Capitulo X

– ¿Su amigo? – enciendo el cigarrillo y le doy una calada.

– Si.

– Acabas de pasar de tener una obsesión por años con ella y ahora eres su amigo – Ethan me mira incrédulo como si lo que estuviera contándole fuera algo demasiado imposible para ser cierto.

– No era obsesión, solo curiosidad y ahora que ella acepto ser mi amiga puedo indagar más sobre el misterio que rodea su vida.

– ¿Estás seguro que quieres meterte en eso, no crees que puede ser algo peligroso? a fin de cuentas no se sabe que tan oscuro es el secreto que guarda.

– Sinceramente, no tengo idea de lo que estoy haciendo pero por alguna extraña razón, no puedo parar – lanzo el cigarrillo al suelo y lo aplastó con mi zapato.

Ethan suspira.

– Bien, sabes que de igual forma voy apoyarte en lo que sea y como soy muy buen amigo, hoy tenemos una fiesta en la ciudad y puedes decirle a Alisson que venga con nosotros.

¿Alisson en una fiesta?

Es la idea más loca que me han planteado, pero moriría por ver eso.

– Sabes que jamás aceptaría ir a una fiesta – Le digo poco convencido.

– Pues esa es tu tarea, aceptar que venga.

Sería una tarea muy difícil, pero en el fondo muero por verla rodeada de Miles de personas, ebrias y descontroladas.

Su cara de horror sería épica.

Sonrió por la imagen mental y le doy unas palmadas a Ethan en la espalda, antes de comenzar a caminar.

– Nos vemos en la noche.

– ¿A dónde vas? – Me pregunta parado al lado del auto de mamá.

– A casa de mi vecina – Guiño un ojo y sigo mi camino.

No podía simplemente tocar la puerta y ya.

Porque posiblemente los padres de Alisson aún estaban allí, así que debía ir hasta los laterales de la casa y tratar de escalar hasta la habitación de Allison.

Era una idea tonta y que solo funcionaba en las películas. Pero nada perdía con intentarlo.

Con suerte nadie en casa que estuviera cerca de las ventanas podría verme, porque de ser así me metería en graves problemas.

Comencé a escalar, apoyándome en las rejas de las ventanas, con cuidado de no mirar abajo, la casa era mucho más grande y alta que la mía, así que no era tan sencillo como parecía, pero finalmente, pude lograr llegar a la ventana de Alisson, la cual para mí fortuna no estaba cerrada. Después de meter una pierna y luego otra, estuve dentro de la habitación.

Alisson no estaba en la habitación, pero voces en la casa me avisaron que allí estaban.

Abrí la puerta de la habitación de Alisson con mucho cuidado de no hacer ruido y luego de comprobar que no había nadie a los alrededores, camine por los pasillos hasta el inicio de las escaleras, dónde me escabulli en un pilar y pude oír con claridad las voces del piso de abajo.

– Principessa, creímos a ver visto un progreso en ti, pero vemos que no ha cambiado nada desde la última vez que estuvimos aquí, dime, ¿Acaso quieres volver a ese lugar?

– No – La voz seca y cortante de Alisson, se oyó clara.

– Entonces espero que comiences a comportarte, sabes que no quiero que la historia se repita, papá te ama.

– Es por eso que no se acomoda, ella necesita mano dura, no un imbécil como tú qué no le sepa poner carácter – Era la voz de la mamá de Alisson la cual había escuchado en su habitación, era la única que gritaba y se veía alterada.

– Es mejor que guardes silencio Cassandra.

– No sé que hice mal en la vida, para tener a una hija tan defectuosa como tú.

¿Que tan infeliz tienes que ser, para hablarle así a tu propia hija?

– ¡Cassandra he dicho que te calles! – Paolo se oía furioso y los gritos entre los padres de Alisson no pararon después de eso, sin embargo, el sonido de unos pasos subiendo, me avisaron que Alisson ya venía en camino.

Así que como pude rápidamente, camine a su habitación y entre cerrando la puerta a mis espaldas, fui a la ventana e hice como si acabará de entrar, justo al tiempo en que ella entraba a la habitación.

Al verme, se quedó por un momento quieta mirándome, quizas confundida o sorprendida. No lo sabría, porque nunca tenía emociones en su rostro.

