Engranes de Guerra ch 2
CAPÍTULO DOS: INICIA LA MISIÓN
Me gusta estar solo, desde que era un niño generalmente me la pasaba solo la mayor parte del tiempo contando únicamente con la compañía de mis animales de peluche en caso de sentir algún sentimiento de abandono u otro tipo de pesar, y ahora que soy un soldado Gear adulto, son las máquinas las que evitan que sienta alguna clase de vacío en el pecho en ese aspecto.
No está tan mal como suena porque al ser compañeros silenciosos nunca te interrumpen si les estás contando algo y no te juzgan de alguna forma ni se burlarán de ti dándote tiempo para pensar, reflexionar... descargar algún gran tormento que te está carcomiendo el alma.
O te ayudan a distraer tu mente de los diversos problemas de la vida y evitar que malas experiencias del pasado se apoderen de tus pensamientos y hagan actuar de manera delirante. Ahora usaba unas herramientas para darle mantenimiento, arreglar y mejorar las armas que con 100% de seguridad hoy usaremos para acabar con muchos Locust si es que estos no nos asesinan antes de que tan siquiera pudiéramos jalar el gatillo.
En otras circunstancia o día cualquiera ya habría terminado con las armas de todo nuestro escuadrón y estaría atendiendo armas ajenas, pero cuando me desperté de mi cama hoy y vi el calendario... apenas si he podido concentrarme y no hacer el trabajo a medias que traería consigo catastróficas consecuencias más adelante.
Algunas veces siento envidia de las máquinas porque ellas carecen de todos los defectos que tenemos los humanos. No pueden ser intimidadas con nada, ni sobornadas o corrompidas de alguna forma, no sufren pesadillas que los atormenten, no sienten miedo, ni dudas que les hagan cometer errores... ni dolor de ningún tipo.
Lincoln había venido para ver cómo estaba e incluso trató de bromear un poco para alzarme los ánimos y yo le respondí con descortesía prácticamente dándole la patada. Me sentí peor de lo que ya estaba por haberle hablado así porque no solo es mi superior, sino mi mejor amigo desde que tengo memoria también salvándome del martirio de la total soledad apoyándonos mutuamente en diversas ocasiones, en especial cuando nos aflige el dolor de una desastrosa perdida.
Así que al irse intenté seguir con el mantenimiento de las armas, pero al tratar de poner una tuerca en su lugar no encajó. Así que lo intenté de nuevo, pero no lo logré y traté de hacerlo fallando otra vez... y otra vez... y otra vez... ¡Y OTRA VEZ Y OTRA VEZ, MALDITA SEA!
No pude contener más mi desdicha y tiré a un lado las herramientas y armas que aún me faltaban por reparar o mejorar para golpear con furia la mesa con ambos puños unas cuantas veces para desquitar mi coraje hasta que decidí sentarme en el piso apoyando la espalda contra el muro en donde estaba ese calendario negando despacio con mi cabeza sujetándomela.
Esta mañana cuando me desperté listo para comenzar un nuevo amanecer en el infierno pensé que sería como cualquier otro día, pero al ver el almanaque descubrí que hoy... que hoy se cumple un año desde ese suceso que me arrebató mi esperanza y Fe en este mundo en decadencia.
Me quité el parche que cubría el agujero cicatrizado en dónde antes tenía el ojo izquierdo para frotarme la cara, en especial mi globo ocular derecho para que no vuelva a expulsar lágrimas. Saco de un bolsillo una foto de mí con... con ella.
Se suponía que hoy debería celebrar el primer aniversario de nuestra unión formal y en vez de eso todos los días me despierto solo sin su compañía, sin la calidez de su cuerpo, ni el embriagante olor de su sedoso cabello, ni su melodiosa voz diciéndome: "Buenos días, Clyde" como se suponía debía haber sido nuestras vidas desde ese momento.
Por más que lo intenté, no pude evitar que ese líquido vital se deslizara por mi mejilla. Si había algo que siempre me hizo tener esperanzas y creyera que el mañana iba a ser mejor era ella, pero al ya no tenerla junto a mí, pude abrir los ojos y salir de mi burbuja de felicidad percatándome de que sin importar cuanto uno se esfuerce y luche no se podrá cambiar el destino que nos aguarda a todos los que habitamos esta bola de tierra y agua infectada por los monstruos más horribles que puedan existir y que a la larga ganaran la guerra acabando con nosotros y poniéndole fin a los diversos tipos de sufrimientos por los que pasamos la mayoría y que nos hacen envidiar a los muertos porque estos nunca vivirán los más grandes terrores que nos esperan.
Vuelvo a ver la foto cuando al fin pude contener mis lágrimas. Ya no recuerdo que es reír de forma genuina y mucho menos sentirse feliz y alegre, a pesar de que solo ha pasado un año siento que fue una tediosa e interminable eternidad que lentamente me ha consumido hasta ser lo que soy ahora y que mi antiguo ser se volviese un muy lejano recuerdo.
Solicitaron la presencia del Escuadrón Serpiente, así que me repuse lo mejor que pude para ir a ver a que otra misión sin sentido y que de nada servirá para mejorar el destino de la humanidad nos mandarán ahora topándome en el camino con ese bizarro Equipo South y a Liam con Zach que debatían sobre cosas que sinceramente no me interesaban en lo más mínimo.
El coronel Hoffman nos asignó la misión de cuidar unos componentes para crear Bombas de Masa Ligera que se encuentran en las Barricadas del Norte y traerlos aquí y así poder acabar de una vez por todas con esos engendros. Así que fuimos a la sala de mantenimiento en dónde yo había estado antes para entregarles a mis compañeros de equipo sus armas.
-Toma, Liam- le pasé al más grande nosotros una escopeta Gnasher junto con una correa de municiones -modifiqué el cañón y los cartuchos para que los perdigones puedan llegar más lejos sin perder potencia y teniendo un radio de expansión más amplio. Espero que te sean de utilidad y no tengas que acercarte tanto a ellos para matarlos.
-Muchas gracias, camarada- sonrió colgándose la correa y recargo la escopeta a lo que asentí.
-Zach, ahora tu rifle de francotirador puede disparar tres tiros sucesivos, tiene un mejor soporte para que no se mueva mucho tras cada disparo y mira doble que te permite apuntar aún más lejos- al otro de pelo rojo le entregue su arma predilecta y con la que se siente más cómodo.
-Excelente. A ver si esta vez rompo el record de mayor tiros a la cabeza- riendo la tomó y apuntó a una llave que estaba colgando en la pared para hacer con su boca el sonido de un disparo haciendo reír a Liam.
