Capítulo Dieciséis


Capítulo dieciséis.

Kurt.


De acuerdo, después de todo tal vez sí me veo ridículo y esa sea la razón por la que April me mira con la boca abierta. Ella parpadea varias veces antes de reír y veo cómo la tensión en sus ojos cae mientras sacude su cabeza y se acerca a mí dándome un beso rápido en la boca. Golpea uno de los globos y ríe.

—Los globos son inesperados, Kurt, pero es un bonito gesto.

— ¿Si? Siento que podría estar haciendo el ridículo, corazón.

—Te ves adorable y creo que romperá el hielo...Ellos están un poquito nervioso.

La miro, ella también luce muy nerviosa y yo lo estoy. Así que supongo que será una reunión de adultos y bebés nerviosos. ¿Qué resultados obtendremos?

Me insta a entrar y cierra la puerta detrás de mí. Estoy tan nervioso que ni siquiera le doy un halago sobre lo encantadora que la encuentro con su camisa de unicornios y las dos trenzas.

Llegamos hasta la sala y en el sofá, básicamente pegados, costado con costado, se encuentran dos bebés que me observan con ojos muy abiertos. De verdad son niños muy bonitos. Zoey va vestida con un conjunto azul de short y camisa mangas largas, y Nathan lleva un short caqui con camisa color rosa. Éste último bebé lleva un dedo a su boca mientras mira de su mamá a mí.

Hay un nervioso silencio en la sala y aclaro mi garganta agitando lo globos, eso llama su atención. Zoey hace un sonidito de grito emocionado y los señala.

—Esto es...Para ustedes.

Me miran y luego a April. La primera en moverse es Zoey, se baja de una manera graciosa del sofá y corre para detenerse frente a mí. Mira hacia arriba, a mí, y luego hacia los globos. Sonríe mostrando pequeños dientes.

—Bonito —Aplaude.

Da pequeños saltos queriendo alcanzarlos, supongo. Me agacho para estar a su altura y acercarle los globos, ella ríe tocando varios de ellos.

—Titi —dice señalando el rojo, luego al azul— ¡Y Titi!

—Se refiere a Dexter y Harry, en ese orden. Dexter rojo, Harry azul —dice April.

Ah, supongo que eso para su familia tiene sentido, para mí no tanto, pero espero luego irlo entendiendo, tengo tiempo para eso. Cómo estoy cansándome de estar agachado, me dejo caer en el suelo, sentado. Zoey da vueltas alrededor de mí tocando los globos. Miro a Nathan quien bajó del sofá, pero se mantiene recargado mientras me devuelve la mirada un tanto dudoso.

— ¡Tú! —Canturrea Zoey señalándome.

— ¡Yo!

—Papi de no bebés —Se acerca a mí y toca mi reloj—. La bebé ¡Zozo! —Toca de nuevo el globo y ríe—. ¿Beshito?

Asiento y se acerca, su pequeña mano se posa sobre mi brazo y se alza sobre las puntas de sus pies, veo divertido la manera adorable en la que su boca parece una pequeña trompita y deja un beso ruidoso y con algo de baba en mi mejilla. Se aleja y está mostrando tanto sus dientes en la sonrisa, que su nariz se arruga y sus ojos se achican.

Tengo un grave problema porque siento que la pequeña ya se robó mi corazón.

Miro hacia Nathan, él decide moverse del sofá, pero corre hacia su mamá y se esconde detrás de sus piernas, me da breve miradas mientras se abraza a ella. Parece que hoy es un niño tímido y desconfiado.

—Vamos a saludar a Kurt, Nate —dice April con alegría intentando sacarlo de su escondite.

Él se queja y da la impresión de que comenzará a llorar mientras se agarra con más fuerza. Lo saludo con mi mano y ve hacia otro lado. April suspira y le sonrío.

—No te preocupes, quedan muchas horas para romper el hielo —Me incorporo—. ¿En dónde dejo los globos?

Ella se acerca con el niño abrazado a su pierna y los toma de mis manos mientras me indica que me siente en el sofá. Hay unos dedos pequeños tomando los míos, bajo la vista y Zoey me mira atenta tomando con mucha más confianza mi mano.

—La bebé en el sofá...Y papi de no bebés.

—Oh, eso tiene sentido —Le doy la razón y camino con ella hasta el sofá.

Me siento y la veo trepar hasta sentarse a mi lado, estira su mano y toca mi reloj diciendo que es bonito.

—Tú eres bonita —digo tocando su cabello extremadamente lacio. Me sonríe.

—La bebe siempre nonita.

—Oh, así que eres una chica segura de sí misma —Me rio —. Me gusta.

Veo a April sentarse en el sofá individual con Nathan sobre sus piernas, él me mira y cuando se da cuenta de que lo noto, se acurruca contra ella y mira hacia otro lado. April hace un puchero hacia mí y gesticula un "lo siento".

Zoey me sobresalta cuando grita y aplaude, baja del sofá y se va corriendo. Nathan mira por dónde se ha ido su hermana y baja del regazo de April, parece que se está pensando si ir detrás de ella o dejarnos solos. Decide quedarse, se agacha y me mira.

Zoey vuelve trayendo consigo una Barbie y un auto de carreras que hace jadear a su hermano. Olviden a Nathan calmado agachado, él está ahora de pie encontrando a su hermana a mitad de camino e intentando quitarle el auto.

