Engranes de Guerra ch 8
CAPÍTULO OCHO: UNA MANO LAVA A LA OTRA, PARTE 2
No podía ser verdad, ¡De nuevo tuvimos que ser salvados por unos inmundos sobrevivientes! Esto debía de tratarse de una jodida broma de muy mal gusto, una maldita tragicomedia... pero por más que detestara eso, no me quedaba más opción que guardarme mis comentarios porque de no ser por ellos nuestros culos estarían llenos de plomo y seríamos comida para esas putas larvas.
Mientras seguíamos en nuestro camión a la carroza en donde estaba ese tipo y sus amigas, yo miraba todos los alrededores con el Markza que conseguí en ese museo muy atento a más emboscadas Locust teniendo el corazón en la garganta debido a los nervios.
Clyde hacía lo mismo sin expresar nada como si hace unos momentos no hubiésemos estado en peligro de morir (Nada nuevo de su parte) la niñita quejumbrosa de Chandler hacía lo mismo, pero sujetando con manos temblorosas su arma no pudiendo disimular su enorme terror como lo hago yo (Revelando ser un perfecto marica cobarde que no vale un carajo) lo mismo pasaba con Stella que solo se limitaba a estar sentada contra una de las Bombas de Masa Ligera apegando su Lancer al pecho aun teniendo rastros de lágrimas.
Pobrecita... me recuerda un poco a mí mismo cuando era novato en este juego de la muerte que todo Gear debe jugar cada día de su vida. Luego miré a Liam... no, ¡A ESE JODIDO ESTÚPIDO QUE TIENE PURA MIERDA EN LA CABEZA! Que también está recostado contra los explosivos sobándose la cara molida a golpes y luego las zonas del cuerpo que fueron agredidas por el otro descerebrado con el que se puso a pelear como un completo salvaje haciendo incontenibles muecas de dolor.
Él y yo vamos MUCHO de qué hablar más adelante.
Llegamos hasta unos edificios abandonados y no había rastro alguno de más personas, ¿Será que estos supervivientes fueron los que nos prepararon alguna trampa? Esta pregunta se respondió cuando el suelo delante nuestro comenzó a abrirse como si fuese puertas corredizas.
-Entren rápido- apuró el tipo de camisa rosa antes de ingresar. Sin dudarlo ni un segundo Lincoln lo siguió y esa entrada se cerró causando leves temblores y alzando una nube de polvo.
-¡ESTÁN AQUÍ!- fuimos recibidos apenas nos bajamos por esos mellizos que se nos acercaron con el pulgoso y la momia viviente con cara de uva pasa -¡Nos alegra verlos!
-Sí... a nosotros también nos alegra mucho verlos ahora en una situación más relajada en dónde nuestras vidas no están en peligro mortal- el cabeza de alcornoque de Liam les sonrió mostrando sus dientes chuecos que ahora parecían estar peor por las trompadas que recibió y expulsaban sangre -Ah... ah...- no disimulaba para nada el dolor de sus heridas.
-Descuide, ahora te atendemos- ellos sacaron un equipo de primeros auxilios.
-¿Y quién les ha dicho que sus vidas no están en peligro mortal?- intervino ese bolonio de Steven y antes de darnos cuenta estábamos siendo rodeados por un montón de sobrevivientes que nos apuntaban con armas tanto de la CGO como de Locust.
Oh, oh...
-¿Qué significa esto? ¿Acaso nos salvaron de los Locust solo para que ustedes, unos humanos, sean los que nos asesinen?- Lincoln estaba furioso y desconcertado por tal traición., pero alzó las manos sabiendo que un movimiento en falso le costaría la vida a todos nosotros.
Y es aquí cuando se refleja el "gran apoyo humanitario" que tanto los que servimos a regaña dientes a la jodida CGO como los sobrevivientes que nos repudian a no más poder nos tenemos entre nosotros aun cuando nos hemos ayudado mutuamente.
-Solo dígannos que quieren en verdad y no habrá problemas- interrumpió una voz que logró que todos estos inmundos desagradecidos bajaran sus armas... al menos los que no nos seguían viendo con unos fuertes deseos de convertirnos en coladeras.
Montado en una silla de ruedas motorizada que claramente está hecha con chatarra y refacciones de segunda mano, apareció un viejo calvo de abundante bigote café y que le faltaba la pierna derecha siendo acompañado de una bella rubia con un raro broche encima de la cabeza que le hace parecer tener un par de cuernos rojos como un diablo y un tipo castaño y piel ligeramente morena, se nos acercó siendo estos dos últimos equivalentes como guardaespaldas o al menos así lo creo yo por cómo nos veían al empuñar sus armas.
-¿Usted es el líder de este campamentos de sobrevivientes?- refutó lo obvio el más sereno, racional y desanimado miembro de nuestro pintoresco grupo de locos.
-Correcto. Todos me llaman el Tío Grandpa, el encargado de cuidar a cualquier ciudadano libre de la opresión de la CGO y que desee estar a salvo de la amenaza Locust- nos sonrió solo para toser bastante y a tal grado que esa rubia tuvo que sostenerlo porque casi se cae de la silla.
Se nota lo acabado que está el pobrecito. Máximo le daría uno o dos meses más de vida.
