Capitulo V


12 de Julio del 2018
111 días antes de lo ocurrido.

– ¿Entonces señor Collins, dice usted que no tiene nada que ver con lo que le estoy preguntando? – Aprieto mis manos en puños y noto mis nudillos blancos.

El oficial Smith me mira apoyando las manos en mesa de metal que está enfrente de mi, espectante y analizando cada uno de mis movimientos. Como si yo fuera un jodido criminal.

– ¿Es usted sordo? Ya le dije que yo no soy ningún asesino que anda matando gente por ahí como si fuera algo casual – Espeto.

– Cuide sus palabras, le esta hablando a un oficial.

– Sé perfecmente con quién estoy hablando – quita sus manos de la mesa y comienza a caminar por la sala de interrogación.

– ¿Que hace luego de las 7 de la noche? 

– Estar en mi casa, puede preguntarle a mi familia o a quien le de la gana – Se detiene en mi espalda. Tantas vueltas están empezando a darme ansiedad.

– ¿Que estuvo haciendo usted la noche del 10 de Julio?  – Se coloca en frente de mi nuevamente para ver mi reacción.

– ¿Hace dos días? – Pregunto confuso.

– Así es – Afirma.

– ¿Podría refrescarme un poco la memoria? ¿Que echo histórico ocurrió esa noche? – Digo sarcástico.

El me mira mal pero con toda la poca paciencia que tenia un oficial, omitió mi tono sarcástico y respondió.

– Esa noche usted no llegó a dormir en su casa, ¿Podría decirme que estuvo haciendo como para amanecer en la calle? – Lo miró entre sorprendido e incrédulo.

¿Desde cuándo está gente estaba vigilandome? ¿Quién le estaba dando información de mi vida? ¿Porque? ¿Quien quería perjudicarme de esa manera?

Esa y miles preguntas más eran las que pasaban por mi cabeza en ese momento.

– ¿Que insinúa? A ver oficial...– Me inclinó un poco adelante para fingir que leo su nombre en la placa como si lo recordara, cuando lo sabia perfectamente – Smith, es comprensible que usted no lo entienda debido a su trabajo tan agotador, pero la gente normal tiene una vida y soy un chico joven que de vez en cuando sale a disfrutar y ya soy mayor de edad puedo salir y llegar el día o a la hora que me dé la gana.

– Bien – Anota algo en su libreta y me mira – Es todo por hoy. Pero usted está en la lista de sospechosos hasta que se demuestre su inocencia, así que le recomiendo y ande con cuidado y no salga del país.

– No pretendía hacerlo – Me levanto bruscamente de la silla haciendo que está se caiga y cause un odioso ruido en la sala.

Salgo de la comisaría sacando un cigarrillo de mi bolsillo para llevarlo a mi boca luego de encenderlo.

Estoy furioso y en cuanto encuentre al responsable de esto, juro que va a pagarlo.

Las calles están completamente vacías, son ya las 10 de la noche cuando salgo de la comisaría y no he traído mi moto porque vine en la patrulla del idiota oficial. Ahora tengo que caminar hasta casa con un jodido asesino suelto, el cual ahora resulta que soy yo.

Bien, solo pido mentalmente que al loco no se le ocurra asesinar justo cuando yo estoy en la calle porque entonces tendrán una prueba en mi contra.

Con las orejas echas humo logro llegar a la calle de mi casa luego de fumarme todos los cigarrillos que me quedaban. Y como si fuera poco el imbécil de Colton está ahí, sentado enfrente de su casa con una expresión de satisfacción en el rostro.

– No estoy para tus idioteces – Espeto, pasando de largo dispuesto a llegar de una buena vez a mi casa.

– ¿Que tal la comisaría , es cálida?

– ¿Que tal el hospital, acogedor? – Me burló.

Tiene una horrible venda en la cabeza y tengo que hacer reunión de todo mi autocontrol para no terminar de partirsela con una piedra.

– Nada mal, pero la satisfacción de llegar a casa con la noticia de que te habían llevado unos policías... No tiene precio – No sé cómo no le duele la cara con la estúpida sonrisa que aún tiene en el rostro.

– Despreocupate, la pase bien – Su carcajada hace eco en la calle vacía.

– Te dije que ibas a pagar y mira no tuve que mover ni un dedo para que sucediera, o si quién sabe – Se encoje de hombros.

