[ Engañado ] 1.1
—¿Sabes qué hora es? —bufó, recargándose en el marco de la puerta con sus brazos cruzados— En qué puto momento, tu brillante cabeza, pensó que... ¿Quién es él?
—Entra rápido —susurró con fuerza.
Baekhyun resopló. Pasó de Yixing y avanzó casi tres metros con paso duro. Estaba por reclamar la llamada de su amigo –a las dos de la mañana− hasta que, a lo lejos, en la cama, Baekhyun vio que no podía descifrar el estado del sujeto recostado allí.
Se quedó quieto y con duda encaró a Yixing.
—¿Para qué me llamaste? Oye, no se me dan los tríos... —intentó bromear más calmado, pero calló al ver los nervios evidentes de su amigo—. Yixing... ¿p-por qué me llamaste?
Yixing, que había cerrado la puerta con mucho cuidado de no hacerla chirriar. Dio una vuelta de llave y puso el único cerrojo que tenía; sin querer hizo sonar la cadena, inmediatamente se maldijo por eso. Caminó hasta alcanzar a Baekhyun y con ambas manos en su cadera
—No-respira —dijo con la voz temblorosa.
—C-cómo... que no respira... —Baekhyun rio mientras hablaba, olvidando por completo su molestia.
La expresión intacta de pánico de Yixing, más su palidez antinatural y el hecho de que temblaba sin control, hizo a Baekhyun ponerse nervioso también.
Miró a la cama ahora con miedo. Con un pie detrás del otro atravesó el moderno loft en el que vivía Yixing. Cuando la distancia fue corta, detalló que el sujeto tenía los ojos cerrados. Su cara permanecía calma, como si durmiera plácidamente. Estaba completamente desnudo. Las luces bajas, que solo eran producto de una lámpara de mesa, en el espacio donde Yixing tenía su cama doble, alumbraban levemente la escena. Estaba boca arriba. Descansaba su cabeza sobre el colchón cerca del espaldar. Una almohada estaba debajo de su espalda baja levantando su cadera; no era difícil imaginar qué estaban haciendo ahí antes de su llegada.
Baekhyun dio una mirada a Yixing, que se había quedado en su lugar. Giró su cabeza y puso atención al pecho del tipo. Detenidamente vio que este no se movía, pasó saliva, y acercó su mano a esa nariz.
—N-no... respira.
—¡Es lo que dije! —gritó Yixing bajito.
Yixing también estaría desnudo, de no ser por ese pantalón de chándal de tela liviana que lo cubría. Paseó de un lado a otro en su espacio sosteniendo su cabeza, evitando a toda costa mirar a la cama.
Baekhyun, con la boca semiabierta, veía al hombre calmo en el colchón, y luego a Yixing que cada vez se notaba más desesperado.
—Tienes que decirme qué pasó. Habla, Yixing.
Sin quedarse quieto, respondió titubeando.
—N-no sé qué pasó... yo...
Se llevó una mano al entrecejo. Presionó fuerte haciéndose daño.
—...yo... lo ahorqué...
De inmediato Baekhyun notó esas marcas en ese cuello que hasta ahora habían pasado desapercibidas.
—...él me pidió que lo hiciera... no fue mi culpa... lo juro...
Conocía muy bien a su amigo. A Yixing le gustaban las relaciones de una noche, polvos fáciles pero satisfactorios. No era raro que a mitad de la noche cuando intentaba buscarlo, él ya hubiera desaparecido dejándolo solo. Baekhyun sabía que esos eran los riesgos de salir con él; pero eso era Yixing, alguien calentón, no alguien que gustara y disfrutara de la violencia.
Analizando lo que escuchaba, Baekhyun sintió mareo y arrastró sus pies hasta que su espalda dio con una pared. Con sus manos intentó sujetarse de esta. Miró a Yixing
—¿C-cómo que te pidió que lo ahorcaras? Tú... tú...
Yixing por fin se quedó quieto y avanzó hasta sentarse en la cama, a la orilla, dándole la espalda al problema. Desesperado, se tomó la cabeza y habló más rápido
—Estábamos a punto de corre... de corrernos y, él me pidió que lo ahorcara. Yo no le entendí. Entonces llevó mis manos a su cuello... nunca las soltó y también hacía presión, me estaba exprimiendo tan bien que mi vista estaba nublada, así que solo apreté, su cuello estaba hirviendo y yo apreté...
⁙
Yixing, estaba a la mitad de una semana infernal. Necesitaba descargar su adrenalina reprimida con alguien. Estaba dispuesto a bajar sus estándares, cualquiera que hiciera caso a sus miradas se iría con él esa noche. Llegó al pub a las diez. La rutina fue simple. Al entrar, se demoró unos minutos antes de bajar las escaleras. Observó la panorámica del lugar, analizó prospectos, blancos fáciles que si contaban con suerte se llevarían el premio mayor. Se lo llevarían a él.
Con su traje Armani de tres piezas llamó la atención de varios. Casi modeló hasta que tomó asiento en la barra bar. Ordenó un gin tonic y esperó un tiempo prudente antes de hacer un primer movimiento, movimiento que se fue al carajo apenas vio entrar a ese sujeto. Buen porte, caminata fuerte, la cabeza en alto, con mirada seria y seductora; barrió el lugar con sus ojos, y vio a Yixing. El sujeto metió su mano al bolsillo del pantalón, con el costado de su saco detrás de su muñeca. Sin dejar de ver a Yixing, avanzó moviendo todos los músculos de su cuerpo, desfilando para todos, ese traje oscuro. Se sentó justo frente a Yixing al otro lado de la bahía. Hizo su pedido, nunca se despegó de Yixing, Yixing nunca se despegó de él. Hubo un cambio de planes. Iba a tener a ese hombre así tuviera que trabajarlo toda la noche. Aun con el riesgo de recibir una negativa, usaría todas sus armas.
Los meseros que iban y venían preparando y sirviendo cocteles, no eran obstáculo para que Yixing notara la mirada fija en él. El deseo evidente del sujeto demostraba que ya habían pasado un primer nivel. El tipo estaba interesado y se lo hizo saber. No hubo necesidad de mandar al mesero con el truco de, "Ese caballero de allá, le invita esta copa"; fue el mismo sujeto quien tomó dos tragos en sus manos y rodeó la barra para acercarse lento pero seguro, con el nada sutil
"Espero que este trago sea el pase para una buena follada".