-Steven... dices que ellos los salvaron a ustedes de esos Locust que tomaron como prisioneros a los tuyos, ¿Correcto?- preguntó al jodido bolonio que nos entregó en bandeja de plata una vez que se repuso luego de toser.
-Así es. Estos tipos nos rescataron de las garras de los otros monstruos malditos- no pude evitar notar que nos comparó con los Locust al llamarlos "los otros monstruos"
Razones para que odien a la CGO deben tener de sobra, después de todo tengo las mías propias, ¿Pero al grado de que repudien así a los que les salvaron el pellejo? Es por cosas como estas por las que por lo general los sobrevivientes me caen tan mal como una patada en los cojones.
-Me alegra escuchar eso. Pensaba que iban a ser como el otro escuadrón de soldados que generaron todo un caos en la ciudad poniendo en peligro a más inocentes en otra de esas tantas batallas contra los Locust y que ahora dependen de nosotros.
-¿Cómo el otro escuadrón que dependen de ustedes? ¿A qué se refieren?- a nuestro delirante líder no le gustó para nada lo que oía, ni a mí tampoco.
-Acompáñennos- haciendo que su silla de ruedas nos diese la espalda se alejó junto con su escolta.
Nos vimos mutuamente no confiando ni un poco en lo que estos infelices podrían hacernos, pero como no teníamos escapatoria alguna, tuvimos que acceder y lo seguimos luego de que Lincoln soltara un gemido de derrota.
-No se preocupen, todo estará bien- afirmó Mabel sonriéndonos con una ternura que contraste por completo con el ambiente tan poco amistoso en el que estábamos y la atmosfera tan tensa que nos rodeaba.
-¿Qué creen que están haciendo, Larry? ¡¿De verdad vas a dejarte someter por lo que estos piojosos te digan?!- preguntó la puta barata de Chandler que en todo momento había estado guardando silencio aún montado en el camión que llevaba las Bombas de Masa Ligera todavía siendo acompañado por Stella.
-Te ves mejor callado, pendejo- yo no iba a desaprovechar la oportunidad de insultarlo.
-A menos que tengas una mejor idea, cierra esa jodida boca y no digas algunas de tus idioteces que solo nos meterán en más problemas, maricotas- no se atrevió a discutirle a Lincoln y solo se limitó a gruñir impotente -mejor quédate a cuidar las BML que es lo único en lo que en verdad eres bueno- reí por la expresión que puso. Se tragaba el poco orgullo Ónix que le quedaba.
-Stella... ¿No quieres acompañarnos?- pero dejé de carcajear cuando le preguntó eso a la única mujer de nuestro escuadrón, pero estaba tan metida en sus pensamientos que no lo escuchó.
-¿Stella?- al acercármele y sujetarle un hombro la sobresalté tanto que dio un brinco en su lugar apegando de nuevo su Lancer al pecho.
-Eh... no, no. Prefiero que-quedarme a cuidar las Bombas también.
No sé qué tan bien se llevaba con los otros Guardias Ónix que hoy mismo vio morir en frente de sus narices, pero el sentimiento de perder a un camarada, a un buen amigo leal con el que se ha vivido tantas cosas... es también algo que entiendo a la perfección y sé que necesita de tiempo y espacio para terminar de asimilarlo.
-Como quieras, solo llámanos si necesitas algo- le di unas palmaditas en la espalda sonriéndole a lo que ella asintió cabizbaja y me junté con los demás a seguir a ese Gran Tío o como se llame.
Esta guarida de supervivientes es en realidad una vieja estación de metro subterránea poseedora de un tren descarrilado junto con sus vagones. No me imagino cuánto tiempo les tomó volver este sitio un lugar más o menos decente en el que alguien que no tiene en dónde caer muerto pueda vivir, pero había que admitir que está un poco mejor que campamentos de sobrevivientes promedio.
Algunas personas estaban tiradas por ahí durmiendo o haciendo nada, otras están alrededor de fogatas charlando, varias parecían estar creando herramientas o vehículos rudimentarios parecidos a los de ese viejo o practicaban tiro al blanco con armas modificadas usando señuelos que tenían la apariencia de Locust o de soldados Gears, como nosotros, que no vacilaban en despedazar a punta de disparos.
Que "lindo" pasatiempo. Pero al menos demostraban ser capaces de valerse por sí mismos y no ser unos meros sacos de carne que solo saben recibir disparos y nada más.
-¿Más soldados CGO aquí?- algunos de los niños que jugaban se detuvieron para vernos asombrados e incluso temerosos. Lo mismo hacían sus madres que los tomaron alejándonos de nosotros como si fuésemos a contagiarlos de alguna enfermedad o algo así.
-No tengan miedo, ellos en verdad son una muy buenas personas- quiso calmar los ánimos Dipper.
-Cuando les conviene- contradijo su insufrible tío abuelo que caminaba a espaldas nuestras como esperando que hiciésemos alguna jugarreta para así volarnos la cabeza.
Cuenta hasta 10, Zach, cuenta hasta 10... ¡PARA NO ROMPERLE SU PUTA CARA A ESE MALDITO...!