La Barbie cae al suelo porque Zoey no se deja y un coro de "mío" viene de Nathan mientras tira con fuerza del auto.

—Aquí vamos —Se lamenta April.

— ¡Deja a la bebé!

—Es del bebé. Mío.

Zoey le pega en el hombro y Nathan tira de su cabello haciendo que ella empiece a llorar y lo pellizque, ahora él también llora. El auto es olvidado en el suelo en medio de la pelea, ahora los dos se tiran del cabello.

Nunca pensé que una pelea de bebés pudiera ser tan salvaje...Y entretenida. Es raro que no hayan ideado un programa de televisión basado en el comportamiento de bebés.

April interviene arrodillándose y separándolos con sus manos, es un poco gracioso ver las pequeñas manos intentando darse golpes mientras una mano en sus barriguitas los aleja el uno del otro.

Me levanto y me agacho cerca de la zona de guerra y tomo el auto de carreras junto a la Barbie, ambos olvidados en medio del combate.

Ambos bebés respiran agitados y tienen las mejillas sonrojadas, ojos llorosos y pucheros. April tiene los ojos cerrados aun sosteniendo a cada uno con una mano en la barriga. Cuando abre los ojos tiene una de esas miradas que nacen en ti cuando eres padre.

— ¿Qué he dicho sobre las peleas? Están prohibidas en casa —Comienza retirando sus manos—. Zoey tienes que consultar con Nathan si quieres tomar sus juguetes y Nathan debes compartir con tu hermana. No vamos por la vida repartiendo golpes y a mami no le gusta que se comporten cómo mapaches peleando por comida.

»Vamos a disculparnos en este momento, porque no quiero a hijos rencorosos. ¿Comienzas tú, Zoey?

—No, no quelo al bebé.

—La bebé es fea.

— ¡No! —grita Zoey lanzándose de nuevo a la carga contra Nathan.

Tomo el cuerpo de la pequeña peleona, pegando su espalda de mi pecho y se retuerce cómo un gusano. Nathan se ríe de ella y le muestra la lengua.

April tenía razón, ellos son dos pequeños tornados que se miran adorables, pero que podrían arrasar con todo a su paso.

—Quiero escuchar disculpas ahora mismo o habrán serios castigos. Zoey, empieza.

Los escucho decir un lo siento y luego son obligados a abrazarse, la guerra parece que terminó en paz. Me siento de nuevo en el sofá con la Barbie y el auto en mi mano. Zoey vuelve a sentarse a mi lado y aun dudoso, Nathan se acerca y toma el auto de mi mano.

—Ashi, ve —Me dice el niño—. Rum, rum...

Empieza a rodar el auto por mi zapato y lo va subiendo por mi pierna cómo alguna pista de carrera y a Zoey se le ocurre que la Barbie esté sobre el auto y a Nathan le parece una idea estupenda, así que ambos juegan sobre mi zapato y pierna, me siento una autopista para bebés.

— ¿Te incomoda? —pregunta April sentándose a mi lado.

— ¿Bromeas? Soñé toda mi vida con ser una autopista automovilística para bebés.

Ella ríe y ve a los niños, me gusta la mirada amorosa que les da. Sé lo que se siente tener a una mamá dispuesta a darlo todo por ti, que te haga sentir seguro y protegido; los mellizos son afortunados de tenerla cómo mamá; al igual que yo, ellos tuvieron la fortuna de tener una súper mamá en sus vidas.

—Eres una gran mamá, April —Estiro mi mano y tomo la suya—. Tienes unos hijos locos, pero ellos son geniales.

Su sonrisa es amplia y aprieta mis dedos con los suyos.

—Tú también eres genial, Kurt.

Le devuelvo la sonrisa y vuelvo mi atención a los mellizos. Aunque Nathan juega sobre mi pierna, no ha cedido a mí todavía, a diferencia de Zoey que me habla y me dice todo lo que su Barbie es, además, ella me la presta para jugar. En algún punto, ellos intercambian los juguetes y Nathan cree que Barbie es una súper conductora de carreras, mientras Zoey usa el auto cómo una elegante limosina que se desplaza lentamente por mi tobillo.

En un momento dado, me quedo solo con ellos porque April dice que hará el almuerzo, pese a que insisto que puedo ordenar algo. Termino rodeado de muchos juguetes, siendo deliberadamente ignorado por Nathan y dándole tanta atención cómo pide a Zoey. Evito otra pelea y sonrío viéndolos entenderse y abrazarse. No puedo evitar pensar que hubiese sido genial tener un hermano o hermana, incluso algún primo.

— ¿Y tu bebé? —Me pregunta Zoey.

—No tengo bebé —Respondo haciendo una mueca de pesar.

Ella se va corriendo a la que ya supongo es su habitación, en donde guardan todos estos juguetes, veo a Nathan y tomo uno de los dinosaurios.

—Grrrr soy el tiranosaurio —digo.

Nathn alza la vista y ladea su cabeza hacia un lado observándome, vuelvo a gruñir haciendo caminar al dinosaurio hacia él. Finjo que le muerdo el brazo y él sonríe, luego voy a su barriga y ríe. Toma otro dinosaurio y me imita fingiendo adorables gruñidos mientras supuestamente me muerde la mejilla.

—Oh, no, mi rostro. Señor dinosaurio, pare, por favor —imploro de manera teatral.

