Capitulo II
Esa noche logre comprobar 2 cosas.
Primero, Alisson era alguien despiadado, solo una persona carente de emociones, es capaz de clavarle un cuchillo a alguien sin sentir absolutamente nada, ni tibutear.
Segundo, solo hizo que la llama de la curiosidad aumentará más en mi, no le tenía miedo al peligro, no le tenía miedo a lo que pudiera descubrir, yo estaba más que dispuesto a saber la verdad.
Ese día volví a casa con una venda en mi mano luego de ir al hospital, tuve que mentir diciendo que me habían atacado unos ladrones. Cactus se recuperó luego de unas horas y mi hermano no se dio cuenta de nada, todo parecía normal, pero con el pasar de los días yo no podía sacármela de la cabeza.
– En el vecindario se comenta que te vieron entrar en casa de los Cassidy – Cierro la puerta con fuera, metiendo la llave en la cerradura. Kiara está a mi lado, los lentes de sol tapan sus ojos grises, su cabello suelto se mueve por el viento y tiene los brazos cruzados.
– La gente habla mucho – Termino de cerrar la floristería y emprendo el camino a casa, ella me sigue.
– Te conozco mejor que nadie. A mí no puedes mentirme – bufo, saco un cigarro de mi bolsillo y lo prendo dándole una calada.
– Son simples rumores Kiara – Me quita el cigarro, y se lo lleva a la boca.
– Sabes que te estás metiendo en la boca del lobo, nadie sabe de esa chica, y si está apartada del mundo es porque no es buena para la sociedad y lo sabes – Detengo mis pasos.
– Sabes perfectamente lo que quiero de ella y no voy a parar hasta conseguirlo.
– ¿A que precio Max? Lo que tienes es una obsesión, no te hará bien – Ruedo los ojos y sigo mi camino.
– No es obsesión, me gusta lo prohibido, ella lo es.
– Bien, al final siempre haces lo que te da la gana, preocúpate más bien por la explicación que le vas a dar a mamá cuando llegues a casa – Saca la mano y detiene un taxi, me da un beso y sube marchándose a su sesión de fotos.
Sigo mi rumbo, hasta llegar a casa, ya se lo que me espera y aunque trate de ocultarlo, era de esperarse que alguien me viera entrar a su casa.
Escucho ruidos en la cocina, es hora del almuerzo y mamá debe estar preparando la mesa.
Al entrar no me equivoco, ella está poniendo los platos y mis hermanos los cubiertos, papá ve las noticias ya sentado en la mesa. Es el primero en percatar mi presencia.
Tu mamá está furiosa – Fórmula con sus labios.
Mis hermanos son los segundos en verme, se sientan y guardan silencio. Todos le temen a la furia de mamá. Con cuidado de no hacer ruido, me coloco detrás de ella abrazándola.
– Que bonita estás hoy mamá – Le besó la coronilla.
– Max Peter Collins – Me da un manotazo en la mano causando que la suelte, se voltea furiosa y de brazos cruzados me mira.
– Mamá – Le sonrió inocentemente.
– ¿Porque en el vecindario se corre el rumor de que estuviste en casa de los Cassidy?
– Dios, son solo rumores mamá – Me siento en mi puesto.
– Mira Max, si yo llego a saber que te estás involucrando con esa chica, soy capaz de llevarte lejos ¿Me entiendes? Ningún hijo mío va a involucrarse con esa familia.
Doy un golpe en la mesa, sobresaltado a todos.
– Te recuerdo que tengo 22 año, estoy bastante grande para saber qué hacer con mi vida y que no. No entiendo cuál es el afán de mantenernos alejados de esa familia, tu no los conoces, nadie los conocen, hablan y juzgan como si supieran algo. Y si es cierto o no lo que se rumorea, yo sé perfectamente con quien me rodeo – Me mira asombrada, muy pocas veces le llevo la contraria, por el simple hecho de que esta es su casa y debo respetarla, pero ya estoy cansado del mismo tema de siempre y no soporto que nadie me diga que hacer.
– Y se me quitó el hambre, buen provecho – Subo a mi habitación y me lanzo en mi cama.
Ya sabía lo que me esperaba, odiaba discutir con mamá, pero tiene aún la idea que soy un niño que debe controlar y está muy equivocada.
El pensamiento de una pelinegra, viene a mi mente, miró mi mano vendada. Esta completamente loca.
Me levanto y abro mi ventana, la de ella está cerrada como siempre, pero con las cortinas corridas, dándome una visión de su habitación, esta oscura, siendo iluminada únicamente por la luz del día.