-Ya llegamos. Star, Marco, ¿Serían tan amables?- el Gran Tío le pidió a sus guardaespaldas que abrieran unas pesadas puertas dobles en frente de nosotros.
-Enseguida- jalaron unas cadenas para abrirlas y pudiésemos ver su interior.
Lo primero que notamos fue el inconfundible olor a muerte representado por el aroma a sangre fresca, seca y gangrena cuando una herida no fue atendida a tiempo y demás pestes que he tenido que tragarme miles de veces antes y que siempre generan en mí los mismos deseos de vomitar hasta las tripas como si nuevamente caminase en las alcantarillas.
Y la vista no era mejor. En camillas están postradas, si bien lo recuerdo, las mismas personas que salvamos de esas carrozas y que se hallaban lastimadas siendo atendidas por otros sobrevivientes usando unos muy rudimentarios instrumentos quirúrgicos que más bien parecían herramientas de tortura... en especial cuando debían amputar miembros sin ningún tipo de anestesia.
Ese coro de agonía generado por ellos y otros supervivientes es una de las tantas cosas que voy a oír por las noches y ni hablar de ver a los que quedaron deformes por explosivos o quemados por llamas como si hubiesen sido sacos de boxeo para los diablos del Infierno. No, al contrario, ni los demonios más horribles podrían hacer la mitad de lo que los Locust son capaces de hacerles a los humanos que tienen la trágica desdicha de caer en sus garras.
-Santo Dios...- los mellizos que nos acompañaban desviaron la mirada casi a punto de ponerse a llorar. La momia los tomó de los hombros y empujó para que se fueran diciéndoles que por eso les pidió quedarse con los demás niños y niñas.
-¿Cuántas personas y animales en el resto del mundo no pasan por esto mismo?- cuestionó Liam frotándose la quijada de la que aún escurre sangre.
-¿Para qué nos trajeron aquí? ¿Para ver lo que es capaz de hacer nuestro puto sistema de gobierno a inocentes ciudadanos?- ver tantos moribundos que piden ayuda no es precisamente el mejor remedio para la desmedida locura de nuestro sargento peliblanco.
-No precisamente por eso. Sigamos- seguimos el paso lento a la silla de ese viejo que no parece estar muy incómodo por los tormentos por el que pasa cada una de estas personas; me imagino que de serle algo de todos los días.
Tenía que esforzarme bastante para hacerme de la vista gorda cada vez que pasaba cerca de los heridos que extendían sus manos (los que aún las tenían) implorando ayuda, pero no había nada que ni mis amigos y yo pudiéramos hacer por ellos; lo que me generaban otro tipo de malestar.
De solo pensar en lo que Liam dijo sobre que personas de otras partes del mundo sufren así todos los días arreglándoselas como pueden no recibiendo ayuda de la CGO teniendo estilos de vida peores que los de prisioneros de guerra o lo condenamos a estar siempre en el Pozo de Fuego Eterno... más se merma el desprecio y aberración que le tengo por lo general a los sobrevivientes, bueno, al menos no los aborrezco tanto como lo hacía al iniciar este nuevo día.
Me pregunto si en caso de que revele a la luz los más oscuros y sucios secretos de la CGO pueda hacer algo por desafortunadas personas como las que veo ahora mismo, porque sin ciudadanos, no habrá ningún sistema de gobierno y mucho menos sociedad por la cual luchar y proteger.
Además, aunque dejara al descubierto lo que la CGO no quiere que se sepa ¿Con quién voy a quejarme? Porque la URI prácticamente está extinta (Cortesía de los Locust) y no hay más gobierno que pueda tomar cartas en el asunto, al menos no uno organizado como el nuestro porque lo más cercano a otros sistemas operativos, hasta dónde yo sé, que hay por ahí serían los campamentos y bases de sobrevivientes como estos.
Solo falta que quieran formar un colectivo de anarquistas con propósitos en común que algún día quiera derrocar a nuestro sistema en caso de que logremos ganar esta guerra y aun queden las suficientes personas para llevar a cabo tan revuelta. Me encantaría formar parte de algo así y terminar el trabajo de mamá y papá, pero como van las cosas, ya habré muerto para ese entonces.
-Esto es lo que quería mostrarles- deje de pensar en eso cuando nos detuvimos ahora ante unas grandes cortinas que al ser corridas nos revelaron a...
-¡¿DIANA?!- exclamó asombrado Lincoln porque ahora la vimos a ella y a unos cuantos soldados Gears en condiciones igual de lamentables que la de esos desafortunados recibiendo las mismas atenciones.
-Ah... Lincoln... no sabes la alegría que me da volver a verte hoy...- aunque seguía teniendo su casco puesto era fácil deducir lo realmente feliz que estaba hasta que tosió desesperadamente.
-¡¿Qué fue lo que les pasó?!- la tomó de una mano pasándole una mano por la frente como si ella pudiera sentir su caricia. Otro clavo en el ataúd de su menguante cordura.
-¿Tú qué crees? Cumplir nuestra misión en atraer a todos los Locust posibles que habitaban esta región para que ustedes tuviesen camino libre... pero si están aquí, supongo que no cumplimos bien nuestro objetivo- escupió sangre aún a través de su casco debido a una profunda herida de bala que tenía en el abdomen.
