19 | Superluna de Octubre

La noche aún no había acabado, los nuevos amigos tenían hábitos nocturnos que se prolongaban por varias horas y ellos no estaban para nada familiarizados con esas costumbres, porque de dónde provienen a las cinco de la tarde comienza a oscurecer, eso sí es temporada estival, porque en invierno, raramente ven la luz del día y el frío los obliga a estar bajo techo y si es bajo mantas, mejor.
Así que, ver a toda una manada, comer, beber y divertirse bajo las estrellas, era ciertamente “distinto” para los híbridos.

Sin contar con el incómodo rato que la loba atrevida les había hecho pasar, Jimin y Jungkook disfrutaron de la noche y se adaptaron rápidamente. Amaru fue el primero en gritar que era hora de ir al mar y los lobos en masa lo siguieron dejando a cada paso un rastro de ropa tras de sí para zambullirse al agua prácticamente desnudos.

—Con que, a esto se refería Namjoon cuando dijo que en estas tierras la gente andaba desvestida —Jungkook no lograba salir de su asombro e intentaba mirar para cualquier lado donde no hubiera pieles al descubierto.

—No los mires, Jimin —Lo increpó con cara de celos, obstruyendo la visión del Omega con su propio cuerpo.
Pero Jimin no miraba a los hombres que jugaban entre las olas, él no podía creer lo que estaba sucediendo al lado de ellos, porque lo que ocurría, era ciertamente increíble.
Las mujeres también empezaron a desvestirse y Jimin no sabía si reír o llorar…

—Pero… ¿Qué mierda es esto? ¿Se meten desnudos al agua?

Citlal, que había escuchado la pregunta, sentado en la arena fumando un cigarrito finito que olía a incienso y a hierba seca, contestó un sí categórico.

—No mojamos nuestras ropas —agregó— pero además disfrutamos de nuestras pieles al desnudo. Nadie juzga, todos somos iguales.

—Pero están prácticamente desnudos.

—¿Y cuál es el problema, Jungkook?

—La tentación del cuerpo ajeno, eso para mí es un problema, Citlal.

—Pero nadie mira con deseo a nadie, Jungkook, aquí cada Alfa sabe cuál es su lugar y respetan a los Omega, no importa cuánta ropa tengan encima.

—¿Las mujeres Omegas también saben cuál es su lugar? —Jimin hizo la pregunta en un tono mordaz adelantándose a lo que venía, porque él ya sabía lo que ocurriría en contados minutos. 
Pero Citlal contestó entendiendo la pregunta de manera literal.

—Si no están marcadas, tienen más libertades, pero jamás se meten con un Alfa emparejado. ¡Jamás!

Nuevamente sonó categórico, pero debió tragarse sus palabras cuando vieron que la castaña, caminando cual diva, se acercaba a Jungkook a paso lento desprendiendo sus prendas una a una.
A la mujer no le importaba nada, ni que Jimin estuviera al lado de JK ni que Citlal, líder de la manada, presenciara su descaro
Peor aún, a ella no la detenía que Jungkook la hubiera ignorado en todo momento y que él tuviera a su Omega de la mano, ella no estaba respetando esa unión sagrada y Jimin se lo haría saber.

Su piel bronceada a la luz de la luna era de otro mundo, sin lugar a dudas era la loba más hermosa que ellos hubieran visto en sus vidas y Jimin irremediablemente, se sintió apocado. Él con todas sus ropas puestas con ese calor infernal y ella bamboleando sus carnes frente a su hombre…
Jimin realmente esperaba que ella no cruzara límites, porque ese sería el momento que la descarada probaría el verdadero poder del ex aprendiz de druida
«Ni ella ni nadie debería conocerme enojado»
Ese pensamiento le surcó la mente y se rió de sí mismo, él que era incapaz de matar una mosca intentaba convencerse que era “de temer”.
Jungkook lo vio sonriendo y no entendió esa sonrisa que él suele lamer hasta hacerlo gemir, pero tras ese gesto amado vino uno que desconocía en Jimin.

—Pero, qué mierda…

La maldita perra castaña se acercó tanto a Jungkook que cuando se quitó la prenda superior, sus pechos rebotaron, casi en la cara del alaskan.

Jimin sintió que el alma se le filtraba por la arena y que un fuego oscuro le enardecía el tórax, las dos cosas a la vez. Pero el fuego fue más fuerte y con cuatro simples palabras, Jimin fue Jimin en todo su esplendor.

—Lindas tetas, pero innecesarias.

Ella, quién había ignorado al rojo en todo momento, lo miró por primera vez en toda la noche, con un gesto adusto que demostraba el desprecio por la frase sarcástica con la que el Omega había roto su acto de “mujer irresistible”.

Jungkook sabía lo que se venía y no era nada agradable para la loba que aunque estuviera con el torso al aire y emanando feromonas de ovulación, él iba a ignorarla de pies a cabeza porque para Jungkook no había universo más sagrado que el que tenía con Jimin y porque cuando lo miraba, sus ojos se regocijaban de puro placer y no tenía ojos más que para su niño rojo. Jimin, con su hermosa melena de fuego y ropaje negro, no necesitaba quitarse ni un solo trapo de encima para lucir como el ser más bello entre todos ellos.

Y la atrevida le gruñó a Jimin.

—A ver si te haces a un lado “bajito”, necesito hablar con Jungkook.

Jimin la fulminó con la mirada.

—¿Bajito?

Jimin se lo preguntó a Jungkook sin hacer contacto visual con la loba y Jungkook supo que eso no era bueno para ella, se pasó las manos por su cara y miró entre sus dedos muy nervioso.
Observó como el hermoso rojo acomodó sus largos cabellos hacia adelante para jugar con las cuentas de metal de sus trenzas y hablar con voz calma.

—Me impresiona tu capacidad para molestar a un Alfa que ni siquiera te mira. Debes ser una experta en autoengaño.

—¿Realmente crees que no me mira?

Jungkook estuvo a punto de refutar y a defenderse de esa vil mentira pero Jimin se adelantó.

—No has parado de incomodarnos, a él y a mí con tus descaros y no necesito confirmar que tu obsesión por él es directamente proporcional a su falta de interés en ti. Vete ya, tú y tus carnes, salgan de nuestros espacio personal.

Ella le mostró sus colmillos y eso despertó en Jimin a su husky. ¿Hasta dónde iba a llegar esta loca?

Jungkook creyó que Jimin cambiaría y se iniciaría una riña de lobos pero Jimin no tenía eso en mente. Él extendió sus brazos a los costados con sus pies en puntas y se elevó del suelo unos centímetros, la loba lo vio crecer frente a sus ojos y en contados segundos, ella cayó en sortilegio. El mismo en el que caen los pajaritos y todos los seres vivos cuando el niño rojo hace su magia. En ese lenguaje único que hablan los druidas, Jimin le habló, solo a ella.

La loba salió del encantamiento, quedó de rodillas sobre la arena, triste y abrumada.

Jimin, que en otro momento hubiera caído dormido en brazos de JK tras estos episodios, se acercó a su Alfa, lo miró a los ojos, Jungkook pudo ver angustia en su mirada, quiso abrazarlo pero Jimin acarició su rostro y luego salió corriendo lejos de él.

Sobre el titulo, ya saben, este año hubo 4 superlunas, esta es la de Octubre.

¡Hola! Aquí está el capítulo que debí subir ayer y no pude. Lo siento...

Bueno, quiero decirles que Enigma Rojo llegó a su fin, el próximo capítulo lo es.

Espero que les guste.

Las i purple U muchoooo 💜








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