-Lincoln, la motosierra de tu Lancer se encenderá más rápido y sus dientes se mantendrán filosos por la fricción y su mecanismo no se ralentizará o verá afectado después de cortar carne u otro tipo de tejido- a nuestro líder le di el rifle de asalto que es el arma insignia de la CGO y preferida por la mayoría de soldados.
-Perfecto. Nada mejor que esto para hacer sufrir como se lo merecen a todas esas perras- cuando la sujetó prendió la motosierra que tiene incorporada teniendo en su mirada una enorme sed de sangre y casi incontenibles ganas de destrozar a nuestros enemigos; sin dudas él también amaneció de malas el día de hoy.
Yo por otro lado tengo por arma principal un Retro Lancer. Es parecido a su rifle, solo qué en lugar de motosierra, posee una filosa cuchilla a modo de bayoneta y el calibre de las balas que puede llevar es un poco más potente; todo con tal de mantener a esas cosas lo más apartados de mí.
Estando listos era hora de irnos no sin antes atender ciertos asuntos en caso de que esta sea la última misión para nosotros, siendo esto lo más seguro.
-Sí, sí. Sé bien que debo cuidarme y todo eso. Ya no soy un niño para que se estén preocupando así por mí- estaba hablando con mis padres mediante una video-llamada.
-"Sabes que no podemos evitarlo, mi cielo. Es que cada vez que vas a una de esas misiones..."- siendo tan sensible como lo ha sido desde siempre, mi papá Howard abrazó al otro llorando a caudales.
Dios, pero que humillante. Sé que me quieren mucho, pero esto es pasarse de la raya. ¿Cuándo dejarán de ser tan sobreprotectores y de verme como un niñito al que deben cuidar de todo aquello que consideren perjudicial para mí?
-"Mucha suerte, hijo. Siempre pon atención a lo que te rodea, no te distraigas con nada y nunca descuides a Lincoln y tus demás amigos"- me aconsejó papá Harold dándole unas palmaditas al primero en la espalda.
-Siempre lo hago. Ya debo irme, hasta pronto- apagué la pantalla de la computadora que usé para comunicarme con ellos y me rasqué algo exasperado el cabello para resoplar.
Se supone que esta al ser posiblemente la última vez que los vea y hable debería despedirme de una mejor manera, pero, ¿Para qué? Si lo hiciera les estaría diciendo las mismas palabras vacías que les he dicho un montón de veces y que ya han perdido su significado; nada que no sepan de mi parte.
-Clyde, ya es hora de irse- tocó la puerta de mi cuarto Lincoln.
-Ya voy- agarré la foto de ella y la guardé luego de dedicarle una última mirada, pero al pararme vi un cajón en dónde estaba guardado un dije guardapelo de... de la "otra"
No tenía tiempo para también verla, pero en vista de que necesitaba de algo que me levantase aunque sea un poco los ánimos si quería sobrevivir otro día, decidí arriesgarme.
Se parecen... se parecían tanto ellas dos en tantos aspectos, pero al mismo tiempo eran tan diferentes... si cuando perdí a la "otra" hace tantos años me dejo de lo más devastado y me tomó mucho tiempo para reponerme, al haberla perdido a ella hace tan solo un año no sorprende que...
-¡CLYDE, VÁMONOS YA!- me apresuró Lincoln ya con tono autoritario.
Iba a colocar el dije en su lugar, pero como requiero de cualquier cosa que me hiciese sentir aunque sea un poco mejor y no me hiciera poner en una posición que acabe con mi martirio eterno al que llamo "vida" o comprometa a los demás, lo guarde en uno de mis bolsillos y salí del cuarto a hacer lo que el cruel destino quiere que lleve a cabo.
(...)
Los cuatro estábamos en un helicóptero dirigiéndonos a las Barricadas del Norte. Zach y Liam eran los únicos que charlaban mientras que Lincoln decidió tomar una pequeña siesta y yo solo me limitaba a ver con desinterés el terreno bajo nosotros demacrado por la guerra.
Todo lo que estuviese fuera de Jacinto (la ciudad considerada el último bastión de la humanidad en donde nosotros vivimos y sirve como refugio para los desplazados y sobrevivientes que a la fuerza son convertidos en soldados) se ve así. Tan gris, carente de vida, de orden o algo que evite que se desaten los peores males siendo literalmente uno de los niveles más bajos del infierno.
Es admirable que aún queden personas por ahí que puedan sobrevivir en un lugar así y duren más de un día. La Coalición de Gobiernos Organizados ha afirmado que Jacinto es el mejor lugar para vivir y en dónde las personas pueden hacer sus vidas sin el temor constante de que los Locust ataquen y que solo puede ser habitado por aquellos que se entreguen completamente a la causa de ganar la guerra y den lo mejor de sí.
Si no fuese por su duro suelo esa ciudad ya habría caído como muchas otras (Incluyendo nuestro hogar, Royal Woods) y aunque en parte es verdad que es el mejor lugar para vivir en este mundo de locos en el sentido de que sus habitantes no viven con el temor constante de morir cuando menos se lo esperen, lo cierto es que en varios otros aspectos explotan a los ciudadanos violando muchos de los derechos civiles todo por un "bien mayor" que está a años luz de hacerse real.
Al menos los que viven por su cuenta no le deben rendir cuentas a nadie o responder ante un gobierno que trata a sus habitantes como meros objetos prescindibles o sacos de carne a los que puedan freír si ven que tienen alguna batalla perdida, cosa que ha pasado en más de una ocasión.
-Te lo digo enserio, Liam. Los Locust provienen de alguna de las lunas, han estado invernando en el subsuelo por cientos de años y despertaron cuando se empezaron a usar los Martillos del Alba durante las Guerras del Péndulo. Solo ponte a pensar, ¿Por qué decidieron atacar hasta solo hace 14 años atrás? ¿Por qué no antes? Porque solo con esas armas tan potentes los pudimos despertar accidentalmente de su largo sueño molestándolos tanto que por eso se dedican a asesinarnos- afirmaba Zach usando un tono de cautela como si estuviésemos rodeados de micrófonos ocultos.
