Capítulo Once


Capítulo once.

April.


—No entiendo —digo viendo a Ethan.

— ¿Qué no entiendes?

— ¿Por qué voluntariamente te estás llevando a mis locos?

Él mira hacia donde Nathan se encuentra viendo vídeos en el teléfono con Grace, Zoey solo los observa desde la distancia mientras juega con una muñeca.

—Soy amable.

—No creo en esa respuesta —garantizo.

—Mira, es una sorpresa ¿De acuerdo? No me hace feliz, pero ¿A quién le importa cómo me siento? Solo coopera, ponte algo que no tenga manchas de papilla, báñate y péinate. Tengo un lugar al que llevarte y estás retrasando todo.

»Juegas con mi valioso tiempo —Pasa una mano por su cabello y me mira con impaciencia.

— ¿Sabes algo de esto, Grace?

—No, él no ha querido decirme —Me responde con el ceño fruncido—. Además, no le hablo.

— ¿Por qué Grace no te habla?

—Porque es tonta —responde encogiéndose de hombros.

— ¡Eso no es cierto! Ese malagradecido hirió mis sentimientos —Lo acusa.

Percibo cómo Ethan sonríe levemente y rueda sus ojos, Grace por otro lado es la reencarnación de la indignación si ésta fuese persona.

—Exagera.

— ¡Exagero! —Ella hace a un lado a Nathan en el sofá y lo deja con su teléfono, camina hacia Ethan—. Hice un lindo desayuno como una loca enamorada para ti y dijiste que "no quedó tan bueno" —Imita nuestro acento de Bolton y contengo las ganas de reír—. "Le falta sal, el jugo tiene mucha azúcar ¡Ay, habladora! ¿Qué le hiciste a la comida?" ¡Malagradecido! ¡Engreído!

— ¿Quieres que sea mentiroso y alabe una comida deficiente?

Golpeo el brazo de Ethan y él frunce el ceño, soba el área del golpe y suspira como si nosotras lo estuviésemos fastidiando mucho. Pasa un brazo por el cuello de Grace y la atrae hacia su pecho riendo cuando ella intentar escapar del abrazo.

—Gracias por tu nefasta comida, habladora. Nunca te había quedado tan mala, pero me la comí toda como sacrificio, eso habla mucho de mis sentimientos.

—No te haré ninguna otra comida en mi vida.

—Eso lo agradecería, yo puedo cocinar —Se ríe, le da un beso rápido en la boca—. ¿Ya me hablas?

—No queda de otra.

—Vaya...Esa fue una reconciliación rápida —Sacudo mi cabeza—. ¿Qué se supone debo ponerme?

—Tienes ropa linda —dice Ethan, luego empuja a Grace hacia mí—. Ayúdala, piensa en ello como una cita.

Lo veo con desconfianza mientras Grace me arrastra hasta mi habitación. Nos detenemos frente a mi guardarropa y evaluamos las opciones, ella comienza a tocar todo en busca de algo que nos guste a ambas.

— ¿Por qué haces comida para Ethan si sabes que es un cruel critico de lo que otros cocinan?

—Tengo la esperanza de que algun día esté fascinado con el resultado de lo que cocine. No lo hago mal, es solo que él cocina muy bien.

—Lo sé. Se cree un crítico profesional cuando destruye la comida de los demás. Te deseo éxito en la búsqueda de un plato que le parezca magnifico a su paladar.

—Gracias —Saca una falda—. ¿Qué te parece esta?

—Podría ser una opción...

—Oh, olvídalo. ¡Esto es perfecto!

Saca un vestido ajustado blanco, su largo es hasta dos dedos por encima de la rodilla. No tiene escote debido a que es recto en el pecho y sus tirantes son gruesos. Es casual, sexy y bonito. Lo tomo de sus manos, nunca me lo he puesto, fue una de esas compras que esperan un día ver la luz.

—Creo que tenía tres kilos menos cuando lo compré.

— ¡Si eres flaquísima! Debes de verte sexy con él.

—Uhm... ¿No es exagerado?

—No sé, ni siquiera sabemos a dónde te lleva Ethan, pero siento que es perfecto.

Camino hacia mi espejo cuerpo completo y coloco el vestido encima de mí viéndolo, me gusta, no recordaba lo mucho que me enamoré de su sencillez. Grace se pone a mi lado con unas zapatillas azul rey en sus manos.

—Creo que con estas se vería bien, además, no sabemos si usar tacones lo haría demasiado.

—Y en este momento no quiero usar tacones. Creo que esto estará bien —Lo arrojo a la cama—. Tomaré una ducha rápida, asegúrate que Ethan no pierda la paciencia mientras me espera.

—De acuerdo —Se ríe y sale de la habitación.

