•12•
El mar la tranquilizaba.
Le tranquilizaba verlo, ver las olas, ver como estás reventaban contra las rocas de la orilla, como el agua salpicaba hacia todos lados. Simplemente le encantaba.
La luna iluminaba de manera perfecta el mar, añadiéndole un toque precioso.
Se acomodó la manta por sobre sus hombros, buscando evitar sentir más frío. Sus ojos se perdían en cada detalle del mar mientras por sus oídos entraba aquella melodía tan calmada y serena, una ambientación perfecta para el momento.
Habían terminado de jugar hace algunos minutos, y ella decidió salir a respirar aire fresco, alejándose un poco de la tecnología y conectándose con la naturaleza pura. Aquella que le encantaba.
Intentaba, ponía todo su esfuerzo en distraerse y no pensar en Mina, pero le era imposible. Había quedado tan preocupada luego de las palabras de NaYeon, que se arrepintió de preguntar. Pero Mina era una mujer grande, que se podía hacer cargo de sus emociones y acciones.
O eso esperaba.
Porque, aunque ChaeYoung había visto varias veces a Mina triste, nada se comparaba a lo que le relataba NaYeon hace unas horas. Nunca había visto o escuchado que algo así le pasara a la mayor.
Quizás no pudo más y simplemente explotó, y su mente reaccionó de la peor manera.
¿Debía sentirse culpable por eso?
No lo tenía lo suficientemente claro, pero una parte de ella sí se sentía culpable. Después de todo, ella trató mal a Mina cuando se encontraron, por más que este se empeñaran en tratar bien a ChaeYoung.
Entonces tuvo otra pelea mental sobre como debía sentirse o qué debía hacer. A este paso parecía que sus heridas no sanarían nunca, y nunca dejaría atrás su pasado.
Dejar atrás el pasado.
Dejar atrás a Mina.
Dejar atrás esa bonita historia de amor que terminó en sufrimiento.
Entonces, de algo si estaba segura.
Para acabar con todo, y dejar de sufrir, tendría que escuchar la historia de Mina.
Porque ella sólo conocía su propia historia, su propio sufrimiento, su dolor, sus heridas. No las de Mina. Ella no sabía como se sintió Mina, ni tampoco sabía como se sentía ahora, no sabía cuánto había sufrido, cuánto había llorado o cuanto dolor había soportado. No sabía los motivos de sus actos o de sus mentiras.
No sabía nada.
Suspiró, volviendo a colocar la misma canción, buscando relajarse un momento.
Se sabía la letra de memoria, era una de esas canciones que llevaba años escuchando y hasta ahora la sentía verdaderamente, sentía como si aquella canción hubiera sido escrita por ella misma.
Parecía que sus pensamientos se habían mezclado con la canción, creando la letra.
Cuando la escuchó por primera vez, pensó en lo deprimente de la letra y la suerte de nunca haberse sentido cosas así. Pero ahora todo era tan distinto, había experimentado todo el dolor de una infidelidad, el intentar superar a alguien y fracasar en el intento.
Su corazón seguía dolido, en lo más profundo.
Una infidelidad no es un tema sencillo de superar.
Menos cuando fuiste engañado por dos personas que amabas, como lo eran Momo y Mina.
Parecía que caía por un pozo oscuro, y no había escapatoria por ningún lado. Sentía que sus emociones la arrastraban hasta el fondo, impidiéndole salir. Por más que luchara y luchara, no conseguía salir de ahí.
Quizás su destino era sufrir.
¿Habría sido Mina su destino en algún momento?
¿O su destino sería otra persona que ella aún no conocía?
Pensar en eso le hizo temblar, definitivamente no quería conocer más persona por un largo período de tiempo, mucho menos si las conocería con intenciones amorosas.
Vio como una gran ola reventaba contra una piedra, cubriéndola por completo de agua, pasados unos segundos, el agua bajó y la piedra quedó mojada, pero en la misma posición. Ella podría jurar que la fuerza de esa ola fue mucho mayor a la de las olas pasadas.
Entonces lo entendió.