-Bueno, por lo menos esa teoría no suena tan loca como la otra sobre que ellos fueron hechos en laboratorios secretos a modo de Súper Soldados que se salieron de control revelándose contra sus creadores ya que al menos explica como surgieron aparentemente de la nada sin que nadie supiese de su existencia con anterioridad, el problema con esta es que si en verdad su sueño fue interrumpido por la potencia de armas de destrucción masiva como la que tienen los Martillos del Alba ya habrían despertado mucho antes cuando se hicieron las primeras pruebas con las Bombas de Masa Ligera- él trató de hacerle ver el punto débil de esa teoría.
-Ya sea que vengan de alguna de las lunas o hayan salido del más mierdero de los infiernos no me importa. Ellos fueron los que empezaron con esta maldita guerra y todos y cada uno morirá de la forma más horrible que pueda existir y que se han ganado a pulso; eso se los puedo asegurar- interrumpió Lincoln incorporándose levemente para vernos fijamente revelando que no dormía, sino que solo descansaba la vista y trataba de despejar su mente errática y delirante.
Un silencio incómodo se formó y ambos pelirrojos desviaron la mirada ya no teniendo ánimos de hablar. En otra época yo hubiese tratado decir algo para levantarles a todos la moral, pero solo me limité a verlo a él por unos segundos para volver a posar mi vista en el nada bello panorama.
¿Para qué intentarlo si quiera? Solo malgastaría saliva y aliento llenando de falsas esperanzas a los demás que solo generarían más dolor y miseria cuando inevitablemente lidien con algo que despedace y tire por tierra lo que dijera para motivarlos.
Seguimos así hasta que el helicóptero aterrizó en un pueblo que supuestamente debe estar desahitado y que está de paso hasta las Barricadas del Norte. No podía seguir debido a que los terrenos aledaños a ellas eran custodiados por los Locust por lo que cualquier medio de transporte aéreo correría el riesgo de ser derribado.
-Mucha suerte, Escuadrón Serpiente- nos habló el piloto para enseguida emprender vuelo y retirarse lo más rápido posible, una sabia y prudente decisión.
-Andando, chicos- tampoco desperdiciando tiempo alguno Lincoln comenzó a caminar. Liam y Zach se vieron de reojo para seguirlo y yo me quedé un momento en mi sitio para cerrar el ojo y suspirar para ir también tras él.
Caminamos por alrededor de media hora siendo todavía dominados por ese inquietante silencio y observados por las diversas estructuras de este poblado que a pesar de lo viejas y deterioradas que están no mostraban signos de daño por armas o algo parecido, cosa inusual y que pocas veces se han visto en ciudades o pueblos que estén más allá de Jacinto.
-Oigan...- habló el de menor estatura de nosotros rompiendo la tensión -¿Qué pasa si esto da resultado? Ya saben, si logramos bombardear las madrigueras de los Locust y acabamos con todo ellos, ¿Qué sigue?
Debía admitir que esas preguntas no habían pasado por mi mente.
-Reconstruir, claro está. Si con esto logramos acabar con todos ellos y finalizar la guerra lo único que nos quedaría es volver a alzar los cimientos de la civilización y rehacer lo mejor que podamos todo aquello que se ha perdido- contestó Liam sin mucha demora, parece que esas interrogantes si ya han surcado por su cabeza un par de veces.
-Dudo que se pueda reparar todo el daño causado por esos monstruos y mucho menos rehacer lo que nos han arrebatado- nuestro líder tampoco se retrasó en dar su opinión al respecto. Desvié la mirada porque ciertamente es lo que vino a mi mente al ponerme a reflexionar.
-Pero al menos... eso le pondrá fin a las pesadillas que tenemos muchos de nosotros y le dará un muy necesitado descanso a nuestras almas y mentes flageladas porque al fin las muertes de nuestros seres queridos serán vengadas y ellos podrán descansar en paz al saber que después de tantas penurias los que seguimos con vida tendremos un mejor mañana y nunca volveremos a pasar por este tipo de tormentos- dejó de caminar para vernos de reojo sonriendo ligeramente.
Solo él puede pasar de un estado de gran hostilidad emocional a uno más animado y optimista, como me gustaría tener esa capacidad...
-Así se habla, Link- el más grande de nosotros asintió sonriendo y Zach río para continuar nuestro camino ya teniendo los ánimos totalmente renovados.
Nuevamente yo me quedé unos segundos en mi sitio siendo incapaz de expresarme de alguna de esas dos formas por no lograr visualizarme a mí mismo en una hipotética vida después del final de este conflicto si es que vivo el tiempo suficiente para presenciarlo.
¿Encontraría por ahí algo que me hiciera ser al menos la mitad de lo que alguna vez fui o continuaría siendo el cascarón vacío y despojo de ser humano que soy y seguramente siempre seré hasta el final de mis días?
Detuvimos nuestro andar cuando en los comunicadores que llevamos en nuestros oídos derechos se empezó a escuchar el ruido de estática.
-"A... aquí el batallón B-2... ¿Nos escuchan? Aquí el batallón B-2... ¿Hay alguien ahí?"- oímos la débil voz de un hombre.
-¿Batallón B-2?- nos vimos desconcertados, no sabíamos que se habían mandado batallones por estas zonas -aquí el Escuadrón Serpiente, ¿Cuál es su posición?
-"Es... estamos refugiados en una tienda de zapatos al Este del pueblo... fuimos atacados por los Locust... solo quedamos unos pocos sobrevivientes... requerimos ayuda cuanto antes"- después de esto la comunicación se cortó de tajo.
-¿Batallón B-2? ¡¿HOLA!? Carajo...- intentamos en vano tratar de conectarnos con ellos de nuevo -cuartel general, aquí el Escuadrón Serpiente con un imprevisto. Captamos la señal de un tal Batallón B-2 en el pueblo de Barban, necesitamos saber si se ha mandado algún batallón por estas zonas, ¿Me reciben?- ahora tratamos de contactarnos con nuestros superiores solo consiguiendo más estático -maldita sea...- Lincoln pateó una pequeña roca.
-O estamos demasiado lejos y por eso no podemos contactar con el cuartel general o algo está bloqueando la señal justamente en este instante- comentó Zach ya de nuevo con tono precavido.
-¿Qué quiere que hagamos, sargento?- quiso saber Liam llamándolo así únicamente cuando estamos en una situación en la que él es quién tiene la última palabra.
-Podría ser una trampa por parte de esas bestias estúpidas que ingenuamente creen que caeremos directo en ella, pero si en verdad hay un grupo de soldados que requieren de nuestra ayuda con urgencia...- agachó la cabeza indeciso al ponerse a pensar.
