22 | Especial II | Luna Creciente
Jimin vio a su Alfa tomar un baño, vestir ropa bonita y se alteró. Jungkook sintió su preocupación a través del lazo, se acercó por detrás y besó su marca en el cuello.
—¿Qué ocurre, Jimin?
El rojo, infructuosamente trató de simular diciendo que nada le pasaba, pero no lo logró. Jungkook intuía qué es lo que estaba ocurriendo y se adelantó a lo que venía.
—Hoy es noche de Alfas, bebé. ¿Lo recuerdas?
Por supuesto que él lo recordaba, pero nunca antes había sentido celos por ello. Claro, antes no tenía la mente envenenada por los dichos de la loba.
—Lo recuerdo, solo que te has vestido muy guapo para una reunión solo para Alfas.
—¿Qué quieres decir?
—Nada, solo eso —. Levantó sus hombros fingiendo inocencia.
—Jimin, no me gusta lo que insinúas. Solo irán mis amigos y hermanos de la manada.
—¿Invitan a Omegas a la fiesta?
Jungkook arrugó su entrecejo ante la pregunta.
—En primer lugar no es una fiesta es una reunión de amigos y claro que no van Omegas.
—Y claro que tampoco me lo dirías si así fuera… —agregó sin medir las palabras porque había entrado en una espiral de celos que lo enceguecía.
—¿Qué dijiste?
—Nada —contestó arrepentido, pero ya era tarde, había tirado la piedra y quiso esconder la mano.
—¿Qué te está pasando Jimin?
—Ya te dije que nada ¿eres sordo?
—No, no soy sordo, Pero no entiendo a que viene el interrogatorio, tú bien sabes que a esas reuniones no van Omegas. ¿Y cuando te he ocultado algo?
Jimin lo desafiaba con la mirada como intentando leer la mente del alaskan. Cosa que hubiera podido hacer si no estuviera tan fuera de eje, pero de verdad que la situación se fue de las manos y aquello que había empezado como simple se estaba tornando oscuro.
—¿Me dirías si hay alguien que te gusta, Jungkook? ¿Hay algún lobo que te guste?
—¿Un lobo que me guste? ¿Estás loco?
Jimin de repente se sintió tan triste que no podía reaccionar, querría no haber dicho lo que dijo, ni siquiera lo pensaba, pero su boca parecía tener vida propia.
—Es ofensivo que lo pienses, aún más que me lo hayas dicho.
Se acercó tanto a su rostro que Jimin se asustó, el pomelo agrio inundó la sala y Jeongguk desde su habitación comenzó a llorar.
—¡Tú eres mi Omega! ¿Qué… —se interrumpió para tomar su mentón y hacer que lo mirara— mírame cuando te hablo Jimin, qué mierda estás pensando?
—No lo sé, solo pensé que allí afuera está tu destinada o destinado y que si tú lo sabes, me gustaría saberlo.
—Jimin, ¿De verdad lo estás diciendo? ¿Estás fumando las flores que prepara Trigal?
—No evadas lo que pregunto.
—Lo que preguntas es horrible. ¿En serio me crees capaz de ocultarte que me pasan cosas con otro? ¿En serio? ¿Tan mierda me consideras?
Jimin entro en razones de golpe y entendió que las cosas se le habían ido de las manos, agachó su cabeza, quería consolar a su alfa y suplicarle perdón...
—Te pido perdón mi Alfa —Jimin usó su voz de sumisión e hincó una rodilla al suelo.
—No hagas eso, Rojo, levántate, no necesito eso…
Jimin se levantó y quiso tocarlo pero se arrepintió y rápidamente retiró su manito. Jungkook vio toda la secuencia y se acercó para abrazarlo.
—¿Jimin, que sucede?
—Perdóname, amor.
—¿Pero por qué dijiste eso?
—Tengo miedo, tengo tantos fantasmas y pensamientos horribles, no puedo dejar de imaginar que aparece tu destinado y me dejas…
—¿Y de verdad crees que mi destinado va a estar entre los Omegas de la manada? ¿De verdad piensas que me gusta alguien que no seas tú?
Jimin negaba con la cabeza y limpiaba su cara porque a esa altura ya lloraba a moco tendido.
—Me morí de celos de verte tan lindo y saliendo sin mí —hipaba entre palabras y palabra— Perdón.
Jungkook lo dejó para ir a buscar al Enigma y traerlo en brazos. Lo calmó con su aroma de fruta madura pero el niño corrió a abrazar las piernas de Jimin.
Jimin lo levantó en brazos y lo acunó sobre su pecho, él ya había dejado de llorar y le cantó un arrorró para que su niño bello también dejara de llorar. Jeongguk se durmió entre sus brazos y Jungkook lo llevó a la camita y lo arropó.
Regresó con Jimin. Se miraron por largos segundos. Perdón repetía el Omega sin emitir sonido. Jungkook lo abrazó y lo acunó sobre su pecho tal como Jimin lo había hecho con su cachorro.
—No empieces a llorar de nuevo que Ggukie puede sentirte. No iré a la reunión.
—No, no, por favor ve. Te lo ruego, ve. Me sentiré más horrible de lo que soy si no vas.
El silencio de nuevo fue profundo.
—No eres horrible —. Acariciaba las trenzas rojas del omega— Eres mi amor, mi ser especial, mi niño hermoso. Mi corazón, mi alma y mi cuerpo te pertenecen, Park Jimin. Nunca lo olvides.
Jungkook fue a la reunión pero su mente estaba en su cabaña. Podía sentir por el lazo que Jimin seguía inquieto y se retiró. Llegó y se recostó a su lado y lo abrazó en cucharita, el rojo dormía pero seguía hipando aún dormido. Acarició sus cabellos y emanó patchouli para calmarlo.
—Duerme mi niño rojo, tu alfa está aquí para cuidarte como siempre lo he hecho, como siempre lo haré.
Descansa, amor de mi vida, mañana será otro día.
Luna Creciente
Después de la Luna Nueva, una pequeña porción del disco lunar se vuelve visible, formando una forma de cuarto creciente. Esta fase marca el comienzo del período creciente (aumento) de la Luna. La parte iluminada de la Luna aumenta cada noche.
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