9 | Luna del Ciervo
—No has vuelto a tener tu celo, Jimin…
—¿Llevas la cuenta de mis celos, Koo?
—Desde que estamos juntos, ¿No lo habías notado?
Claro que Jimin lo había notado pero adoraba molestar a su Alfa por ese costado obsesivo que tenía.
—¿Por qué lo haces?
—Pensé que conocías mi naturaleza detallista con las fechas y los ciclos.
«Naturaleza detallista» Jimin amó el modo en el que él se autodefinió.
—Los conozco, sí, pero pensé que solo incluía tus celos.
—Los míos, los tuyos, los horarios de comer de Sakâri, los días que faltan para la dentición de Jeonggukkie.
—Dentición… d-dí-ías para la--… ¡Estás mintiendo!
Jungkook frunció el ceño y lo observó de cerca moviendo su rostro de un costado hacia otro. El Omega rió a las carcajadas
—Sí, cuento esos días ¿Está mal?
—Mal no, pero es obsesivo.
Jungkook volvió a mirarlo con el ceño fruncido.
—Me disculpo, está bien, ja, ja, deja de hacer esa cara…
—Desviaste el tema, Jimin…
Es verdad, había desviado el tema.
—No tuve mi celo, Jungkook.
—Debía haber llegado hoy pero no presentas ni un solo síntoma —comentó el Alfa dándole la espalda y acomodando ropa en el armario. Cómo si todas las ideas le hubieran llegado de golpe, giró para mirar a su chico de pies a cabeza…
—Jimin ¿Estás…?
Jimin como respuesta, medialunó sus ojitos y llenó de caramelo el ambiente, caramelo y leche.
El resto de la mañana la pasaron abrazados y brindándose cariño entre las sábanas.
Jungkook se levantó y fue a su encuentro de Jeongguk que lloraba desde su cuna, cuando regresó con el Enigma en brazos, encontró a Jimin armando un nido.
Un nido, como crisálida de vida.
—Quítate tu camiseta —ordenó su majestad con pico de pato.
Jungkook sonrió, ahí estaba de nuevo el tirano demandante con ínfulas de rey.
—Quiero ropita de Jeonggukkie y de Sakâri .
—¿Desea algo más su majestad?
A Jimin le brillaron los ojitos y estaba a punto de contestar algo sexi, pero Jungkook con el bebé en brazos se veía demasiado paternal como para que él le insinuara los deseos carnales que lo habían arrebatado de golpe.
Pero Jungkook lo olió. Olió las feromonas lujuriosas de su Omega y se acercó despacio a él como si acechara a una presa. Lo arrinconó contra la pared, y le habló al oído.
Jimin dijo no con su cabeza.
—Los niños están despiertos… no.
Jungkook volvió a gruñir en su oído haciéndolo jadear y Jimin volvió a negarse.
Jungkook se retiró del cuarto bufando bajo y Jimin fue tras él.
—Koo…
—A este paso no volveremos a hacerlo, Jimin. No quieres cuando los niños duermen por si se despiertan y si están despiertos es obvio que tampoco haremos nada.
Continuó reflexionando pero le entregó el bebé a Jimin mientras él preparaba su biberón.
—Antes al menos teníamos momentos solos cuando Almendra los cuidaba, pero hasta ese espacio íntimo hemos perdido…
—Y encima viene otro en camino, dilo… —Exigió Jimin— dilo, otro niño para que nos traiga más distancia a nuestra intimidad…
—No dije eso, Jimin, no pongas palabras en mi boca.
—Pero lo pensaste.
—¿Ahora lees mis pensamientos?
Jimin no contestó.
—Soy un idiota, claro que puedes hacerlo. No te metas en mi cabeza, Jimin, no tienes derecho a eso.
—No lo hago Jungkook, que feo que lo creas ¿Me ves haciendo eso?
Sus ojos se llenaron de lágrimas y se dio vuelta para que él no lo viera. Jungkook no vio sus lágrimas pero el lazo le comunicó su angustia.
Con el biberón en su mano caminó hacia Jimin que le daba la espalda, apoyó el mentón sobre su hombro y lo abrazó.
—Perdón mi amor. No te mereces que diga esas cosas. Esperas un bebé y no te he besado lo suficiente por esa noticia.