Yixing controló el jadeo que estuvo a punto de atragantarlo. Qué directo, se sintió la presa y no el cazador. Esa confianza lo hizo temblar y excitarse al tiempo. Yixing rio ante la "petición" directa escondiendo así su asombro. Pensó en como la noche dio un vuelco inesperado; no tuvo que mover un dedo para conseguir lo que venía a buscar. Observó sin pudor. El tipo era increíblemente caliente. Su pecho formado se marcaba debajo de esa camisa ajustada de satín azul medianoche; un mal movimiento y un botón saldría disparado. Ante el descaro del tipo, Yixing recorrió con ojos oscuros cada detalle de cuerpo que veía; en especial la abultada entrepierna que estaba apuntando justo en su dirección. Recibiendo el cristal y rozando sus dedos de paso, contestó con voz suave
"Aun sin el trago, ya tenías pase para una buena follada, de hecho... desde que entraste".
La sonrisa ladina, como respuesta del tipo, hizo a Yixing arrastrar la butaca a su lado y, acariciando levemente el terciopelo y dando unas palmadas insinuó que tomara asiento. Yixing disfruto de como su "cazador" cuadraba las piernas entre las suyas. Muslo con muslo se rozaron como primer toque sugerente entre los dos. Una mirada más que penetrante le dio Yixing cuando sitió que una rodilla se acercó sin sigilo a su entrepierna. Enarcó una ceja. Humedeció sus labios con un primer sorbo de whiskey puro y dijo sin miedo
"Entonces... ¿Cuál es el nombre que debo gritar cuando hagas que me corra dentro de ti?".
El tipo imitó la acción. Solo que de un solo sorbo acabó la bebida. Incluso cuando echó su cabeza hacia atrás para tragar, sus ojos nunca se despegaron de Yixing.
"No exijo que griten mi nombre y, ¿así que, eres de esos activos seguros?".
Dijo acercando más su rodilla hasta hacer presión al bulto, que ante el roce, amenazó con vibrar. Yixing lo pensó, pero se abstuvo de moverse. Permaneció quieto, sin inmutarse, respondió
"Tan seguro como que una vez entierre mis dientes y calle esa boca. Vas a dejar de preguntar lo evidente".
Aquel tipo se carcajeó. Puso un codo en la barra, sostuvo su mentón con el dorso de su mano y
"¿Qué es lo evidente? ¿Un tipo como yo, debajo de un tipo como tú? Quiero ver eso".
Esa voz ronca, pensó Yixing, le hacía juicio al cuerpo grueso y atlético, pensó también, que él no se quedaba atrás; igualaba al tipo en tamaño y músculos.
"Un hombre como tú...", se aventuró Yixing a poner su palma en un primer instante en la rodilla del tipo. Al no ver indicio de rechazo, siguió el recorrido deslizándola hasta llegar a su muslo a pocos centímetros de su centro. A la vez que se despegó del diminuto espaldar, hizo presión y muy cerca continuó, "...está rogando estar debajo de hombre como yo. Es lo que imaginaste antes de ordenar esos tragos y rodear la bahía, ¿no? Pediste por una buena follada. Yo, duro como una roca dentro de ti, es la mejor manera que encuentro para satisfacer tu petición".
El tipo, en la misma posición, pellizcó leve sus labios con el interior de sus dedos. Yixing siguió el movimiento, relamió los suyos pulposos como respuesta involuntaria. Leyó la respuesta de esa boca
"Yo ya estoy caliente. Lo estoy desde antes de hablar. Solo te estaba probando. ¿Vas a llevarme a algún lado o debo dar yo el primer paso también? ... Señor activo".
Yixing sintiéndose retado, corrió los últimos centímetros que faltaban y encontró una polla dura reafirmando lo dicho. Tragó duro. Se levantó. Miró desde arriba al tipo sentado y si, lo quería ya, debajo suyo.
"¿Trajiste auto?", el tipo negó, "Yo sí. Afuera, vamos".
Y en segundos, se esfumaron.
Con prisa manejó Yixing. Su vista al frente, fundiendo sus dedos calientes en el volante. No debía tocar, no todavía. Se desconcentraba por ratos. Cuando veía que estaba pasando el máximo, respiraba y volvía al límite de la velocidad permitida. El tipo con la vista en su entrepierna se lo estaba poniendo difícil.
"Lindo auto. Me pregunto con cuantos tipos lo has hecho aquí".
Otro trago duro pasó Yixing. Aunque estuviera ansioso, no era de esos que salaban los carros.
Sin mirarlo respondió
"Ni una sola, y, no será la primera. Sé paciente, ya casi llegamos".
"No pareciera ser yo quien está impaciente..." recorrió con yemas esa nuca de Yixing terciopelada. Lo hizo pisar más el acelerador por unos segundos y el auto se zarandeó. El tipo rio y muy cerca dijo en un susurro "...un trabajo manual no vendría mal, en lo que llegamos".
Yixing dio un respingo, esas yemas mandaron un choque por toda su columna. Aceleró otro poco, dios, lo que hizo con un solo toque. Por primera vez giró su cabeza, observó esos ojos más que deseosos. Pronunció tajante
"Puedes hacer todo lo manual, oral que quieras cuando lleguemos. Si es que dejas que lleguemos vivos".
Asintió. El tipo entendió que de rozarse no llegarían a su destino, pero eso no le impidió seguir mirando. Yixing fue examinado por el resto del camino.
El motor hizo silencio. Yixing calmado y pacífico descendió del auto, lo rodeó y guardó las llaves en su bolsillo. El sótano oscuro solo escuchaba sus pisadas de suelas de charol, más su voz que intentó decir
"El ascensor está en mantenimiento, debemos subir po-".
En un segundo fue sujetado de sus solapas y levantado levemente hasta ser recostado en el capó con fuerza. La espalda de Yixing chocó contra el metal recién polichado y tuvo que sostener en su pecho, el cuerpo del tipo que succionó su boca sin cuidado. Se enterró hasta la garganta de Yixing, a la vez que embistió presionando ambas pollas duras friccionándose por debajo de la tela de paño. Gimieron los dos. El aliento a alcohol del tipo se mezcló con el de Yixing, quien, en un intento de manejar también la situación, empuñó el satín azul medianoche y respondió la embestida con su cadera casi inmovilizada. El tipo no mordía, pero era fuerte en su beso. Yixing con boca abierta, intentaba seguirle el ritmo, el aire escasamente podía salir de su nariz, pero no entrar. Estaba siendo tragado por esa boca talentosa que se reusaba a separarse. Inmovilizado Yixing, debajo de ese pecho inflado pegado al suyo, tuvo que empujar, y fuerte, hasta que lo apartó centímetros, sin abrir los ojos y jadeando para normalizar su respiración.