Muy bien, si Ethan quiere que juegue a ser princesa de salidas, lo haré. Eso tal vez me distraiga del hecho de que no he hablado con Kurt en dos días y la ansiedad que me generaron sus palabras de que en algún momento estaría en Londres.

***

—Estoy lista —anuncio con dramatismo.

Los cuatros voltean a verme, Zoey es tan dramática que deja caer su muñeca mientras me mira. Doy una vuelta para ellos y Nathan aplaude haciéndome reír. Zoey corre hacia mí y me mira de pies a cabeza.

—Mimi linda —dice pareciendo maravillada—. ¡Me gustaaaa!

—Así que sí puedes ser bonita —dice Ethan, Grace golpea su pierna y él ríe—. Estaba bromeando. Te ves para matar, loca.

— ¿Qué dices tú, Grace?

—Digo que si no me amara mucho a Ethan, iría por ti. Te ves grandiosa.

Sonrío y la verdad es que me siento genial. Me arreglé para mí y me encantan los resultados. Me siento renovada, con energía y muy buena actitud.

—Déjame tomarte una foto —dice Grace.

Llevo mis manos a mi cabeza y saco mi cadera fingiendo ser una modelo, cierro mis ojos y poso en diversas fotos, escucho a mis hijos reír y luego los siento colarse en la foto. Me agacho y los abrazo, siempre amaré la manera en la que de inmediato me devuelven los abrazos.

Bisitos para bebés —pide Zoey poniendo su boquita en trompa.

Les lleno el rostro de besos dejándoles marcas de mi labial rosa, ellos ríen emocionados y Nathan aprovecha la oportunidad de señalar que tengo tetas. Me incorporo y despeino su cabello, Zoey acaricia mi vestido pareciendo maravillada y gracias al cielo sus lindas manos no se encuentran sucias.

— ¿Lista para irnos? Me siento impaciente.

—Hoy estás siendo particularmente odioso.

—Sí, di eso luego cuando veas a dónde te llevo.

—Dejaré que me sorprendas.

—Soy bueno en eso —Mira hacia los pequeños locos—. Dolores de cabeza, todos en marcha para el auto del tío Ethan.

Zoey corre de inmediato hacia él y encuentra la manera para meterse entre Grace y tomar la mano de Ethan. Grace enarca una ceja hacia ella y Zoey le sonríe a Ethan, canturrea una canción sobre "mío, mío, mío" mientras salen de la casa.

—Es en serio, April ¿Cuándo tu hija va a quererme sin sobornos? Todo es culpa de Ethan, tal vez solo tengo que dejarlo para que ella me acepte.

—Zozo te quiere a su manera —Garantizo entregándole el bolso con las cosas de los niños.

Tomo mi propio bolso, teléfono, verifico que todo esté en orden y salimos de casa. El auto de Ethan no cuenta con portabebés, así que el paseo es como ir con dos bombas, en los asiento traseros, que hablan, cantan y buscan la manera de pelear.

—Pies debajo de los asientos, nadie se pone de pie en ellos —Le dice Ethan cuando Nathan intenta levantarse—. Quien se ponga de pie será bajado del auto.

—Ay, Nate, siéntate o tío Ethan te bajará del auto —Le digo fingiendo voz alarmada.

— ¡Ay, no! Al bebé no —dice consternado y sentándose de inmediato—. ¿Ashi, titi E?

—Sí, así, sin ensuciar mis asientos, pequeño travieso.

Bajo la vista a Zoey, tiene sus brazos cruzados a la altura de su pecho y un puchero adorna sus labios, contengo las ganas de reír.

— ¿Sigues enojada?

—Yo...Ahí —señala el asiento delantero.

—Ese es el puesto de Grace —Hago una pausa—. Grace es la novia del tío Ethan y nosotros la queremos mucho porque ella siempre es amable, dulce y linda con nosotros, ¿Verdad?

Tene tetas —agrega Nathan.

—Sí, también la queremos porque tiene tetas —ruedo mis ojos y escucho a Grace reír—. Debemos ser amables con la tía Grace y darle mucho amor. ¿Le arrojas un beso a la tía Grace, Zozo?

La pequeña suspira y le arroja un beso a Grace, quien finge atraparlo. Conseguimos un poco de paz por los siguientes minutos en los que Ethan conduce tarareando una canción y los niños están distraídos viendo vídeos del teléfono de Grace.

— ¿Por cuánto tiempo cuidarán a los niños? No sé ni siquiera a dónde vamos.

—Yo tampoco —dice Grace.

—Serás Cenicienta hasta las diez, pasaré a buscarte con tus hijos a esa hora, ni un minuto más de sacrificio para mí.

—Ya quiero ver cuando tengas tus propios bebés, que tan grande será tu sacrificio —Lo fastidio.

—Shh —Grace lleva un dedo contra sus labios asomándose para verme—. Harás que corra o se desmaye.