-A este paso no va a quedar soldado alguno que cumpla las putas órdenes y estrategias del Alto Mando de la CGO- frunció el ceño Liam volviéndose a sobar sus heridas.
Clyde cerró el ojo y suspiró pesadamente como si dijese que ya se esperaba algo como esto para el grupo de Diana mientras que yo no pude evitar angustiarme al imaginarme no solo estando herido de muerte corriendo el peligro de ser asesinado por los Locust sino también a estar a la completa merced de sobrevivientes que detesten a los soldados como nosotros y que no sabemos que podrían hacernos.
-Estos son solo un puñado del grupo de soldados que generaron esa batalla que les costó la vida a tantos de los nuestros, y pese a eso, nos tomamos la molestia de salvar a los que sobrevivieron diciéndonos que otro grupo de Gears estaba custodiando unos explosivos que podrían cambiar el destino del mundo. Así que expliquen de que se trata en verdad su misión- quiso saber el Gran Tío girando su silla hacia nosotros a la vez que su escolta y demás "compatriotas" nos volvían a apuntar con sus armas.
Por mil demonios... bueno, en vista de que saben la verdad a medias y de que nos meteríamos en más problemas si les mentimos, no había de otra que explicarles cuál es nuestro propósito. Así que con detalles les dijimos la misión que se nos impuso y lo que podríamos lograr si tenemos éxito; tal vez en el mejor de los casos decidan echarnos una mano y no darnos la patada por ser unos imanes de problemas.
-... y con esos explosivos esperamos destruir con las madrigueras de esas putas y al fin acabar con esta infernal guerra- finalizó el relato Lincoln.
-Interesante... muy interesante- el Tío Grandpa se frotó el mentón y volvió a alejarse de nosotros.
-Sé muy bien que ustedes tienen como un millón de razones para no confiar en soldados Gears ni en la CGO, pero les pedimos... les suplicamos que nos ayuden con esto y si conocen alguna ruta segura y rápida para llegar a Jacinto, díganla por favor- pidió Liam que se había quitado la parte superior de su armadura para frotarse con una pomada las heridas que le dejó ese esperpento revelando su gran y musculosa anatomía (Jodido suertudo)
Apartándose más para que no pudiéramos oírlo, comenzó a charlar con sus lame suelas, el Steven ese, las amigas de este y el otro vejestorio de Stan porque parece que les tiene mucha confianza.
Nuestras vidas dependiendo de sobrevivientes que nos odian a morir y tienen a su disposición las bombas que podrían cambiar el curso de la humanidad tanto para bien como para mal, sin saber si las están desmantelando ahora mismo o que nos harían si se niegan a ayudarnos y eso que no tomo en cuenta que los Locust podrían encontrarnos para terminar de matarnos.
¿No podíamos estar aún más jodidos todavía?
-Muy bien, jovencitos, escuchen con atención- la tensión se rompió cuando se nos acercaron -hemos tomado una decisión.
Veamos con qué nos van a salir.
-Según lo que Stan y Steven nos dijeron y lo que USTEDES- enfatizó en esta palabra como si quisiera diferenciarnos de otros Gears -hicieron por ellos al salvarlos aun cuando no tenían obligación alguna siendo incluso capaces de poner su misión en segundo plano por su seguridad, he decidido ayudarles.
Liam, Lincoln y yo nos vimos sonriendo por tales palabras. Casi me daban ganas de darme una patada por tenerles tan poca confianza y seguir tachándolos de ingratos y traicioneros, pero el amargado de Clyde no cambió su semblante casi como estuviese esperando un: "Pero"
-Pero primero...- siguió hablando el Tío Grandpa -necesitamos que nos hagan un favor.
Genial... ¡Sabía que había gato encerrado! Era demasiado bueno para ser verdad.
-¿Qué clase de favor quiere que hagamos por ustedes?- Lincoln se puso serio y se cruzó de brazos.
-Verán, como se los dije en un inicio yo soy el encargado de cuidar a toda aquella alma que vague sin rumbo fijo y no le tenga lealtad a la CGO y deba luchar día a día para sobrevivir. Eso significa que he tenido contacto con campamentos de otros sobrevivientes como el de mi buen amigo Steven aquí presente- el mencionado rugió sin dejar de vernos con ojos de matador -ayudándonos mutuamente en más de una ocasión.
-Lo mismo pasa con sobrevivientes nómadas como Stanley y sus nietos que no les gusta quedarse en el mismo lugar por mucho tiempo. Si necesitan algo con mucho gusto se los doy a cambio de que nos ayuden en nuestros asuntos, y como ustedes necesitan de nuestra ayuda lo más justo es que nos ayuden primero, ¿Les parece bien?
No sabía si estaba tratando de pasarse de listo e intentaba jugar con nuestras mentes, pero el olor a "Un fuerte problema que no es de nuestra incumbencia" se hizo muy fuerte.
-¿En qué necesitan ayuda?- Lincoln también sintió esa peste y necesitaba saber todos los detalles de la mierda en la que íbamos a meternos a continuación.
-Verán, originalmente nosotros íbamos a ir por unos suministros que otro campamento de sobrevivientes al otro lado de la ciudad nos iban a dar a cambio de unas refacciones y repuestos que nosotros tenemos. Pero debido a esa batalla iniciada por la CGO, los Locust ahora están más alerta que nunca y no podemos movernos con libertad.