Yixing, aduras penas pudo hablar debajo del cuerpo encorvado que lo tenía prisionero
"Es tentador... hacerlo aquí... con la adrenalina de saber si tendremos público... pero... recostado en mi cama... listo para mí... es como lo que imaginé mientras conducía".
El tipo sonrió de lado. Agarró la nuca de Yixing y dio un último choque de labios doloroso.
"Entonces... no estabas tan concentrado... como decías... ¿Pensaste en mí en todo el camino?... que dulce"
Lamió ese inferior carnoso de Yixing y se giró. Buscó con sus ojos las escaleras y yendo de primero, le dio a Yixing una buena vista; ya se veía amasando en sus manos ese culo firme.
Cuatro pisos los volvieron a su estado de hombres y no de bestias. Yixing abrió la puerta y entró primero.
"Así que, ¿eres de esos pasivos rudos?"
Soltó Yixing. Dejó su saco en el perchero. Arremangó su camisa y se dirigió a la cocina. Sirvió directo del congelador un vaso de hielo con agua. Más que el líquido necesitaba que el frio volviera su boca a un estado que no fuera fuego −por haber sido casi succionado−.
El tipo obvió por completo su pregunta sarcástica.
"Zhang Yixing", pronunció, "¿Taiwanés?"
"Chino", respondió girándose recargando su cuerpo agitado en la nevera.
Yixing no podía reclamar intromisión. En los muros de ladrillo blanco de la sala, estaba colgado uno que otro diploma con su nombre. El tipo solo rodeó los sofás de casi seis puestos detallando el lugar. Tampoco es que le importara mucho a Yixing, si sabía quién era. Después de todo estaban en su casa, sabía su dirección.
El tipo se giró. Ante los ojos congelados de Yixing, se fue quitando el saco de paño y lo dejó caer
"Háblame en tu idioma. Me calientan, y mucho, los acentos extranjeros".
"¿Fetiche?".
"Tal vez".
Eso encendió a Yixing. Viendo directamente, comenzó a hablar, en su idioma natal, como se lo pidieron
"Pasaré mi lengua por esa piel, sin cuidado, voy a rasparte, vas a recordarme por días cada vez que te veas..."
Sin previo aviso, Yixing vio como la ropa fue cayendo frente a él, una por una. Esa camisa, que era lo que Yixing quería romper con sus puños, fue desbotonada lentamente, pero quitada con fuerza y botada después. El tipo sí que dedicaba horas al gimnasio. Lo dejó sin aliento. Yixing volvió a hablar, ahora con voz rasposa
"V-voy a hinchar tus labios, va a doler, pero lo que tendrás en ellos, será la combinación equilibrada de lo dulce y lo salado..."
El sujeto se dejó llevar por la voz de Yixing. Caminó encantado hacia él. Sujetó la correa de su pantalón, botón y bragueta salieron. Sin perder detalle de lo que se asoma por el borde de la tela, Yixing intentó seguir, pero hablando más para sí, que para el tipo
"Diablos. Eres tan caliente que cada que pálpito duele... necesito estar dentro de ti ya..."
Con eso último, el sujeto se deshizo de lo que quedaba de ropa. Él caminó, lento, pausado. Con la misma voz ronca del bar, dijo
"Aunque no lo creas. Entendí todo lo que dijiste, siempre lo entiendo... pero... para cumplir lo que prometiste, Yixing... creo que debes desnudarte también... Sigues perdiendo el tiempo..."
Jadeó con solo verlo. El tipo se plantó a un metro de Yixing, todo él. Con su piel oliva, las sombras de sus músculos, y, sobre todo, la erección de piel extremadamente lisa señalándolo. Yixing se erizó por su nombre pronunciado de una manera tan exigente y suave, y se erizó aún más, cuando en otro paso su muslo fue usado para que el tipo se frotara. Los nervios de Yixing se encresparon. Cerro los ojos. Disfrutó de que se mecieran contra él. Dejando escapar aire sonoro dijo
"Lo haré, si... te separas"
"¿Quieres qué me separe?"
El tipo recargó sus manos en la nevera y acercó su boca a la de Yixing. No hizo ningún movimiento más que el de su pelvis allá abajo. Yixing esperaba ser devorado de nuevo, pero en vez de eso, sintió que él bajaba por su cuello. Aspirándolo, registrando su olor. Yixing movió su cabeza, le dio espacio para que lamiera y mordiera, después de eso pudo responder
"...No. Pero si lo haces, en un minuto obtendrás lo que pediste. Una... buena... follada..."
El cuerpo de Yixing salió del acorralamiento. El tipo se alejó, pero no su calor. Caminó hacia la cama de espaldas hasta que sus pantorrillas tocaron el borde. Se dejó caer con confianza. Sostuvo el peso de su medio cuerpo en sus codos, mordió su labio, esperó por Yixing.
Yixing con mentón en alto se desnudó con la misma lentitud del tipo antes; retándolo en cada movimiento con la misma mirada de deseo que estaba recibiendo. Botó su ropa en cualquier parte. No iba a usar más palabras. Abrió la boca. Escupió en su mano fuerte y directo, se sostuvo, miró serio empezando a masajearse.
"Mierda".
Gruñó el tipo con la sola imagen. Se tomó el tiempo para disfrutarla, con ojos y labios saboreo a la distancia. Hombros anchos. Pecho sobresaliente. Bíceps y antebrazo formado cada vez más grande a medida que trabajaba en sí mismo. Piernas torneadas y flexionadas ligeramente sosteniendo el enorme –también– cuerpo de Yixing. Pasó saliva al ver esa mano cada vez más resbaladiza. Apoyándose en manos y pies se fue corriendo hasta que su cabeza estuvo a punto de golpear con el espaldar.
"Ponte en cuatro".
"No".
Yixing alzó una ceja, dios, que quería ese hombre de él. Su negativa hizo que la polla de Yixing creciera las pulgadas que faltaban para ponerse duro y listo. Cada cosa que decía lo estaba volviendo loco.
"Quiero ver tu cara cuando suceda... Yixing".
Yixing ordenó sacar condón y lubricante de su mesa de noche. El condón fue lanzado y Yixing lo puso de inmediato en su impaciente erección. El lubricante se quedó en las otras manos, siendo destapado y usado con mucha prisa. Yixing tuvo una vista hermosa y solo para él, del tipo entrando y saliendo de sí mismo mientras se mordía para no jadear tan fuerte.