—Grrr.

Finjo caer al suelo de espalda y él ríe llevándolo a mi cuello. Zoey vuelve y me incorporo, Nathan ahora me sonríe mientras nos mira atentos. Zoey trae consigo una muñeca con un biberón y me la entrega.

—Tu bebé.

—Gracias por darme tal responsabilidad, Zoey.

—Zozo —corrige Nathan señalándola—. La bebé Zozo.

— ¿Y cómo se llama esta bebé? —pregunto dándole el biberón falso a la muñeca.

—Bebé —responden ambos al unísono.

¡Vaya! Qué creativos son.

Me mantengo jugando con ellos y es increíble la cantidad de energía que absorben, admiro a April por hacer esto todos los días. Cuando el almuerzo está listo, la admiro aún más porque se encarga de ver que coman bien pese a que juegan con la comida en la misma cantidad en la que la comen y ni siquiera puedo explicar cómo hay comida incluso en sus cabellos.

La comida pese a ser sencilla es deliciosa, soy fan de la comida casara porque muy pocas veces tengo oportunidad de disfrutarla. Luego de comer, ella limpia sus rostros y manos – el cabello – y noto cómo sus energías van disminuyendo. Primero vienen los bostezos, después parpados caídos y cuando menos lo espero, tengo a mi costado a Zoey dormida mientras Nathan está fuera de combate en el suelo abrazando a un dinosaurio.

Pese a que ofrezco mi ayuda para llevarlos a su habitación, April se hace cargo y la diferencia sobre los mellizos despiertos y dormidos es muy notable, la casa está en silencio y es cómo si toda esa furiosa energía estuviese en pausa.

Dejo ir una lenta respiración por la boca y sonrío. Esto no ha salido tan mal. Creo que los resultados han sido buenos. Siento alivio, estaba muy nervioso sobre este encuentro, sobre agradarles, no hacer molestar a April y no parecer un inútil. También me asustaba la posibilidad de que tal vez, entrara en pánico y quisiera irme corriendo, por suerte eso no pasó.

Ordeno los juguetes desplegados por el suelo para que nadie se tropiece con ellos y me dejo caer en el sofá, me siento un poco cansado, creo que nunca había jugado tanto con niños, en realidad, nunca pasé tanto tiempo con niños tan pequeños.

April reaparece y se deja caer a mi lado, paso mi brazo por sus hombros y la atraigo hacia mí. Permanecemos en silencio, ella alza su mano y acaricia con sus nudillos mi barba.

— ¿Fui bueno? —Rompo el silencio.

—Fuiste grandioso. Mejor de lo que esperaba y Nate parece no tener reservas hacia ti. Confieso que estaba muy nerviosa.

»Estaba tan nerviosa que ellos se dieron cuenta y por eso estaban siendo raros en un principio.

—También estaba nervioso, no quería que me odiaran.

Ella ladea el rostro y me mira, su sonrisa es tan amplia y real que dejan un brillo en sus ojos avellanas. Bajo mi rostro y la beso de una manera menos casta de cuando nos saludamos. La beso de una manera que incluye lengua, lentitud y pasión.

Siempre tuve mis reservas sobre conocer a personas, sobre involucrarme con personas ajenas al entorno en el que me desenvuelvo. Desconfianza sobre creer y esperar algo bueno, pero April ha sido una bonita sorpresa. Una hermosa excepción.

Enredo mis dedos en su cabello y me inclino hacia ella, ladeando mi cabeza hacia otro lado para tener más acceso a su boca. Cuando actúas los besos solo son otra línea más sobre el trabajo, muchos piensan "qué genial besarse con todos", pero es un trabajo, no es real; es por ello que cuando besas a alguien con quien de verdad deseas hacerlo, se siente infinitas veces mejor y lo disfrutas un montón. Teniendo en cuenta que April es una increíble besadora, lo disfruto muchísimo.

Lo disfruto tanto que comienzo a sentir los cambios notables ante la reacción de mi cuerpo en un deseo de tener mucho más. Seré honesto, nunca estoy mucho tiempo sin tener sexo, es una realidad que no voy a disfrazar ni de la que me avergüenzo. Así que digamos que estoy un poco delicado sobre ese tema, pero no seré un asno presionando sobre ello, no creo que vaya a morir por abstinencia y si experimento bolas azules, lidiaré con ello. Mi mano no lo ha estado haciendo mal hasta el momento.

La espalda de April cae sobre el sofá y estoy sobre ella besándola, sus dientes mordisquean mi labio inferior antes de sentir la humedad de su lengua en el área. Sus dedos están dentro de mi cabello. Me apoyo sobre mis codos para no aplastarla mientras nos besamos.

—Esto me afecta —digo contra su boca dejando continuos besos.

—Lo sé, puedo sentirlo —susurra de vuelta.

Y para darle más peso a sus palabras, alza sus caderas y se roza contra la evidente dureza. Me encanta su descaro. No sé por cuánto tiempo nos besamos, pero se siente cómo ser nuevamente un adolescente emocionado por una sesión de besuqueo.

—Deberíamos hacer más —susurra y lleva sus manos a mi culo—. Claro, no ahora, pero creo que llevas mucho tiempo tentando a mis hormonas.

—Pensé que eras quien estaba tentando en esta relación.