– ¿Max?

– Hola – Sonreí nervioso.

– ¿Que haces aquí?

– Vengo hacerte una invitación – Con las manos dentro de mis bolsillos, me atrevo a caminar al rededor de la habitación, no había mucho que observar, todo era en tonos neutros y aburridos, podría decir que era una habitación llena de misterios como su dueña.

– ¿Una invitación, porque? – ahora sí había una emoción clara en su rostro y era la de desconcierto.

– Porque los amigos se hacen invitaciones Alisson.

Se quedó callada unos segundos mirando a la nada, quizás pensando si eso era cierto o no.

– Pues no lo sabia.

Se cruza de brazos y desvía la mirada, lucía algo ¿Avergonzada?

Era algo muy difícil de creer, pero la Alisson que tenía enfrente no era nada parecida a la que solía conocer.

Y eso era interesante y a la vez aterrador.

– Ahora lo sabes y quiero que vayas conmigo a la fiesta que habrá está noche en la ciudad – Sus ojos se abrieron y su expresión me causa gracia.

– ¿Una fiesta y en la ciudad? Creo que juntar dos cosas que jamás he echo en una sola noche no es buena idea – Nego con la cabeza y camino al marco de la ventana, esa que tenía una muy buena vista a mi habitación ahora que lo veo.

– ¿Nunca has ido a la ciudad? – Pregunté sorprendido.

– Nunca he salido de casa Max, solo cuando voy de visita a Italia con papá – Darme cuenta que Alisson pasó parte de su infancia y toda su adolescencia, encerrada en esa enorme casa, sola y sin nadie con quien conversar, era bastante abrumador para mí.

Quizás Alisson era así por esa razón.

Ni siquiera sabe el concepto de amistad.

No podía imaginar los traumas que tendría esa chica en su cabeza, no es normal vivir tantos años encerrada y sola.

Quizás Alisson tendría un problema psicológico a raíz de todo esto...

– ¿Y en Italia tampoco tenías amigos?

– Ya te dije que nunca he tenido eso – Su mirada está perdida, mirando al exterior y aunque su voz siempre está equilibrada, está vez, parecía tener un tono de tristeza.

– Bueno para eso estoy aquí, ¿Recuerdas? Yo te enseñaría todo eso que no sabes del mundo, así que de verdad me gustaría que fueras conmigo esta noche, mostrarte la ciudad y que te diviertas en la fiesta y puedas socializar con personas nuevas – Me acerqué con cuidado a ella y toque su hombro.

– Piénsalo, voy a estarte esperando afuera – Se hizo a un lado y yo salí por la ventana.

Solo esperaba que mis palabras bastarán para que aceptará y de no ser así, debía entender que quizás era difícil para ella estar rodeada de personas.

...

La brisa de la noche golpeaba mi cara y el humo del cigarrillo se perdía entre la oscuridad que me rodeaba.

Me encontraba apoyado en mi moto esperando por Alisson, si en 20 minutos no venía, entonces tendría que irme.

Cactus estaba jugando en el jardín de la casa con su pequeña pelota y de vez en cuando me sacaba sonrisas, ver al perro jugando hizo que el tiempo se pasará volando y para cuando me di cuenta, ya habían pasado 30 minutos.

– Bueno amigo, creo que es hora de que entres a la casa – Cactus de un momento a otro comienza a ladrar como loco, parecía que quería seguir jugando.

– Te prometo que le diré a Jack que te saque a jugar más a menudo, pero ya me tengo que ir – Sin embargo note que ladraba para una dirección en específico. Detrás de mi.

Cuando me di la vuelta Alisson estaba allí.

Por un momento, realmente unos largos segundos me quedé observándola de pies a cabeza.

Iba vestida con una falda negra algo corta, con una camisa negra con rojo y unas botas negras, su cabello perfectamente peinado y sus labios rojos carmín.

No era algo inusual, porque siempre vestía con los mismos colores, pero está vez, lucía diferente, no sabía exactamente qué era, pero estaba seguro que se veía preciosa.

– No sé si vaya adecuada para una fiesta, pero no quiero llamar mucho la atención – Y yo estaba completamente seguro de que ella sería el centro de atención está noche.

