parte única
"Con la mayor suavidad del mundo, acarició aquellos cabellos arcoíris de Suguru, éste le sonreía débilmente desde aquella gélida y poco cómoda camilla. Su brillante aura colorida empezaba a tornarse gris."
ㅡ Demonios esto no sirve. ㅡ expresó el androide mientras borraba todo lo que había escrito con anterioridad en aquella página de Word, por lo general solía hacer sus borradores allí para después comenzar a dibujar, ya llevaba varios días así, semanas para ser más específicos. Se sentaba en su escritorio frente a la computadora y no podía escribir, ni un párrafo, alguna estructura para un nuevo manga, tampoco un simple título.
JongIn se sentía tan vacío como las páginas del borrador, le desesperaba no poder escribir como normalmente lo hacía y eso no le gustaba, le atemorizaba la idea que se había instalado en su mente esa que le recordaba que tal vez había exprimido todas sus ideas y su inspiración se había ido de viaje sin retorno. Quizás esta idea suene un poco extraña, es decir, era un cyborg a fin de cuentas la inteligencia artificial que poseía le salvaba de cosas tan humanas como la falta de inspiración, pero en su caso esto no era así, JongIn era otro tipo de androide diferente de los demás por las características tan peculiares de su sistema.
Ese mismo día, después de casi estampar su cabeza robótica en la madera por décima vez decidió hablar con ChanYeol, su mejor amigo humano el cual era compositor, se desahogó con él sobre sus delirios de escritor a lo que este le dijo que tal vez necesitaba conocer a alguien que lo enamorara y lo hiciera sentir como cuando escribía sin necesidad de ideas nuevas (lo cual fue en broma) pero JongIn estaba tan angustiado por no poder escribir ni dibujar que ya empezaba a considerarlo. El problema es él no quería amor, no tenía tiempo para una relación y cabe destacar que las relaciones rosas y azucaradas como las de sus mangas románticos no existían en la vida real, al menos para él era así, y no hablaba como el cyborg que era, lo pensaba como el humano herido por amor que se hallaba instaurado en su corazón.
Meditó lo que le decía ChanYeol este podía tener razón, pues el mismo estuvo un tiempo con un bloqueo intenso el cual le impedía componer nuevas canciones, hasta que casualmente conoció a BaekHyun, quien era profesor de canto en la academia donde ChanYeol daba clases unas tres veces por semana. Ciertamente ambos cayeron uno más flechado por el otro y viceversa al instante en el que cruzaron miradas y accidentalmente el alto tropezó con una batería, lo cual fue la inspiración de JongIn para escribir otro manga best-seller muy meloso y tierno, como lo era la parejita de amigos que tenían. Bien cliché y muy rosa como le gustaba al público que le seguía.
Luego de tanto sobrepensar las cosas y analizar más de lo que debería, optó por intentar escribir nuevamente aquel manga de género angustia que debía entregar a final de mes. El título ya lo tenía desde hace tiempo, al igual que la sinopsis y las descripciones de los personajes, por más intentos y esfuerzo que dedicaba al escribir el primer capítulo parecía estancarse entre las teclas de su computador. Se resignó y pensó en salir a distraerse, tal vez pasear por algún sitió le pondría de mejor ánimo. Llevó su mochila en donde tenía todo tipo de cosas, siendo entre las más importantes una libreta junto con bolígrafos de diferentes colores, por si acaso su amiga inspiración hacia acto de presencia en su salida espontánea como sucedía a veces. Sacó su celular, se colocó sus audífonos y reprodujo la primera canción de su playlist de "Cpop" favorita.
El día estaba muy bonito decorado con un cielo lleno de nubes y un resplandeciente azul celeste al fondo junto a una agradable brisa. En tanto paseaba sin un destino planeado, observó a lo lejos los objetos que modelaban las vitrinas de una tienda de materiales para pintura y dibujo, pese a que llevaba mucho tiempo sin dibujar, aún existía en él esa apreciación por los colores, los lienzos y demás utensilios que tanto le gustaban. Se entretuvo unos minutos con unas hermosas pinturas en óleo hasta que vio algo o mejor dicho, a alguien que llamó su atención, de ese ser emanaba belleza y algo sumamente importante para el moreno en esos momentos, inspiración. Poco le importó si había fans ahí y que pudieran reconocerlo, necesitaba ver más de cerca a ese chico, a esa pieza de arte que se hallaba a escasos metros de sí mismo. En tanto se acercaba a la silueta del ángel con ropa gótica, se reprodujo la canción Skin To Skin de un cantante chino que le gustaba del cual no recordaba el nombre. Dicha suave melodía daba una apariencia romántica a aquel extraño momento que estaba pasando.