—JA JA JA, qué graciosas. ¿Quieren que las baje del auto a ambas?

—Qué sensible —mascullo.

El resto del viaje es más de lo mismo. Estoy intrigada cuando Ethan entra como visitante anunciado a una privada residencia que no conocía. Miro de manera anhelante las bonitas casas, me recuerdan a la gran casa de Harry y Kae.

—Algún día, mis niños, mami comprará una casa así para que vivamos —digo—. Tendremos ese bonito jardín delantero y compraremos un guau guau.

— ¿Si, mimi? —dice Nathan viéndome con sus ojos color avellana muy abiertos—. Los bebés quelen un guauguau.

— ¡Dos! —Zoey me muestra dos dedos—. Uno a la bebé —Se señala—. Uno para el bebé —señala a Nathan, rio y beso la frente de cada uno.

—Estoy segura de que lo lograrás, April —dice Grace.

Me mantengo viendo las pocas casas al pasar, hasta que nos detenemos en una de las últimas. Es una residencia bastante exclusiva, tendrá unas veinte casas. Ethan apaga el auto y se gira hacia mí.

—Bájate.

— ¿Qué? ¿Por qué?

—Fuera de mi auto.

—Mimi se queda con los bebés —dice Zoey defendiéndome. Muy leal mi hija.

—Mimi se baja de mi auto, Zozo.

— ¡No! —grita y su labio empieza a temblar—. Mimi con los bebés.

—Qué tonto —Grace le golpea el muslo cuando él ríe—. Zozo, tu mami irá a comprarnos helado y la esperaremos en casa del tío Ethan, jugaremos con Brise y saludaremos a la abuela Victoria. ¿No es eso genial?

Zoey quiere llorarme como buena hija preocupada, pero la tentación de fastidiar a Brise es más grande, además la oferta de los helados le parece tentativa. Ella está evaluando las opciones y reconozco su decisión cuando me sonríe y alza su pequeña mano en despedida.

—Chau, mimi. La bebé con titi, mimi con helado.

—Qué rápido cambian tus prioridades, hija —Miro hacia Ethan—. ¿De verdad me bajo?

—Por supuesto. Nos estás haciendo perder el tiempo, fuera del auto —Sacude su mano—. Es esa casa de fachada azul, número 021. Ahí tienes tu reunión, vengo por ti a las diez.

—De acuerdo... —Beso la mejilla de ambos bebés y bajo del auto—. Nos vemos.

Grace se pasa al asiento trasero para estar a cargo de los niños y los veo decirme "chao" antes de que Ethan ponga el auto en marcha. Él ni siquiera espera a ver que entre o lo que sea, solo se va y antes de hacerlo se encargó de arrojarme un beso.

Suspiro, aliso mi vestido y camino hacia donde Ethan me indicó. Alzo la mano para tocar el timbre, pero la puerta se abre antes de que pueda hacerlo. Retrocedo de inmediato...Esa sonrisa.

—Hola, corazón.

Todo lo que hago es observarlo. Su jean negro, su suéter gris, el cabello despeinado, la barba y esos espectaculares ojos azules. Estoy tentada a pellizcarme, pero decido que no quiero verme más tonta de lo normal. Doy pasos hacia delante de manera que quedo frente a él, muy cerca. Estiro mi mano y tomo la suya. Sí, no es un sueño.

—Así que éste si es el Kurt de carne y hueso —murmuro, él ríe.

Tropiezo un poco hacia adelante cuando tira de mí, lo que resta de espacio, para darme un abrazo. Cómo puedo, paso mis brazos alrededor de su cintura mientras los suyos están alrededor de mis hombros

—Te sientes bien —murmura abrazándome con fuerzas, rio por lo bajo—. ¿Qué?

—Eso ha sonado muy sucio.

Deja de abrazarme y sus manos se quedan sobre mis hombros luego se pasean por mi cuello antes de detenerse en mis mejillas, baja su cabeza para apoyar su frente contra la mía. Su nariz acaricia la mía y puede que se me corte un poco la respiración.

—Te extrañé —susurra.

—Solo me has visto tres veces en persona —señalo sosteniendo sus muñecas con mis manos.

— ¿Y? de igual manera te extrañé.

Rio y él sonríe, me doy cuenta de que espera que diga algo, pero no es como si su cercanía me dejara pensar.

— ¿Quieres que diga que te extrañé? —pregunto.

—Esas palabras tendrían que ser dichas si fuesen nuestras líneas en una película —Concede—. ¿Estás preparada?

— ¿Para qué?

—Nos debemos algo.

No me da tiempo a procesar su respuesta y el susto de estar "endeudada" porque la distancia es acortada y siento la presión de sus labios contra los mío. Veo esos hermosos ojos cerrarse segundos antes de que sus labios se vuelvan muy participativos. Este, en definitiva, es un verdadero beso.