Solté una pequeña risa.

– Alisson, dudo mucho que pases desapercibida.

– ¿Porque, voy muy exagerada, me cambio? – Miraba su ropa y parecía algo preocupada, me causaba gracia lo mucho que se estaba esforzando en esto, cuando aparenta que no le importa.

– No, estás perfecta, de verdad luces muy hermosa esta noche – Me miro con el ceño fruncido y desvió la mirada.

No esperaba que me respondiera, ella no estaba acostumbrada a los halagos.

– ¿Nos vamos ya? – Pregunta.

– Si claro – Miro a Cactus que a estado todo el rato mirándonos y tomo la correa para meterlo en la casa.

Cuando salí de la casa Alisson me esperaba junto a la moto, miraba distraídamente el vecindario, a lo lejos una niña jugaba con su bicicleta, nadie más estaba afuera y eso me resultó extraño porque se sabía el peligro que presentaba estar afuera a estas horas.

Alisson se dio cuenta que me había quedado mirando fijamente a la niña.

– ¿Hay algún problema? – negué con la cabeza.

– No, es que esa niña no debería estar afuera.

– ¿Porque? – No sabía que tan enterada estaba Alisson de las noticias, tampoco si sabía que yo era el principal sospechoso de los asesinato, según el oficial Smith.

– No sé si sabes, pero hay un asesino suelto – Note una leve tensión en su cuerpo al decir eso y rápidamente desvió la mirada.

– Algo había visto en las noticia – Murmura.

– El oficial Smith sospecha de mi – me subo en la moto con la mirada aún en la pequeña niña que juega sola en la calle, no sabía si debía dejarla allí sola o pedirle que fuera a su casa.

– ¿Enserio? – Alisson seguía parada al lado de la moto, al parecer está vez, la niña si le había despertado su interés.

– Si, así que debo cuidarme y mantenerme al margen.

– Yo voy hablar con la niña – La miro sorprendido y no me da tiempo de responderle, porque comienza a caminar en dirección a donde estaba la niña.

Por suerte no había nadie más afuera, porque de ser así todos quedarían sorprendidos al ver a la misteriosa Alisson, caminando como si nada, pero sobre todo, cruzando palabras con alguien más que no fuera ella misma.

Sorprendente.

Vi como se detuvo enfrente de la niña y para mi gran sorpresa, pasaron unos cuantos minutos conversando, no se qué fue lo que le dijo a la niña, pero al final, recogió su bicicleta y entro a su casa.

Alisson no se movió hasta que no se aseguró que había entrado y estaba sana y salva.

Una pequeña sonrisa salió de mis labios, pero tuve que disimular cuando llegó a mi lado y se montó en la moto.

– Ahora si Maxi, hora de ir a la susodicha fiesta – Coloco sus manos al rededor de mi estómago y esta vez no me preocupe en ocultar mi sonrisa.

Y acelere la moto, dejando atrás las cuatro paredes que protegían a la pequeña princesa del misterio que me acompañaba.

Esta noche sería muy interesante.

...

Habíamos llegado a la enorme mansión dónde se llevaba acabo la fiesta, el jardín estaba repleto de gente, algunas ya en un estado de ebriedad notable.

Si el lugar estaba así por fuera, no quería imaginar por dentro.

Estacione la moto en un lugar libre que encontré y baje de ella con Alisson siguiéndome, tenía una clara expresión de horror en el rostro y tuve que hacer un esfuerzo para no reírme.

Miraba a todos como si fueran de otro planeta y se alejaba bruscamente cuando alguien pasaba muy cerca de ella.

– No van a comerte, son personas igual que tú – Dió un brinco y me miró con una mueca de desagrado en el rostro.

– No me gustan las personas.

– Ya lo sé – Me estuve en la puerta de la entrada y antes de abrir su mano tomando la mía me sorprendió.

Mire nuestras manos entrelazadas y luego a ella, quien se encogió de hombros y suspiro.

– Vamos – Apreté su mano y gire el pomo de la puerta.

Tal y como había supuesto, la casa estaba hasta el tope de gente, las paredes y ventanas retumbaban por culpa de la música y el centro de la casa era la pista de baile.