Me pregunto que hará todos los días encerrada en esas cuatro paredes ¿No se sentirá sola acaso?
Suspiro y me voy a la cama de nuevo, estoy exhausto. Hoy es domingo, por lo tanto la tienda se llena de personas buscando las flores perfectas para ir a visitar a sus familiares fallecidos, fue un largo día, y caigo en un sueño profundo, recordándome que mamá me había pedido llevarle flores a el abuelo.
Sólo debo dormir 5 minutos.
Pero los 5 minutos se hacen 5 horas y cuando me levanto ya es de noche y el hambre me recuerda que no he comido nada desde el desayuno.
Me levanto y luego de darme una ducha bajo las escaleras, en el camino una voz masculina me detiene los pasos.
– Vamos linda, será algo rápido.
– Pero mi hermano puede despertarse en cualquier momento.
– Así es más divertido, ¿No crees? – La sangre me hierve, termino de bajar las escaleras llegando hasta ellos.
– Divertido serán los puñetazos que te voy a dar, si no te alejas de mi hermana ahora mismo – Los dos se voltean, Riley asustada y el idiota con un cínica sonrisa.
– Max Collins, que agradable sorpresa.
– Sorpresa la que me he llevado yo – Le digo.
– Acabas de interrumpir un romántico momento con mi novia – Empuñó mis manos y doy un paso adelante, agarrándolo por la camisa.
– Largate de mi casa y alejate de Riley – Digo entre dientes.
– ¡Max suéltalo!
– Sube a tu habitación Riley.
– ¡No!
–¡Que subas! – Me hace caso y sube, dejándome a solas con el imbécil.
– Dejala en paz, los dos sabemos que solo la quieres para tirartela como una mas.
– ¿Así como tú te tiras a mi hermana? – Suelto un puñetazo y cae directo al piso.
– ¡Yo no soy como tú!
– Claro que no, eres peor – Limpia la sangre de su nariz y se levanta.
– Largate.
– Dile a Riley que la amo – Me guiña un ojo y se va.
Colton Johnson, el hijo mayor de los Johnson. Papá le tenía prohibido a Riley estar con el, para nadie es un secreto lo mujeriego y problemático que era, lo sabía perfectamente porque siempre me lo encontraba en los bares y discotecas a los que iba, además, yo era igual que el, pero la diferencia es que yo sabía cómo mantenerme lejos de la boca de las personas.
A él le gustaba llamar la atención, le gustaba ser el chisme del vecindario, nadie dejaba que sus hijas se acercarán a él y papá no se quedaba atrás, mucho menos con la pésima relación que tenía con su padre.
Subí furioso hasta la habitación de mi hermana, ella estaba en su cama y al verme se levantó.
– ¿Que le dijiste Max?
– Escúchame bien Riley, no quiero que te acerques a ese chico, olvídalo – me miró indignada.
– No, no lo haré, el me quiere y yo a él – No podía creer que fuera tan estúpida, ¿Que tanto le dijo ese idiota para que ella estuviera tan ciega? La tiene en la palma de su mano.
– Tu eres más inteligente que esto Riley.
– Deben respetar mi decisión.
– A papá no le va a gustar esto.
– No le vas a decir nada – Advirtió.
– Claro que no, tú misma lo harás porque no podrás con el remordimiento – Vi la expresión en su rostro, ella sabía que tenía razón, Riley no le ocultaba nada a papá y en cualquier momento terminaría por decírselo.
– Bien, ya puedes dejarme sola – Bese su frente, aunque ella siguiera enojada conmigo y fui a mi habitación.
Mamá y papá no llegarían hasta muy tarde, Kiara aún estaba en su sesión fotográfica y Luke con alguno de sus amigos.
Y yo debería estar haciendo lo mismo, últimamente lo que hago, es llegar del trabajo, comer y dormir. Ese definitivamente no era yo.
Saco mi teléfono y marcó el número.
– Así que si estás vivo – Es lo que dice al responder la llamada.
– No puedes deshacerte de mi tan fácilmente – lo escuché reir al otro lado de la línea.
– Eso lo sé. Estaba por llamarte, ven a casa Phoenix vino con unas amigas – eso era lo que necesitaba.
– Espérame allí – Cuelgo sin esperar respuesta.
Ethan era mi mejor amigo de toda la vida, nos conocimos en el prescolar, el vive en la ciudad, y es el único que sabe todo de mi, incluyendo eso que todos llaman obsesión, por mi vecina. Ha estado enamorado de Kiara desde la adolescencia y sé que en el fondo ella también, pero Ethan es un mujeriego y a Kiara no le gustan ese tipo.