Y la rabia que tengo acumulada desde hace horas explota. Camino hasta el agarrándolo por la camisa hasta tenerlo a mí altura.

– ¿Tu tienes algo que ver con esta mierda imbécil? – Sacudo su cuerpo, más sin embargo el parece estar pasándoselo en grande.

– Yo no he dicho eso Max.

– Escuchame bien – Aprieto mi agarre y el me mira con esa sonrisa que quiero borrar con un puñetazo – Si vuelvo a ver un policía tan siquiera respirandome cerca, voy a matarme Jhoson y allí, si que iré muy satisfecho a la cárcel – Suelto el agarre con tal fuerza que cae al suelo, pero el se levanta al instante.

– Buenas noches vecino – Palmea mi hombro y entra a su casa con una ridícula alegría en el rostro.

Este imbécil...

***

Al otro día la noticia en el vecindario de que había sido llevado por la policía se había corrido. Todos y cada unos de ellos habían tocado la puerta de la casa para preguntarle a mamá sobre mi "Situación" obviamente no sabían el motivo, de ser así, nadie se iba a querer acercarse a mí por ser el posible asesino. La situación era tan abrumadora que ya mamá había dejado la amabilidad atrás y a unos cuantos vecinos les cerró la puerta en la cara, mientras que papá tenía que aguantar las burlas y miradas de satisfacción por parte de Dominik Jhoson, y yo había estado toda la mañana de mal humor.

Lo peor de todo fue cuando estábamos en la hora del almuerzo, ya estábamos en el comedor listos para comer y una vez más la puerta fue tocada por alguien.

– Como sea otro vecino, juro que voy a echarles agua caliente – Riley apretó el tenedor de tenía en la mano y lo clavo en el filete que estaba apunto de comer.

– Está vez voy yo, porque creo que mamá está pensando en apoyar tu decisión – Kiara se levantó mientras todos volteabamos a ver a mamá quién al parecer estaba pensando seriamente en ir a calentar agua.

– Y yo pensando que entre los cuatro la más  probable en ir a la cárcel era Riley – Comenta Luke con el codo apoyado en la mesa y su mano sosteniendo la mejilla.

Gesto de total fastidio.

– Auch – Se soba la cabeza cuando Riley le da un sonoro golpe.

– Max te busca el oficial Smith – Kiara entra en la cocina con un gesto de preocupación en el rostro e inmediatamente todos en la mesa se tensan. Incluyéndome.

– ¿Y ahora que quiere? – Aprieto mi mandíbula.

– No lose – Se encoge de hombros.

Frustrado me levanto de la mesa y camino hasta la puerta principal. A mí espalda puedo oír los pasos de toda mi familia siguiéndome.

– ¿Que se le ofrece oficial? – Llegó sin rodeos y bastante cansado de la situación.

– Parece que no deja de meterse en problemas señor Collins – Su estúpida mirada de superioridad me llena de cólera.

– ¿Y ahora que hice? – Murmuró.

– Usted ha sido denunciado por agresión y daños físicos al señor Colton Jhoson – Era de esperarse que el muy imbécil hiciera algo para perjudicarme, no se iba a quedar con el golpe... Pero ¿Denunciarme? ¿Es enserio?

– ¿Qué hiciste Max? – Sale en defensa del imbécil Riley y Ni siquiera me molestó en mirarla.

– ¿Dígame señor Collins, es verdad que usted fue quien le partió la cabeza con una botella a Colton Jhoson? – El sonido de exclamación por parte de mi madre se escucha en la sala.

– Si, lo hice – Me encojo de hombros.

– ¿Sabe usted la falta grave que cometió? ¿Acaso no es consciente de que es uno de los sospechosos en ser el posible asesino? ¿No le parece que no es conveniente de su parte meterse en estos tipos de problemas, que lo único que hacen son reunir pruebas en su contra?

Respiro hondo y lo miro con toda la serenidad posible.

– Solo le diré un par de cosas, primero, yo no soy el jodido asesino y si quieren investigarme hasta la licencia de conducir, puede hacerlo con total libertad, lo único que no voy a tolerar es que venga a mi casa y me acuse sin tener pruebas. Y así como le digo que no soy el asesino, así mismo, le confirmo que sí fui yo quien le partió la cabeza al jodido imbécil de mi vecino, ¿Y adivine que? Lo volvería hacer las veces que se me fuera posible – Doy un paso en su dirección y el me mira con la misma expresión que tiene desde que llegó – Así que si va a detenerme por eso, pues hágalo y no nos haga perder más tiempo, ni a usted, ni a mi.