El chico que llamó su atención tenía cejas pobladas, ojos saltones, nariz de botón, cabello lacio color humo y labios gruesos, A este se le había caído un pequeño tubo de acuarela tono bermellón, dándole así al moreno la perfecta oportunidad de acercarse recoger esta y compartir una que otra palabra con el llamativo muchacho.
ㅡ Eh, disculpa. ㅡ inquirió JongIn mientras levantaba el material, dejándolo en sus manos a lo que el chico le sonrió dulcemente musitando un ligero "gracias" en el proceso.
ㅡ ¿Si? ㅡ preguntó sin borrar la sonrisa en forma de corazón de su rostro, concentrando sus grandes ojos oscuros en los del cyborg, estos eran de un color chocolate.
ㅡ Nada, pasaba a ver materiales y vi que se te cayó la pintura. ㅡ mintió, claro que no iba a decirle que entró a la tienda porque su atractiva apariencia le había inspirado, no quería parecer un lunático.
ㅡ Oh. ㅡ el azabache respondió sin separar la mirada del contrario. ㅡ De nuevo gracias, no me habría dado cuenta de no ser por ti. ㅡ agregó sonriendo nuevamente, esa manera tan particularmente hermosa que tenía para sonreír al castaño le encantaba.
ㅡ No es nada. ㅡ alegó imitando la sonrisa del contrario en tanto le miraba.
ㅡ ¿Tú también pintas? ㅡ cuestionó el muchacho en tanto sacaba algo de dinero para así pagar sus materiales mientras se dirigía a la caja.
ㅡ En realidad no. Lo mío es el dibujo además de la escritura, de hecho soy dibujante de mangas. ㅡ contestó en lo que examinaba otros de los materiales que el chico un tanto más bajo que él había colocado en una cesta. Le ayudó a colocar esta en el mostrador para que la cajera pudiera cobrarlos.
ㅡ Vaya, me gustaría ver tus dibujos. ㅡ confesó sonriente, guardando la bolsa en su mochila. ㅡ Por cierto soy Do KyungSoo. ㅡ finalmente se había presentado y JongIn juró que su nombre era tan bello como él.
ㅡ Y a mi tus pinturas. ㅡ correspondió la sonrisa del bajito y estrechó una de sus manos con la de él, pese a que los cyborgs ya eran algo común, a algunos todavía les costaba aceptar a estos seres, para su suerte KyungSoo no era de ese tipo de personas, incluso tenía varios amigos en común que también lo eran. JongIn se sentía agradecido de que KyungSoo no le mirara como si tuviese una segunda cabeza en el hombro o alguna mutación rara. ㅡ Soy Kim JongIn, es un gusto Do KyungSoo. ㅡ pronunció ese nombre con dulzura, si fuera humano de seguro habría sentido esas características mariposas en su estómago, a veces se preguntaba cómo sería ese fenómeno, lastimosamente por su fisonomía nunca podría describirlo desde su propia experiencia.
ㅡ Kim JongIn... espera, ¡¿tú eres ese famoso mangaka que mi hermana SooJung ama?! ㅡ inquirió sorprendido abriendo sus grandes ojos como si estos fueran platos, llamando la atención de los otros clientes debido a su tan exaltada reacción. El moreno no pudo hacer más que soltar una carcajada en lo que caminaba fuera de la tienda para evitar más miradas.
ㅡ Si, ese soy yo. Puedo darte un autógrafo para tu hermana solo si no haces mucho escándalo y si me aceptas un café. ㅡ propuso seguido de un guiño, recibiendo una ligera risita junto un asentimiento de cabeza.