Ya cambiado, tomo las llaves de mi moto y bajo las escaleras. Kiara está a punto de llegar, así que no me preocupo en dejar a Riley sola.
El viento de la noche me golpea, subo a la moto y arrancó dejando los suburbios atrás.
– Te dignaste a venir hermano – Son las primeras palabras de Ethan al entrar a su casa, ruedo los ojos y paso por su lado dándole una palmada en el hombro.
– Ya sé que no puedes vivir sin mi, pero disimula un poco – Suelta una carcajada.
– Mira quien llegó – Mi sonrisa se ensancha al escuchar su voz, una hermosa rubia, con buenas curvas y vestido corto, se para delante de mí.
– Phoenix.
– La misma – Rodea mis hombros con sus manos y me acerca a su boca dándome un beso.
– Ya te extrañaba cariño – Le susurro.
– Aquí me tienes – Me guiña un ojo y me guía al sofá, sentándose en mi regazo.
– Como ha estado mi chico de ojos grises – Acaricia mi torso y yo acepto gustoso la cerveza que me ofrece Ethan.
Se sienta en el sofá enfrente mio, con dos chicas en cada lado de su regazo.
– Ahora que te veo Excelente – Sonrió complacida. Era inevitable el coqueteo que Phoenix y yo siempre teníamos, cuando creció y entro a la pubertad convirtiéndose en una hermosa mujer, deje de verla como la hija de los Johnson.
Papá y Dominik Johnson eran mejores amigos en su juventud, pero entonces Dominik se enamoró de mamá y papá se alejó de el, rompiendo cualquier tipo de amistad, ahora, se detestan, esa rivalidad a arrastrado a toda la familia, a ambas, y tenemos prohibido hablar con algún miembro de allí.
Pero como verán, Riley y yo hemos hecho caso omiso.
La diferencia es que yo se cuál es mi tipo de relación con la Rubia, los dos sabemos que es algo sin ningún tipo de compromiso. Riley está enamorada de Colton sin saber cuáles son las verdaderas intenciones del imbécil.
– Hazme un favor – Acarició sus muslos y ella disfruta de mi tacto.
– El que quieras.
– Dile a tu hermano que se aleje de Riley, o va a tener serios problemas conmigo – La miró serio, deteniendo mis caricias.
Ella también me mira seria, sin ningún tipo de expresión, sabe el gran problema en el que se está metiendo su hermano. Tiene prohibido acercarse e Riley y aún así el esta jugando con fuego.
– Sabes como es – Se encoje de hombros.
– Solo sé lo que le voy hacer si sigue con su estúpido juego – me levanto con ella enrollando sus piernas en mi cintura.
– Hablaré con el – La beso agarrándole el cabello, mientras camino con ella a una habitación de la planta baja.
Sus besos son urgidos, igual que los míos, la tiro a la cama y ella me mira juguetona.
El resto de la noche pasó cómodamente, estaba un poco ebrio pero no tanto como para no poder llegar hasta casa, a la media noche mi moto se apagó justo antes de llegar a casa, la noche estaba fría y no había ni un alma en el lugar.No perdí tiempo revisando la moto, simplemente comencé a caminar llevándola conmigo. Logré llegar a casa, subí a mi habitación quitándome la camisa en el camino.
La noche estaba fría, si, pero yo tenía calor, así que fui a la ventana , recibiendo el viento al abrirla.
Pero entonces, lo que vi, me dejó petrificado.
Alisson estaba en ropa interior, su cabello caía sobre su espalda, la luz de la luna iluminaba sus perfectas curvas, no cabía duda que ella era una mujer en todo el sentido de la palabra.
Estaba de espaldas a mi, no podía verle el rostro, pero si el de la persona que apareció en mi campo de visión, dejándome aún más frío en mi sitio.
– No me jodas – Susurro.
El la toma por el cabello y la besa como un animal hambriento, le acaricia la cintura y parece tan cómodo, al igual que ella. Que me hacia pensar que ese no fue su primer encuentro.
No me equivoqué.
Salgo de mi asombro y cierro la ventana antes de que alguno de los dos me vea.
Esa noche había descubierto uno de los tantos secretos de Alisson, aunque algo me decía que esta vez, ella lo había querido así. Nunca era descuidada porque si.
Desperté al otro día con una pequeña resaca, me bañé, me vestí y baje a desayunar. Todos estaban allí en la mesa, fijos en el televisor con caras de preocupación.