Jimin se dejó mimar como un gatito.
—Sé que es mi culpa todo lo que nos pasa.
—¿De qué hablas?
—De estar aquí encerrados, de que los niños no puedan estar con sus abuelos, de qué Cayena casi muriera en manos del loco…
—Jimin, no es así
—Sí lo es, por mí está ese demente dando vueltas poniendo mi familia en peligro. Por mi culpa hemos discutido hoym
—No es tu culpa, nene. Es de él, y le queda poco porque en cuanto lo cace, no le dejaré ni un hueso sano.
—Tú no harás eso. Eso me corresponde a mí.
—Jimin, Jimin, detente. No sé qué está pensando tu cabecita roja, pero tú no harás nada ¿Queda claro? Nada y cuando digo nada, es…
—Nada —respondió el Omega poco convencido. Siendo tan audaz y de naturaleza desobediente era poco probable que acatara la orden.
—Estás esperando nuestro bebé. Eso es lo más importante ahora.
Acarició su abdomen plano y el Enigma en brazos de Jimin, se quejó y se movió inquieto, él quería su biberón y sus padres estaban distraídos hablando y hablando.
Jungkook lo alzó y le dio de beber.
—¿Tú qué dices Jeongguk? ¿Papá tendrá una cachorrita o un cachorrito?
El bebé no dejó de mamar la tetina de leche para levantar sus deditos y hacer una V.
—¿Dos? ¿Jimin, viste eso? ¿hizo un dos?
Jimin no contestó, ni se asombró, porque él ya sabía que dos semillitas habían germinado en su vientre. Lo que desconocía era que el Enigma también había percibido ese secreto.
Cayena mejoraba día a día del ataque sufrido, rengueaba pero era cuestión de tiempo para que estuviera corriendo y saltando como siempre.
Amaban a ese animalito hermoso, en sus cabezas no cabía como ese ser maligno se había atrevido a lastimar a una criatura inocente. Pero era obvio, estaba desquiciado, solo así se entendía que hubiera regresado a buscar a Jimin.
¿Realmente él creía que Jimin le pertenecía?
Lo más peligroso era no saber hasta dónde estaba dispuesto a llegar. Pero era evidente que no le temía a nada.
La mañana que atacó a Cayena, Jungkook salió a buscarlo, él no regresaría hasta dar con el Xolo y hacerle pagar.
Pero parecía una maldita broma del destino que el tipo desapareciera de tal modo que el alaskan quedara dando vueltas como león enjaulado sin dar con el paradero del monstruo.
—Te hago esta promesa desde mis entrañas, maldito, cuando te encuentre, no tendré piedad.
Lo dijo en voz alta, sabiendo que el cobarde, escondido donde fuera que estuviera escondido lo escucharía.
Y Uxmal lo escuchó y lejos de sentir miedo, la amenaza de Jungkook lo provocó más. Pero su cobardía solo lo animaba a agredir a los más débiles. Jamás se enfrentaría a un Alfa poderoso como Jungkook, él solo seguiría merodeando hasta tener la oportunidad de atacar al Omega de sus sueños, marcarlo y deshacerse de los cachorros en camino, porque claro, él quería los propios.
El perro loco iba a quedarse en penumbra del hueco sucio donde se ocultaba hasta encontrar el momento de deslizarse sigilosamente como una sombra maligna que tensa sus músculos antes del ataque.
Jimin era su presa, él quería cazarlo como atacaría a un ciervo desprevenido.
¡Son dos! Vienen dos cachorritos en camino!
Nombre del capítulo:
Julio: Luna del Ciervo
Las astas de los ciervos macho, que mudan cada año, empiezan a crecer de nuevo en julio, de ahí el nombre nativo americano de la luna llena de julio.
Quiero compartirles algo que me pasa, no sé cómo explicar que cada vez que termino un capítulo y busco el nombre que le corresponde (según el mes, tal como vengo haciendo desde el inicio) siempre hay una resonancia entre el nombre y lo que he escrito, no puedo explicar... Es rarísimo. Es como... Mágico, ya sé que es difícil de creer, pero me ocurre y es hermoso...
En este caso, el último párrafo hablé del ciervo, y cuando fui a ver el nombre de la luna llena de julio casi me caigo de traste (como le pasa a Jungkook con el Enigma 🤭)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top