Casi pierdo el equilibrio y una de sus manos abandona mi rostro para pasar su brazo alrededor de mi cintura. Mueve sus labios sobre los míos, cierro mis ojos y respondo al beso. Primero son pequeñas succiones y caricias, son tentadoras y diría que un poco juguetonas, es un preámbulo porque luego siento el roce húmedo de su lengua sobre mi labio inferior antes de que le dé paso a mi boca, volviéndolo un beso muy profundo y lento. Llevo mis manos a sus antebrazos para sostenerme porque podría perder el equilibrio a medida que me dan uno de los mejores besos de mi vida.

No me importa si es un actor que hace miles de escenas de besos, porque esta no es una escena, aquí nadie gritará "corte". Esto es real y me besa por el simple placer de que le gusto y ¡Demonios! Es evidente que a mí me encanta.

Deslizo mis brazos hasta su cuello y siento cómo ahora son sus dos brazos los que me envuelven en un abrazo mientras ladea su cabeza a un lado para hacer el beso incluso más profundo, cómo si eso fuese posible. Ni siquiera me doy cuenta que tanta intensidad está haciendo que mi cuerpo se incline hacia atrás hasta que básicamente mi espalda podría estar arqueada. Siento las caricias de su lengua contra la mía, la suave succión de mi labio entre los suyos, la sincronía de nuestros movimientos y lo alocado que late mi corazón en este momento.

Golpeo su hombro cuando mis lamentables pulmones queman en busca de aire, que me encanta todo esto del beso, pero necesito vivir para repetirlo. Él acaba por entender mi golpecito y libera mis labios, tomo una profunda respiración mientras abro mis ojos encontrándome con su mirada. Enderezo mi espalda y aclaro mi garganta. Libero su cuello y estiro mi vestido.

Bien, eso estuvo bastante bueno. Más que bueno.

—Dime algo, ¿Todavía tengo mi labial intacto? —pregunto pasados unos segundos.

—No.

— ¡Demonios! Debí intuir que era una estafa y que no era el labial original de larga duración —Ladea su cabeza a un lado, veo detrás de mí—. ¿Qué pasa si tomaron una foto?

—Las personas no saben que poseo esta propiedad, para la prensa y fanáticos vivo en el apartamento que tengo más cerca de la casa de mi abuela.

—Oh...De igual manera para prevenir, debería entrar ¿No?

Se hace a un lado dejándome pasar, toma mi bolso y lo deja en un perchero al lado de la puerta. Tal como en el exterior, es una casa muy bonita, con una decoración de buen gusto, es una casa que cualquiera desearía tener. Es grande, pero aun así luce cálida, como a un hogar pese a que con su trabajo, él lleva una vida muy movida.

—Tienes una casa muy bonita, bueno, estoy intuyendo que es tuya con base a eso —Señalo un estante con fotos de varias premiaciones.

—Oh, no pretendía presumir ni nada —Alza sus manos—. Esas fueron mi mamá y mis tías, ellas disfrutan presumiéndome y están tan orgullosas que lo dejan en todos lados.

—Eso es bonito. Sé que yo haría eso por mis bebés —Me acerco para observar las fotos—. Te ves tan feliz, amas lo que haces y eso es genial.

Volteo y lo encuentro detrás de mí, me da un beso rápido y toma mi mano. Comienza a guiarme mostrándome su casa brevemente. Es el recorrido más veloz que me han dado en mi vida, pero parece que lo veo todo, incluida su habitación desde afuera. Nos hace ir a la cocina y sonrío viendo una serie de golosinas y comidas ligeras.

—Es muy tarde para un almuerzo y muy temprano para una cena. ¿Qué tal una merienda?

—Eso está bien.

— ¿Quieres que vayamos a la sala de estar? Pensarías que planeé todo, pero la verdad es que el romanticismo no se me da en grandes espectáculos o escenarios, soy algo simple en ello.

»Me encargué de que Ethan te trajera, de la comida, pero no me dio tiempo de organizar algun escenario sorprendente, pasé demasiado tiempo con mi mamá y luego...

—Está bien —Lo interrumpo—. Has hecho más de lo que otros hicieron alguna vez. Tu presencia es más que suficiente y esto de los dulces, ya es genial.

»Podemos comerlos dónde gustes, siempre que podamos hablar y compartir, estaré a gusto. No necesito grandes reproducciones, lo simple también tiene su encanto.

—Me gusta eso.

Lo ayudo a llevar las cosas hacia su sala de estar, que en realidad es un pequeño salón lleno de pufs, un televisor bastante grande, un estante lleno de juegos de mesa y DVD.

Él deja todo sobre una pequeña mesa, incluyendo las cosas que ayudé a traer. Acerca dos pufs para que estén lado a lado y me sonríe.