-Así que, como lo habrán deducido ya...
-Quiere que seamos nosotros los que hagamos el intercambio...- finalizó Lincoln frotándose las sienes de lo más fastidiado.
¿Y cómo no estarlo? ¿En serio esperan que hagamos su trabajo sucio? ¡¿Qué creen que somos nosotros?! ¡¿Carteros que arriesgan el culo por su correspondencia o qué?!
-No tienen que decidir enseguida, tienen el resto del día para ponerse de acuerdo. Solo les recuerdo que el tiempo avanza y que la noche nos envolverá todos y... supongo que no hace falta explicar esto, ¿Correcto?
¿Quedarse con estos supervivientes durante la noche? ¿O exponernos a la intemperie cuando la oscuridad nos envuelva intentando llegar a Jacinto por nuestra cuenta? Creo que quedar otra vez atrapados en una trampa en la que casi perdimos la vida ya no suena tan mala opción.
Así que volvimos con Stella y el mariquita de Chandler para discutir el asunto.
-¿Lo dijeron en serio esas ratas de alcantarilla? ¡¿CÓMO SE ATREVEN A PEDIRLES A UNOS GEARS A REBAJARSE A HACER ALGO COMO ESO?! De ninguna forma me rebajaré a hacer algo así por ellos- creo que esta sería la primera y última vez en la que estaría totalmente de acuerdo con alguien como Chandler.
-Si tienes una mejor idea entonces dila o no abras esa puta boca. Eres demasiado estúpido para opinar en este tipo de situaciones, así que cállate- no se atrevió a discutirle a Lincoln y solo se limitó a desviar la mirada gruñendo impotente.
-Ellos nos salvaron la vida y por culpa de la CGO su estilo de vida se ha vuelto más insufrible de lo que ya es. Es nuestro deber ayudarles con esto- Liam retomó el asunto principal siendo ahora atendido por los mellizos que le ponían vendas, gasas, curitas y más pomadas por el cuerpo.
-No quiero ser desagradecido y no digo que no debamos compensar lo que ellos perdieron por culpa de los nuestros, pero ya nos hemos arriesgado y atrasado demasiado por ayudar a sobrevivientes. ¿Cuándo podremos llegar a Jacinto si seguimos haciendo este tipo de cosas que no nos corresponden?- no era mucha sorpresa que Clyde tampoco estuviese de acuerdo.
-Además, aunque los ayudásemos, ¿Qué garantía habría de que nos ayudasen con nuestros propios asuntos o no nos maten cuando no les seamos de utilidad?- expuse uno de los tantos puntos en contra que esta situación tiene.
-No se preocupen. El Tío Grandpa aunque no lo parezca es alguien noble que cumple con lo que promete. Si les prometió que los ayudaría con sus problemas si lo ayudan primero entonces den por hecho de que así será- afirmó Dipper atendiendo un hematoma en la espalda de Liam.
-Ummm...- como si estuviese analizando todos los pros y contras de este asunto, Lincoln volvió a cruzarse de brazos alejándose unos cuantos pasos.
Jamás me gustaron los momentos de suspenso como este y mucho menos si todo queda en manos de alguien con una actitud de lo más peculiar como la que él posee. Suficientes momentos como estos ya hay con los generados por los imbéciles a los que servimos.
-¿Han tomado una decisión ya?- habiéndose dado cuenta de eso, el Gran Tío se aproximó.
-Aceptamos el trato. Los ayudaremos a ustedes y a los otros sobrevivientes- sus escoltas se vieron entre sí nada seguros de eso mientras que él sonrió de medio lado -¿Pero sí cumplirán con su parte de ayudarnos a llegar rápidamente a Jacinto de la forma más segura posible? Porque también debemos llevar con nosotros a Diana y demás soldados heridos.
-Claro que sí. ¿Qué piensan que somos? ¿Un deshonesto sistema gubernamental que nunca cumple lo que ofrece?- casi se me escapó una risa irónica por ese comentario -¿Trato hecho?- ofreció su mano derecha.
-Hecho- Lincoln le correspondió el gesto -¿Podemos comenzar ya? Mientras más rápido iniciemos, es mejor para todos.
-Bien dicho. Les daremos unas cuantas armas extra que les serán de mucha utilidad, sígannos.
-No puedo creer que se vayan a prestar para eso...- comentó la perra de Chandler estupefacto.
-Ya te dije que cierres esa jodida boca chupa vergas si no tienes nada inteligente que decir. Ni que te pidiésemos que nos acompañases, aunque de ser este el caso, estaríamos arrastrando un ancla que no sirve para un carajo- como me gustaría tener una cámara para capturar las expresiones que ese anormal esboza -andando, muchachos.
Cuando iba a seguir al loquillo de Lincoln, noté que Stella se había mantenido al margen de la charla todavía teniendo la mirada perdida no sabiendo que hacer o decir al respecto.
-Stella- le volví a poner una mano en el hombro y esta vez no se sobresaltó permaneciendo inmóvil -si no te sientes bien, no tienes que acompañarnos tampoco. Puedes quedarte aquí con Chandler a cuidar las Bombas.
