•22•
Todo estaba tranquilo nuevamente, ya ninguna lloraba.
ChaeYoung terminaba de comer su media luna, bajo la atenta mirada de Mina.
Estaban frente a frente otra vez, en silencio, cada una pensando en distintas cosas y evitando decir una palabra.
No todo había salido como lo tenía planeado ChaeYoung.
Ella no quería discutir y gritar, ella quería hablar con tranquilidad las cosas.
Pero no era capaz de hacerlo
—Lo siento—Dijo —Te golpeé muy fuerte.
—No, está bien—Mina miró su brazo —No duele. Además, me tenía merecido el golpe.
—Boba— Susurró, dándole un sorbo a su chocolate.
Mina sonrió de lado, admirando a ChaeYoung.
Porque no sabía si esta sería la última vez que la vería.
Pensaba que había visto a ChaeYoung por última vez en la playa, porque no se esperaba que la menor la buscara para hablar las cosas.
Para aclarar todo.
Para poder dejar de sufrir.
Entonces se le ocurrió una idea.
—Chae, necesito que me acompañes a un lugar —la menor lo miró con duda —Es importante, por favor.
—¿Tiene que ser ahora?- Mina asintió —No tengo ánimo, Mina.
—Por favor- Pidió la mayor —Después te puedes ir si quieres, pero acompáñame.
ChaeYoung miró los ojos suplicantes de la mayor, los mismos ojos que amaba con todo su corazón.
Suspiró, asintiendo.
—Te acompañaré un rato, luego me iré— Mina le sonrió, haciéndola sonreír también.
¿Cuánto había extrañado la sonrisa de Mina?
Demasiado, y recién lo había notado.
—Entonces vamos, no perdamos tiempo.
ChaeYoung podía jurar que la temperatura había bajado mucho más, porque ahora tenía frío, incluso con la chaqueta de Mina encima.
Definitivamente tuvo que haberle hecho caso a NaYeon.
A su mente vinieron recuerdos de los inviernos pasados, esos donde salía con Mina a jugar con los niños y la nieve al parque, donde comenzaban a lanzarse bolas de nieve y a reír sin importarle si algún adulto las miraba raro.
Ellas estaban en su propio mundo.
También recordó las tardes en la que ambas se quedaban en cama todo el día, viendo películas o alguna serie entretenida, tomando chocolate caliente con galletas.
Tenía ganas de volver a repetir todos esos momentos.
Inconscientemente se fue acercando a la mayor, buscando algo de calidez. No se dio cuenta cuando su brazo estaba pegado al de Mina y su cabeza apoyada en el hombro contrario.
—Si tienes mucho frío te puedo prestar esta chaqueta también- Cuando escuchó la voz de Mina, fue consciente de lo cerca que estaban, así que se separó un poco.
—Si me das tu chaqueta quedarás expuesta al frío y tú te resfriarías- Le respondió —Estoy bien, así que no te preocupes.
Siguieron caminando en silencio, un poco más separadas.
ChaeYoung miraba de vez en cuando el perfil de Mina, admirando por momentos cada parte de su rostro.
No pasó mucho para que ChaeYoung se diera cuenta de hacia donde iban caminando, y se comenzó a arrepentir.
Su caminar se volvió más lento, deteniéndose justo frente al lugar.
—Por favor, solo será un momento.
Mina la miraba, esperando que tomara una decisión.
ChaeYoung observó el lugar, recordando las miles de tardes que pasó ahí junto a la mayor, recostados en el césped o bajo la sombre de un gran árbol.
Aquel parque había servido como un refugio para ambas cuando recién comenzaban su relación, un lugar donde podía ser felices y disfrutar de la compañía de la otra sin problemas.
Mina comenzó a caminar, y Chae la seguía de cerca, volviendo a observar cada espacio del parque. Caminaron unos minutos, hasta que Mina se detuvo, y ChaeYoung también.
Estaban frente a un árbol.
Su árbol.
ChaeYoung avanzó y tocó el árbol con cuidado, conectándose con sus experiencias pasadas.