— ¿Película? —pregunta.

—Preferiría que habláramos, he de admitir que esperé mucho por este momento.

Me dejo caer y admito que cuesta un poco conseguir una posición cómoda en donde el vestido no sea una molestia. Él lo nota y se saca el suéter, lo deja sobre mi regazo, cubriéndome, y toma asiento a mi lado. Oh, por favor, éste hombre es increíble. Acomodo el suéter y me siento mucho más cómoda.

—No sabía a dónde me traía Ethan, así que tomé la oportunidad de usar este vestido y resulta que quizá no fue la opción más cómoda para este encuentro.

—Lo veo perfecto y a ti te queda perfecto. No mencioné lo hermosa que te ves porque pensé que eso era algo evidente.

—Concuerdo con eso —Bromeo—. Creo que Zoey amó este vestido, lo guardaré para que cuando crezca lo use, aunque seguro habrá pasado de moda.

— ¿Cómo están ellos?

—Traviesos como siempre y muy lindos —Recalco—. Nadie esperaría que ellos con tanta belleza y ternura, albergarán tanto caos en su ser.

»Y hemos estado trabajando mucho en que Kurt es el amigo de mami. Creo que comienzan a entenderlo.

—Me gustaría conocerlos de nuevo, en mejores condiciones.

—Aquella vez fue una locura...No te sientas obligado a tener que compartir con ellos si no te sientes preparado, no pasa nada si todavía no lo deseas. Puedo esperar.

Toma un bombón de chocolate y me lo entrega, no dudo en aceptarlo mientras él opta por algo de fruta. Espero no acabar desgastándolo con mi mirada.

—Si no quisiera, no te lo diría. No me va la hipocresía —Toma mi mano en la suya y entrelaza nuestros dedos—. Sabía en lo que me metía. Eres una sexy mamá soltera y no me molesta. Asumí que intentaré esto y que pondré lo mejor de mi parte.

»Tú estás dispuesta a lidiar con la locura que viene conmigo, estoy dispuesto a aceptarte a ti y tus pequeños traviesos.

Podría estar seriamente enamorándome en este momento. Parece que todos estos años de ser una niña buena y madre abnegada, finalmente traen su recompensa hecha hombre.

—Bien. Me dijiste que cuando vinieras, este iba a ser un viaje rápido.

—Me devuelvo la madrugada del dieciséis. Solo estaré por hoy y hasta la noche de mañana.

—Tal vez cuando vuelvas podamos organizar un reencuentro con ellos —Me pone un poco nerviosa, pero estoy dispuesta a ello—, es cuestión de planearlo, porque puedo intuir que será algo épico.

—Seguramente —Atrae mi mano a su boca y deja un beso en mis nudillos—. ¿Te he sorprendido con este encuentro?

—Muchísimo, estaba ansiosa cuando dijiste que venías en cualquier momento, pero no pensé que sería tan pronto.

—He sido muy discreto, creo que no se sabe que estoy en Londres. Debo volver para las grabaciones.

Recuerdo el malestar en su voz cuando mencionó que las cosas en su ambiente de trabajo estaban un poco tensas. Le pregunto al respecto y hace una mueca que alcanzo a ver antes de decirme que no ha mejorado la situación y me da la impresión de que no quiere hablar de ello en ese momento, por lo que hablamos de otra cosa.

Me habla de Romeo y la manera exacta en la que se conocieron, le hablo sobre la manera en la que Ethan y yo hemos sido amigos durante todos estos años, durante ello se mantiene jugando con mis dedos y también comemos.

— ¿Fueron novios?

—Sí, por algo así como seis meses. No hubo sexo ni nada sucio, eso debía ser la pista de que debíamos quedarnos como amigos —Me rio—. No me malinterpretes, pese a que lo molesto, sé que Ethan es una delicia para la vista y puede ser encantador.

»Pero no teníamos ese tipo de química. Supongo que queríamos llenar ese espacio, es bueno que ello no dañó nuestra amistad, creo que en parte la fortaleció. Hoy en día es mi mejor amigo y es la persona que más me ha ayudado y apoyado.

Sonrío ante los recuerdos, en casi todos mis buenos momentos, mi amigo siempre ha estado. Siempre estaré agradecida con la vida por ponerlo en mi camino. Pienso en si debo decir mis siguientes palabras; no voy por el mundo proclamando que soy una sobreviviente y que batallé duro con una enfermedad que siempre me aterra pueda reaparecer o heredar mis hijos. Pero me he dado cuenta que Kurt más que ser el hombre que me trae loca, también se convertido en un amigo, un confidente, alguien con el que puedo hablar en confianza sin esperar traiciones.

—Cuando te conocí te dije que estuviste conmigo en momentos importantes —comienzo— y no sabes cuán real es eso.