-... no, no. Descuiden, estoy bien. Los ayudaré con tal de regresar lo más rápido posible a Jacinto.
Cualquiera con al menos dos dedos de frente se daría cuenta de que quiere acabar lo más pronto posible con esta misión para así ya nunca más exponerse a situaciones de peligro mortal y no sufrir el mismo destino que sus amigos.
Siendo un Guardia Ónix tal vez solo la envíen a custodiar lugares o personas importantes lejos de misiones de este tipo. Eso sería lo mejor para ella porque sería una pena que una cara tan linda como la suya se despedace por el disparo de un cañón, pero como cada vez parece que se necesita de más y más soldados en el campo de batalla, no sería sorpresa que tarde o temprano la vuelvan a poner en el frente teniendo que ver muertes aún más grotescas como las que ha presenciado hasta ahora.
-Entonces no te alejes demasiado de nosotros y estarás bien- Lincoln le sonrió tratando de darle algo de confianza y ella asintió aún con los ánimos tirados por tierra.
-¿Ya está mejor, señor?- preguntó Mabel a Liam cuando este se incorporó colocándose la parte superior de su armadura al haber terminado de atenderlo.
-Mucho mejor gracias a ustedes, pequeños- les palmeó la cabeza y le sobó la quijada al pulgoso cuando este le lamió la cara.
Ah, casi se me olvida atender ese importante asunto.
-¡TÚ, PEDAZO DE IDIOTA!- de inmediato me le acerqué, y sin importarme un carajo que fuese mucho más alto que yo, le asesté un puñetazo al rostro que lo tumbó al suelo.
-¡¿PERO QUÉ ESTÁ HACIENDO?!- los mellizos retrocedieron asustados y el perro me ladró.
-¡JODIDO IMBÉCIL! ¡¿En qué estabas pensando cuando fuiste a pelear contra ese monstruo tú solo?!- lo tomé del cuello y le volví a pegar en la cara.
-¡ZACH! ¡¿Qué mierda haces?!- quise darle otro buen golpe, pero Lincoln me sujetó por detrás.
-¡¿Qué crees que hago, Lincoln?! ¡Viendo si a base de golpes puedo componerle la plasta de mierda que este imbécil tiene por cerebro!- me zafé como pude y quise seguir pegándole, pero esos niños se pusieron en medio.
-¡YA NO LO GOLPEE!- tiene suerte que estos mocosos lo aprecien mucho, porque si no...
-Ya, Zach. Entiendo que estés molesto de que haya rechazado tu ayuda cuando fui a pelear contra Gork, pero no es para tanto- Liam se levantó sobándose la quijada y agitando la cabeza.
-¿Qué no es para tanto? ¡¿QUÉ NO ES PARA TANTO?!- esas palabras solo avivaron el fuego de la ira que me quemaba por dentro -jodido anormal estúpido, ¡¿Es que no te das cuenta de lo que casi pasa?! ¡PUDISTE HABER MUERTO!- tanto era el coraje que comencé a temblar mientras unas lágrimas escurrían de mis ojos verde como esmeraldas iguales a los de mamá.
-Tú siempre nos andas predicando que hay ser prudentes, que debemos mantener bajo control nuestras emociones y no sean estas las que nos dominen y toda esa mierda ¡Y ERES EL PRIMERO EN IR EN CONTRA DE ESO ARROJÁNDOTE DE CABEZA A UNA MUERTE SEGURA, PUTO HIPÓCRITA!- miró hacia otro lado rascándose la nuca -¡MÍRAME A LA CARA CUÁNDO TE HABLE, GRAN IDIOTA!
-Él tiene razón, Liam. Se lo hemos dicho a Lincoln varias veces y nunca pensé que te lo diríamos a ti también, pero el enorme odio que tienes adentro te llevará a la destrucción si no lo sabes dominar, ¿Qué pasó contigo?- reprochó ahora Clyde.
-Chicos... es que no lo entienden. Cuando estuvimos acorralados ahí sin ruta de escape, en serio creí que ese iba a ser nuestro final no teniendo salvación alguna y no podía morir y partir de este mundo sin cerrar la herida que ese monstruo dejó en mí hace tantos años. Es por eso que decidí dar el todo por el todo cuando lo desafié- acarició la cabeza el pulgoso cuando este frotó su cuerpo contra sus piernas.
-Liam. Yo seguramente soy la persona menos indicada para darte consejos de paciencia y de mantener la compostura, pero no permitiré que tú o alguien más bajo mi mando se exponga así nuevamente a menos que estemos totalmente seguros de que no tenemos escapatoria alguna, ¿Entendido?- continuó desviando la mirada no respondiéndole a Lincoln hasta que este lo tomó de la parte delantera de su coraza obligándole a verlo -¿Entendido, soldado?
-Entendido... sargento- se soltó bruscamente no dejándose intimidar por como él lo veía.
-Yo... nosotros ya perdimos a Rusty, no podemos permitirnos perder a otro miembro valioso del equipo- seguí hablando y pasé una mano por mi rostro para limpiándome las lágrimas.
De solo pensar que otro de mis mejores amigos muera a manos de los Locust... ¡Me da la motivación que tanto requiero para ser un verdadero guerrero que no le tiene miedo a la muerte!