Que gran carga debe llevar sobre sus hombros por ser el líder ya que si toma una decisión que pueda afectar de manera grave a los que están bajo su mando la poca lucidez que aún le queda se perderá para siempre también convirtiéndose en uno de esos tantos delirantes que hay por ahí.
-Echemos un vistazo, total, si resulta ser alguna emboscada podremos matar a varias de esas putas y así librar al mundo de una pequeña porción de esa peste- habló con firmeza.
-Como diga, sargento- el tono que Liam usó para decirle esto reflejaba lo que pasaba por las cabezas de nosotros tres con respecto a su decisión.
Veamos a que hoyo de la muerte nos vamos a meter ahora.
Andábamos rumbo al Este viendo ahora con cuidado las edificaciones que nos rodeaban porque en cualquier momento podrían salir esos monstruos y tomarnos por sorpresa. Nos detuvimos cuando estuvimos cerca de una plaza y del lado opuesto de esta se encontraba lo que al parecer es esa tienda de zapatos e intentamos hacer contacto con ese batallón recibiendo cero respuesta siendo una suave brisa y unas plantas rodantes lo único que obtuvimos.
El sonido del silencio sin dudas es el peor de todos porque no nos da información sobre que nos espera impidiéndonos estar preparados a afrontar la situación o hacernos una idea de quién nos aguarda a la vuelta de la esquina.
-Está muy tranquilo, demasiado... ¿Ves algún movimiento, Zach?- preguntó Lincoln viendo lentamente de izquierda a derecha sujetando con fuerza su Lancer.
-No, no veo nada de nada... ¿Nos arriesgamos o dejamos que...?- él trató de ver a alguien por medio de la mira de su rifle de francotirador.
-"Aquí el Batallón B-2... ¿Son soldados Gears? ¡NECESITAMOS DE SU AYUDA! Los... los heridos no van a resistir por más tiempo, ¡POR FAVOR!"- escuchamos de nuevo esa transmisión.
-Debemos arriesgarnos, no podemos dejar abandonados a esos valientes soldados si en verdad están ahí- dio un paso al frente nuestro amigo que de joven fue un granjero.
-Está bien. Liam, Clyde y yo iremos a investigar, Zach sube a esa torre del reloj y cúbrenos la espalda en caso de que ocurra el peor de los casos- dio sus indicaciones.
-¿Qué suba esa torre? Pero quisiera estar junto a ustedes por si acaso sucede...- iba a refutar él, de seguro porque cree que lo está dejando de lado menospreciándolo o por querer mostrar su valía al pelear codo a codo con nosotros.
-No te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando, soldado- tan solo bastó la mirada seria de Lincoln para que guardase silencio y dijera sin muchos ánimos: "Si, señor" para dirigirse a esa torre.
-¿Estás en posición, Zach?- quiso saber Liam cuando pasaron unos minutos desde que se fue.
-"Afirmativo. Desde donde estoy puedo ver la plaza y todo lo que la rodea, cambio"- contestó.
-Muy bien, vamos- Lincoln y yo estábamos al frente caminando con cautela y apuntando hacia adelante teniendo los dedos en los gatillos y Liam se nos seguía caminando de espaldas.
Milagrosamente pudimos llegar hasta la tienda de zapatos sin que nos ocurriese alguna calamidad como que el piso se abra y nos trague o pisemos una mina o algo parecido que ya hayamos presenciado varias veces en el pasado.
-¿Hay alguien aquí? ¿Batallón B-2? Somos el Escuadrón Serpiente respondiendo a su pedido de ayuda- llamó mi mejor amigo cuando ingresamos a la bodega de carga al verificar que no hubiese nada en el recibidor -¿Hola? ¿Me escuchan?- solo veíamos viejas cajas y zapatos tirados por ahí no encontrando rastro alguno de personas
-Aquí el Batallón B-2, re... requerimos ayuda cuanto antes- oímos de nuevo estas palabras, solo que ahora, saliendo detrás de una puerta y debajo de esta había... una mancha de sangre seca.
-Yo abriré, ¿Preparados?- Liam y yo asentimos cuando él tomó el picaporte -a la una... a las dos... ¡Y A LAS TRES!- de un solo jalón la abrió.
Unas enormes ganas de vomitar me dieron cuando vimos lo que estaba del otro lado. Era el cadáver de un soldado sentado en el piso en un avanzado estado de descomposición, con los brazos y piernas arrancados salvajemente al igual que la cabeza que estaba colocada justo en la entrepierna teniendo en frente una grabadora que era la responsable de decir ese pedido de ayuda y un poco por arriba del cuello estaba escrito con sangre: "¡MUERAN, HUMANOS DÉBILES!"
-Me cago en la puta mierda... pero que jodido asco- llevándose una mano a la boca y nariz, mi amigo peliblanco apartó con la otra las moscas que salieron de ese cuarto.
-¡CUIDADO!- solo con este grito por parte de Liam me percaté de que había una especie de mecanismo que se activó cuando abrimos la puerta que estaba conectado a... ¡UNOS EXPLOSIVOS!
-¡ATRÁS!- nos tomó de los hombros apartándonos unos cuantos pasos antes de que ocurriese un estallido que nos mandó a volar pocos metros por el aire y golpeáramos duramente contra el piso.
No nos hirió de forma grave gracias a su rápida reacción, pero sí nos dejó algo mareados y que la cabeza nos diese vueltas al igual que lo que nos rodeaba. Mientras trataba de recuperar el control sobre mis capacidades cognoscitivas y orientación esforzándome en no desmayarme al sobarme la frente oí la voz de Zach por el comunicador tan lejana como si un gran abismo nos separase.
-"¡¿Chicos?! ¡MUCHACHOS, ¿ESTÁN BIEN?! Oí una explosión desde mi posición y vi salir humo y un destello de esa tienda de zapatos, ¡RESPÓNDANME, CARAJO!"
-Te recibimos, Zach, estamos bien... dentro de la medida de lo posible- dijo Lincoln sobándose el cuello tronándoselo y después pasarse una mano por el rasguño que tiene en su mejilla -escucha bien, caímos en una trampa puesta por los Locust, así que debes ver si alrededor de la tienda no hay...- dejo de hablar porque de repente todo comenzó a estremecerse de forma aterradora.
-Estos temblores solo pueden significar una cosa... ¡PREPÁRENSE PARA PELEAR!- parándose de un salto, Liam recargó su escopeta y se dirigió a la entrada de la tienda formando una improvisada barrera con las cajas y demás elementos abandonados poniéndolos al frente tirándolos con violencia y cubriéndose detrás de una pared asomándose ligeramente para ver la plaza.