»Mi mamá murió a raíz de una enfermedad...Que me encargué de heredar. A los dieciséis fui diagnosticada con anemia aplásica, estaba en una fase grave.

—No sé lo que es —admite con seriedad. Le sonrío y le explico de la manera más fácil que puedo en qué consiste—. April...

—Desde los diecisiete años estuve internada para poder vivir, mi salvación era un trasplante de médula, pero mamá estaba muerta y no sabía de mi padre. Fue Ethan quien se encargó de investigar. Él me consiguió un milagro cuando descubrió que tenía hermanos por parte de papá.

»Uno de ellos estuvo dispuesto a ayudarme. Nada fue sencillo, todo fue doloroso y durente esos años en los que estuve enferma, fui muy positiva, pero no puedes mentirte cuando te duele cada centímetro de tu cuerpo, cuando temes a morir. En toda esa travesía mi abuela y Ethan siempre estuvieron conmigo. Nunca me abandonaron —Siento mis ojos humedecerse ante el recuerdo—. Incluso con tantas responsabilidades en su fama tan reciente, Ethan siempre estuvo para mí. Es mi familia.

—Tienes un amigo genial —Aprieta mi mano.

—Lo es, pero no se lo digas o le crecerá más el ego —Levanto mi mano libre y limpio mis ojos—. Lo siento, siempre que hablo de ello me pongo emocional.

—No tienes que disculparte, suena a que bajaste a tu infierno personal y renaciste con más fuerzas.

—Fue doloroso y a veces pensaba que moriría. Dos veces pensé que tal vez podría darme por vencida y no sentir más dolor, pero supongo que soy demasiado terca y no pude rendirme. Heme aquí, una superviviente.

—Y me hace feliz que en este momento estés aquí —Se inclina hacia mí y me da un beso suave en los labios.

— ¿Por qué me besas con tanta libertad? ¿Quién te dijo que podías besarme con tal atrevimiento?

—Tomo riesgos —Me guiña un ojo y vuelve a su lugar, toma una galleta de vainilla.

— ¿Qué hay de ti? ¿Tienes alguna amiga así?

— ¿Qué haya sido mi novia? He tenido pocas novias porque, bueno, admito que fui un poco relajado en no tener relaciones y solo cosas casuales —reconoce encogiéndose de hombros—. Pero fui novio por un tiempo muy corto de Elise Smith, la presentadora de InfoNews.

—Sé quién es, ella es genial. Me gusta cuando entrevista a mis chicos.

—Tus chicos —Se ríe—. Fue una relación rápida, pero ella es increíble. Nos hicimos buenos amigos y de alguna manera, mientras estuvimos solteros, mantuvimos una relación física cada cuánto tiempo.

»Podría considerarla de mis amigas más importantes —Hace una pausa—. Los demás, aparte de Romeo, son compañeros o conocidos, una vez entré en este trabajo, perdí muchas amistades que dejaron de ser verdaderas y supongo que me hice un poco desconfiado sobre las personas. Siempre he sido amistoso, pero no recuerdo haber hecho un amigo memorable. Excepto ahora que tengo a Romeo y Elise, grandes personas.

—No importa si llegaron en tu niñez o adultez, lo importante es que esas personas ahora estén para ti.

Nos mantenemos hablando y es increíble la manera en la que podemos conversar de un tema y otro, se siente como cuando hablamos por mensajes o vídeollamadas. Las risas son presentes, los silencios breves y me doy cuenta de que de verdad él conoce muchas cosas triviales que no esperas que salgan en una conversación; un ejemplo de ello es que pasó al menos diez minutos hablándome sobre un dato curioso sobre cocodrilos, cuando pregunté cómo rayos sabía eso, su respuesta fue: "lo escuché en un programa mientras estudiaba un libreto." Disfruto cada segundo en el que conversamos, siento que mis mejillas se acalambra de tanto sonreír.

— ¿Por qué no comes bombones de chocolate? —pregunto comiendo el último.

—Debo cuidar esto.

Casi escupo el bombón cuando se alza la camisa revelando la belleza de un abdomen bien marcado con una tableta tallada por los dioses. Toso viendo como lo palmea y luego él ríe bajando la camisa.

»Es mentira, bueno, es una parte verdad. Me entreno para mantenerme en forma, trato de evitar ciertas cosas, pero tampoco soy fanático del chocolate. Puedo comer un poco de vez en cuando, pero no es algo que me quite el sueño.

— ¿Qué te quita el sueño en golosinas?

—Debo admitir que tengo debilidad por las palomitas de maíz con extra grasa y la mantequilla de maní. Son mis golosinas.

—Como de todo —Dejo en claro—. Tengo buen metabolismo, lo cual es bueno si tienes en cuenta que quiero comerme todo a mi paso. Pero...No estoy tonificada como tú —aclaro—. Mi ejercicio consiste en correr detrás de dos terremotos para que no destruyan la casa.