-Sí, lo sé, lo sé. Trataré de seguir manteniendo la cabeza fría y que esto no se vuelva a repetir, lo siento- se frotó el brazo en dónde tiene el tatuaje de su cerda Virginia pareciendo niño regañado.
-Si ya terminaron de arreglar sus problemas de equipo, entonces sígannos- interrumpió el Gran Tío que se había mantenido al margen de la discusión al igual que los demás sobrevivientes.
-Y ustedes que se creen más cultos y racionales que nosotros...- pude oír claramente el susurro irónico que Steven le dijo a sus compañeras.
Esta vez no podía contradecir un argumento como ese.
(...)
En una bodega no muy lejos de la zona en dónde practicaban el tiro al blanco estaban los repuestos y refacciones que debíamos intercambiar junto con muchas armas. Para llegar hasta la base de esos otros sobrevivientes debíamos movernos por una red de túneles secreta que solo ellos conocen, pero en algún punto deberíamos salir a la superficie para terminar el recorrido.
-Interesantes armas las que tienen aquí- dijo Clyde al tener en manos una rara combinación de Retro Lancer y Hammerburst que nunca antes hemos visto.
-Hay que improvisar con lo que se tenga a mano y tomar las cosas de alguien que ya no las necesite para darles el uso adecuado- dijo esa rubia llamada Star empuñando lo que parecía ser un tipo de cañón de disparos múltiples que pueda ser usado por una sola persona.
-Sabia decisión- Liam sujetaba una ametralladora Mulcher parecida a las de los Grinders pero que tenía mayor capacidad de munición y llevaba en su espalda un escudo de Mauler.
-Es bueno ver que alguien sepa cómo usar bien lo que la CGO puede ofrecer- yo por mi parte tenía un One-Shot parecido al que perdí cuando caímos al río solo que más ligero y con capacidad de disparar municiones explosivas.
-¿Combinar nuestras armas con la de los Locust? Han caído muy bajo- pero a Lincoln no le hacía mucha gracia que nuestras herramientas de muerte se fusionasen con las de nuestros enemigos.
-No sea de mente cerrada. En la guerra se vale todo- le dijo Marco buscando algo entre todas estas armas -tal vez esta sea de su agrado- le ofreció un Arco Explosivo.
Stella retrocedió unos pasos al ver esa arma gimiendo de puro pavor. Puedo imaginarme el terror que le da pensar en ser volada en mil pedazos al igual y como le pasó a... como se llame ese tipo.
-Este arco puede disparar tres flechas explosivas consecutivas y a diferencia de los que usan los Guardias Theron, este es silencioso e ideal para ataques por sorpresa- renuente, Lincoln lo tomó.
-Veamos lo que es capaz de hacer- fue hasta la zona de tiros y les apuntó a unos objetivos que simulaban ser unos Granaderos.
Con gran puntería le disparo a uno tras otro dándoles en el pecho par que estallasen y con rapidez recargo esa arma como si fuese un simple cartucho de Lancer disparándole a otros tres alzando una intensa nube de humo porque creó un pequeño incendio.
-Vaya... es muy práctica, debo reconocerlo. Ya quiero aplicarla contra Locust de verdad- vio riendo fijamente las llamas que se reflejaron en sus ojos teniendo ya esa enorme sed de sangre que también suele mostrar cuando se imagina a sí mismo matando de forma horrible a esos putos.
-Sabía que iba a gustarle- también río Marco luego de pedirle a los demás que apagasen el fuego.
-Ahora que ya están listos, es hora de que vayan- apresuró el Gran Tío -guíenlos bien y cuídense mucho, Star y Marco- le pidió a sus guardaespaldas.
-¿Ustedes nos van a acompañar?- cuestionó Clyde arqueando una ceja.
-Claro que sí. Alguien debe guiarlos por el camino correcto para que no se pierdan y para asegurarse de que cumplan con su parte del trato y no nos salgan con mano negra, ¿Algún problema con eso, cíclope?- lo retó la rubia poniendo su mano izquierda en la cadera y apoyando su arma en el hombro derecho.
-...- nuestro amigo de un solo ojo no dijo nada, de hecho, permaneció mudo por unos instantes y su normalmente expresión fría como un témpano se volvió de... ¿Incomodidad?
-No-no, señorita, ningún problema- casi puedo jurar que su voz tembló en un inicio antes de hablar con su ya característica expresión y tono de voz apático.
-Así me gusta, ahora muévanse- carraspeó cuando ella se alejó y la vio sin parpadear, como si estuviese soñando despierto dejando volar su imaginación hasta las nubes.
-Andando, Clyde- colocándole una mano en el hombro, Lincoln le sonrió y la siguieron cuando él asintió con la cabeza al soltar un simple: "Ajá"
Oh... creo saber que pasa ahora mismo por su cabeza. Vaya pillín que resulta ser, je, je, je.
-Se cuidan mucho- nos pidió Mabel cuando estábamos por ingresar a un túnel secreto que vamos a recorrer montados en un auto modificado para que pueda correr en vías de tren.
-Y procuren no huir apenas piensen que tienen la pelea perdida o desertar como muchos de ustedes lo han hecho- comencé a molestarme por la también odiosa actitud de Steven.