Cómo pude camine entre la marea de gente sin soltar la mano de Alisson y unos cuantos conocidos me saludaron.

Salí hasta el patio trasero, dónde había una piscina, algunas personas se bañaban en ellas, mientras otras bebían en el pasto.

A lo lejos pude distinguir a Ethan con un grupo de chicos y chicas.

El también me vio y me hizo seña con la mano para que me acercara.

– Por un momento pensé que no vendrías – Es lo primero que dice cuando llegamos al sitio, me da unas palmadas en la espalda y mira a Alisson con una sonrisa – Mira nada más y vienes muy bien acompañado.

Le lanzó una mirada de advertencia pero el parece muy encantado con Alisson para darse cuenta.

– Alisson, el es Ethan mi mejor amigo – Le da una mirada de arriba abajo y simplemente asiente con la cabeza.

– Ethan, ella es Alisson mi vecina.

– La famosa Alisson, un placer conocerte – Le ofrece su mano, ella la mira un buen rato, hasta que a Ethan no le queda más remedio que bajarla y yo no puedo evitar reír.

– Me cae bien – Me dice el.

Niego con la cabeza divertido.

– ¿Quieres algo de beber? – Le pregunto.

Se encoje de hombros y tomo eso como un si, nos alejamos de Ethan prometiendo vernos luego y camino con ella en busca de la cocina.

La cual encuentro cinco minutos después.

– ¿Quieres una cerveza? – levanta una ceja.

– ¿Una cerveza? – La miro incrédulo, no era posible que nunca haya probado una cerveza.

– Si, ya sabes la bebida que contiene alcohol y todo eso – frunce el ceño.

– ¿Nunca has probado una cerveza?

– En casa tengo prohibido tomar bebidas alcohólicas y cuando tomo medicamentos no es bueno mezclarlo con alcohol.

– ¿Medicamentos? – Parece que se da cuenta de su error e inmediatamente desvía la mirada.

– Puedo probar una – Cambia el tema y me arrebata de las manos la cerveza que le había ofrecido.

Decido ignorar esa parte y disfruto ver su expresión cuando da el primer sorbo.

Es de desagrado total, pero luego toma unos cuantos sorbos más y parece que lo disfruta.

– ¿Te gusta?

– Sabe horrible – Pero se que le ha gustado y unos veinte minutos después lo confirmo cuando ya se ha tomado 7 vasos y comienza a tambalearse.

– Las cervezas se toman despacio, no es una gaseosa lo que te estás tomando Alisson – Le digo divertido, quitándole el vaso de la mano.

– Eso pudiste haberlo dicho desde un principio – Grita por encima de la música para que pueda escuchar y frunce el ceño.

Sus mejillas estaban sonrojadas por el calor que causaban las personas, ya no tenía casi labial y miraba a todos como si estuviera enojada con cada uno de ellos, pero a la vez tenía un rastro de curiosidad en su mirada, veía como bailaban, como se reían e incluso la pille viendo a una pareja besandose, no le gustaba que nadie la tocará ni si quiera por equivocación, eso parecía desagradable para ella como si fuera superior a todos aquí.

Pero unas cuantas veces la vi riéndose de alguna idiotez que hacian los chicos.

Eso fue algo que me sorprendió y al parecer ella también, porque en cuanto se dió cuenta dejo de reírse y me miró para asegurarse que no la había visto, yo hice como si no lo hubiera echo para que no se sintiera incómoda.

Una cabellera rubia me distrajo por un momento y a lo lejos pude ver la figura esbelta tan conocida de Phoenix, debí haber sabido que ella iba a venir y la verdad no sabía si era buena idea que ella y Alisson estuvieran en el mismo sitio. Sabía lo odiosa y cruel que podía ser Phoenix, pero también había visto como era Alisson cuando llegaba al límite y no estaba acostumbrada a estar rodeada de tantas personas.

Habían dos opciones.

O esto salía bien y Phoenix ni siquiera se daría cuenta que estoy aquí.

O saldría muy mal.

Y como no, los ojos de Phoenix se fijaron en mi y sonrió de oreja a oreja, caminando hacia nosotros.

No había visto a Alisson hasta que estuvo delante de nosotros, su sonrisa flaqueo pero se encargó de mantenerla mientras arqueaba una de sus perfectas y maquilladas cejas.

