellos discutiendo sobre lo que podrían hacer sobre el tema del caballo y el de castaño simplemente preocupándose por un cartel de se busca. Mirando mejor el cartel lo dos tuvieron que aguantar una risa, era el mismo Cartman pero mucho más gordo, tenía una uniceja y una nariz más grande.

—¿¡De donde salió esa narizota!? — mostro con indignación el cartel.

Kenny negó la cabeza. Respiro tratándose de tragar su propia risa — Eso no es importante. Concéntrate en lo que estamos discutiendo.

El robusto frunció el ceño moviéndose a un lado mostrando otros dos carteles de se busca pero esta vez con la cara de Stan y Kenny.

—¡Lo dices porque ustedes dos se ven increíble! Lo cual es imposible ya que yo soy el guapo del grupo — Exclamó Cartman comenzó a sospechar sobre la persona que hizo esos carteles era sorda, ciega y posiblemente tenía ambos brazos fracturado pero se le curaron mágicamente cuando tocó hacer los dibujos de Stan y Kenny — ¡Parezco como el maldito patito feo que fue asesinado antes de convertirse en cisne!

—¡Cartman! ¡Esto es importante, no tenemos caballo para ti! — Calló Stan con preocupación a su amigo.

Cartman rodo los ojos como repuesta — Stan, deja ser tan melodramático, pareciera que te hubiera llegado tu periodo — el azabache estaba apuntó se refutar pero fue callado per más ancho — Cupido ya debe estar en la guarida. Tu sabes que ese caballo llega a ser mucha cosas pero no un pendejo... No un completo pendejo.

Stan lo penso bien y tenía razón. El caballo de Cartman era torpe y tonto pero por alguna razón nunca se perdía y siempre que se alejaba del grupo iba el mismo hacia la guarida de la pandilla, incluso una vez que se lo robaron fue devuelta a la guarida con ladrón incluido, tuvieron que matar a alguien y quedar con el trauma, sí, pero el caballo no era tonto.

—Iré a la guarida y nos encontraremos en la salida del Reino — ninguno de sus compañeros estaban convencido, pero no le quedó de otra que acceder — Genial, yo llevaré la corona, Kenny dame la bolsa — Kenny no dudó y se la entregó.

Stan levanto un ceja — ¿Por qué tu eres el qué lleva la bolsa? — se cruzó de brazos — No es más mejor que Kenny y yo la tengamos — refuto ante la decisión del más gordo, no se encontraba muy convencido.

El de ojos bicolor negó la cabeza y guardo el horrible dibujo de él mismo en la bolsa para arreglarlo más tarde — Stan ¿como voy a dejarles la corona a ustedes dos? A ti se te pierden hasta los caballos y Kenny la podría llenar de pulgas — comenzó a alejarse hacia la dirección contraria de sus compañeros — ¡¿Aparte que podría ser lo peor que podría pasar!? ¿Traicionarlos?

Stan estaba seguro que eso último era imposible, pero le preocupa lo que pudiera pasar por el camino.

El chico regordete caminaba deprisa por el bosque, ya estaba atardeciendo y sería un problema si se volviera de noche, aunque así sería mucho más fácil perder a los guardias ellos también podían perderse.

Seguía recto por el camino que marcaba hasta llegar a una subida. Ese lugar lo habían descubierto en unas de sus primeros robos ya que no podían seguir usando la casa de otros de sus compañeros. Una gran subida cubierta de piedras, pero lo que no saben los forasteros era que ese lugar estaba hueco, así que hicieron su base hay.

Supondría que su caballo estaría hay afuera esperando como siempre lo hacía, pero el castaño quedó congelado al ver que la piedra que servía como puerta estaba tirada a un lado.

Los habían invadido. Prefería darse la vuelta e irse con sus amigos pero un chirrido le llamó la atención, era su caballo. Cartman se quedó mirando el suelo soltando un suspiro, no podía irse sin su caballo o estaría corriendo todo el viaje, y de todos modos no había ningún rastro que fuera la guardia real. Tomo la navaja que se encontraba en su cinturón y fue decidido con acabar con quien sea que estuviera ahí.