—Eso es suficiente ejercicio —Con su dedo pica mi muslo—. Está bien.

—Solo era una excusa para tocarme.

—Tal vez.

Se acerca lo suficiente para besarme una vez más, de nuevo es un beso que hace que quiera encoger los dedos de mis pies. Esta vez enreda sus dedos en mi cabello, arruinando todo el trabajo que hice en hacerle ondas perfectas, mordisquea mi labio inferior y soy quien adentra la lengua entre sus labios. Es un beso más rápido, profundo y enloquecedor. Se inclina hacia mí y siento su mano en mi cadera y admito que me tomo el atrevimiento de ubicar mi mano en su abdomen, sintiendo la dureza de los abdominales que vi hace unos instantes. Llevo mi otra mano a su mejilla sintiendo la aspereza de su barba contra la palma.

Paso de estar sentada en el pufs a estar acostada y con un Kurt muy inclinado sobre mí, tan inclinado que hace un mal movimiento con la pierna que acaba por dejarlo con más de la mitad de su cuerpo en el suelo y una de sus piernas en el pufs. Llevo una mano a mi boca, pero es demasiado tarde: comienzo a reír tan fuerte que el resoplido en mi risa se escucha fuerte y claro.

—Oh, así que te ríes —Pero escucho la diversión en su voz mientras se incorpora, pasa una mano por su cabello—. Eso ha sido vergonzoso, debo admitir.

—Ha sido genial —digo entre risas—. Lo más divertido de la semana.

Por la manera en la que sus orejas están rojas, puedo decir que tiene algo de vergüenza, pero igual ríe. Me incorporo y me inclino hacia él, le sonrío.

—Gracias por hacerme reír —Le doy un beso rápido—. Fue muy genial.

—Me alegro que te gustara mi mal cálculo de espacio.

—Me encantó.

Paso una mano por su cabello y él hace una mueca tierna con sus labios. Me encanta éste hombre.

***

EMADTEM: llego en quince minutos. Me debes.


April: te amo, mejor amigo.


EMADTEM: igual me debes.


Rio y le envío emoticones de corazones sabiendo que los lee en medio de los semáforos, es un conductor responsable. Me giro hacia Kurt, quien ha acabado de lavar los platos sucios. No hizo una cena lujosa, pero hizo unos sándwiches de pollo que quedaron muy deliciosos y fue tan agradable cenar con él. En general, ha sido increíble toda esta ¿Cita? Se siente mucho como una. Se seca las manos y se da cuenta de que lo miro.

—Ethan llegará por mí en pocos minutos.

—Sí que es puntual —Mira la hora en su reloj—. ¿Qué harás mañana?

—Visitaré a mi abuela y por la tarde, llevaré a los niños a un parque genial que vi que abrió. No tengo tiempo a solas.

— ¿Puedo pasar por tu casa antes de irme al aeropuerto? Quiero volverte a ver antes de irme, ¿O crees que estarás dormida?

Mayormente estoy despierta y si estuviera a instantes de dormirme, me tomaría energizante mezclado con cafeína para esperar por él.

—Puedes. Estaré despierta.

—Bien —dice y nos quedamos en silencio—. Esto lo contamos como una cita ¿Verdad? ¿O estamos oficialmente en una relación? Tú decides.

—Cuánta responsabilidad dejas en mis humildes e inocentes manos —bromeo.

Mi teléfono vibra y hago un puchero viendo que, de hecho, Ethan llegó minutos antes. Me acerco a Kurt y le muestro el mensaje, imita mi puchero.

—Hora de irse —anuncio luego de decirle a Ethan que ya saldré.

Kurt abre sus brazos para mí en una invitación que clara y gustosa acepto, me acerco para abrazarlo. Creo que su olor es fantástico y que es muy bueno dando abrazos. Lo miro al rostro y baja el suyo dándome un suave beso, supongo que así seremos ahora pese a que no respondí si esto era una cita o algo oficial.

— ¿Por qué no trajiste un abrigo? Hace frío afuera — ¿Hasta ahora se da cuenta?

—Lo olvidé.

Toma mi mano y nos lleva hasta la sala, toma el suéter que anteriormente usaba y que me prestó, me ayuda a ponérmelo y ríe viendo que llega más debajo de mi vestido, seguro luce cómo si no llevara nada debajo.

—Te lo regalo.

—Qué bueno, porque no contemplaba el devolvértelo —reconozco.

—Estás bastante loca, April. Un buen tipo de locura.

Me alzo sobre las puntas de mis pies, paso mis brazos alrededor de su cuello y le doy un beso nada breve, bastante entusiasta y enloquecedor que me hace recordar que esto real. No soy yo malinterpretando las señales, es algo mutuo y algo que podría terminar bien. Se siente increíble experimentar todas estas emociones correspondidas.