Frente a ese árbol Mina se le había declarado, frente a ese árbol ambas se besaron por primera vez, y sobre todo, frente a ese árbol ambas comenzaron su relación.
—¿Que hacemos aquí?— Preguntó la menor, aún con su palma apoyada en la madera.
—Lo que comienza en un lugar, termina en el mismo lugar— ChaeYoung se volteó a verla —Pensé que este sería un buen lugar para terminar de hablar, y acabar con todo— La última frase la dijo casi en un susurro, como si ella mismo no quisiera escucharla.
La menor la miró, sin saber que decir.
¿Estaba dispuesta a terminar todo con Mina?
—Yo ya dije todo, Mina.
—Pero yo no.
Mina avanzó, acercándose más a ChaeYoung, ella no retrocedió, simplemente se quedó donde mismo estaba, observando a Mina.
—Chae, de verdad estoy arrepentida—Comenzó diciendo la mayor —Y sé que es tarde para estarlo, sé que pude evitarte todo este sufrimiento, pero fui una cobarde, y dejé que el miedo me superara. Yo te amaba, y lo sigo haciendo, pero entiendo perfectamente que tu ahora me odies o te desagrade por todo el daño que te hice, y sé que tampoco merezco que me trates bien porque yo te dañé.
—Mina...
—Te hice sufrir noches enteras, te hice pensar que tú estabas mal cuando en realidad yo era la que estaba mal, te hice odiarte cuando deberías haberme odiado a mí. Y me arrepiento de eso, cada día y cada noche que pasa estoy más arrepentida por todo lo que hice.
—Mina, de verdad...
—Nunca dudes de que te amé, por qué lo hice, te amé con todo mi corazón, incluso más que mi propia vida. Tú eras el sol de mis días, Chae, y yo como imbécil me di cuenta de eso después de que te marchaste. Tú eras, y sigues siendo mi otra mitad, sigues siendo aquella persona con la cual podía ser yo misma sabiendo que nadie me juzgaría, con la cual podía hablar horas y horas y no me cansaría, con quien podía compartir mis gustos y mis opiniones. Pero fui una tonta y te perdí, te dejé ir, preferí aferrarme a algo inexistente en vez de aferrarme al amor que sentía por ti.
Los ojos de ChaeYoung tenían lágrimas, al igual que los de Mina.
—Perdóname, ChaeYoung—Le tomó las manos —Por favor perdóname.
Mina cayó de rodillas, llorando y repitiendo la misma frase.
ChaeYoung comenzó a llorar también, apretando con fuerza el agarre de ambas manos.
—Perdóname, perdóname, perdóname— Mina hablaba con dificultad —Sé que no me lo merezco, pero por favor.
ChaeYoung se arrodilló frente a Mina, sin soltarle las manos.
—No lo sé, Mina. Mi corazón todavía está muy herido. Yo no sé si podré.
—Dame una oportunidad para demostrarte que estoy arrepentida y que todavía te amo. Déjame mostrarte que sigo siendo la misma chica de la que te enamoraste, con la que podías reír y hablar, bailar y sonreír. Dame una oportunidad.
Mina levantó la vista, mirándolo directamente a los ojos.
—Solo una, Mina. No la desperdicies— Chae soltó las manos de la mayor y las apoyó en sus mejillas, sosteniendo su rostro y limpiando sus lágrimas con sus dedos pulgares.
Mina cerró sus ojos, disfrutando de las caricias de ChaeYoung en su piel.
Cuando los volvió a abrir, ChaeYoung ya no acariciaba su rostro. Este tenía los brazos abiertos y una media sonrisa combinada con lágrimas.
—¿Abrazo?—Preguntó delicadamente. Mina la observó un momento y lo abrazó de vuelta.
Se quedaron abrazadas y sin decir nada por unos minutos, solo disfrutando de la calidez de la contraria.
—No te decepcionaré.
—Eso espero, Mina.
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➜᎒minsungpapas.
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