—Tal vez, soy la mujer que buscaba una relación en donde hubiera sexo candente. ¿Puedes darme eso? Porque aún estoy a tiempo de dejarte.

—Puedo —respondo dándole otro beso.

—Siendo así, creo que es un punto en nuestra lista que debemos tachar pronto.

Asiento en acuerdo y nos besamos otro poco más antes de incorporarnos, lidiar con la frustración sexual y conversar sobre otros temas que distraigan nuestras mentes. Creo que llegó el momento de que nos hagamos cargo de nuestra alta tensión sexual y deseo.

***

14 de septiembre, 2015.

Me hubiese gustado tener el día de ayer una cita con April, pero pese a que lo intentamos, al final no pudimos llevarlo a cabo; tuve que reunirme con mi abogado para discutir sobre Jean y llevó más tiempo del que esperaba y al final April y yo no pudimos concretar ningún encuentro.

Sobre lo que hablé con mi abogado, me encuentro un poco nervioso sobre las repercusiones que puedan haber en mi carrera artística una vez las noticias salgan. Sé que no todos van a creerme, que muchos cuestionarán por qué lo digo ahora, que habrá chistes a mi costa y que tal vez, algunos directores ni siquiera quieran trabajar conmigo. Son riesgos que he decidido tomar, Jean traspasó muchos límites y así cómo lo hizo conmigo, lo hará con muchos más. Sí, mi testimonio solo será un precedente, tal vez ni siquiera haga una gran diferencia, pero al menos me sentiré en paz conmigo mismo sabiendo que sembré la duda, que otros tal vez tomen mi ejemplo y algún día decidan hablar.

También hablamos sobre Morgan. Su abogado quiere llegar a un acuerdo para no llevar las cosas más lejos. Una gran parte de mí quiere ceder porque me preocupa la estabilidad de su papá y porque la consideré una amiga en su momento, pero otra parte – que es alimentada por las mujeres de mi vida – siente que si no continúo con esto, ella simplemente volverá a clavarme otros puñales. No quiero más traiciones.

— ¿Qué te tiene tan preocupado, cerdito?

Alzo la vista encontrándome con la tía Karina, vuelvo en mí viendo alrededor cómo todas están muy ocupadas preparando lo que parece el almuerzo del año. Regreso la atención a mi tía.

—Solo pensaba sobre lo que hablamos con el abogado. Estoy un poco asustado sobre las posibles repercusiones, pero no arrepentido de hablar.

—Sin arrepentimientos —Alza el pulgar.

—Pero sobre Morgan...Me siento un poco incómodo. No creo que si llegamos a juicio ella pueda pagar la sumatoria por daños y estaremos ambos en todas las noticias.

—Tener una sentencia legal en donde se le prohíba difundir contenido sobre ti, ayudaría mucho, Kurt. Sobre todo teniendo en cuenta que ella poseía un vídeo sexual de ti, que es de allí de dónde tuvieron orígenes las fotos.

—Lo sé...Pero tal vez si mi abogado redacta un documento en el que se comprometa a no difundir información sobre mí, uno documento muy específico, ella entenderá.

—Piensa bien lo que quieres hacer, Kurt. Te apoyaré en cual sea tu decisión, incluso si no me gusta. Eres lo suficiente adulto para saber qué decisiones tomar y el peso de ellas. Avísame cuando estés más sereno qué es lo que quieres hacer y yo me adapto a ello.

—Soy un adulto para tomar mis decisiones —Repito sus palabras y finjo sopesarlas—. Quiere decir eso que si elegí a una mujer cómo mi novia, fue mi decisión adulta y ustedes se deben adaptar a ello ¿Correcto?

Su boca se abre y cierra, me levanto de la silla y me agacho para estar a su altura. Le doy una amplia sonrisa. ¡Te atrapé, Kari!

—Entonces, cuando mi novia entre en unos minutos por la puerta de casa, basándome en tu anterior declaración, tú no la espantarás porque son mis decisiones ¿Correcto? Y tú te adaptas a ello.

—Eres un cerdito astuto —Golpea mi nariz con su dedo—. No puedo garantizar que ella me agrade, pero al menos prometeré comportarme.

—Esa es suficiente ayuda, teniendo en cuenta que estoy muy preocupado sobre ellas —Asiento hacia mamá, mi abuela y dos tías.

—Sí, bueno, prepárate, cerdito.

Trago, estoy asustado. Me enderezo y camino hacia la cocina, abrazo desde atrás a mi mamá interrumpiendo su tarea de cortar frutas.

—Mamá, sabes que te amo ¿Verdad? —pregunto, ella asiente—. Y tú me amas muchísimo.

—Eres la persona a la que más amo.

—Ow —Dejo un beso en su mejilla y la abrazo con más fuerza—. Y porque me amas muchísimo, no le pondrás las cosas difíciles a mi novia ¿Verdad?

Ella gira en mi abrazo y pellizca mis mejillas, hago un puchero y eso la hace reír, murmuro un "mamá" de la manera más amorosa que puedo, ella ríe más.

—No es que ponga las cosas difíciles. Todo depende de cómo sea ella y si me agrada. No soy actriz, hijo, no estoy jugando un papel —Arregla el cuello de mi camisa—. Solo soy una mamá intrigada y muy segura de que no quiere que nadie más lastime a su bebé. ¿Entiendes eso?