Al adentrarse se dio cuenta que estaba como lo habían dejado, exceptuando por las sillas. Al mirar más al fondo se dio cuenta que posiblemente quien había entrado solo hubiera revisado este espacio, ya que su "salida secreta" seguía intacta y cuando se refería a salida secreta eran más piedras que tenían una piedra como puerta.

El chirrido volvió a resonar.

—¡Cupido! — voltio con rapidez encontrándose que su caballo estaba en una esquina comiéndose las hojas de su cuaderno, al menos no estaba dejando evidencia.

T. Cartman sintió un escalofrío al sentir algo filosofía en su cuello.

—Theo — Una voz filosa resonó por toda la cueva, era quien estaba aguantando el cuchillo — ¿O prefieren que te llamen Cartman? — pregunto con enfado.

El recién nombrado trago seco.

—Hola Heidi, hace mucho que no nos veíamos — dialogo con algo de miedo de la más pequeña.

Heidi sonrió frunciendo el ceño mientras le daba un tic — ¡Oh sí! La última vez que nos vimos a mi padre lo llevaron a la cárcel ¡Por tu culpa! —  Apretó mucho más el cuchillo en su cuello — ¡Tira la navaja! — sin muchas opciones hizo caso.

Sudando el mayor pregunto — ¿Cómo me encontraste?... Fue el estúpido caballo no es así.

—Así es cerdito.

Si Cartman de sentía jodido con Heidi ahí, ahora estaba mil veces pero con cierto pelirrojo de pecas.

Scott Tenorman se cruzó de brazos con una sonrisa triunfadora.

—Da la casualidad que encontramos que encontramos una cueva llena de caballos — Con un silbido llamó a el caballo blanco, este fue hacia el tipo de las pecas. Scott lo acarició mientras Cartman entre dientes decía "Traidorhijoputa" — y resulta que eran los caballos de la pandilla Stan ¡Que sorpresa! — el pelirrojo saco una manzana y lanzo fuera de la cueva, el caballo fue tras ella y Scott aprovecho para bloquear la entrada con la piedra — Así queríamos tomar tu caballo para que no tuvieras nada hacía donde irte.

—Y venderlo — agregó Heidi.

—Y venderlo. Pero casualmente comenzó a caminar hacia aquí.

Cartman bufo con una sonrisa, tratándose de verse lo más calmado posible — ¿Y como estabas tan seguro que ese era mi caballo?

Scott frunció el ceño poniendo los ojos en blanco — En una cueva donde solo hay tres caballos, uno se estaba embarrándose en lodo, el otro se intentaba coger al que se estaba embarrando en lodo y el último estaba dando vueltas como si tuviera retraso ¿Cual escogió T. Cartman?

Heidi respondió — El blanco.

—¡Exacto!

Cartman se quejó internamente — ¿Y ustedes desde cuando se llevan tan bien?... ¿¡Desde cuando se conocen?!

Heidi ignoro completamente la pregunta del más gordo — Escuchamos que tienes la corona del príncipe perdido, entrégala y  te dejaremos con vida — Cartman volteo a verlo claramente no confiando en su palabra, estaba seguro que había un "pero" — claro, que después te entregaremos a las autoridades — hay estaba el pero.

Cartman soltó una pequeña risa, que rápidamente se convirtió en carcajada — ¡JA, JA, JA! ¿¡Enserio creen que le diré donde está la corona!? A este punto seguro que esta en North Park.

Turner y Tenorman compartiera una mirada rápida.

—Esta en la bolsa.

—¡Coño!

Heidi habló enojada — Tenorman, puedes por favor tomar la bolsa, tener al gordo de T. Cartman así es demasiado esfuerzo.

Scott tarareo como repuesta y ese fue acercando lentamente con malicia pero se detuvo en seco al escuchar el constante sonido de trote de caballos.