-¡YA SABES QUE HACER, ZACH!- no quedándose muy atrás, Lincoln hizo lo mismo.
-"¡ENTENDIDO!"- por el comunicador oímos como él también preparó su arma.
-Ya me preguntaba cuando nos íbamos a meter en una situación de este tipo- no pude evitar ironizar y me escudé junto a Lincoln estando ambos agazapados detrás de un muro en dónde se suponía debe de estar un gran ventanal de mostrador también arrimándolos.
-Justamente iba a decir lo mismo- dicho esto por parte de nuestro líder que ya tenía fuego en los ojos aguardamos lo que fuera a ir en contra nuestra en esta ocasión.
Los temblores continuaron hasta que en medio de la plaza se formaron unos tres, no, cuatro Agujeros de la Emergencia. Estos huecos de entre dos y tres metros de ancho son el método más común que los Locust usan para trasladarse y tomar por sorpresa a sus enemigos, justamente como a nosotros, al ser hechos por unos grandes monstruos subterráneos encargados de hacer túneles bajo el suelo.
Así es como iniciaron su guerra contra la humanidad, creando esas malditas letrinas tomándonos a todos por sorpresa no dando previo aviso alguno.
-¡PISA SUELOS INMUNDOS!- gruñó el primero que salió de uno de los Agujeros de la Emergencia, o AE para resumir.
Serán millones de Locust los que existan alrededor de nuestro planeta Sera, pero para mí, todos son iguales. Son criaturas humanoides que rondan los dos metros de estatura, mucho más fuertes que el humano promedio, de piel escamosa como la de los reptiles pero gris o pálida casi blanca, llevando sus propias armas de fuego y vestimenta militar careciendo de cualquier tipo de pelaje.
Hay varios tipos de Locust que a su vez usan a otras criaturas como animales de guerra, siendo los Drones la clase de solados más común y carne de cañón por su muy nulo sentido de auto-conservación porque obedecen cualquier orden sin chistar y sin medir el riesgo que esta traiga.
Lincoln siempre se refiere a ellos como "bestias estúpidas" y aunque los Drones ciertamente no se destacan por ser muy inteligentes o listos poseyendo un muy limitado lenguaje, la verdad es que las otras clases pueden ser brillantes en tácticas militares (Por más que odie reconocerlo) porque si en verdad todos los Locust y sus variantes fuesen de pocos sesos ya habríamos acabado con todos ellos desde hace años y nunca nos hubieran puesto en toda clase de dificultades; solo debo poner de ejemplo la trampa en la que caímos hace unos momentos.
-¡Aquí los espero, malparidos!- no desperdiciando segundo alguno, mi amigo le voló la cabeza al primero de ellos justo cuando señaló hacia adelante para ordenarle a los demás que nos atacaran -¡ACABEN CON ELLOS ANTES DE QUE SALGAN DE LOS AGUJEROS Y SE DISPERSEN!
Me le uní y les disparamos a los que estaban surgiendo de los agujeros de la derecha mientras que Liam, que una pistola Boltok parecida a una Magnum debido a que los disparos de su escopeta no son efectivos a distancias tan largas, se encargaba de los de la izquierda recibiendo el apoyo de Zach que les disparaba por la espalda desde su posición.
Inevitablemente salían más Locust de los que podíamos abatir y se expandieron para tomar posiciones y abrir fuego interrumpiendo el antes sepulcral silencio del lugar con sus disparos que se combinaban con el que creamos nosotros y con sus gritos de agonía al recibir nuestros balazos.
Sus armas varían casi tanto como las nuestras e incluso nos las quitan y modifican según sus gustos, pero el arma insignia de ellos es la Hammerburst que es un rifle de asalto que dispara ráfagas de seis balas una vez por segundo, el truco para lidiar contra un Dron equipado con esta arma es aprovechar ese pequeño lapso de tiempo para dispararle.
Al agacharme para recargar mi arma eludiendo por poco unas balas que rozaron mi cabello, noté que por el flanco izquierdo se acercaron unos cuatro Drones rugiendo, así que rápidamente Liam guardo su pistola para empuñar su escopeta y dispararles. A uno le voló la parte superior de su cabeza, a otro le dio de lleno en el pecho, al tercero le hizo caer al darle en el costado derecho y al que quedaba le reventó la pierna izquierda tumbándolo pero aun así trato de acercársenos arrastrándose como un gusano hasta que su horrible cara fue despedazada.
Se agachó para también recargar y al verme de reojo asintió sonriendo y se incorporó para seguir disparando. Sí, es bueno ver que para variar el pequeño grano de arena que pongo de mi parte en esta guerra sirve de algo.
-¡TICKERS!- vociferó Lincoln que al inclinarse y recargar su Lancer su mechón de cabello que apunta hacia arriba también fue rozado por una bala.
Me asomé y vi a esos seres. De los animales que los Locust usan para sus fines los Tickers serían los más débiles de todos porque tienen el tamaño de un perro y poseen un par de brazos con pequeñas garras para atacar, pero compensan esto porque son muy rápidos y en sus espaldas llevan unos explosivos y al acercarse a humanos los activan estallando y muriendo en el proceso.
-¡NO DEJEN QUE SE NOS ACERQUEN!- al terminar de recargar mi arma empecé a dispararles creando bolas de fuego al darles a sus explosivos llegando incluso a matar a los Drones que estaban cerca de ellos y partes de sus cuerpos volaran por los aires.
-¡Buenos disparos, Clyde!- me felicitó Lincoln teniendo una de esas perturbadoras sonrisas que solo esboza cuando ve morir y sufrir a los Locust -¡USÉMOSLOS EN SU PROPIA CONTRA!- imitó mi acción haciendo añicos a los Drones que estaban al lado de los Tickers y en sus ojos se reflejaban los destellos de cada estallido que parecían incrementar su atemorizante gesto en la cara.
Él que tantas veces dice que extraña a mi viejo Yo que no se da cuenta de lo mucho que también echo de menos al antiguo Lincoln Loud... no me puedo permitir pensar en eso en esta situación.
-¡TAMBIÉN VIENEN DESGRACIADOS ¡- nos avisó el mayor del equipo teniendo en la mano derecha su pistola con la que le hizo un agujero en la frente a un Dron y en la otra una granada de cadena haciéndola girar varias veces y tirarla en dirección a unos de los AE pero debido a la distancia solo llegó a mitad del camino creando una explosión mayor al haber hecho volar a los Tickers cercanos.