»Si ella te gusta y te sientes seguro de tu relación, no entiendo qué te asusta. Prometo que seré justa. Ahora, deja de intentar manipularme para terminar con estas frutas.

Asiento y puesto que mi tarea pelando y cortando papas terminó hace mucho, salgo de la cocina y llego hasta la amplia sala. Me dejo caer en uno de los tantos sofás y saco mi teléfono del bolsillo de mi pantalón.


Kurt: ¿Crees que ellas espanté a April?


El mensaje en respuesta no tarda en llegar, lo que me dice que no se encuentra en grabaciones en este momento.


Mi Romeo: Creo que la pregunta está mal.

Mi Romeo: la forma correcta es: ¿Ellas van a ser espeluznantes? Sí.

Mi Romeo: ¿April se espantará? Depende de que tan raras se puedan poner tus mujeres.

Kurt: estoy nervioso, es la primera novia que traigo en años. Y con el paso del tiempo ellas solo se han vuelto más sobreprotectoras.

Mi Romeo: relájate. No puede ir tan mal.


Famosas últimas palabras.

***

—Va con retraso —Dice la abuela sentada en el sofá leyendo un libro.

—Solo son diez minutos —respondo viendo por la ventana.

—Once, en realidad —dice tía Isabel.

—Tal vez hay mal tráfico —dice tía Karina—. Igual no tenemos prisa, ¿O estás muy hambrienta, mamá?

—No, pero la puntualidad es importante —responde mi abuela pasando la página del libro.

Miro la hora en mi reloj y luego el teléfono para verificar que no me he perdido ningún mensaje suyo, pero alzo la vista y encuentro que su auto está llegando, mi teléfono se ilumina antes de que suene, se trata de ella.

— ¿Si, corazón?

—No sé si he vuelto a perderme o estoy frente a la casa correcta —dice.

Camino hasta la puerta y la abro, la saludo con la mano y la escucho reír al teléfono.

—Estás en la dirección correcta, corazón.

—Ya veo, voy a colgar.

Finaliza la llamada, guardo mi teléfono y camino hacia ella que se está estacionando a un lado de la acera sin interrumpir el paso para otros. Espero a que apague el motor para abrir la puerta para ella. Cuando baja, me inclino y dejo un beso sobre sus labios a modo de saludo.

—Perdona el retraso. Se supone vendría con tiempo, pero antes de salir Nathan me ensució con un jugo y debí cambiarme, luego me perdí y estaba entrando en pánico, por suerte llegué.

—Tranquila, todo está bien.

Me hace a un lado y abre la puerta de copiloto, saca lo que luce cómo un increíble pastel de fresas. Cierro la puerta por ella y me sonríe.

—Ahora, no creas que esto lo hice. No quería venir con las manos vacías, atrapé a Ethan de buen humor y lo hizo por mí, por lo que seguramente esto sabe incluso mejor de lo que se mira.

—Se mira delicioso.

—Créeme, debe saber mejor.

La insto a que caminemos hacia la casa y me da una sensación agradable el notar que se encuentra relajada sin ningún tipo de nervios a la vista. Cierro la puerta detrás de nosotros y quito el pastel de sus manos. Ella se detiene viendo las fotos que se encuentran en la pared del pasillo de entrada.

—Qué lindo eras de pequeño, ya veo por qué creciste siendo este bombón.

—El que está conmigo en la foto es mi papá.

—Te pareces a él, eres lo mejor que dejó en vida —Me sonríe—. Tu mamá también es guapa, tienes algún aire a ella.

Espero y mamá esté escuchando eso, los halagos son una buena manera de romper el hielo y más si son sinceros. Llego hasta la sala y las cinco mujeres que me criaron se encuentran de pie en una línea diagonal, me resultaría gracioso si no estuviese tan nervioso. No me pierdo la manera en la que reparan a April de pies a cabeza, volteo a verla y ella les está dando una sonrisa mientras saluda con la mano.

—Bueno, ellas son mi abuela Nadia, mis tías Isabel, Corina y Karina. Y mi mamá Sabrina —Hago una pausa dándome cuenta que hablé muy rápido—. Y familia, ella es April Nowell...Mi novia.

—Hola, un gusto conocerlas —Se acerca sin prisas y extiende la mano hacia ellas.

Tía Karina es la primera el estrecharla y después de ella, todas lo hacen. En todo momento April sonríe mientras le dice que trajo un pastel horneado por su mejor amigo.

— ¿Eres muy cercana a tu mejor amigo? —pregunta mi abuela—. Kurt, lleva el pastel a la cocina y tápalo para que no lleguen hormigas.

—Sí, soy muy cercana a mi mejor amigo, es básicamente parte de mi familia.

Tengo un dilema, no quiero dejarla sola, pero mientras más rápido lleve el pastel, más rápido podré volver. Así que básicamente corro a llevar el pastel. Lo tapo y respiro hondo. No sé qué tan rápido lo hice, pero al volver todas están sentadas en el sofá.

Camino hasta el sofá de dos puestos en el que está sentada April y me siento a su lado, tomo su mano en la mía y le sonrío. Su cabello hoy va lacio y dejando mis nervios a un lado, me doy cuenta de que va más arreglada. Lleva maquillaje que hace que sus ojos se vean más grandes y brillantes, sus labios se ven mucho más provocativos de lo normal y su ropa es una camisa blanca holgada de botones con un jean súper ajustado. Se ve increíble y cómo un imbécil no le dije nada al respecto.