Todos en esa cueva quedaron el silencio y escucharon un “¡Ese es uno de los caballos de la pandilla Stan!” Cartman aprovechó el momento de distracción de ambos y se zafo del agarre de Heidi empujándola en el proceso yéndose a una esquina mientras habría un barril, esta no puedo reaccionar a tiempo ya que la piedra que servía como puerta fue echada abajo.

—¡AHÍ ESTA T. CARTMAN! — Grito el capitán de la guardia real, Harrison Yates.

Cartman no lo pensó ni siquiera dos veces y tomó un bolso del barrio y se lo lanzo a Scott, quien por puro instinto lo atrapó.

—¡RAPIDO HEIDI TURNER, DISTRAELOS MIENTRAS SCOTT TERNOMAN ESCAPA CON LA CORONA! — Grito Cartman con "preocupación" mientras miraba Heidi.

Heidi abrió los ojos lo más grande que pudo mirando con sorpresa la estrategia del gordo, incluso se atrevo a decir los su nombres completos.

—¿¡Heidi Turner!? ¡Esa es la hija del señor Turner! — Grito uno de los guardias reconociéndola — ¡Él que ayudó a la pandilla de Stan en sus robos! ¡Claro! ¡De tal palo tal astilla!

Heidi negó la cabeza con miedo — ¡No! ¡Él está mintiendo! — pero ya era demasiado tarde, los guardias ya se habían abalanzado sobre Scott y dos de ellos la habían agarrado.

—Veamos que tenemos aquí — Grito con furia el capitán arrebatándole la bolsa a Scott. Al abrirla la no encontró nada — No puedo creerlo... — Heidi suspiro con alivio esperando a que diga que los habían engañado — ¡Fue todo una trampa entre los tres!

—¡No es así! — Se defendió Scott.

Cuando Yate se volteo para buscar a con la mirada pero no encontró rastro de él.

—¡Se escapo! ¡Estas basuras de acá solos no estaban distrayendo! — Exclamó con rabia — ¡Rápido, alguien vaya a buscarlo!

Un oficial se acercó — El nuevo fue tras él, mi capitán.

El pelirrojo levanto una ceja — ¿Ese inútil?

Ahora mismo Cartman había escapado por su "Salida Secreta" en realidad nunca pensó que fuera útil. Fue una salida más que satisfactoria, tenía devuelta su navaja, arrestaron a Scott, arrestaron a Heidi ¡Pero lo más importante arrestaron a Scott! y no tenía a nadie detrás persiguiéndolo, lo único malo fue que se quedó sin caballo y ahora está corriendo a oscura.

Pero su felicidad no duro mucho tiempo, escucho los trote de un caballo. Al voltear la mirada se encontró un caballo color café siendo montado por un guardia real que no pudo distinguir bien en la oscuridad.

Maldijo en lo bajo y comenzó a correr mucho más rápido, era claro que no le podría ganar un caballo así que miro a su alrededor al ver si encontraba cualquier lugar que le pudiera sacar ventaja. Y hay estaba un espacio lleno de lianas y ramas, perfecto para que un caballo no pase.

Fue corriendo hacia allá donde un brinco y dándose en la cabeza al mismo tiempo, pero valió la pena porque estaba seguro que ya había perdido al oficial. Al mirar hacia atrás se dio cuenta que efectivamente se había parado con el cabello pero no había tomado en cuenta que ese oficial se hubiera parado en el caballo y diera un salto (Sin darse en la cabeza) para luego caer de pie y seguir persiguiéndolo.

Eso fue aterrador, él siempre considere a los guardias reales como tontos e incompetentes o tal vez esa fue la imagen que le dejó el oficial Barbrady. En fin.

En alguien momento de la persecución el oficial había llegado frente de él y había sacado su espada.

—¡Eric, ya te tengo! Ríndete.

Esa voz chillona lo saco de onda por un momento, nadie lo había llamado Eric desde que tenía 6 años, solo una persona lo seguía llamando así.

—¡¿Butters?! — Pregunto sorprendido.