ㅡ Acepto la oferta, pero no por el café. ㅡ vaya que seductor suena eso pensó el más alto rascando nerviosamente los vellos de su nuca. Era el único autor de mangas shoujo que se ponía nervioso ante muestras de afecto o ese tipo de expresiones humanas. Se preguntaba porque la persona que lo construyó había hecho su sistema de esa forma, casi como si fuese una especie de pseudo humano robótico.
Se conocieron peculiarmente, pero aún así no le quitaba lo cliché. KyungSoo estuvo sonriente todo el camino mientras miraba al androide con una mezcla de emociones que JongIn catalogó en admiración y ternura. Caminaron a un café que se encontraba unas cuadras no muy lejanas a la tienda de arte en la que estaban, después de entrar se sentaron en una mesa ubicada al fondo del local donde continuaron charlando amenamente, conociéndose un poco más, contando sus gustos y disgustos, sus pasatiempos y otros temas triviales.
ㅡ Entonces, señor Kim. ㅡ dijo KyungSoo entre risas mientras añadía algo de crema a su bebida achocolatada, casi como la piel de JongIn.
ㅡ ¿Si? ㅡ el androide alzó sus cejas expectante a lo que diría el humano, intentando hacer un amago de sonrisa.
ㅡ ¿Me dejarás ver como es el proceso de inspiración para tus escritos? ㅡ JongIn escuchó aquella petición en un susurro, como cuando un niño realiza una travesura y la confiesa a otro niño. Gesto que le pareció adorable, hasta se habría sonrojado.
ㅡ Eso depende KyungSoo. ㅡ aprovecharía de hacer una petición igual, así sería un intercambio justo.
ㅡ ¿De qué? ㅡ expresó confuso, limpiando los restos de espuma de sus labios con su lengua, causando una sensación rara en el androide. ¿Qué rayos había sido eso?
ㅡ De que me dejes usarte como inspiración para una obra que debo terminar pronto o de lo contrario mi cabeza de androide peligra. ㅡ bromeó, rogando internamente para que el de piel de porcelana aceptara.
ㅡ Vaya, jamás creí que me dirían algo así pero suena bien, además si tu editor te mata probablemente mi hermana haga lo mismo conmigo. Acepto entonces. ㅡ estiró su mano frente al más alto, el cual no dudó de hacer lo mismo y así estrecharla con la contraria. Ambos se miraron de una manera muy intensa, JongIn sintió algo que nunca había sentido antes en la boca de su estómago, era como si la cálida mano ajena le estuviera haciendo cosquillas, una sensación fría internamente. ¿Acaso habría algo de humanidad en él o se trataba de una falla en su sistema?
🖋
Pasaron alrededor de dos semanas desde esa pseudo cita que había tenido con KyungSoo, JongIn no había dejado de pensar en él durante esos días, era patético, se parecía a los personajes de sus historias, todo era tan confuso para él. KyungSoo le hacía sentir raro, como si su sistema fuese a colapsar, como si la electricidad que corría por sus cables y circuitos le causara una fuerte descarga de electricidad, se sentía distinto, más... humano.
Su breve debate sobre lo acontecido esos días fue interrumpido por un mensaje del causante de su desequilibrio emocional y de sus circuitos. Desbloqueó su celular junto al mensaje en el que KyungSoo le invitaba a su casa para enseñarle sus pinturas. Lo que el moreno no sabía es que el contrario tenía la idea de pintarlo, jamás había hecho eso con un cyborg y ese desafío le intrigaba.
JongIn rió debido al texto y decidió arreglarse y salir a casa de KyungSoo, este adjuntó la dirección de su casa en el mensaje. En el camino aprovecharía de comprar cupcakes de distintos sabores y colores, no quería llegar con sus manos vacías y además estaba al tanto del gusto que tenía el mayor por aquellos pastelitos. Apenas visualizó la casa del mayor, tocó el timbre esperando a que le abriera, KyungSoo llevaba una camisa gris algo desteñida, su cabello estaba ligeramente despeinado lo cual le hacía ver muy sexy y llevaba unos pantalones holgados manchados de pintura, no era un príncipe azul pero seguía haciéndole sentir como Suguru a Ritsu en una de sus obras más vendidas.
ㅡ Nini, que placer verte. ㅡ le saludó, haciéndose a un lado para que pudiera pasar. KyungSoo casi le arrebata la caja con cupcakes cuando la vio, el más alto se echó a reír mientras terminaba de entrar al hogar del contrario, entregándole los famosos postres de colores.