-Entonces acompáñanos para asegurarte de que no intentemos huir- lo reté para ver si él tenía los huevos suficientes de arriesgarme como lo vamos a hacer nosotros ahora.
-Me encantaría, pero tengo mucho que hacer con mi gente y no tengo tiempo que perder- como un perfecto cobarde se retiró seguido de sus compañeras que también nos desearon suerte.
-Sí, claro, porque te conviene- me burlé, pero Lincoln me dio un codazo en el abdomen y susurró: "recuerda en la situación y en dónde nos encontramos ahora" por lo que tuve que callarme.
-Finalicemos con esto ya- cualquier rastro de incomodidad que Clyde haya tenido se esfumó por completo y nos apuró.
Debí suponer desde un inicio que alguien como él expresando algo que no fuese más que mera apatía e inhumana frialdad, era algo demasiado bueno para ser verdad.
(...)
Mientras recorríamos el túnel con Star, Marco y otros sobrevivientes que nos acompañaban, no pudimos evitar preguntarle sobre la historia detrás de su refugio. Nos dijeron que su nombre es Mewni y que antes le perteneció a los dueños del sistema de Metro de esta ciudad siendo el Tío Grandpa el único de estos que queda con vida por lo que legalmente sigue siendo su propietario y el que sabe todas sus rutas tanto las que estuvieron en dominio público como las secretas.
No es la única estación de trenes que tienen como escondite y en caso de que esta sea amenazada tienen otras a las cuál ir en tanto en aquí como en las ciudades aledañas, pero esta es su principal y la que mejor preparada está para lidiar contra ataques Locuts.
Les preguntamos cómo los han podido evitar por tanto tiempo sin que estos los hallaran gracias a sus Corpsers capaces de crear Agujeros E y demás animales que tienen a su disposición, pero nos dijeron que era un secreto que nadie más debía saber (Imagino que los repelen rociando a las afueras de los túneles con orina rancia para que el olor los mantenga alejados)
-Okey, ya llegamos al final de este túnel. A partir de ahora seguiremos a pie- dijo Star cuando abrió una pesada puerta que nos daba paso al gran sótano de lo que parecía ser una tienda.
-Saquen con cuidado los componentes- pidió Marco a sus compañeros que empujaron una gran carretilla blindada que se había separado del auto modificado como si fuese un acoplado.
-Mucha suerte, Star y Marco- les deseó uno de los que se quedaron en el túnel antes de cerrar la puerta y oímos como se retiraron a toda prisa igual que el piloto que nos dejó en el pueblo de Barban.
-Recen para que esta zona siga sin estar muy transitada por los Locust y que las "inteligentes maniobras" de la CGO no la haya vuelto un campo minado- con lo dicho por esa rubia cornuda salimos con cuidado a la superficie como perros de la pradera que salen de su madriguera.
-No parece haber nadie en los alrededores... avancemos- pedí luego de observar el área.
Mínimo esta es la parte en la que nos ocurre alguna desagradable sorpresa o algo parecido.
-A ver si ahora aportan más soluciones que problemas- quise refutar lo que Marco nos dijo, pero con lo que la CGO hizo y que ahora nosotros dependemos de ellos, ¿Con qué cara le podría reclamar?
-Si tuviese el Martillo del Alba me sentiría más segura y acabaríamos fácilmente con cualquier monstruo que se nos presente y no habría nada de qué preocuparse- comentó Stella angustiada.
-Recuerda, linda, que no es el arma la que hace el soldado. Sino la experiencia del combate y como se toma lo que este le ofrece para volverse uno verdaderamente eficiente.
Hipócrita, cínico e irónico fue este "comentario filosófico" por parte de Liam. No soy quién para decir que vuelve a alguien un verdadero guerrero, pero con el numerito él que hizo hoy... ¡ME DAN GANAS DE COGER EL ONE-SHOT Y METÉRSELO POR EL...!
-También lo que Lincoln te dijo: no te alejes demasiado de nosotros y estarás bien- solo me limité a darle otras palmaditas causando que ella me sonriera débilmente y continuamos caminando no sabiendo a que nuevas y mortíferas desgracias nos expondremos ahora.
Capítulo ocho completado en Fan Fiction el 10/07/2020.
Publicado en Wattpad el 17/09/2020.
Sé que el capítulo de hoy fue medio soso y que no ofreció mucho más que las interacciones y desacuerdos de este grupo de orates, pero como los anteriores literalmente fueron de pura lucha continua y sin tregua, era hora de darse un descanso en ese aspecto, ¿No?
De todas formas espero que les haya gustado las reflexiones de Zach, como encara a Liam, esas efímeras escenas humanas de Clyde, como Lincoln trata como un trapo viejo a Chandler y... ya saben, las apariciones de personajes de otras series.
Igual que Dipper, Mabel, el Tío Stan, el perro Bill en su momento y luego con Steven y sus dos amigas, tampoco hace falta aclarar a que series pertenecen el "Gran Tío" y esa rubia llamada Star y su compañero Marco, ¿Correcto? XD
Solo falta ver con que personajes de otras caricaturas van a toparse y que más peligros deberán enfrentar en su infernal odisea.
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