Mamoru nunca fue bueno con las palabras, siempre había sido más ese chico que lanza patadas y gritos entusiastas sin pensar. Un adolescente como él, ahora se encontraba sentado frente al escritorio de su habitación, con la laptop encendida frente suya, con el Word abierto en una página en blanco y con los dedos inquietos esperando a que cualquiera entre y escriba por él.

Ese es Mamoru, no es un escritor, sino un futbolista. Pero no puede ir con el profesor de mañana y decirle que no hizo la tarea porque su sentido futbolístico es mayor que su sentido académico.

—(Me recuerda a un episodio de Bob Esponja)—Piensa Endou mientras toma un diminuto balón de su escritorio, para comenzar a patearlo con la punta de sus dedos—(¿Cómo se llamaba?)

Y así, Endou perdió quince minutos tratando de recordar un episodio de una serie de su infancia. Después de darse cuenta que estaba perdiendo toda la tarde, decidió llamar a su pareja, Ichirouta Kazemaru para que le ofreciera un poco de asesoría. Toma su móvil y presiona el primer contacto de la lista. Endou tampoco es un chico que se la pase en el móvil todo el día, pero con Nathan era la excepción.

—Hola Endou—Saluda Kazemaru con ese tono animado que siempre adquiere cada vez que habla con el portero—¿Qué pasa?

—Hola...—Mamoru suaviza sus facciones al escuchar la voz del peliazul—Estoy bien pero me dieron ganas de escucharte.

—Entiendo...—Mamoru no lo sabía, pero Ichirouta tiene una sonrisa tonta en el rostro; siendo un chico nervioso, Kazemaru no sabe cómo reaccionar a ese tipo de comentarios—Pues ya me estás escuchando, ¿es suficiente?

—¿Crees que tengo suficiente de ti?—Pregunta Mamoru con una risa.

—Oh, eh...—Ichirouta siente su propio rostro sonrojarse—No sé, espero que no.

—Jaja, ¿y qué haces?—Pregunta Mamoru mientras descansa su cabeza en su puño.

—No mucho, espero la lavadora—Comenta Kazemaru, quien se encuentra sentado en una silla de plástico en el patio de su casa, con un vaso de té helado en su otra mano—Es domingo y no puedo ir mañana al entrenamiento con el uniforme sucio.

—Que responsable eres, me haces quedar mal como un flojo—Bromea Mamoru mientras mira las fotos que tiene de su equipo puestas en su pared, sobre todo las de su novio—¿Y ya hiciste la tarea?

—Claro, la hice desde el viernes porque después se me olvida.

Mamoru se siente culpable por tener un novio tan educado, amable y estudioso cuando él siempre está aprobando las materias únicamente porque le da fama a la escuela.

—Ojalá estuvieras aquí, me haces mucha falta—Gimotea Mamoru mientras mira su laptop todavía en blanco—No he hecho la tarea de redacción y es para mañana a primera hora.

Mamoru esperaba que Kazemaru lo regañara; pero el tono de voz del peliazul se volvió tan suave y gentil que sorprendió al portero.

—¿Necesitas ayuda? Sé que esa materia no es lo tuyo, puedo ir hasta allá para ayudarte si quieres.

Mamoru siente un pinchazo en el pecho, sonrojándose al instante.

—Aww, Ichirouta—Endou sonríe enormemente—No quiero molestarte, ósea, si quiero que estés aquí, pero...

—¿Pero?

—Pero creo que estoy grandecito para hacer mi tarea por mi mismo—Mamoru suelta una pequeña risa.

—No tiene nada de malo que te ayude de vez en cuando, es como cuando tú nos ayudas en los entrenamientos, es apoyo mutuo ¿sabes?

Mamoru lo medita unos segundos; observa su laptop vacía y las fotos en la pared.

—Está bien, gracias, eres el mejor.

—Bien, entonces voy para allá—Dice Kazemaru mientras se pone de pie—¿Qué te parece si después de que termines tu tarea practicamos un poco?

Cualquier otro día Mamoru habría respondido un "por supuesto" pero hoy decidió hacer algo por Ichirouta por ser tan buena pareja.

—¿Y si vemos algo? Ese anime de pelea que últimamente te gusta mucho.

—¿En serio? Tu no eres mucho de ver series en general.

—No, pero soy mucho de estar contigo.

Kazemaru vuelve a poner una sonrisa tonta en el rostro, entonces escucha la lavadora pitar, así que debe colgar su uniforme para ir rápido a la casa de su querido Mamoru.

—¡En cinco minutos llego capitán!—Exclama Kazemaru antes de colgar, dejando extrañado a Endou.

—Ah...—Mamoru mira la hoja vacía en su laptop—Colgó y viene para acá...¡colgó y viene para acá con mi cuarto hecho un desastre!

Mamoru olvida la tarea y se centra en recoger las botellas vacías de energizantes y envolturas de frituras por toda la habitación con tal de estar medianamente decente para Kazemaru.

Endou siempre se esforzará en las cosas que no le gustan por Ichirouta.

¿Logrará pasar lo mismo con la tarea?

Spoilers: Si, Endou sacó un 7, y ambos no pudieron evitar celebrar.

Parece que alguien estará en la casa de Mamoru más seguido.

Fin