—¿De qué diablos estás hablando Jonghyun?—reclamó furioso Taemin.

—Ya lo escuchaste, no me hagas repetirlo —contestó Jjong, mientras tomaba un trago de whisky.

—Por supuesto que lo oí, pero lo que quiero saber... ¡maldita sea! —Taemin se pasó las palmas de las manos sobre su rostro, restregándolas insistentemente —¿Por qué ahora?

—Taemin, ya sabes cómo es mi padre, cuando algo se le mete en su vetusta cabeza, no hay modo de convencerlo de lo contrario. Y mi madre está igual.

—Yo no quiero hijos Jonghyun, no contigo. Lo sabes muy bien. Es más, ya no deseo seguir con todo esto. ¡Quiero el divorcio!.

Jonhyun se le quedó viendo, como si no comprendiera de lo que hablaba su esposo. — ¿Taemin, qué mosco te picó?.

—Ninguno. Simplemente, ¿qué vida le espera a un niño con nosotros? Yo soy un mediocre, y tú un alcohólico. ¿Tus padres están ciegos?.

—Taemin, no vamos a discutirlo ahora —dijo su esposo mientras colocaba su bebida sobre la barra. —Sabes perfectamente por qué bebo.

—Lo sé, ¿pero no crees que ya ha sido suficiente? Han pasado muchos años, Jonghyun — mencionó Taemin con un tono de melancolía.

—Jamás será suficiente  —contestó Jonghyun.

—Todos estos años pensé tontamente que quizás en algún momento llegarías a sentir algo por mí. Desde que me escapé contigo y los dos primeros años de matrimonio, tú eras cariñoso, teníamos intimidad regularmente. Yo sí te amaba Jonghyun. Solo fue suficiente que volvieras a saber de él... para que todo cambiara. Te volviste frío y mezquino. Ahora lo único que tenemos es rencor en nuestros corazones.

—¡Dame el divorcio Jonghyun!.

—Lo siento, Taemin, pero no puedo. Mi padre ha dejado claro que quiere un nieto para hacerlo su heredero. Su fortuna nunca será para mí, eso lo tengo claro. Tú serás el albacea hasta que nuestro hijo alcance la mayoría de edad, pero mientras tanto, tendré que depender de lo que estés dispuesto a proporcionarme para subsistir. Es una situación difícil, pero así son las reglas impuestas por mi padre.

  Taemin cerró los ojos en señal de total derrota. Siempre era lo mismo, ¿hasta cuándo tenía que soportar a Jonghyun?, ese era su castigo por no haber leído las letras chiquitas, las que estaban implícitas al momento de aceptar a un hombre que le ofreció ayuda.   Especialmente porque su esposo también había experimentado el desengaño en su juventud, un dolor que lo había destrozado terriblemente, llevándolo a refugiarse en la bebida

 Jonghyun nunca pudo recuperarse por completo, a pesar de los esfuerzos incansables de Taemin por sanar su corazón destruido. Hubo un tiempo en el que parecía haberlo logrado, pero bastó con encontrarse una vez más con el responsable de su desdicha para que él sufriera una recaída, y todo el trabajo arduo se fue derecho a la mierda.

Esto ya estaba siendo demasiado para soportar. Taemin creía que sus suegros no lo querían, al contrario, pensaba que lo odiaban, por eso lo sacrificaban a cargar con un hombre sin voluntad,  y ahora le añadían otra cadena más a su vida: "un hijo". En otras circunstancias, estaría feliz y orgulloso de la idea de tener uno, pero esta vez no era así. Sabía de antemano que esto significaría el fin de sus aspiraciones de libertad,, y aventurarse a algo que le diera la sensación de que aún seguía con vida. Taemin quería amar y ser amado.

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Al llegar a su coche, Taemin abrió la puerta y, conteniendo un gruñido, se sentó al volante. Realmente estaba molesto; su visita a la clínica de fertilidad había sido todo un circo. Sus suegros todo el tiempo parloteando como unas urracas viejas, mientras que a Jonghyun y a él les daban un frasco para depositar sus espermas. Se suponía que eso era algo muy íntimo; ellos no tendrían por qué estar ahí. Estuvo tentado ante tal intromisión de decirles algo sumamente grosero. —¡Vayan y háganle la paja a su hijo impotente, pero a mí déjenme en paz!