"Y yo que creí que no podías ser más caliente".
El colchón se hundió más. Yixing alcanzó una almohada y ordenó de nuevo. Esta vez exigió que se levantara y dejara que las plumas envueltas por la funda elevaran su cadera. A la vez dijo
"No es justo que tú me puedas llamar por mi nombre y, yo no pueda decirte de alguna form-"
"Dime 'mi cielo' ".
Yixing casi rio. Se arrodilló en medio de esas piernas abiertas. Puso ambas manos al costado de esa cabeza y antes de besar dijo
"Bien. Mi cielo será".
Y sin perder más tiempo, como lo habían acusado antes, besó, se restregó e hizo presión. Se enfocó en sentir la engrosada polla que crecía con la suya. Fue el turno de Yixing para domar la boca contraria con la intensión de anestesiar. Luego bajó a ese cuello y raspó con su lengua. Delineó una clavícula, jadeó sobre un pectoral, mordió un pezón, lamió en medio del torso y se detuvo en ese ombligo cuando descubrió por un jadeo no controlado que ese era un punto sensible. Sonrió sobre la piel
"¿Debería quedarme un rato aquí, mi cielo?"
"Mierda, si".
El tipo agarraba ya las sábanas a su costado. Elevó su cadera chocándola con el pecho de Yixing. Yixing obedeció. Humedeció sus labios y beso, succionó para dejar su recuerdo. Estuvo ahí segundos. Los suficientes para sentir esa cabeza húmeda rebotar en sus costillas. Yixing, se incorporó. Se alineó. Preguntó
"¿Todo de una vez? o... lento... mi cielo?"
Maldiciendo y gruñendo por sentir la punta en su entrada, el tipo se sacudió. Miro fijo
"Todo. De una vez. Y... ya... si es posible... Yixing".
Yixing había sido cuestionado toda la noche sobre sus acciones lentas. Con una estocada entró. Si el tipo quería ir a toda velocidad, lo iba a hacer. Yixing se ganó más maldiciones y gruñidos. El tipo se retorció, su cabeza hacia atrás mostró a Yixing una manzana de adán agitada y desgarrada. Se sujetó de las rodillas del tipo y embistió, embistió fuerte, a medida que ambas carnes se acostumbraban.
"Vuelve acá".
Jaló el tipo a Yixing. Devoró una vez más mientras apretaba la polla dentro suyo. Bajó sus manos para masajear el trasero al aire, y enseñarle a Yixing, que parecía no entender, la velocidad que quería. No importaban las consecuencias, el tipo quería que lo partiera.
Yixing se deslizaba cada vez más fácil. Adentro y afuera en menos de un segundo. Ambos con ojos cerrados decían incoherencias. De Yixing salían palabras fuertes que bailaban entre el coreano y el chino. Aun apretando sus dientes se le entendía algo. Reposó su cabeza entre hombro y cuello. Lamió, probó las gotas de sudor que brotaban del caliente tipo, mordió un poco también.
"Sí, Yixing... Sí, mi amor"
El tipo también empezó a hablar en chino, un acento perfecto, que hizo a Yixing abandonar el cuello salado y fijarse en el movimiento de los labios jadeantes.
"Mi cielo... mi amor... ámame".
No dejó reaccionar a Yixing. Sujetó su cabeza, pero esta vez, tomándola como si fuera lo más preciado. Los labios de Yixing debían llegar esponjosos sin nada de violencia a su boca abierta. Los presionó. Los mimó. Dio un beso que da un amante que se entrega sin condiciones. La conexión fue extraña. No solo era una conexión sexual, había algo más a lo que Yixing no prestó atención y se dejó llevar. Besó de igual forma. Incluso disminuyó sus estocadas. Se seguía hundiendo, pero era delicado.
"Mi Yixing..."
Brazos y piernas abrazaron a Yixing.
"Mi cielo..."
Yixing luchó por sostenerse con una mano y ahuecar con la otra la mejilla del sujeto, para guiarlo en un ángulo en donde pudiera besarlo más profundo. El tipo probó su sal de los labios de Yixing, mezclado con el dulce del primer gin tonic que había tomado. Dulce y saldo como prometió.
"Vuelve a hacerlo duro... mi Yixing"
Volvió a su posición de rodillas. Se sostuvo en ellas y lo hizo duro. Con ojos entrecerrados podía ver esa boca roja morderse. La cara de placer de ojos blancos que a veces lo enfocaban a él. Yixing ya tenía distorsionada su audición, sintió que unas manos llevaban las suyas hacia un cuello hirviente.
"Ahórcame mi amor... apreta fuerte... llévame a otro nivel... hazme tocar las estrellas"
Yixing, nublado por la excitación, presionó un poco, pero no suficiente.
"Yixing... no me vas a hacer daño... ya lo hiciste antes... nada peor puede pasar entre los dos".
Yixing recuerda que moderó su fuerza. En ese punto los únicos sentidos que respondían a Yixing eran el tacto y el olfato. Todo su cuerpo fueron sensaciones calientes y goteantes. La espesa leche de Yixing salió disparada cuando se clavaron uñas en su pecho, y olió en el ambiente a sexo, la predominante colonia varonil del sujeto. Gruñó, hizo lo posible por alargar el calor de su orgasmo.
"Yixing... te amo... mi cielo... te amo".
Jadeó el tipo y su voz se apagó.
—¿Qué vas a hacer?
—Llamar una ambulancia —dijo con obviedad Baekhyun, desbloqueando su teléfono.
—¡¿Estás loco?! —gritó Yixing, rapándolo.
Baekhyun, con sus manos en el aire, vio como Yixing botaba el celular por la alfombra, y este se perdió debajo del sofá. Yixing exhaló. Fue directamente hacia los ventanales de piso entero para ver la ciudad y darle la espalda a la mirada ahora –más– atónita de su amigo.
Sobó la totalidad de su cara unas tres veces antes de hablar
—No servirá de nada.
Baekhyun, con un primer nivel de enojo, contó hasta uno y se acercó para escucharlo mejor. Se plantó detrás de él. Preparándose para lo que Yixing iba a soltar
—Han pasado tres horas, desde que...
—¡¿Cómo que tres horas?! —Yixing se giró. Hizo una señal de silencio en sus labios. Rogó a su amigo que se calmara, en vano—. Yixing esto es grave. ¡¿Por qué no llamaste a nadie?! ¡¿Por qué no hiciste nada por él?!