—Te ves hermosa, aunque siempre lo eres —digo, me guiña un ojo.

—Lo sé, pero hoy me veo increíble —Vuelve su atención a mi familia que nos observaba.

—Así qué... ¿Cuántos años tienes? —pregunta mamá.

— ¿Cuánto puede imaginar que tengo?

La pregunta parece tomarlas por sorpresa y luego de que se miren entre ellas, una ráfaga de cifras que rondan entre veinticuatro y veinticinco son dichas. April ríe.

—Tengo veintisiete años. Sí, soy mayor que Kurt, pero supongo que no se nota teniendo en cuenta que me dijeron edades más bajas que la que tengo.

— ¿A qué te dedicas? —pregunta Tía Isabel.

April se embarca a explicarles que escribe columnas de reflexiones en una revista de la que no da el nombre porque le gusta que las personas la lean sin estar predispuestas. Luego le preguntan si alguna vez ha visto mis películas, a lo que ella ríe y declara ser una gran fan; a mamá esa respuesta parece agradarle al igual que a tía Karina, pero el resto levanta alguna muralla cómo si eso significara peligro. Trato de no alarmarme y April parece estar igual de relajada que cuando llegó.

Las preguntas no dejan de llover y April las responde todas con su carisma habitual, debido a que la conozco me doy cuenta que pese a que está siendo paciente siente que algunas son demasiado y las maneja de manera experta. También hablo y trato de que la conversación no se centre solo en preguntas y surjan temas que podamos conversar todos y eso aligera un poco la tensión en el aire.

— ¿Cómo conociste a Kurt? —pregunta tía Karina realmente intrigada.

Tiene sentido. Cuando dije que tenía una novia que quería que conocieran, estaba conmocionada porque dijo que el 85% de mi tiempo lo pasaba con ella y mayormente fuera del país, por lo que no le encontraba sentido a la existencia de una novia que no conocía. Es algo que supongo no la deja dormir.

— ¿En persona? ¿O cómo fan?

—Ambas —dice tía Corina hablando por primera vez en muchos minutos en donde solo se dedicó a escuchar y observarla.

—Estaba en una mala etapa de mi vida, una en dónde fingía estar bien para que mi familia estuviera feliz.

Ahí están de nuevo sonando las alarmas para ellas, puedo imaginar que piensan en drogas, prostitución o cualquier cosa negativa posible. Casi quiero rodar mis ojos.

—Así que conocí el trabajo de Kurt en un hospital en donde esperaba no morir.

El semblante de todas cambia y sé que no saben cómo actuar ahora. No es que April quiera generar lástima, ella solo está siendo honesta sobre su historia. Entrelazo nuestros dedos y llevo su mano a mis labios, beso sus nudillos. Siempre diré cuán maravillosa y valiente considero que es.

—Él me inspiró a darme cuenta que a los malos días también hay que sonreírles. Me ayudó a disfrazar el dolor con sonrisas mientras me distraía viendo sus películas —Me da una sonrisa y vuelve su atención a ellas—. Ahora, sobre conocerlo en persona, esa es una historia divertida.

—Lo es —aseguro recordando la llamada de Ethan.

—Siempre estuve bromeando sobre que Kurt era el gran amor de mi vida y diciéndole a mi mejor amigo que debía conseguir la manera de hacerme conocerlo. Era una broma con la que me encantaba molestarlo, no creí que de verdad él se esforzaría en hacerlo realidad.

—Su mejor amigo es Ethan Jones —explico, antes de que puedan preguntar—. Uno de los integrantes de BG.5.

— ¿Los niños de Max Greene? —pregunta tía Karina.

— ¿Conoces a Max? —pregunta April—. Y sí, es uno de los tormentos de Max.

—No lo conozco, pero he escuchado de él. Uno de los mejores agentes —La mira con nueva sorpresa—. Entonces, ¿Te relacionas con BG.5?

—Sí. Ethan es mi amigo de la infancia y posterior a ello, cuando la banda comenzó, comencé a relacionarme con los demás. Por eso siempre le digo a Kurt que esta vida de estrella que lleva, la conozco.

»Sé que se lidia con prensa mala o buena, fanáticos obsesivos y otros maravillosos. Agendas alocadas y horas de trabajos coordinadas de manera extraña. Aunque no pensé tener realmente una relación con alguien del medio artístico, mis amigos me prepararon muy bien para esta vida.

Ah, así que esa no se la esperaban. Es algo que no les dije, quería que ellas lo descubrieran y creo que las expresiones de sus rostros están de foto.

—Pero en fin, la cosa es que Ethan logró que Max consiguiera el contacto del agente de Romeo Vara y que luego Romeo le diera el número de Kurt. Me organizaron una fiesta y lo próximo que supe es que estaba conociendo a Kurt en persona. Tampoco pensé ese día que terminaríamos de esta manera.

»La confianza que Kurt me ha dado para conocerlo de una manera en la que no lo es públicamente, significa mucho para mí. Sé lo difícil que es creer en las personas cuando trabajas en esa industria, pero él sabe que de mi parte, no arruinaré lo que estamos viviendo.

Me inclino y beso su mejilla. Me fascina esta mujer y en lugar de pensar que le hice un favor a Ethan Jones, prefiero pensar que él nos hizo un favor a nosotros.

