CUATRO.
—No derrames lágrimas, pequeño Sunshine* —rogó Choi. El cuerpo tembloroso de Taemin se aferraba a esos brazos fuertes, incapaz de separarse. En respuesta, Minho deslizó sus dedos por la espalda de Taemin, proporcionándole caricias pequeñas y suaves. No tenía prisa por romper el cálido abrazo que los envolvía; permitiría que Taemin se desahogara por completo.
Después de unos minutos, Taemin se apartó de Minho cuando empezó a sentir cierta estabilidad. —¡Hola, Ming!
—Me has dado una grata sorpresa, Sunshine*. Anoche me asusté mucho cuando te desmayaste. Llegué a considerar la idea de llamar a tu suegro para indagar sobre tu salud. Sin embargo, al final me di cuenta de que no sería la mejor decisión.
El corazon de Taemin saltaba de felicidad al escuchar nuevamente como era llamado, ese sobrenombre se lo puso el mismo Minho hacia 10 años, cuando fueron adolescentes y novios. Pero ya no podía seguir siendo así. Era necesario aclararlo, eso pertenecía al pasado.Un pasado que, aunque hermoso, también fue doloroso cuando tuvieron que separarse.
—Minho ya no puedes llamarme así, ahora estoy casado y no creo que sea correcto. Si mi esposo o mi suegro te escuchan, sería bastante incomodo tener que explicar algo que quedó en el pasado.
Lo siento... es solo que no puedo evitarlo. Para mí, siempre serás mi pequeño Sunshine*.
—Minho, no creo que tu esposo aprecie que hables así, debes respetarlo.
—Creo que necesitamos hablar. ¿Podrías almorzar conmigo, Sunshine?
Taemin sonrió, comprendiendo que sería imposible para Minho dejar de llamarlo así, al menos cuando estuvieran a solas.
—Claro, acepto con gusto —respondió Taemin, radiante.
—Entonces, sólo dame unos treinta minutos mientras hablo de algunas cosas con Kibum en su oficina, y luego nos vamos, dijo.
Taemin asintió con cierta melancolía. Recordó que ese era el nombre del esposo de Minho; su suegro lo mencionó cuando los presentó la noche anterior.
Minho salió y Taemin se quedó observando todo a su alrededor. Se acercó para ver dos fotografías sobre el escritorio de Choi. Su corazón se oprimió con las imágenes. En la primera, dentro de un corazón grande, estaban los rostros muy juntos de Minho y Kibum sonriendo. Y la segunda, esa fue la más perturbadora para él. Minho, feliz como nunca, sostenía en brazos a una niña de aproximadamente cinco años; ella lo abrazaba con sus manitas por el cuello, al tiempo que le daba un beso en la mejilla.
—¿Qué estás haciendo aquí, Taemin? Por favor, no vengas a joder el matrimonio de Ming. Tú eres sólo un viejo recuerdo de su adolescencia —murmuró para sí mismo mientras sus pensamientos se enredaban en una maraña de emociones conflictivas. Decidió marcharse de allí antes de que su presencia causara más problemas. Planeaba hablar con su suegro y sugerir un cambio de firma de arquitectos. Tenía que inventar alguna excusa creíble. No podía permitirse estar cerca de Minho de nuevo; su mera presencia amenazaba con hacerlo sucumbir a deseos peligrosos.
Taemin se retiró rápidamente antes de que Choi regresara. —Señorita, ¿puede decirle al arquitecto Choi, que tuve un imprevisto y no podré recibirlo mañana para discutir la remodelación? Mi suegro se comunicará más tarde para reprogramar la cita.
—Sí, señor Kim. Le informaré tan pronto como salga de la oficina de su esposo — respondió la secretaria.
Con los ojos inundados en lágrimas, Taemin salió del edificio, sentía su corazón pesado como plomo en su pecho. Casi corrió hacia su auto, la angustia lo envolvió con fuerza. Al encender el motor, sus manos temblaban con una intensidad que lo dejaba sin aliento, incapaz de encontrar claridad en sus pensamientos atormentados.
Al llegar a la bulliciosa avenida principal, el caos interno de Taemin alcanzó su punto máximo. Las lágrimas nublaban su visión y su respiración se tornaba entrecortada. Sabía que no podía continuar conduciendo en ese estado de desesperación desbordante. Con un suspiro entrecortado, se desvió y se detuvo bajo la sombra protectora de un frondoso árbol, buscando refugio en la quietud momentánea.
Durante varios minutos, Taemin permaneció inmóvil, con los ojos cerrados, reviviendo en su mente cómo fue que su amor adolescente por Minho había acabado en un desastre.
FLASHBACK.
Taemin cubrió su rostro con las manos y sacudió la cabeza con incredulidad. —¡No... no... Ming! ¿Por qué estás haciendo esto? Prometiste que siempre estarías aquí para mí.
—Pequeño Sunshine, por favor, cálmate. Sabes que te amo, pero no puedo quedarme en Seúl. Mi padre tiene que empezar su nuevo trabajo en Inglaterra en una semana — explicó Minho.