—¡Me paralicé! —estalló Yixing, también subiendo su voz cuando sintió la acusación "injusta" de su amigo—. ¡Cómo iba a explicar esto! Intenté reanimarlo, lo sacudí, le di respiración boca a boca ¡nada funcionó!
—¿...Y qué hiciste todo este tiempo?
Yixing se dejó caer hasta el suelo, en cuclillas, descansó sus codos en las rodillas, y habló con la voz entre cortada.
—Me demoré en darme cuenta... —Baekhyun se sentó en el enorme sofá. Se obligó a escuchar con objetividad la versión de Yixing, que sea como fuere, no lo salvaba de lo que había hecho—...salí de él, fui al baño directamente a bañarme. Luego volví, sugerí otra ronda, pero él no respondió, pensé que estaba dormido, así que fui a la cocina a preparar algo de comida para cuando despertara.
Yixing alzó la cabeza. Baekhyun tenía sus brazos cruzados, respiraba para calmarse. Miraba sus medias de color diferente, producto de salir corriendo a las dos de la mañana para salvarle el culo a Yixing, de nuevo. Solo que esta vez, Yixing se había superado a sí mismo por lejos.
—¡¿Y?! ¡Habla Yixing, no tenemos tiempo!
—S-serví la comida...
Baekhyun vio la mesa. Sí, había "comida servida". Pero, también había platos rotos, agua regada por el piso, plumas sueltas de las almohadas y la pared tenía dos agujeros de golpes. La falta de luz no dejaba rebelar el verdadero escenario allí. Yixing debió volverse loco cuando se dio cuenta de que había... que el sujeto no respiraba.
—...quise despertarlo con... besos... y me di cuenta que estaba helado, congelado casi...
Volvió Baekhyun, su cabeza hacia Yixing, que sostenía su frente con ambas manos. Su piel estiradísima casi doliendo, a sus ojos.
—...ahí me di cuenta que tampoco se movía, ni su pecho, ni su nariz, nada... Baek, te juro que hice todo. Después de gritarlo y... cachetearlo, le hice primeros auxilios ¡No funcionó!
Yixing se quebró y el resto de la explicación se oyó entre gimoteos. Cerró los ojos, quería que eso fuera un sueño, un puto mal sueño.
—Él ya se había ido... no estaba en mis manos ni en las de nadie salvarlo. Puedo parecer idiota a veces —siempre, pensó Baekhyun echando humo—, pero me di cuenta de inmediato que ni ambulancias, ni paramédicos, ni cirujanos... iban a... revivirlo... yo no sabía que más hacer...
—Y entonces me llamaste para que viniera a arreglar tus cagadas ¿no? Jodido imbécil.
Baekhyun, se levantó, tomó aire, pensó.
—¿Alguien sabe que está aquí? ¿Te vieron con él? ¿Hay algo que te incrimine?
Yixing, con lo que le daba la cabeza, negó.
—¿Sabes si tiene familia, o alguien que se dé cuenta de su ausencia? ¿Cómo se llama? ¿Qué hace?
No respondió Yixing. Miró un punto fijo sin poner mucho cuidado.
—No tienes ni idea de quién es, dios, ¡no creo que me estés metiendo en tus putos problemas! — Baekhyun miró el techo, contó hasta uno de nuevo—. ¿Dónde están sus cosas? ¡Alguna identificación, sus tarjetas, algo!
Baekhyun siguió el camino de ropa que estaba regada por todo el piso. Era claro que no iba recibir respuesta. En la puerta, justo en la entrada, al principio de la alfombra, encontró ese saco. Sin detenerse a pensar que estaba tocando la ropa de un muerto, y por ende dejando huellas suyas en la prenda, esculcó. Lo primero y más fácil de encontrar fue esa billetera fina, de cuero. Las manos de Baekhyun temblaron al abrirla, más de rabia que de nervios. A primera vista vio el pase de conducir. Lo sacó. Tuvo que acercarse a la ventana para ver mejor. Entornó los ojos y en la miniatura, observó la foto del tipo sonriendo, muy bien parecido, con mejillas de color, nada comparado con la palidez de su cara ahora.
—Kim Junmyeon.
Salió de la boca de Baekhyun.
Yixing, casi congelado, volvió al presente, volteó su cabeza con miedo.
—Re-repítelo...
Baekhyun repitió despacio, sin poner cuidado a Yixing.
—Kim-Jun-myeon —pero alzó la vista al percibir que el silencio de Yixing, había cambiado de "tono"—. ¿Lo... conoces?
Yixing raspó su garganta al pasar saliva. Se puso de pie. Volvió a la cama. Se paró a un costado y detalló el rostro del hombre, Kim Junmyeon.
Sintió ahogo, sintió nauseas por primera vez en toda la noche. No tanto porque el cuerpo a medida que pasaban los minutos, a sus ojos, le parecía más tétrico, sino porque a su mente llegaron al mismo tiempo recuerdos que no sabía que todavía guardaba.
—Yixing. ¿Lo conoces? —exigió Baekhyun, perdiendo ya la poca paciencia.
El cuerpo de Kim Junmyeon había cambiado con los años. No era ese adolescente amorfo que Yixing recordaba. No usaba gafas, no se escondía detrás de un fleco tampoco. Yixing no podía imaginar que el tipo que hace un rato le hablaba con tanta confianza y autoridad, fuera el mismo Kim Junmyeon que conocía.
—Yixing, maldita sea, habla —siseó Baekhyun.
—E-es... fue... un exnovio... casi, no fue oficial, no para mí.
⁙
"¿Eres Kim Junmyeon? Me dijeron que das tutorías a alumnos extranjeros. ¿Es cierto? ¿Puedes adoptarme?"
Yixing, con su acento sexy, coqueteó con Junmyeon desde el minuto uno cuando se conocieron. En esa biblioteca, Junmyeon, a través de sus lentes captó la dulce sonrisa que le rogaba; labios con curvas y hoyuelos marcados. Se quedó embelesado. Junmyeon nunca había visto a alguien tan atractivo de cerca. Menos alguien con voz tan masculina hablándole a él, y hablándole de tú.
"S-sí. S-soy yo. ¿Eres nuevo?"
Yixing tomó asiento. Acercó su cara al rostro ardiente de Junmyeon y le explicó por qué necesitaba tanto que lo ayudara. Junmyeon leyó atento de los labios de Yixing toda la información; la mayoría de materias que veía Yixing eran en inglés, pero ahora en su último año de carrera, debía ver todas las clases que evadió por no saber coreano. Ahí entraba Junmyeon. Enseñaría a Yixing el idioma o al menos lo básico para que se pudiera titular.