Ella tenía que ser como esa piedra. Mantenerse fuerte y que los problemas jamás la derrumbaran. Podrían entristecerle o hacerla sentirse enojada, pero ella no debía flaquear, debía mantenerse firme.
¿Se encontraba firme en ese momento?
La respuesta era clara.
El encuentro con Mina y Momo la había golpeado, y ella se había dejado vencer. Había dejado que los recuerdos la golpearan y la dañaran nuevamente, volviendo a abrir sus heridas que poco habían cerrado.
Soltó un quejido de frustración.
Tenía tantas ganas de tomar todos sus problemas y tirarlos a la basura, para que la dejaran tranquila de una buena vez.
Las lágrimas de impotencia y frustración aparecieron en sus ojos. Se sentía tan boba al intentar hacer algo y que todo saliera peor, por no poder dejar de sufrir de una vez y olvidarse de Mina para siempre.
Aunque de lo último no estaba segura.
¿Lograría olvidarse de Mina en algún momento de su vida?
Mina la había marcado profundamente, había sido una parte importante de su vida, le había enseñado tantas cosas que ahora amaba, y había experimentado tantas emociones junto a ella, como una primera cita, un primer beso, el primer enamoramiento y la primera vez que hizo el amor.
Pensaba que recordaría esa cosas con alegría en el futuro, pero ahora solo las recordaba junto a un profundo dolor interminable, como si toda esa magia lo hubiera cegado y no le hubiera mostrado la realidad completamente.
¿Era posible que Mina le hubiera mentido con sus sentimientos desde entonces?
Negó, prohibiéndose pensar en aquello. Si lo hacía se deprimiría más de lo que ya estaba.
Por que estaba deprimida, ahogada en sus problemas y perdida en sus emociones.
Y no encontraba una salida clara.
La puerta sonó, indicando que alguien la había abierto, pasos sonaron sobre la madera del balcón, y entonces, unos brazos lo rodearon, transmitiéndole la calidez que su alma necesitaba sentir.
—-¿Por qué escuchas esa canción, justo ahora?—- La suave voz de DaHyun sonó en un susurro, siendo escuchada solo por ella —-Es muy deprimente.
-—La canción explica lo que siento, como si yo misma la hubiera escrito. Cada palabra, cada detalle, es lo que siento-— Respondió, acomodándose entre los brazos de su mejor amiga.
—-Recuerdo que solías decir que esta canción te encantaba, aunque nunca la habías sentido completamente. Y ahora, supongo que si la sientes.
—-A veces escuchamos canciones que hablan sobre distintos temas, y nosotras pensamos que las entendemos, pero en realidad no lo hacemos. Uno entiende verdaderamente una canción o una poesía cuando haz pasado por el mismo dolor que pasó el compositor o el poeta. Entiendes el verdadero dolor de querer a alguien, aunque te haga mal, después de pasar por esa situación.
DaHyun la abrazó con más fuerza, aunque sin dañarlo, dejando que DaHyun llorara en su pecho.
La peli azul prefería ver a ChaeYoung llorar y expresar sus emociones en vez de verla triste y callada, guardando todo para ella. Era mejor que expresara sus emociones y se sintiera más liberada, si es que podía.
DaHyun siempre apoyaría a ChaeYoung, en cualquier locura, y ChaeYoung siempre apoyaría a DaHyun de vuelta.
Porque era una promesa que se habían hecho hace muchos años atrás, exactamente, la primera vez que DaHyun sufrió una desilusión amorosa, cuando aún iban en el colegio.
Desde entonces, ambas prometieron cuidarse entre sí y quererse, nunca olvidarse de la otra. NaYeon también se había unido a esa promesa, y un tiempo después JeongYeon también se había unido a ellas.
Por eso siempre estaban tan pendiente del otra, o la acompañaban y no la dejaban sola.
Porque se tenían entre ellas. Se apoyaban entre ellas.
Y eso era más que suficiente.
DaHyun se sentó a su lado y dejó que ChaeYoung llorara todo lo que quisiera, que se desahogara, que gritara por la frustración o que maldiciera. La dejó expresarse.
Y después de calmarse, ChaeYoung se durmió en sus brazos, bastante cansada de todas sus emociones.
➜᎒minsungpapas.
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