—Es oficial —Le digo.

—De acuerdo.

—Ahora, debo irme o Ethan perderá su escasa paciencia.

Él ríe y me lleva hasta la puerta, tomo mi bolso y guardo mi teléfono en el, antes de que abra la puerta, me abraza de nuevo.

—Se siente bien abrazarte —murmura.

Para cuando abre la puerta, estoy segura de que Ethan está impaciente. Kurt toma mi mano y me acompaña hasta el auto. Ethan baja la ventanilla delantera y lleva un índice a sus labios antes de, con la cabeza, señalar hacia atrás. Grace y los mellizos se encuentran dormidos, ellos básicamente están sobre ella.

Así que Ethan baja del auto y estrecha la mano de Kurt en un saludo, luego me mira con ojos entrecerrados.

—No estuviste haciendo bebés, ¿Verdad? —Me pregunta.

—Sí, y me encargaré de que esta vez sean trillizos, le pondré tu nombre a uno en honor —respondo.

—Qué idiota —masculla y golpeo su brazo—. Nate dijo que viviría conmigo para siempre, necesito que le saques esa idea de la cabeza o me mudaré para que no sepa dónde vivo.

— ¡Ethan! Te ama.

—Y yo lo amo, pero que no sueñe en vivir conmigo. No sé, dile que es mejor vivir con mimi que tiene tetas y no con titi Ethan que no lo deja subir los pies en los asientos.

—Mejor vamos a ponernos en marcha, tengo frío y quiero golpearte —digo.

—Gracias por haberme ayudado, Ethan —dice Kurt, él alza su pulgar en respuesta.

—La única manera en la que puedes agradecerme, es no haciendo bebés con ella en el futuro inmediato. Con eso me basta.

—Hecho —concede Kurt riendo y estrechando su mano en despedida.

Él rodea el auto conmigo y abre la puerta para mí, me da un beso rápido y cuando subo, cierra la puerta.

—Ten dulces sueños.

—Tú también, sueña conmigo y tendrás los mejores sueños —Le responde Ethan como si Kurt hubiese estado hablando con él.

—Solo ignóralo —Le digo a Kurt—. Te veo mañana.

—Seguro, corazón. Descansa —Él da un vistazo a los asientos de atrás— y saludos para los bebés.

—Bueno, nos estamos yendo —Ethan hace una pausa—. Gracias por haberla hecho sonreír, mientras lo hagas, me caerás bien.

Kurt retrocede y finalmente Ethan pone el auto en marcha. Volteo a ver a los bellos durmientes y saco el teléfono de mi bolso para tomarles una foto, se ven adorables.

— ¿Cómo se portaron?

—Como siempre, tenían demasiada energía, pero todo controlado. Mamá Victoria todavía tiene el talento de domar niños —Sonríe—. Ellos la aman, pero eso es inevitable.

»Doug apareció con Jeffl, así que estuvieron jugando mucho —Voltea a verme brevemente—. Veo que te fue bien, ¿Ya no eres la pobre desgraciada soltera por siempre?

—Él es algo más.

—Es un tipo decente, debo admitir. De hecho, me agrada. Espero y todo vaya bien —Se encoge de hombros—. Me gusta cuando sonríes y eres feliz.

—Aw, te amo.

—Lo sé.

—Yo también te amo —Imito su voz y ríe.

—No hablo así, tonta. También te amo aunque me pongas de niñero y seas loca.

Me estiro como puedo con el cinturón de seguridad y beso su mejilla, vuelvo a mi asiento y nos mantenemos en silencio.

—De verdad me gusta —murmuro.

—De verdad le gustas —Es lo que responde.

Sonrío, porque también me di cuenta de ello: le gusto. No está asustado, no está retrocediendo. Cubro mi rostro con las manos y contengo las ganas de soltar un grito feliz.

—Estoy muy feliz, Ethan.

—Puedo notarlo, te sienta bien.

—Ya quiero que sea mañana —suspiro—. Fue una noche perfecta.




Holaaaa. Pensé que no alcanzaría a actualizar, pero parece que lo logré. Si el capítulo tiene algún error, me disculpo.

El hada en esta oportunidad señala a la bella may. Bueno, ti amu mucho, ahora compartimos juntas otra locura. Espero pronto verte de nuevo, nunca cambies, siempre birlla así y gracias por tu apoyo y amor a lo largo de todos estos años.

Para adelantos, noticias, firmas, sorpresas y micro-relatos de personajes de mis historias, pueden conseguir todo en mi cuenta de instagram: DarlisStefany. Y la página de facebook: Darlis Stefany. Twitter: Darlis_Steff.

Espero les guste.

Un beso.

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