"Y-ya tengo el cupo completo", Yixing hizo un puchero y tomó la mano de Junmyeon, "pero, puedo hacer una excepción, s-supongo".
Hubo química de inmediato. El rubor en las mejillas de Junmyeon, hizo saber a Yixing el evidente inmediato gusto hacia él. Le extendió a Junmyeon su mano y le pidió que anotara en la palma su número y el edificio de su dormitorio. Junmyeon tomó con delicadeza la mano cálida de Yixing y fue suave al escribir. Disfrutó del roce. Yixing dio un beso en el dorso de Junmyeon y se fue después de un guiño coqueto.
Día de por medio, en el dormitorio que Junmyeon no compartía con nadie, se dieron los encuentros. Estudiaban casi hasta la madrugada, hablando entre coreano y chino. Yixing a veces soltaba una que otra frase que ponía nervioso a Junmyeon. Susurraba en su oído palabras que enamoraban. Confesiones camufladas que consiguieron que Yixing le robara un primer beso.
Las horas se extendían. Ya fuera estudiando, conversando, o, besándose, Yixing ganó su confianza. Junmyeon con el tiempo permitió que Yixing se quedara en su dormitorio si era muy tarde. Fue Junmyeon, para sorpresa de Yixing, quien sugirió que podían dormir en la misma cama. Abrazados. Juntos. A centímetros de distancia.
"¿Junmyeon?", preguntaba Yixing susurrando en ese pecho que era su almohada, "Te has convertido en mi cielo. ¿Te puedo llamar así?".
Junmyeon respondía solo acariciando la cabeza de Yixing. En esas horas de frío, cuando más oscuro era el cielo, Junmyeon entendía el porqué de ese apodo cariñoso. Bajo el manto oscuro de la noche, era cuando más feliz se sentía. En silencio contemplaba el rostro relajado de Yixing. Paseaba sus dedos delineándolo. Besaba con sus yemas los labios agrietados. Se sentía en un sueño y para no despertar, Junmyeon abrazaba con fuerza el cuerpo recostado encima suyo, y no lo soltaba hasta que el sol interrumpía su momento.
Cada vez que Yixing aprobaba un examen celebraba con Junmyeon. Olvidaba a sus amigos, y eso hacía sentir a su tutor importante. Yixing quiso pasar a otro nivel, y propuso a Junmyeon, que pasaran una noche especial.
"¿Me dejas demostrarte cuanto te amo?", besaba ambas manos sostenidas en el aire. Yixing miró fijo esos ojos, "Porque lo hago, Junmyeon. Te amo. Yo, te amo a ti".
El Yixing de Junmyeon fue delicado. Estuvo pendiente de que no sintiera dolor, fue gentil, nunca dejó de besarlo. Yixing comió cada centímetro de cuerpo. Se adentró, fue apretado, fue aceptado. Yixing mimó ese cuello mientras empujaba suave. Debajo suyo había una porcelana a la que debía cuidar. Alguien, a quien en ese momento, prometió amar y adorar.
Junmyeon amaba ver a Yixing vestido solo de perfume. Yixing tenía el cuerpo de un hombre inalcanzable. A veces Junmyeon se preguntaba porque él estaba con alguien como él. Las veces que la timidez lo dejaba hablar, recibía esta respuesta
"Mi cielo. Porque eres lo más hermoso que he visto en mi vida. Tuve que venir a este país para encontrarte. ¿Crees en el destino? Tu... y yo... somos eso".
Después de hacer el amor, Yixing, su Yixing, besaba cada musculo cansado de cuerpo. Junmyeon se recostaba boca abajo, cerraba sus ojos y se dejaba llevar por la respiración pausada.
Yixing hacía cosquillas, empezaba por los pies. Subía aceitando esas piernas, llegando al revés de esas rodillas y se quedaba un rato haciendo a Junmyeon soltar suspiros. Así descubrió ese punto sensible de Junmyeon, Yixing lo descubrió, el primero de muchos. Las yemas levitaban por esos muslos; por segundos se apoyaban, por segundos era el aliento el que lo hacía. Yixing posaba sus labios en esa piel como si quisiera sellar su amor ahí. La textura de la lengua a punto de llegar a esa espalda baja hacía a Junmyeon vibrar un poco al tiempo que escuchaba
"Junmyeon, mi cielo".
Suspiraba Junmyeon en respuesta, esperando que su susurro diera una curva y llegara hasta los oídos de Yixing. Él terminaba en esos hombros. Posaba su pecho y lo deslizaba hasta acostarse completamente sobre su cielo. Besaba esa nuca, entrelazaba delicado ambas manos, las llevaba a los costados de la cabeza de Junmyeon. Yixing mordía ese lóbulo solo con labios. Yixing amaba a Junmyeon así. Con todo el cuerpo. Sin presiones duras, incluso cuando Junmyeon sentía el miembro palpitante sobre él, Yixing solo besaba y cuidaba. No buscaba más. Pasaban así la noche. Entre caricias inocentes, besos acolchados, sus cuerpos flotando, sin rudezas.
Yixing lo amaba.
Eso sentía Junmyeon.
"No es robar, Junmyeon. No hay necesidad. Solo, ojea de que tratan las preguntas y en base a eso estudiamos. Juntos. Como siempre. Es la materia con la que más hemos batallado, tu profesor te tiene confianza, nadie se va a dar cuenta. Ayúdame a titularme mi amor. Mi cielo. Haz esto por mi ¿sí? Por nosotros".
Nosotros.
Se oía tan bien para Junmyeon.
No fue difícil conseguir el examen. Tampoco fue difícil aprenderlo, solucionarlo y dárselo a Yixing. No importó que Junmyeon tuvo que estudiar el triple porque también debía hacerse cargo de sus propias materias. Se había comprometido e iba a ayudar su cielo hasta el final.
Junmyeon esperó a Yixing a la salida de su edificio de facultad. Llevó consigo una bolsa de papel con unos cupcakes y unos mini vasos de mocaccino, el favorito de Yixing. Apenas lo vio, gritó su nombre llamando la atención de todos. Yixing se alejó de sus amigos y con la cabeza gacha llegó hasta él. No hubo beso, no hubo abrazo. Solo palabras secas ante la pregunta de Junmyeon de si había aprobado.