ㅡ No quise venir sin traer nada supuse que querías algo dulce, espero haberla acertado con los sabores. ㅡ sonrió debido al pequeño puchero que tenía KyungSoo en el rostro, se veía tan adorable. ㅡ Entonces... ¿dónde están tus pinturas? ㅡ inquirió observando las decoraciones junto a otros objetos que el azabache tenía en su casa, bastante minimalista y hogareño, le gustaba pues se sentía acogedor.
ㅡ Sí, ubícate detrás del lienzo y ponte cómodo, iré a buscar mis acuarelas. ㅡ pidió antes de ponerse manos a la obra con su plan secreto ya no tan secreto, en respuesta a esto JongIn se quedó atónito se supone que iba a ver las obras del contrario no a ser su modelo o algo así. Se paralizó, sintiendo miles de descargas por todo su cuerpo en tanto KyungSoo se iba a alguna parte de la casa, no tardó mucho en regresar.
ㅡ ¿Te da pena? Vamos, apuesto a que tus circuitos y partes metálicas son tan sexys como tú. ㅡ bromeó tratando de animarlo en lo que acomodaba sus materiales en un amplio mesón que había en la sala.
JongIn sintió de nueva cuenta aquellas conocidas descargas eléctricas por todo su cuerpo, por lo que trató de relajarse para así poder cumplir con lo que le había pedido KyungSoo. Sin embargo, estaba nervioso, era la primera vez que alguien le pedía algo así por lo que no sabía cómo reaccionar. Suspiró brevemente para después desvestirse sacándose la camisa de color vino que cargaba, junto con los jeans negros algo ajustados y las botas de cuero. Todo eso con parsimonia atento a la expectante mirada de KyungSoo.
Estando completamente descubierto miró hacia el piso apenado y se sentó en la silla redonda de madera frente al caballete, pronto rápidas pulsaciones viniendo de su pecho hicieron acto de presencia, si fuera humano de seguro tanto su cara como sus orejas estarían rojas cual tomate.
ㅡ Por favor mira hacia enfrente y ponte cómodo, sé que estás nervioso pero tranquilo que no muerdo. ㅡ argumentó el chico de tez pálida con una bonita sonrisa y un descarado pero coqueto guiño el cual logró acelerar aún más el corazón metálico del androide. Nunca antes había sentido eso y su cuerpo se sentía como si quemara por dentro, que rayos era eso.
ㅡ Sólo... me siento algo ¿raro? No lo sé. ㅡ trató de explicarse pero le era casi imposible, por lo que decidió mantenerse en silencio e iniciar a acomodarse mejor en la silla.
ㅡ No te preocupes, si no quieres que esta pintura sea mostrada en una de las galerías donde trabajo no hay problema, solo tú y yo sabremos de ella. ㅡ JongIn sonrió amablemente ante la compresión de KyungSoo y eso le hizo estar más sereno.
ㅡ Bueno, ya puedes empezar. ㅡ confesó mucho más relajado aunque con matices de nerviosismo.
ㅡ Perfecto, trata de no moverte mucho. ㅡ ordenó recibiendo un ademán con su cabeza de parte del contrario.
KyungSoo tomó entre sus manos un lápiz de grafito con el cual fue dibujando con delicadeza la silueta de JongIn, quien le observaba embelesado desde donde estaba. Poco a poco el mayor empezaba a darle forma a su boceto, plasmando en el papel especial para acuarela los hermosos ojos azules, los labios, nariz, cada espacio metálico y repleto de engranajes y circuitos, los cuales encajaban como un perfecto rompecabezas. Al terminar de dibujar ahora era el turno del pincel, este se paseaba por aquí y por allá, recorriendo todo el ancho lienzo, llenando de bonitos colores pastel la tela del mismo con cada trazo, como si bailara. Mientras KyungSoo se deleitaba con la belleza inefable que irradiaba su musa, JongIn miraba atento las distintas expresiones que decoraban el rostro del mayor cada dos minutos. Desde el lugar en donde estaba sentado podía apreciar el brillo especial que cubría los ojos de KyungSoo, la perfección y sincronía con la que marcaba cada movimiento, como algunas gotas perladas de sudor corrían desde su frente, pasaban por sus mejillas y se perdían en su mandíbula y los lunares de su cuello, y eso le hacía sentir inspirado, le creaba emociones de vida, esas que había perdido en el momento en que su inspiración para nuevos mangas se largó de su hogar, se sentía tan vivo.