La palabra "Desgraciados" no es un modo peyorativo u ofensivo para referirse a este tipo de criaturas, sino que es el nombre oficial que se les dio. La mejor manera de describirlos sería como una bizarra combinación de mono con perro siendo más grandes que los Tickers caminan a cuatro patas generalmente en manada siendo muy ágiles y capaces de trepar por las paredes y de soltar el más bestial rugido imaginable que llega a romper los cristales cercanos a su posición.
Uno a uno no representarían una amenaza muy grande, pero en grupo podrían despedazar a cualquier soldado que se descuide o los tome a la ligera usando nada más que sus fauces y garras.
-¡PARA MEJORAR LAS COSAS!- no preocupándose por su aparición, Lincoln les disparó abatiendo a varios pero el resto tuvo la suficiente agilidad para evitar sus tiros y llegar hasta la zapatería.
-¡NO DEJEN QUE PASEN EL PERÍMETRO!- usando de nuevo la escopeta, Liam retrocedió unos pasos despedazando a unos Desgraciados en pleno aire que saltaron para caerle encima.
-¡VENGAN POR MÍ, PERRAS!- incorporándose nuestro líder activo la motosierra de su Lancer justo cuando otro de ellos brincó para tirársele partiéndolo rápidamente a la mitad desde el hombro derecho hasta el costado izquierdo desparramando sangre y su contenido salpicándome también.
-¡MUERAN!- siendo casi la viva representación del sadismo extremo, cortó a otro por la cintura y a un tercero lo decapitó para darle la patada a uno más en su horrible cara repleta de colmillos filosos tumbándolo de espaldas y enseguida llenarlo de plomo -¡¿QUIÉN SIGUE?!
El que no lo conociera estaría de lo más horrorizado al verlo con ese comportamiento salvaje siendo casi un demonio de guerra cuyo único fin es asesinar y causarle el mayor sufrimiento posible a sus enemigos, pero después de tantos años a su lado, ya me he acostumbrado.
-¡ARG!- bramó Liam cuando una bala le rozó el hombro derecho y tuvo que ponerse a cubierto ahora asomando su arma principal disparando sin apuntar dándole por casualidad a otro Desgraciado -¡No tenemos más opción que retroceder al interior de la zapatería!- se frotó esa herida de la que expulsaba sangre pero nada de riesgo letal.
A esos malditos Locust poco les importa el bienestar de los Desgraciados y los usan como peones para distraer a sus enemigos siendo incluso capaces de disparar a través de ellos y matarlos con tal de acabarnos.
-¡ZACH, INTENTA MATAR A LOS TICKERS QUE SALEN DE LOS AGUJEROS DE LA EMERGENCIA, SOLO ASÍ POBREMOS CERRARLOS PARA QUE NO SIGAN SURGIENDO MÁS LOCUST!- en vista de que Lincoln estaba más enfocado en matar a la mayor cantidad de Locust posibles que en pensar con estrategia, tuve que tomar la batuta del asunto e idear algo para que no nos asesinen.
-"¡Eso trato, pero se mueven tan rápido que no les puedo dar!"- pude distinguir de entre la polvareda que se formó y los cuerpos inertes en el piso cerca de los AE los disparos de su rifle Sniper que levantaban trozos de tierra muy cerca de los Tickers que por poco los eludían.
Lo peor fue que esos engendros al darse cuenta de que alguien los estaba atacando por atrás desde la distancia dividieron sus esfuerzos también concentrando su fuego en la torre en la que él se encontraba. Demonios, al perder su apoyo las cosas se complicaran por lo menos el doble.
-¿Zach? ¡¿ESTÁS BIEN?!- recordando que no está solo en esta batalla y de que los demás estamos en peligro mortal, Lincoln reaccionó y dejó de disparar para intentar establecer contacto.
-"¡Sí, sí, estoy bien! No se preocupen!"- suspiró aliviado al oír su respuesta, Liam dijo una plegaria de agradecimiento y yo me sobé la frente para arrimarme y dispararle a unos Drones que se nos acercaron por delante creyendo que nos quedamos sin municiones.
-"¡ESCÚCHENME! Antes de ponerme a cubierto descubrí que hay un espacio al descubierto por el flanco derecho que no está siendo vigilado por los Locust. Si uno de ustedes sale de la zapatería y lo rodea podrá atacarlos por sorpresa y arrojarles granadas para cerrar los Agujeros de la Emergencia. ¡DEBEN HACERLO YA!"- nos informó y enseguida vi como unos Drones cayeron muertos por tres tiros sucesivos de su rifle que les dejó unos grandes huecos en sus cráneos.
-Esto es lo que haremos, chicos. Liam y yo llamaremos la atención de esos putos fingiendo una retirada para que solo se enfoquen en nosotros, tú, Clyde, saldrás por la parte trasera de la zapatería rodeándolos y así te les podrás acercar por detrás y cerrar los Agujeros E con las granadas mientras que tú, Zach, lo cubrirás para que no se den cuenta de lo que hará- al fin pensando como líder dejando de lado ese bien justificado odio, Lincoln me dio las granadas de fragmentación que lleva consigo y yo a cambio le entregué las de humo llevaba.
-¡HAGÁMOSLO YA!- no teniendo nada más que decir, él arrojó un par de las granadas que le di creando una cortina de humo que bloqueó la visión de los Locust para que así junto con Liam, que despejó el camino a punta de escopetazos, saliera del lugar disparando su rifle para que con los destellos que este generase llamasen la atención de ellos y los intentaran erradicar.
Tampoco desperdicié segundo alguno y salí por la parte trasera de la tienda, con cuidado de que no hubieran más trampas puestas, y comencé a rodear la plaza desplazándome con cuidado entre las edificaciones arrimándome ligeramente para ver si todos estaban distraídos y como les iban a mis compañeros de equipo.
Desde la distancia pude ver como Liam siguió convirtiendo en carne molida a los Locust que querían acercársele estúpidamente en vez de conservar la distancia y matarlo desde lejos, pero cuando su escopeta necesitó ser recargada, la tomó de forma invertida y usó como martillo para voltearle la cara a un Dron que estaba en frente suyo golpeándolo tan fuerte que le voló unos dientes y enseguida sujetarlo por atrás pasándole un brazo por el cuello usándolo como escudo y agarrarle la mano derecha para que apuntase hacia adelante obligándole a disparar contra los demás esperpentos mientras recibía muchos balazos hasta que le pegó una granada en la espalda y apartarlo de sí con una fuerte patada enviándolo a los que estaban más cerca para que volaran en pedazos igual a como ocurrió con los Tickers.