Desde que llegó a ese lugar, ya iba de mal humor. Había estado una hora antes en su clase de yoga y cuando pasó por el área de pesas, buscó con la mirada al tipo que lo tenía impresionado por su físico pero no estaba. Mala suerte. Había tenido la esperanza de volver a verlo y así poder masturbarse pensando en él. No deseaba que le dieran revistas para adultos, o que le pusieran alguna película porno. Ya que iba a dar su semilla para un hijo, por lo menos que fuese con gusto. No podía decir que quería que se pareciera al sabroso del gym, pues realmente nunca le había visto la cara, solo lo había observado de espaldas. Le embobaba cómo sus músculos se hinchaban con el ejercicio que practicaba.

Sus eróticos pensamientos se interrumpieron por la vibración de su celular, era un mensaje de Jonghyun. —Ya estamos con el abogado, solo te estamos esperando.

 Taemin ni siquiera se molestó en contestar el mensaje. Con la misma frialdad de un autómata, se encaminó hacia el imponente edificio de treinta pisos que albergaba la lujosa oficina del abogado Park. Este sería el encargado de llevar adelante el proceso de vientre de alquiler, un tema delicado que preocupaba especialmente a sus suegros. Temían que, de un momento a otro, la mujer gestante decidiera no entregarles al bebé, por lo que no estaban dispuestos a correr ningún riesgo

 Todo transcurrió con calma. La joven seleccionada era hermosa, de corta edad y estudiante de economía. Su necesidad de fondos estaba ligada a su deseo de mudarse a los Estados Unidos y completar sus estudios allí. Por ende, su única motivación era monetaria.

 —Entonces, si todos están de acuerdo, por favor firmen los documentos encima de sus respectivos nombres —mencionó el abogado Park.

Uno a uno, todos cumplieron con el pedido del abogado y salieron de la sala con una sonrisa radiante. Sin embargo, Taemin no compartía el mismo semblante. Una sensación amarga invadía su boca; acababa de estampar su firma en lo que consideraba su sentencia de muerte. Así de impuesta e ineludible le parecía esa situación. "Jodida mierda"

La voz de Yerim, su suegra, lo volvió a la charla.  —Chicos, vayan a descansar. Mañana es un día importante. Tenemos una bonita ocasión que celebrar.

Taemin estaba tan desconcertado que no captó de inmediato las palabras de la señora. — ¿Qué ocasión? —preguntó sorprendido.

—Hijo, mañana es la fiesta de su séptimo aniversario —le recordó con ternura.

Taemin maldijo para sus adentros. ¿Cómo podía haber olvidado esa maldita celebración? Sus suegros habían estado obsesionados con ella, hablando de nada más desde que empezaron a organizarla. La situación no podía ser más desafortunada. Se sentía miserable en todos los aspectos.

 —Jonghyun intervino rápidamente.

—¡Mamá, deja de presionarlo! Taemin está emocionado con la llegada del bebé, y ahora todos sus pensamientos están centrados en ese pequeño que pronto será parte de nuestra familia. Para él, los demás ya no importamos.

Jjong se volvió hacia su esposo y le guiñó un ojo, recibiendo una expresión de gratitud infinita de Taemin, quien prefería evitar tener que justificar su falta de interés en otras cosas.

—Es cierto, los hijos son lo más importante. Me alegra ver lo emocionado que estás por la llegada del bebé  —añadió Yerim.

 Antes de despedirse, el padre de Jjong le lanzó una advertencia a su hijo: —Quiero que estés sobrio durante toda la fiesta. No quiero que me avergüences delante de la familia y mis socios. ¿Entendido?

Jonghyun respondió en voz baja: —Sí, papá, entendido.

Cuando llegaron a casa, Jjong miró a Taemin con cierta frustración y le dijo: —Espero que seas tú quien fertilice el óvulo de Jenny.

Taemin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo ante las palabras de su esposo. —Pensé que eso era tu deseo —exclamó.

 Nunca, Taemin, tú mismo lo has dicho, soy un enfermo. ¿Crees que me gustaría? —las lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas de Jjong. En ese momento, se había derrumbado.

Taemin se sintió miserable y trató de disculparse por siempre reprocharle su forma de beber. —Lo lamento, Jonghyun, nunca quise...

–—Lo sé, Taemin, pero es la verdad. Te juro que lo intento, pero simplemente no puedo. He arruinado mi vida y te he arrastrado conmigo.

Esa noche, durmieron abrazados. Necesitaban calmar sus ansias de ser amados por la persona que cada uno de ellos aún anhelaba.

  CONTINUARÁ.....

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