El recién nombrado dio un paso al frente alejándose de la oscuridad y dejando que la luz de la luna lo bañara. Un joven de pelo rubio y cicatriz en unos de sus ojos celeste.

—¿¡Tú desde cuando eres guardia real?! — Pregunto con enfado, el rubio solo levanto una ceja como respuesta — Así, ya recordé, mi culpa... Ahora apártate, esto no te incumbe.

Pero Butters no hizo caso y mostro con firmeza su espada — ¡No! ¡Devuelve la corona! Llegaste demasiado lejos... Llegaron demasiado lejos.

Cartman sostuvo de manera posesiva el bolso — ¡¿Y a ti que te importa lo que le pase a la corona?! ¡Sí quieres dinero, bien! Te daremos tu parte cuando la vendamos.

—¡No es por el dinero! ¡L-los Reyes estaban devastado cuando anunciaron que robaron la corona! — Anuncio con tristeza sintiendo lastima — Era la corona de su hijo, Eric, ellos estaban devastado... Tú más que nadie debería saber que tan mala es la pérdida de un familiar — Cartman frunció él ceño y rodo los ojos, pero al mismo tiempo miro al suelo con melancolía — Así que, por favor entrega la corona, t-te puedo dar mi caballo para que vayas con Kenny y Stan y no diré nada de su ubicación ¡Incluso puedo decir que murieron! — envaino  su espada con suplica.

Cartman con una mirada de tristeza pero con seriedad camino a paso lente hacía donde estaba Butters y le entregó el bolso.

—Ninguna palabra sobre esto — Le susurro al oído y comenzó a alejarse.

El rubio sonrió con ternura ante el gesto de castaño, definitivamente Cartman había cambiado. Por alguna razón sintió la corona mucho más pesada, sabía que pesaría pero no tanto. Al abrir la bolsa y solo encontró piedras.

Eric había usado el mismo truco dos veces.

—¡JAJAJA, CHUPALA ESTÚPIDO! — Le saco el dedo del medio y siguió corriendo, claramente en tanto drama nadie se había dado cuenta que tomó otra bolsa, aunque esa era nesecitaba guardar algo más.

—¡CARTMAN! — Por primera vez lo llamó por su apellido.

Así volvió la persecución, con la diferencia que ahora Butters estaba más enojado que decepcionado, así que con la furia que tenía se abalanzó sobre el de ojos bicolor y este último como última estrategia para que el rubio no consiga la corona, lanzo la bolsa lo más lejos que pudo.

Al ambos se levantaron y fueron corriendo hacia donde el más gordo lo había tirado y para sorpresa de ambos llegaron a un acantilado y justo hay estaba la bolsa, en un árbol que había crecido de forma horizontal, en el acantilado, en la último rama.

Butters sentía firmemente que no valía la pena arriesgarse para tomar la bolsa y justo cuando pensó que Eric pensaría el mismo este fue corriendo y se abalanzó hacia el tronco.

—¡OH POR DIOS! ¡¿ERIC ES ENSERIO!? — Corrió también hacia el árbol, tomando equilibrio — ¡¿ESTO ES NECESARIO!?

Cartman también había intentado caminar por encima de la rama pero había fallado y ahora se arrastraba por debajo, sorprendiendo a Butters con la gran velocidad con avanzaba.

—¡Lo tengo! — Tomó la bolsa vitoreando.

—¡Sí, sí, sí! ¡La tomaste podemos volver a el lugar segu-

Se escucho un crujido.

Tanto Cartman como Butters compartieron una mirada.

—Oh, Salchichas — Se agachó y abrazo la rama.

Ambos gritaron en el momento que el árbol se rompió y comenzaron a caer y gracias a otra piedra que se encontraba corto el árbol por la mitad separándolos en el proceso.

Al llegar a el suelo, ninguno de los dos sabía donde estaba el otro y menos Cartman que se había desmayado.

...

Juro que después metere contexto a todo esto que esta pasando aquí. Y así es Butters es el caballo en esta historia pero sin tantas ganas de matar a Cartman.

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