—¿Por qué me lo dices ahora? —Taemin protestó entre lágrimas.
—No tenía ni idea, ni siquiera mi padre lo sabía. Fue una sorpresa para él también. Esta oportunidad es excelente para mi familia. El nuevo trabajo de mi padre viene acompañado de un mejor salario, y sabes que mi sueño es ser arquitecto. Ahora eso será posible.
Taemin dejó de llorar, comprendió que estaba actuando de forma egoísta y obstinada. Aunque se amaban, era innegable que él tenía 18 años y Minho 21.
Lo siento, Ming. Tienes razón, es una gran oportunidad. Me dejé llevar por el miedo a que, estando tan lejos, te olvides de mí.
—Sunshine, eso nunca va a suceder, eres la luz de mi vida. Nos mantendremos en contacto a través de videollamadas. Te dejaré mi laptop para facilitarlo y así no tendrás que ir a la biblioteca. Pero por favor, deja de llorar. Me parte el corazón verte tan triste.
Minho se fue en una tarde lluviosa, como si la naturaleza misma hubiera querido entristecerlos aún más en su dolorosa despedida. Se prometieron muchas cosas, algunas tan grandes como el regreso de Minho convertido en arquitecto, la construcción de su propia mansión, su matrimonio y una vida de felicidad eterna. Todo parecía sacado de un cuento de hadas.
Pero la vida suele jugar con nuestras expectativas, y la realidad que se presentó fue diferente. Tras la partida de Minho, por razones aún desconocidas para Taemin, el contacto entre ambos se desvaneció por completo. Seis meses transcurrieron, un lapso lo suficientemente largo como para entender que la prometida video llamada nunca llegaría. En medio de esa profunda decepción, Taemin optó por apartar de su mente al desagradecido Choi, y aceptó la invitación del chico más popular de la preparatoria para acompañarlo al baile de graduación.
Sin embargo, aquella invitación ocultaba un plan retorcido. El único deseo del chico era mancillar el honor de Taemin y luego humillarlo públicamente. Todo apuntaba a que así sería, pero el destino tenía otros planes. Durante la fiesta, el chico le ofreció a Taemin una bebida que contenía una droga destinada a despertar su deseo, anhelando escuchar sus gritos de placer mientras mantenían relaciones sexuales.
Cuando llegaron a la habitación alquilada, Taemin se desplomó, vencido por el narcótico que había ingerido. El joven decidió entonces desnudarlo y tomarle varias fotografías, las cuales subió a las redes sociales.
A partir de esa noche, la vida de Taemin se convirtió en un verdadero infierno. Todo el pueblo lo señalaba y trataba como si fuera lo peor. Por eso, cuando Jonghyun llegó de vacaciones, Taemin vio una oportunidad para escapar de su situación. Y así lo hizo, prácticamente huyó con él.
FIN DEL FLAHS BACK.
Ahora que el destino y su suegro los habían juntado nuevamente, Taemin solo ansiaba descubrir la razón detrás de los años de silencio de Minho. Esa curiosidad lo impulsó a visitar la oficina de este antes de la reunión sobre la remodelación. Sin embargo, al ver la felicidad radiante en las fotografías de Minho, Taemin sintió que sería una intrusión rememorar algo del pasado.
Se resignó. Aunque su corazón dolía, sabía que no tenía derecho a perturbar la paz de Minho.
"Fue un error venir aquí. Nunca debí hacerlo" —pensó Taemin mientras secaba sus lágrimas amargas.
—¿Aceptó ir a almorzar contigo? —preguntó Kibum.
—Sí, por unos segundos pensé que se negaría, pero cuando vi el brillo en sus ojos, supe que me diría que sí. Mi pequeño Sunshine está más hermoso que cuando tenía 18 años.
—Minho, ten en cuenta que él está casado y que trabajamos para su suegro.
—No tengo intención de hacer algo que pueda perjudicarlo. Simplemente quiero hablarle sobre cómo fueron las cosas hace diez años, antes de empezar a trabajar en su casa. Me sentiría avergonzado si continua pensando que lo abandoné. Necesito disculparme urgentemente.
—Solo te pido que no te arriesgues, Minho. Porque aún soy joven y atractivo, y no deseo convertirme en viudo. Durante la fiesta, las opiniones sobre su esposo no fueron positivas. No quiero que despiertes celos en él y que quiera tomar represalias.
Minho rió —Kibum, no es momento para bromas. Esto es algo serio. Sabes cuánto he anhelado tener la oportunidad de volver a verlo.
—Entonces no te retengo más, ve con él. Solo asegúrate de no llegar muy tarde, hoy quedaste en ver una película con Hanna. —sentenció Kibum. —Nunca haría esperar a nuestra pequeña princesa. Sabes que siempre cumplo lo que le prometo. —Lo sé Min, lo sé.
CONTINUARÁ......
🌞🌞🌞🌞🌞🌞🌞🌞🌞🌞
Gracias por leer, comentar y votar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top