– Se dice que el incidente fue a altas horas de la madrugada de hoy, las víctimas fueron identificadas como Jackson Scott de 20 años y Emily Wilson de 19 años. Según médicos forenses, fueron asesinados con arma blanca, se desconoce el paradero de los asesinos, pero la policía ya está tomando medidas. A todos los ciudadanos se les recomienda precaución, manténganse en casa, para que todos podamos evitar otra horrible tragedia cómo está. Desde el lugar de los hechos, me despido, yo soy Ian Parker y vengo siempre a traerles la verdad de la noticia – El periodista se despide y papá apaga la televisión, la cocina queda en silencio.
San Diego es una ciudad conocida por su seguridad, la mayoría de los casos, son pequeños ladrones que quieren robarte el dinero o cosas como esas y las muertes son a causas de accidentes de auto.
¿Pero asesinatos? Eso ya pasa a otro nivel y el hecho ocurrió justo aquí, en los suburbios.
– No quiero a nadie fuera de casa después de la 7 – Demanda papá.
– ¿Escuchaste Max? – Mamá me mira con una mirada acusatoria, ruedo los ojos y me siento en mi puesto.
– Claro – Bufo.
– Es muy extraño, por aquí no hay asesinos – comenta Luke.
– Al parece ya los hay – Riley juega con su comida.
– Espero que atrapen pronto al asesino – Dice Kiara arreglando su cabello en un espejo pequeño que saca de su cartera.
Yo no comentó nada, me dedico a comer en silencio, con la mirada perdida y con los recuerdos de la noche de ayer. Mi cerebro aún no procesa la imagen que me dio mi vecina, con esa persona.
¿Porque el?
Miro a Riley esperando que ya allá hablado con papá, pero niega con la cabeza pidiéndome con los ojos que no diga nada.
– Ayer olvidaste llevarle flores al abuelo Max – Me regaña mamá.
– Se las llevaré hoy –
Me levanto de la mesa y agarró el ramo que ya mamá tiene preparado en la isla de la cocina.
Salgo de casa y comienzo a caminar al cementerio, el sol golpea mi rostro y no ayuda con el dolor de cabeza.
Las grandes puertas del cementerio me reciben y entro saludando al vigilante, camino entre las lápidas hasta llegar a la de mi abuelo.
Me pongo de cuclillas para dejar las flores, hoy no hay nadie, el cementerio está vacío y las lápidas llenas de flores traídas ayer por sus familiares.
Una persona sentada debajo de un Árbol a lo lejos, llama mi atención.
Me pongo de pie y camino entre las lápidas hasta llegar a su encuentro.
– Así que estás con Colton Johnson, ¿Era por eso que me pediste que me alejarse de ti? – Levanta la mirada sin ningún tipo de expresión, va vestida completamente de negro, con una capucha tapando su cabello.
– No sé de qué hablas – Sigue escribiendo en el cuaderno que tiene en su regazo.
– Claro que sabes de qué hablo, ayer los vi – Cierra el cuaderno de golpe y se levanta.
– Ya te dije que no se de qué hablas, creo que te confundiste de persona – Comienza a caminar.
– ¿Entonces me vas a explicar porque me clavaste un cuchillo en la mano? – Le muestro la venda que cubre mi mano, mientras camino a su lado.
– No sé de qué hablas – Repite como un disco rayado.
– ¿Ahora sufres de Alzheimer? – No puedo creer que se esté haciendo la tonta.
– Yo no te clavé ningún cuchillo, ¿Te volviste loco? – Me mira confundida.
Detengo mis pasos y ahora el confundido soy yo.
Lo que pasó esa noche, yo no lo soñé, ni mano es la prueba de eso ¿Como puede fingir tan bien?
– No me jodas Alisson – La tomo del codo y ella se suelta bruscamente.
– Ya te dije que no fui yo y no se de qué me estás hablando, déjame en paz – Sigue su rumbo dejándome en mitad de ciento de lápidas.
No podía entender su actitud.
Ella se veía realmente confundida, entonces por un momento comencé a dudar de mi mismo.
¿Quien me clavo el cuchillo?
¿Ella no se llevó a Cactus?
¿Me estaba volviendo loco?
Pero entonces recordé la conversación que tuve con Kiara ayer y la pelea con mamá. Me habían visto entrar a su casa, era obvio que yo había estado allí. ¿Entonces que paso?
¿Quien estaba diciendo la verdad, Alisson o yo?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top