—Eres increíble, corazón.

—Y cómo soy increíble, tengo un novio igual de increíble —Me dice haciéndome reír.

—Sí, nuestro cerdito es increíble —dice tía Karina y cierro mis ojos con rapidez.

— ¿Cerdito? —pregunta April intentando ocultar la diversión en su voz—. No es un apodo que hubiese esperado que tuvieras, Kurt.

—Es nuestro cerdito desde que nació —dice tía Corina.

Abro mis ojos y veo que los de April brillan con diversión, arruga su nariz y finge el sonido de un cerdito, siento que me sonrojo.

—Tal vez debería ponerle apodos así de divertido a mis bebés.

Ese ha sido un disparo directo a los corazones en esta sala. Creo que alguna de ellas jadea y April enarca una de sus cejas hacia mí en interrogación, me encojo de hombros. Todo lo que le dije a mi familia de April es que era una mujer maravillosa, quería que ellos la conocieran y descubrieran cada una de las cualidades que la hacen única.

—Soy mamá soltera —dice y ve a mi mamá—. Usted mejor que nadie debe entender cómo funcionan las cosas en esa situación.

—Claro. ¿Qué edad tiene tu bebé?

—Son mellizos y tienen dos años —Sonríe—. Son adorables y muy lindos. Podría ponerme en modo mamá a enseñarle fotos y vídeos, pero me prometí que no lo haría en este primer encuentro.

—Te entiendo, me sentía así con Kurt cuando estaba pequeño...Bueno, todavía, solo que antes debía presumirlo con fotos impresas.

»Él era un bebé tan hermoso, las personas siempre se detenían para comentarlo y me asustaba que alguien quisiera raptarlo, viví los primeros años de su vida con ese miedo.

— ¡La entiendo! Pero mi mejor prevención es decirles a todos que se los regalo, así descarto a los peligrosos.

—Nunca se me ocurrió —Se ríe mamá y me relajo—. Creo que no importa que sea el primer encuentro, me gustaría ver fotos de tus bebés.

— ¡A mí también! —dice tía Karina.

Mi abuela, tía Isabel y Corina se disculpan diciendo que ordenarán todo para el almuerzo. April saca su teléfono y se sienta al lado de mi mamá, a su lado se sienta tía Karina y comienzan a ver fotos de los mellizos.

—Ow, qué bonitos. ¡El niño tiene pecas! —celebra tía Karina—. ¿Cómo se llaman?

—Nathan y Zoey.

Ellas comienzan a babear sobre los bebés y me pongo de pie yendo a la cocina. Mis tías y mi abuela se callan en cuanto llego, no hay que ser un genio para saber que hablaban de mí. Me acerco y las miro.

— ¿Las ayudo con algo? —pregunto rompiendo el silencio.

—Ve llevando estos platos —dice la abuela.

Asiento y es lo que hago, primero con los platos y luego con los vasos, durante ello el silencio tenso está a mi alrededor. Dejo mis manos sobre el mesón y las enfrento.

—Muy bien, acabemos con esto. ¿Qué sucede?

—Creemos que no es suficiente —dice tía Isabel.

No puedo evitar reír y sacudir mi cabeza. Qué buen chiste.

—No soy un príncipe y estoy lejos de ser perfecto. Ella es mucho más que suficiente y lo más importante es que la elegí.

—Es tu fan, ¿No crees que eso es incómodo y extraño? —pregunta tía Corina.

— ¿Pero qué argumento es ese, tía? ¿Tienes idea de lo genial que es que mi novia admire mi trabajo? Me derrito cada vez que dice que mis películas o series significan mucho para ella. Me encanta que comprenda cuánto amo hacer lo que hago.

»Qué me escuche cuando tengo un mal día de rodaje, que bromee sobre ello. Es algo bueno.

— ¿Qué pasa con los bebés? ¿Está esperando que les des tu apellido?

La espinita de la abuela es la que más me pica y me indigna. Casi preferiría que no hubiese hablado.

— ¿Es en serio abuela? ¿Me lo dices tú que enviudaste joven? Tú que tienes una hija que me ha criado sin un padre.

» ¿Qué, qué pasa con los bebés? Que me encantan, que son niños increíbles que están siendo criados de una forma genial por April, lo que me hace admirarla. Y no, ella no está pidiendo mi apellido, somos nuevos en nuestra relación romántica. Es un puente que cruzaremos al llegar y... ¿Qué con eso? Es horrible que tomes a dos bebés cómo un defecto.

—No es lo que quise decir, Kurt —suspira—. Estoy preocupada, has tenido a tantas moscas...

—No son moscas, son mujeres que al igual que yo buscaban un buen momento. Sí, algunas fueron un fatídico error, pero son personas, abuela, no moscas. Y April también es una mujer en la que me he interesado y que afortunadamente me corresponde. No sé a dónde nos llevará esta relación, pero espero y sea muy lejos.

—No es de mi agrado —dice tía Isabel.

—Pues es una pena, tía, porque sí es de mi agrado. Y planeo que esta relación sea toda una maravilla —sentencio.

Me doy la vuelta saliendo de la cocina y tropiezo con April. Mierda, mierda. Las probabilidades de que lo haya escuchado todo, son muy grandes. Suspiro. Ella me da una pequeña sonrisa que no luce cómo las suyas.