Vi como Lincoln continuaba descargando su furia bestial disparando su Lancer mientras gritaba miles de groserías hasta que necesitó ser recargada, pero ante eso, un Dron que usaba un raro casco negro con solo un visor empuñando también un Lancer se le acercó para cortarlo.
Reaccionando rápidamente prendió la motosierra de su arma y ambas chocaron entre sí cuando estuvieron frente a frente expulsando chispas amenazando con dañar sus mecanismos internos mientras forcejeaban por someter al otro olvidando por completo que estaban en una lucha sin cuartel en la que cualquier disparo les podría dar.
Podía apreciar como mi camarada se estaba poniendo rojo del esfuerzo gritándole más groserías en contraste con ese Dron que gruñía manteniendo los dientes apretados hasta de un rápido movimiento Lincoln le hizo girar y le diese la espalda para enseguida sujetar de forma invertida su Lancer y enterrársela justo en la mitad de la columna rebanándolo desde adentro a medida que la impulsó hacia arriba saliendo por el hombro derecho para inmediatamente tomar el Lancer que le pertenecía y saltar a la derecha rodando un poco e incorporarse disparando ambas armas una vez que pudo recargar la suya.
De momento parece que pueden arreglárselas, así que continué mi cauteloso recorrido para...
-¡HOMÍNIDO!- detuve mi andar porque sin previo aviso de entre unos arbustos salió un Dron cayéndome encima y diéramos vueltas estando él encima de mí sujetándome ambos hombros.
En esta posición teniendo arriba mío a una criatura que tiene tantas características humanas combinadas con rasgos de los más salvajes animales teniendo su horrible cara de facciones humano-reptil a escasos centímetros de la mía echándome encima su vomitivo aliento y saliva amenazando con darme una letal dentellada manteniendo fija en mí su endemoniada mirada por parte de sus penetrantes ojos amarillos sin darme una aparente opción de escape sería una situación que me haría orinarme en mis pantalones si aún fuese un soldado verde como lechuga.
Pero al igual y como pasa con la explosiva actitud de Lincoln, con el paso del tiempo ya me he acostumbrado a esto y sé que hacer. Rápidamente coloqué mi antebrazo derecho contra su cuello apartándolo lo suficiente para sacar de la protección del codo un cuchillo y clavárselo en su asquerosa boca repleta de dientes irregulares y podridos y que la punta saliese por su nuca matándolo viendo ahora en su mirada como el alma dejaba su cuerpo al escupirme sangre.
-Muévete- me lo quité de encima sacudiéndome la suciedad del piso; viejo hábito arraigado.
-¡AUGRAAGG!- oí los inconfundibles rugidos de unos Desgraciados que venían hacia mí.
Les apunté para dispararme, pero enseguida recordé a los demás Locust que podrían oír mis tiros y darse cuenta de la estrategia, así que resoplé esperando tener la fuerza necesaria para acabar con esas alimañas con mis propias manos.
El primero en abalanzarse contra mí le corté la garganta de un solo movimiento de la bayoneta de mi Retro Lancer, me agaché evitando un zarpazo de otro al que le rajé el vientre con el cuchillo que usé para matar a ese Dron y me corrí a la izquierda haciendo que otro siguiese de largo y cayese justo encima del cadáver del segundo para empalarlo incrustándole la bayoneta en la espalda.
Vi que aún quedaban cinco Desgraciados, ¿Debería arriesgarme a matarlos a disparos? Oí una explosión a lo lejos, que supongo debió haber sido hecha por los Tickers al morir, así que debía apurarme en realizar la maniobra sin importar los riesgos.
Rápidamente mate a esos pequeños demonios y seguí moviéndome con la mayor cautela posible hasta posicionarme lo que creo que era la zona contraria a dónde estaban los Locust viendo como seguían tratando de aniquilar a Lincoln y Liam que supongo ya se habrán refugiado en alguna otra edificación porque de seguir a la intemperie no durarán mucho más.
-Zach, estoy justamente detrás de los Locust y tengo vista de los Agujeros de la Emergiencia, ¿Tengo el camino libre?- me puse detrás de una gran maceta estando ya dentro de la plaza a unos 25 o 30 metros de distancia de los AE.
-"Camino despejado, Clyde. Todos los Locust están enfocados en Liam y Lincoln, ¡DESTRUYE ESOS AGUJEROS Y DALES BIEN DURO POR ATRÁS!"- pude oír una pequeña risa tras estas palabras tan obscenas que no vienen al caso.
Tenía cinco granadas, cuatro serán para los AE y la quinta para los Locust una vez que den media vuelta para ver al que los tomó por sorpresa.
-Lincoln, Liam, estoy en posición- les informé recibiendo como respuesta un comentario agresivo del peliblanco que me exigió apurarme y los jodiera como se lo merecían -las granadas van en tres... dos... uno... ¡YA!
Me incorporé y con cuidado lancé los explosivos para que cayeran justamente dentro de los AE y una vez que estallaron los cerraron al hacerles colapsar desde el interior causando que los Locust enseguida dejasen de atacar y se volteasen solo para que una gran parte de ellos terminaran hechos pedazos por la última granada que les tiré y el resto me tratase de disparar al ver que fui el responsable olvidando por unos momentos a mis amigos.
-"¡PERFECTO, TERMINEMOS CON ELLOS!"- aun por medio de los comunicadores se podía apreciar el gran placer que Lincoln sentía al verlos agonizar y sin saber que hacer debido a la confusión.
Y así, luego de unos quince minutos pudimos acabar con todo ese batallón de Locust convirtiendo lo que antes fue un aparente pueblo tranquilo que no había sido corrompido por la guerra en uno de los tantos escenarios de muerte y destrucción que hay por todo el planeta; supongo que solo era cuestión de tiempo.
-Bien, bien. Nada mejor para calentar los músculos- sonreía nuestro líder muy complacido caminando entre los cadáveres o parte de cuerpos de los Locust, Desgraciados y Tickers como si solo diese un paseo por el parque asegurándose de que todos estén muertos -¿Verdad, Clyde?
¿Se suponía que con esa pequeña broma sádica una sonrisa amistosa adornaría mi cara? No dije nada y solo me limité a también caminar por entre los cuerpos viéndolos no sintiendo ni placer, ni pena por ellos. Ya he dicho varias veces antes que los muertos son los que tienen más suerte porque ya nunca más tendrán que sufrir los calvarios por el que los vivos pasamos a diario y esto es un buen ejemplo de eso.