"Sí, Junmyeon, aprobé. Gracias por ayudarme ¿ok? Ve a tu cuarto, nos vemos ahí más tarde. No me llames, yo llego. Lo prometo".
Yixing rapó la bolsa de papel y desapareció. Junmyeon sintió media alegría por su logro, la otra media fue una pequeña llama de angustia que lo siguió hasta su dormitorio. Algo tenía molesto a Yixing, ¿fue su culpa? Hizo memoria todo el trayecto. No. Él no había hecho nada, él había hecho todo. Junmyeon se sentó en su cama. Miró el cielo oscuro, que alcanzaba a iluminarlo a través de la ventana. Repasó en su cabeza. El corazón de Junmyeon ciego de cariño y embriagado de felicidad, se detuvo un segundo ante la duda del amor de Yixing, al siguiente segundo vibro con más fuerza, no, Yixing los amaba. Aun si Junmyeon fue cayendo en cuenta de que Yixing lo tenía en sus manos, él seguía perdido hasta el alma por ese hombre, no le importaba cederse un poco.
Dieron las doce y Yixing no aparecía. Junmyeon una vez más pensó que había hecho enojar a Yixing, aun si nunca lo había visto enojado, no sabía cómo más explicar la actitud que vio cuando él se volteó y se fue. Tomó la decisión de enviar un mensaje para tantear terreno.
«Mi cielo♡ ¿ya vienes? :) »
La respuesta de Yixing se tardó un poco en llegar. Junmyeon, por los puntos suspensivos subiendo y bajando, se dio cuenta que Yixing escribía y borraba. ¿Cuál era la demora? Solo debía decir sí o no
«Junmyeon. Me haces perder el tiempo.
No me busques. No me llames. Esto... se acabó»
Yixing fue cruel. El hombre que Junmyeon amaba fue más que cruel. La necesidad de aferrarse a eso que se le estaba yendo de las manos, hizo a Junmyeon vestirse a toda velocidad. Para no perder tiempo, se puso la misma ropa del día encima de la pijama. Salió corriendo directo a esa casa donde se celebraría la fiesta de fin de semestre. No era cierto. Yixing no hablaba enserio. Evidentemente era una broma.
Se adentró sin permiso y buscó por toda la casa. Ni en la sala, ni en la cocina, ni en el jardín estaba Yixing. Junmyeon empujó a varios borrachos que se interponían en su camino, uso fuerza que no sabía que tenía para hacerse paso. Después de un rato debió preguntar. Nadie ponía cuidado al insignificante ser que era Junmyeon. Su voz no se escuchaba. Faltaba un lugar por revisar, pero Junmyeon no quería subir esas escaleras. Con cuidado de no pisar a la gente ahí echada, llegó al segundo piso. Se limpió su frente nervioso. No había más que habitaciones. Se devolvió. Bajó y subió de nuevo. Yixing no podía estar ahí, su cielo, su novio, como lo había llamado el día anterior, no podía estar ahí dentro. Preguntó de nuevo, lo ignoraron de nuevo. El corazón se le iba a salir. Le dolió el estómago de la ansiedad. Todas las puertas estaban con llave. Esperó en el pasillo. Se deslizó hasta la baldosa fría, se sentó ahí por si alguien salía de algún cuarto. Pasaron minutos de los cuales Junmyeon contó en segundos para distraer su angustia. Dos personas salieron del cuarto que estaba justo frente a él. Sintió alivio. Pero había una tercera persona acomodándose su ropa, Yixing.
Hirvió su sangre. Se levantó. Gritó. Le reclamó por engañarlo, por engañar a su novio. Yixing también hirvió. Se acercó y sin decir palabra sujetó la nuca de Junmyeon. Ordenó a la gente quitarse. Bajaron. Junmyeon delante de Yixing. No hacía falta ver la cara de Yixing. En su cuello quedarían marcas por la fuerza que lo estaba empujando hacia la salida. Junmyeon se soltó una vez llegaron a un auto
"¡¿Por qué me engañas?! ¡Yo soy tu novio! ¡Yo soy a quien amas! ¡Tú me amas...!"
"Te callas y te subes", ordenó siseando.
Arrancó Yixing hundiendo el pedal a lo que daba. Fundió sus dedos calientes en el volante, no miraba, no todavía. Junmyeon se lo ponía difícil. Suplicaba que lo enfrentara y dijera algo. Dejó de reclamar por si había estado o no con esas personas, se concentró en ellos. Quiso preguntar a Yixing por qué no quería estar más con él
"¿Mi cielo...?".
"¡No soy tu cielo! ¡No me gustas Junmyeon! Ya aprobé mi curso, ya no te necesito. Eres aburrido. No sé cómo te soporté todo este tiempo. No me busques, no me pongas en ridículo frente a mis amigos, no te pongas en ridículo tú mismo".
Junmyeon lloró gotas gruesas. Cayeron como lluvia por sus mejillas. No podía formar alguna frase en respuesta, no sin escurrir saliva. Cubrió sus ojos, necesitaba que esas lágrimas volvieran adentro, no quería que su llanto desesperara más a Yixing, no quería que se molestara más con él, pero entre sollozos tuvo que rogar
"Yixing... yo puedo amar por los dos... nunca miraría a nadie que no seas tú... primero me muero antes de amar a alguien más... puedo adorarte toda la vida... haré lo que tú quieras... no me dejes..."
"Bájate".
Yixing paró en medio de la nada. No había personas, ni casas cerca. Junmyeon no se movió.
"Que te bajes, Junmyeon".
"Mi cielo...", suplicó Junmyeon, incrédulo del Yixing que tenía al frente.
Yixing se desabrochó el cinturón. Con un botón desactivó los cerrojos de seguridad. No apagó el motor. Abrió la puerta con fuerza, no la cerró. Bajó, rodeó el auto ante la mirada miedosa de Junmyeon. Abrió su puerta.
"Bá-ja-te".
De Junmyeon salieron más lagrimas gruesas que no pudo contener.
"Junmyeon", advirtió.
Yixing pasó por encima de Junmyeon y desabrochó el cinturón. Lo jaló del brazo y lo hizo poner los pies en la tierra. Junmyeon bajó del auto y de la nube en la que había estado los últimos meses.
En segundos Yixing subió a su auto. A través del vidrio dijo
"No me busques".
Junmyeon se quedó ahí de pie. Era el único ser respirando ese espacio. Nadie, ni una estrella, fue testigo de cómo Yixing terminó con él. Cómo terminó con la relación, y con él, con Junmyeon.