– Cariño, estás aquí – Rodeo sus brazos al rededor de mis hombros e intento besarme la boca pero la aparte al instante.

– Phoenix – Quite sus brazos de mis hombros y ella finalmente miro a Alisson.

– Pero que tenemos aquí, el bicho raro  por fin salio de su cueva – Allisson, quién había estado todo este tiempo mirando a los que bailaban, volteó su rostro hacia ella y la miro de arriba abajo despectivamente.

Era lo que siempre hacia con cualquiera que le hablaba.

– ¿Y tú eres? – Phoenix la miro indignada como si todo el mundo tendría que saber quién era ella.

– Phoenix Jhonson cariño, tu linda vecina – Estiró su mano para que Alisson la estrechará, pero como era de esperarse ella no le devolvió el gesto.

Eso pareció enfurecer aún más a Phoenix, porque suspiro pesadamente y esta vez su atención fue directo a mi.

– ¿Que haces con ella aquí?

– Eso no es tu problema – Me encogí de hombros y tome un trago de mi cerveza o eso intenté, porque Phoenix le dió un manotazo al vaso y este salió volando, directo al suelo.

La mire pasmado por unos segundos y luego a mi alrededor, nadie se había dado cuenta de eso, excepto Alisson quien la miraba como si estuviera loca.

Y creo que realmente lo estaba.

– ¿Que no es mi problema? Ya casi ni nos vemos, no me escribes ni nada y cuando te veo, estás con esta loca en una fiesta como si nada ¿Que diablos te pasa? – Respire profundo tratando de mantener la calma.

Odiaba que me hicieran este tipo de escenas y más que fuera precisamente ella, como si tuviéramos una clase de relación cuando sabe perfectamente que no es así.

– Phoenix, no montes una escena aquí por favor.

– Entonces, dile que se largue y así tú podrás quedarte aquí conmigo.

– ¿Disculpa que dijiste? – Alisson se había acercado a ella y esta vez su mirada no era curiosa o tranquila cómo estuvo toda la noche.

Esta vez su mirada era como esa vez que entre en su casa en busca de la mascota de mi hermano o como todas las veces que me pidió que me alejara de ella.

En ese momento entendí, que la naturaleza no se puede ocultar por mucho que intentes tenerla al margen, es como cuando adoptas un animal salvaje y pretendes que sea un animal dócil y doméstico, lo crías para que sea así y cuando se gana tu confianza y cariño es cuando saca su verdadero ser, porque en algún punto de su vida ese animal llegará a su límite y te hará saber que ese no es entorno, ni su vida y su naturaleza saldrá y te sacara los ojos.

Alisson era como un animal salvaje, el cual yo quería domesticar, pero en cualquier momento ella iba a sacar su verdadero ser.

Y por un momento tuve miedo de que su presa esa noche, fuera Phoenix.

La pregunta quedó en el aire, cuando Alisson levantó su mano.

En ese momento pensé que le iba a dar una bofetada, creo que hasta Phoenix lo pensó.

Pero en cambio, paso sus nudillos por su mejilla en una leve caricia, de arriba a abajo. Phoenix la miraba sorprendida tratando de entender que estaba haciendo y yo miraba la escena con precaución.

– Mi mamá solía decir que las chicas lindas debían mantener la boca cerrada o les iba a ir muy mal – Coloco un mechón de su rubio cabello atrás de la oreja y de repente sonrió.

– Alisson, creo que es hora de irnos – Tomé una brazo pero ella lo jalo bruscamente y me miró aún con la sonrisa en sus labios.

– No quiero, la noche se está poniendo divertida – Miro por última vez a Phoenix y se alejo perdiéndose entre la gente.

Me quedé mirando la dirección en que se había ido pasmado.

– Esa chica está loca – la mire furioso y pase por un lado para buscar a Alisson.

Pero ella no se quedó allí y empezó a seguirme diciendo que parara.

Joder, cuando quería era insoportable.

Salí al jardín tratando de encontrar a Alisson pero allí no estaba, no era buena idea que ella estuviera sola en una fiesta y medio borracha.

Solo esperaba que no se haya ido de la casa, porque estamos lejos de casa y no sabria como llegar.