-¿Seguro de que no hay más Locust por los alrededores, Zach?- quiso corroborar Liam.
-"Completamente. No hay moros en la costa"
-Entonces deja tu posición y reagrúpate. Antes de irnos debemos hacer un conteo de municiones para saber cuánto nos queda y revisar las de estos imbéciles en caso de que tengan algo que nos pueda servir o...
-¡MATAR A PATEA SUELOS!- increíblemente un Dron que tenía una pierna lastimada se incorporó justamente detrás de Liam para apuntarle con una escopeta recortada de cañón doble, que a distancias cortas, podría despedazar completamente a lo que esté delante.
-¡LIAM, CUIDADO!- le avisamos Lincoln y yo que le apuntamos al monstruo para detenerlo.
Pero no hizo falta porque Liam sujetó con la mano derecha esa arma desviando a un lado el disparo fatal que resonó por todo el lugar a modo de eco como un último vestigio del acto bélico que habíamos hecho hace unos instantes.
La piel pálida alrededor del feo rostro de ese Dron empezó a ponerse roja del esfuerzo intentando liberar en vano su arma en total contraste con el fortachón de nuestro grupo cuyo agarre y seria expresión se mantenían tan firmes como el acero militar no cediendo ni un milímetro a pesar de la herida en su hombro.
Gracias al cielo que no es un humano promedio, porque de serlo, no sería capaz de hacer que lentamente esa escopeta apuntase hacia arriba aún por más que el Dron se esforzaba en apuntarla para adelante ya rugiendo de la desesperación y una vez que los dos cañones de su arma estaban justamente debajo de su prominente quijada...
-¡BANG!- Liam hizo que se disparase a sí mismo y que su cabeza y todo su contenido salpicaran en todos lados, especialmente en su cara, pero ni así cambió de semblante y solo se limitó a ver como su cuerpo cayó de espaldas expulsando sangre que se combinó con el de los otros Locust.
-No es conveniente hacerme enojar de esta manera- su tono sureño sonó tan frío que difícilmente cualquier persona que no lo conozca pensaría que es el que nos dice valiosos consejos cuando nos sentimos mal por algún motivo, pero al menos no actúa de la misma forma irracional como Lincoln lo hace en escenarios de este tipo.
-"¡¿QUÉ FUERON ESOS DISPAROS?! ¡¿VIENEN MÁS LOCUST?!"- quiso saber Zach.
-Descuida, no ha pasado nada- siguió hablando con esa voz e iba a tirar la escopeta recortada pero la vio fijamente -un arma como esta no merece ser empuñada por una vil sabandija cobarde que ataca a traición y por la espalda. Yo le podré dar un mejor uso- se la colgó en la espalda y tomó las municiones que le pertenecían a ese Locust.
-Sabes bien lo que muchos soldados y yo pensamos sobre usar las mismas armas que estos putos usan para hacernos la vida imposible, Liam- a Lincoln le desagradable por completo la idea de empuñar un arma que haya sido tocada por algún Locust a menos que estuviese en medio de una lucha en la que necesite de todos los recursos posibles para vencer a sus enemigos.
-Este mundo está lleno de armas que esperan ser usadas, ¿Por qué negarles el propósito por el que fueron creadas si se tiene la oportunidad de usarlas nuestro favor?- lo ignoró por completo y se colgó el cinturón de municiones que poseía ese Locust -deberían hacer lo mismo.
-¿Y tener que llevar siempre conmigo un arma que está manchada con la mierda de esos malditos? Yo paso- le dio la espalda ya nuevamente malgeniado y caminó sobre uno de los tantos cadáveres como si fuese un tapete para limpiarse los pies.
A mí tampoco me agradaba la idea de usar las herramientas de muerte de nuestros enemigos, pero en vista de que gastamos una gran parte de nuestras municiones en esta lucha sin sentido, seguí el ejemplo de Liam y tomé una Hammerburst; mejor prevenir que lamentar, ¿No?
Una vez que Zach se reagrupo con nosotros era hora de retomar nuestro camino hacia las Barricadas del Norte. Me quedé otra vez atrás para ver fijamente la destrozada plaza no pudiendo evitar recordar aquel lejano y nefasto día en el que por primera vez vi a uno de esos monstruos.
Suspiré y saqué la foto de ella apreciando su radiante sonrisa y la volví a guardar.
¿En serio son los muertos los que tienen suerte por nunca tener que ver cosas como estas? ¿En verdad ella y la otra al ya no tener que presenciar tales actos nefastos son las afortunadas porque partieron de este mundo sin volverse penosos despojos de seres humanos que tratan de darle sentido a su vacía existencia al ya no tener nada que les dé ganas de seguir viviendo y careciendo de una fuerte motivación que les haga luchar por un "mañana mejor"?
Sacudo mi cabeza para quitarme esos pensamientos de la mente, porque aun por más que quisiera ponerle un alto a todo lo que me carcome por dentro, no puedo dejar que las locas ideas que se forman dentro de mí nublen mi juicio y lleven a hacer algo que sea igual a la salida del cobarde o a actuar de forma más irracional de lo que Lincoln hace en un día como cualquier otro.
Capítulo dos completado en Fan Fiction el 17/11/2019.
Publicado en Wattpad el 28/06/2020.
Espero que les gustase este capítulo desde el punto de vista del ya no cuatro ojos de Clyde. Sé bien que muchas personas por alguna "extraña razón" detestan a este personaje, pero quién sabe, tal vez con las cosas que haga aquí más adelante merme un poco el desprecio que muchos le tienen... ¿O lo empeore?
Qué curioso es notar que Lincoln, quién claramente está bastante mal de la cabeza y le cuesta enormemente mantener la compostura, a la vez es más "alegre y animado" a su estilo, mientras que Clyde por otro lado pese a tener mucho más control sobre sus emociones y piensa con más claridad las cosas también es más pesimista y poco expresivo.
Pensaba en acabar el capítulo con ellos alistándose a pelear contra los Locust y dejar la lucha contra esos monstruos para el siguiente, pero sentí que era el momento de mostrar un poco de acción y como ellos trabajan como equipo para acabar con ellos y también revelar algo más de sus personalidades.
Naturalmente los siguientes capítulos serán desde las perspectivas de Zach y Liam y sus respectivas formas de ver la vida, y si les gustó esta pequeña y sangrienta batalla, prepárense porque más adelante ocurrirán luchas aún más violentas y encarnizadas :O
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top