—Quería preguntar si necesitaban ayuda.

—Lamento eso, que lo escucharas y...

—No es tu culpa, Kurt. Era una posibilidad —Se encoge de hombros—. En este momento quieren protegerte, nadie nunca será lo que esperan para ti y cómo madre lo entiendo. Sin embargo, no puedo quedarme a almorzar y fingir que pese a entenderlo, no me molesta lo que escuché.

»Me siento muy incómoda en este momento —Rasca su ceja—. No puedo sentarme en la misma mesa con ellas y fingir que todo está bien. Tal vez, debamos intentarlo en otra oportunidad.

No quiero que se vaya, pero ¿Qué puedo hacer? No la obligaré a estar en un lugar donde no se siente cómoda y con debida razón. Así que asiento y la acompaño a la sala por su bolso. Mamá y tía Karina preguntan qué sucede, les hago saber que luego les explico. Ellas se despiden de April con un pequeño abrazo y diciéndole que en otra oportunidad esperan se reúnan por más tiempo.

Acompaño a April a su auto y me da una sonrisa ligera junto a un beso en la mejilla. En. La. Mejilla.

—Discúlpame con tu abuela y tu otras tías por irme sin despedir, pero...No iba a ser hipócrita y me conozco, podría haber dicho algo que me hundiría y te pondría a ti en una situación difícil.

—Estoy tan molesto y avergonzado, de verdad lo lamento.

Se encoge de hombros y sube al auto, cierra la puerta y poco después se marcha. Giro y camino hasta la casa, en la sala se encuentran todas reunidas viéndome a la expectativa.

— ¿Se ha ido? —pregunta tía Corina sorprendida.

—Claro que lo ha hecho. ¿Quién quiere estar en un lugar dónde no se siente bienvenida y hablan a sus espaldas sobre no ser suficiente? —Tomo mi abrigo y las llaves de mi auto.

—No es lo que queríamos...

—Abuela, dejemos algo muy en claro. Las amo, de verdad que las amo con mucha fuerza y ustedes son muy importantes para mí. Pero April Nowell no solo me gusta, hay sentimientos. Es mi elección y no voy a retroceder.

»Soy un adulto y tomos mis decisiones, incluso si les parece la equivocada. Deben respetarme y al menos intentar conocer a la persona que escogí para ser mi novia luego de tanto tiempo, la persona con la que me arriesgo a confiar —Suspiro—. Voy a irme al apartamento, no tengo hambre.

Me acerco y besos sus mejillas ignorando el "quédate" colectivo. Cierro la puerta detrás de mí y de verdad tengo una sensación agria sobre cómo terminó esto.


Kurt: Mamá y Kari fueron realmente geniales.

Mi Romeo: ¿Y las demás?

Kurt: April se fue antes de llegar al almuerzo.

Mi Romeo: ¡Joder! Lo lamento, ellas tuvieron que ser muy duras.

Kurt: e irracionales. Fueron muy irracionales.

***

April no está respondiendo mis mensajes y las dos veces que la llamé, la llamada fue desviada. Así que estoy en mi apartamento, acostado en el sofá y arrojando una pelota de goma al techo que me encargo de atrapar de vuelta cuando cae. Mi teléfono está lleno de mensajes de disculpas de mis tías y abuela. Hablé con mamá y por fortuna ella y tía Karina rechazan el comportamiento que tuvieron las demás, pero eso no cambia nada.

—Tal vez fui muy tonto esperando que todo saliera bien —mascullo.

Arrojo la pelota de nuevo y quiero cubrirme con una manta para evitar la vergüenza que me embarga al recordar que April escuchó las tonterías dichas en la cocina, quisiera eliminar ese momento de mi memoria.

El timbre de mi apartamento suena y de verdad espero no sea ninguna de ellas porque no quiero ser irrespetuoso y en este momento no quiero hablar con ellas. Me pongo de pie y camino hasta la puerta, la abro y miro con sorpresa a la persona que se encuentra aquí.

—No me gustó lo que ellas dijeron de mí, pero amé cada palabra que salió de tu boca —dice—. Y no, no estoy cazando tu apellido, el mío les queda genial a mis hijos —Me hace retroceder y cierra la puerta detrás de ella.

Deja caer su bolso al suelo y se suelta el cabello, me sonríe y pasa sus brazo alrededor de mi cuello, se alza sobre las puntas de sus pies y deja un beso en mi cuello.

—También eres mi elección. Te elegí a ti y tu familia es un adicional que viene contigo, uno que espero con el tiempo me pueda aceptar —Toma impulso y se alza enredando sus piernas alrededor de mi cintura, mis manos van a sus muslos para sostenerla—. También espero que en esta relación todo sea maravilloso.

»Y para que conste, esta es una clara visita de "significas mucho para mí" y "házmelo esta noche". ¿Lo entiendes, Kut?

—Totalmente lo entiendo, corazón.






Holaaaa, aquí les dejo el capítulo de esta pareja que tanto me encanta.

No planeaba tardar tanto en actualizar, pero bueno ojalá el día tuviera más horas.

Para adelantos, noticias, firmas, sorpresas y micro-relatos de personajes de mis historias, pueden conseguir todo en mi cuenta de instagram: DarlisStefany. Y la página de facebook: Darlis Stefany. Twitter: Darlis_Steff. 

Espero les guste.

Un beso.

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