Capítulo 22
EVANS
La veo alejarse junto a su nueva vida, algo en mi interior se estremece y un miedo crece sin control dentro de mí, no sé qué pasara ahora, ella deberá estar protegida en la base mientras que yo debo continuar en la misión hasta meter bajo rejas a Antonio junto con toda su gente, después que todo acabe tal vez exista un "quizás" entre nosotros.
—Les agradezco nuevamente por devolverme a mi hija a pesar de los contratiempos. Ahora debemos completar la misión y así poder seguir adelante, especialmente ella. ¿Qué es lo que tienen para mí?
—Andrew y Jeremy son los infiltrados, hay que bloquearlos del sistema y todo lo relacionado a ellos sea confidencial, incluyendo quien se le acerque, no podemos dejar cabos sueltos, podría ser perjudicial— explica Iván.
—Logre archivar todo lo relacionado a los siguientes movimientos. Antonio junto a Calos Di Van se reunirán en el muelle de la costa sur, dificulto que cambien de planes ya que es un negocio muy gordo y el necesita que se cierre el trato, es allí donde podremos atraparlos, pero debemos irnos bien equipados.
—La artillería pesada entonces... ustedes seguirán a cargo de esta misión y deberán completarla, quiero a ese hombre pagando por todo lo que ha hecho.
—Así será jefe no dude de eso.
—Chicos hay algo más que quiero que me cuenten, esta demás decir que no soy ciego ¿Quién de los dos va a empezar?
Iván y yo nos vemos a la cara y dirigimos nuestras miradas a Steban, sabía que este momento llegaría pero lo que no imagine es que sería tan pronto.
—Por mí no tiene nada de qué preocuparse, ya aprendí mi lección— le responde Iván con seguridad, seguridad que no me convence.
La mirada de Steban pasa a mí, a diferencia del cobarde de mi hermano, yo si estoy dispuesto a luchar por su aprobación y tener conmigo a la chica que se a ganada mi corazón en tan poco tiempo.
—Yo estoy enamorado de su hija, tengo claro que la prioridad en este momento es su seguridad y hasta ahora no he permitido que mis sentimientos nublen mi juicio.
—Estamos en una etapa crucial de la misión, así que espero que ninguno de los dos me fallen, Iván ten mucho cuidado a veces la rabia nubla la razón. Tienen el resto del día libre, pueden retirarse.
Salgo de la oficina con un alivio en mi interior, sé que no me ha dado su aprobación pero tampoco me la ha negado.
—Iván vamos con las chicas, al parecer Bridget tiene información que darnos.
—No, ya están a cargo de otros, si ella tiene información importante nos lo harán saber.
—¡¿Vas a seguir con eso Iván?! Ya deja el orgullo, eso te costara muy caro.
Él se marcha ignorándome, solo espero que no sea muy tarde para él cuando se dé cuenta del error que está cometiendo. Me voy hacia donde están las chicas y Alex, me alegro que ella no este enfrentando todos estos cambios sola. Entro a la zona de seguridad, es básicamente varios pasillos con habitaciones que se utilizan para proteger a personas como Evelina.
—Evans al fin llegas, necesito un gran favor de tu parte— se me acerca Alex entusiasmado.
—¿Qué será?
—que me lleves a conocer todas las instalaciones de este enorme lugar, recuerda que soy tu único cuñado favorito.
—El único no lo creo, pero sin duda el favorito.
—Buenas, buenas me informaron que mi hermana perdida ha sido encontrada y ya está entre nosotros.
—Así es Ricardo, ella es tu hermana Evelina— la señalo y Eve se queda atónita, es como si no esperaba que tuviera otros hermanos.
Ricardo se acerca a ella y la estrecha entre sus brazos, él aunque es muy serio, con su familia es todo lo contrario a sus otras dos hermanas, las gemelas, las consiente mucho, hasta más que Steban.
—No te imaginas el placer que me da el tenerte con nuestra familia. Tienes dos hermanas más, ya están de camino, espero que no quieras salir corriendo cuando las conozcas.
—Gracias, me alegra conocerte.
—Pensé que mamá estaría aquí contigo.
—Fue en busca de unas cosas para nosotros, ellos son mis hermanos Alexander Ortiz y Bridget Ortiz.
Ricardo le da un apretón de mano a Alex pero con Brid saca sus dones de conquista, "pobre Iván, ya tiene competencia". Eve empieza a mostrar signos de incomodidad, me acerco a ella para saber qué le pasa.
—¿Está todo bien?
—Es que el aparato me molestaba mucho y cuando me lo quite algo se dañó, casi no escucho bien y todos aquí hablan muy rápido, a duras penas puedo leerles los labios.
—Tranquila ya soluciono eso, entrégame el aparato y ya te entrego otro.
—¡Oh por dios! Tenemos hermana nueva— aquí llegaron las gemelas.
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