A JongIn poco le importaba seguir en aquella posición, podría estar toda una eternidad así en tanto KyungSoo continuara haciendo aquellas expresiones artísticas que tantas ideas nuevas traían al moreno, éste comenzaba a escuchar los ''te lo dije '' de su amigo ChanYeol en su cabeza, después de todo había tenido razón. La atracción que tenía por KyungSoo le había hecho creer en la esperanza de que su inspiración volvería. Y ahí estaba, con su mente revuelta por tantas nuevas ideas, por esas emociones que recreaba en sus personajes ficticios, por KyungSoo.
No sabe con exactitud cuánto tiempo transcurrió mientras se hallaba en un mar de inspiración y pensamientos particulares cuando KyungSoo anunció que había finalizado y que se acercara a ver el resultado de la nueva obra de arte.
ㅡ Vaya esto es...ㅡ el cyborg nuevamente creía que colapsaría debido a todo lo que la pintura de KyungSoo le transmitía. ㅡ Es perfecto, es... ¿En serio ese soy yo?
ㅡ Claro que eres tú, ¿o acaso has visto a otro androide que sea tan hermoso? ㅡ preguntó mirándole con una sonrisa, podría decirse que las sonrisas de KyungSoo se habían convertido en la nueva cosa favorita de JongIn.
ㅡ Siento mi sistema a punto de colapsar. ㅡ confesó entre un susurro casi imperceptible, de verdad estaba sucediendo algo muy extraño en su cuerpo, pensó que su sistema se reiniciaría.
ㅡ Y yo mi corazón explotar. ㅡ expresó para después plantar un suave roce, en los labios del moreno, los dos pudieron sentir aquel choque eléctrico, era tan excitante.
ㅡ Quiero que seas mi musa JongIn, y créeme, no voy a aceptar un no por respuesta.
ㅡ Lo seré, pero yo también necesito de ti para poder sentirme vivo, me haces estar inspirado KyungSoo.
Ambos se miraron con estrellas en sus ojos y sin meditarlo más el de cabellos azabaches se acercó al castaño, colocándose de puntillas para así enredar sus brazos alrededor del cuello ajeno y besarlo. JongIn no había besado a nadie antes por lo que se dejó llevar tomando a KyungSoo por la cintura, acoplándose a la posición en la que estaban. El beso era lento pero cálido, suave y romántico.
Antes de que aquel choque de labios terminara JongIn empezó a sentir su cuerpo aún más caliente, ¿de verdad iba a explotar? Su pregunta fue respondida con una pequeña explosión brillante que rompió la muestra de afecto que se estaban dando. El humo le envolvió por completo como si de una manta se tratase y antes de que pudiera decir algo notó algo diferente. Su cuerpo ya no era de metal y en su lugar una piel real de un tono olivo cubría cada parte de su organismo, tenía cabellos reales y vellos por toda su piel, lunares y hasta órganos humanos. Había dejado de ser un robot. Finalmente había salido de aquella cárcel de metales que le había encerrado durante mucho tiempo.
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Ha pasado exactamente un año y seis meses desde que ambos se prometieron inspirarse mutuamente, la carrera de KyungSoo como artista había crecido y todo se debe a JongIn, lo mismo se puede decir de la carrera como mangaka de éste último, quien cada mes regresa con nuevos mangas o sagas entretenidas de géneros variados. Incluso escribió una novela inspirada en su historia con su ahora pareja la cual era la más vendida y hasta rompió records en el campo del manga.
Con KyungSoo,JongIn aprendió a sentirse más vivo, más feliz y a ser más humano de lo queantes era. Aprendió a pintar e incluso otras cosas que no se esperaba y de lascuales está agradecido, pero lo que más agradece de su KyungSoo no es elaumento en sus lectores o en su éxito como escritor, más bien le agradece porser haberle otorgado una nueva vida, ahora podía experimentar cosas queparecían imposibles y eso le daba aun más ganas de vivir, obviamente encompañía del mayor.
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