Los gritos de Phoenix comienzan a volverme loco y me volteo causando que choque con mi pecho y retroceda.

– ¿QUE QUIERES?

– Que dejes de buscarla y me prestes atención a mi – Frunce el ceño.

– No estoy para cumplir tus caprichos en este momento Phoenix, déjame en paz – Vuelvo a entrar en la casa y esta vez la busco en las habitaciones del piso de arriba, la casa es enorme y hay gente por todos lados.

Algunas habitaciones están ocupadas y me llevo la incómoda sorpresa.

Otras están vacías.

Toco la puerta que está al final del pasillo, pero no hay nadie y resulta ser el baño.

Cuando quiero salir, la puerta es cerrada y alguien me empuja contra ella.

– Que diablos...– Unos labios contra los míos, me impiden terminar la frase.

Sus labios son gruesos y no son familiares para mí, pero besa tan jodidamente bien que por un momento me olvidó de lo que estoy haciendo y me dejó llevar.

Las manos de las chicas se meten debajo de mi camisa y araña mi piel con sus uñas, sus besos son fuertes y para nada delicados, toma mi cabello y lo jala, en el proceso muerde mis labios y una pequeña gota de sangre resbala por mi barbilla.

Pero su lengua la atrapa inmediatamente y me sigue besando como si nada.

Tomo su cabello para profundizar el beso y me quedo de piedra cuando me percató de lo corto de su cabello

Cabello corto y labios gruesos.

Abro los ojos de golpe y me alejo de la chica, quien me mira con la respiración agitada y el labial corrido.

Alisson.

Mi respiración también está agitada y ninguno de los dos parece querer decir una palabra.

Ella mira mis labios y muerde los suyos, no estoy seguro si es una invitación a qué la bese, pero no me resisto y es lo que hago.

El beso es con aún más intensidad y subo sus piernas alrededor de mi cintura para pegarla más a mi, la llevo al lavabo y la siento con sus piernas aún en mi cintura.

Jalo su cabello y beso su cuello, mordiendo y chupando, mientras meto una mano por debajo de su falda, su respiración de agita aún más y su pecho sube y baja, hago aun lado su ropa interior y meto mis dedos.

Está tan húmeda que entran con facilidad y sus gemidos llenan en pequeño baño.

– Estás tan mojada – susurro en su oído y muerdo el lóbulo de su oreja.

No responde, en cambio busca con desespero el cierre de mi pantalón y lo abre de un tirón.

Saco mi mano y levantó su falda hasta la cintura.

Miro sus labios rojos e hinchados y meto mis dedos en su boca.

Ella los chupa mientras me mira a los ojos, en ellos puedo ver lo mucho que desea esto.

Y me lo confirma cuando ella misma, mete la mano dentro de mi pantalón y  saca mi miembro.

La tomo de la cintura y la jalo fuerte hasta tenerla dentro de mi, puedo ver su cara de absoluta satisfacción y eso me prende aún más.

Comienzo a entrar y salir con tanta fuerza que puedo asegurar que los sonidos se oyen afuera del baño y sus gemidos lo acompañan.

Pero estoy tan llevado por el deseo que incluso no me importa las marcas que voy dejando por su cuerpo y a ella parece importarle menos.

Aprieta sus piernas al rededor de mi cintura y encaja sus uñas en mis brazos, su espalda se arquea y es allí cuando tengo el reflejo de nosotros a través del espejo.

Y me detengo de golpe.

Me quedo pasmado y ella me mira confundida.

Pero ella no es ella.

Ahora veo todo con claridad.

Su cabello negro es remplazado por uno rubio.

Sus pequeñas caderas ahora son más anchas y sus pechos más grandes.

Su ropa negra, esta llena de colores pasteles.

Y esos labios que tanto me gustan, no son gruesos y carmín.

Ella no era Alisson.

Ella era Phoenix.

– ¿Que pasa? – Me pregunta confundida.

Salgo dentro de ella y subo mis pantalones rápidamente.

Mi respiración sigue agitada y mi cabello está echo un lío.

Oigo a Phoenix protestar pero está vez si la ignoro por completo y salgo de ese baño con todo dándome vueltas.

¿Que mierda acababa de pasarme?












Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top