– Bien – Levanta sus labios en una media sonrisa – Le pregunte a varios testigos que estuvieron en la fiesta y comentaron que el señor Jhoson lo estuvo molestando, la herida en la cabeza no fue tan grave, sin embargo, no podemos hacer caso omiso a la denuncia, así que debe  pagar los daños de la víctima.

Asiento.

– Me parece justo – Me limitó a decir.

– Solo tiene 24 horas de los contrario tendré que volver a venir hasta acá, así que hagamos un favor y no nos haga perder tiempo, ni a usted, ni a mi – Usa mis palabras en mi contra y yo le sonrió con arrogancia.

– Le doy un consejo oficial, dedíquese hacer bien su trabajo y consiga al verdadero asesino, antes de que el lo encuentre a usted – Sé que eso puede ser usado en mi contra, porque como le llegue a pasar algo van a tomar mis palabras como pruebas de que yo soy el asesino. Pero en este punto hay que jugar su mismo juego.

– Cuide sus palabras Señor Collins.

– Sé muy bien lo que digo.

– Pues no siendo más, me retiro – Mira detrás de mí y hace un asentimiento de cabeza – Hasta luego.

Lo veo alejarse hasta subir en la patrulla y cuando finalmente arranca, cierro la puerta con fuerza.

– Max Collins, explicame ahora mismo que le hiciste a ese muchacho – Volteo a ver a mamá quién está de brazos cruzados y muy enojada.

– Solo fue un golpecito no aguanta nada – Ruedo los ojos y paso por su lado con intensión de ir a mí habitación.

– ¿A donde crees que vas? – Me detengo para mirarla aburrido de todo ese drama.

– Ya mamá, si, le parti la cabeza, tuvo que ir al médico y ya eso fue todo, no se murió, no entro en coma, no le dio un paro. Esta bien, ¿Feliz? – Kiara se ríe pero es detenida por la mirada fulminante de mamá.

– Pues bien merecido se lo tenía – Murmura papá.

– ¿Pero a ti que te pasa? – Lo regaña mamá.

– No puedo creer que hayas sido capaz de hacer eso Max – Riley niega con la cabeza decepcionada.

– ¿Es que eres estúpida? – Frunzo el ceño – Ese imbécil solo quiere meterse en tus piernas para luego dejarte, ¿Porque no puedes abrir los ojos? – Sus ojos se cristalizan y yo suspiro frustrado.

– ¿Que ahora vas a llorar? ¿Porque te digo la verdad o porque no puede aceptarla?

– Callate – Dice entre dientes.

– No, ya estoy cansado de que actúes como una niña tonta rebelde, cuando te estrelles no quiero que vengas a esta casa a llorar como una imbécil.

– Max ya basta – Dice Luke quien se mantuvo en silencio todo el tiempo.

– Yo solo estoy protegiéndote.

– ¡Pues no lo hagas! – La sala se queda en silencio y para este punto ya las lágrimas de Riley están rodando por sus mejillas.

– Como quieras.

Paso por su lado chocando su hombro y salgo de la casa.

Camino sin rumbo alguno, con las orejas botando humo, pero una figura en la ventana de la casa de al lado, llama mi atención.

Es Alisson, quien está mirándome fijamente, sus labios rojos resaltan entre tanta oscuridad, porque aunque sea de día con plena luz del sol, todo a su alrededor es oscuro, es negro.

Coloca su mano en el vidrio de la ventana y me congelo cuando deja su mano marcada de sangre. Pudo ver mi expresión, porque sonríe y me muestra una hoja.

El peligro está aquí.

Y así sin más, cierra las cortinas dejando el rasto de sangre y esas palabras en mi mente.

¿El peligro?

¿Que peligro?

¿Esta aquí donde?

Un escalofrío recorrió mi piel ese día, no sabía si era una advertencia, un aviso, una estúpida broma o que... No lo sabía, pero las respuestas estaban ahí, delante de mis ojos, lástima que lo supe demasiado tarde...

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