—Hay que deshacernos del cuerpo.
Yixing, ante semejante disparate, giró hacia Baekhyun.
—¡¿Qué?! ¡¿Te estás oyendo?!
—¡¿Quieres ir a la cárcel, imbécil?!
—¡Claro que no! ¡Pero esto no es televisión Baekhyun! ¡No le voy a hacer esto...! No... a él...
Kim Junmyeon. Mi cielo. Pensó Yixing.
Yixing se arrodilló en el suelo. Apoyando sus codos en el colchón, tomó las manos de Junmyeon. Heladas. Llevó una a su mejilla y cerró los ojos. Lloró. Lloró todo lo que se aguantó desde antes de que llegara Baekhyun. Kim Junmyeon fue a buscarlo. La única persona que lo había amado de verdad en la vida, fue en su búsqueda. ¿Era casualidad? ¿Junmyeon lo reconoció, y por eso se acercó? Yixing se sintió peor que basura, peor que mierda, una escoria humana. No había vuelto a pensar en Junmyeon desde esa vez. Yixing hizo su vida. Muy pocas veces sintió remordimiento. Fue un juego de jóvenes, de universitarios estúpidos. Ni siquiera lo contaba en su lista de personas con las que salió. Ahora entendía por qué besar y estar con ese sujeto se le hizo tan familiar cuando las cosas se tornaron suaves. Porqué en vez de alarmarse cuando fue llamado "mi amor", sintió calidez y se dejó llevar. Yixing nunca besaba suave y algo en él hizo clic para ser suave. Su cuerpo recordaba a Junmyeon, a Junmyeon su cielo.
Yixing revivió en su mente esa noche, pero ahora desde la perspectiva de Junmyeon. Lo hijo de perra que fue. La crueldad y soltura con la que salieron sus palabras, lo violento, también, de sus acciones. Si era cierto, ya había hecho daño al sujeto una vez. Yixing sollozó más fuerte. Baekhyun vino a sobar su espalda, pidió perdón por la idiotez que sugirió. Guardó silencio y fue por un vaso de agua para calmar a Yixing. Yixing limpió su cara de babas y mocos con la sabana. Contempló a Junmyeon, parecía dormido. ¿Qué podía hacer? Pensó en cómo Junmyeon hizo todo por él. Lo amó con su vida, le entregó su vida, literalmente, antes y... ahora. Hubiera sido más fácil para Yixing no saber la identidad del sujeto y actuar con ojos vendados ante las ocurrencias de Baekhyun; para eso lo llamó al fin y al cabo, para que arreglara su mierda. Pero no podía ser tan pecho frío, como lo requería la situación ahora sabiendo que era ese "amor" del pasado. A quién le debía su carrera y prácticamente su vida, y muy en el fondo, le debía el haberse sentido amado una vez. Porque nadie, nunca, volvió a mirar a Yixing de la manera en que lo miraba Junmyeon.
La frente de Yixing dolió. Sintió que sus ojos se iban a salir solos de seguir llorando de esa manera.
—¿Lo quisiste?
Yixing limpió su cara una vez más. Ignoró la pregunta
—Tienes alguna idea en mente para... deshacernos de él... algún plan real. No una tonta idea de televisión-
—¿Quién crees que soy por dios? No lo dije enserio, solo entré en pánico. No se me ocurre nada... ¿Llamaste a alguien más? —se interrumpió Baekhyun. El timbre sonó una vez.
Yixing negó aun contemplando el rostro de Junmyeon. Pasó su mano acomodando los cabellos de esa frente. Baekhyun dio un paso con intención de ir a ver por la mirilla de la puerta.
—Policía de Seúl, abran.
Mierda, pensaron ambos cuando se miraron con pánico.
En segundos Yixing y Baekhyun se encontraron frente a frente en la mitad del loft. Hablaron apunta de susurros entre dientes apretados
—¿Qué mierda hacen acá? —Baekhyun manoteó en el aire—. Yixing ¿Qué hiciste, con quién te metiste? ¿Cómo supieron?
—¡Cálmate! —Yixing tapó la boca de Baekhyun con fuerza. Una mano al frente, otra en su nuca, y sus ojos abiertos muy cerca—. Nadie sabe nada. No sabemos por qué están aquí. Puede ser rutina. No me pongas más nervioso, no te llamé para eso Baekhyun. Tu eres el cerebro ¿recuerdas?
Baekhyun asintió, Yixing dudó, Baekhyun asintió más fuerte rodando los ojos, Yixing liberó su boca.
—Recuerdo.
—Policía de Seúl, abran la puerta. Segundo llamado. Al tercero entraremos a la fuerza.
Mierda, de nuevo.
Baekhyun ordenó a Yixing cubrir un poco el cuerpo y bajar del todo las luces. Él se encargaría de recoger la ropa regada y esconderla.
Yixing, con toda la delicadeza, cubrió a Junmyeon hasta la mitad de su pecho. Acomodó las almohadas en su lugar. Corrió de un lado a otro para apagar las lámparas de noche. Casi tropezó con las cobijas que llegaban al suelo, tuvo que organizar un poco el tendido alrededor de Junmyeon. Se volteó, Baekhyun venía con la ropa echa bulto y la soltó en el suelo. Ambos se ayudaron con los pies para meterla debajo de la cama. Baekhyun no atinaba, la torpeza por los nervios no ayudaba, en últimas, le tocó agacharse y sus manos empujaron hasta que no hubo más prendas.
—Sube al altillo —Yixing señaló a Baekhyun por donde ir—, escóndete ahí. Si las cosas salen mal, hay una claraboya, escapa por la escalera de emergencia, no mires atrás...
—Maldita sea Yixing, ¿te estás despidiendo? No te voy a dejar solo, dijiste que tal vez era una equivocación. Necesito que des tu mejor actuación, ve a la puerta y deshazte de ellos.
—¡¿Y si no lo es?!
Baekhyun sujetó sus hombros.
—Lo es —dijo convenciéndose a sí mismo—. Lávate la cara un poco... respira... ve
—Por favor sube al altillo.
Yixing suplicó a Baekhyun. Baekhyun resopló y subió por la escalera empinada de madera. Se acomodó detrás de una baranda de metal gruesa. Solo se veían sus ojos casi blancos por el pánico. Yixing lo miró una última vez, se cercioró de la posición de Baekhyun, él asintió con su cabeza.
Yixing hizo caso. Lavó su cara, la secó. Y se acercó a la puerta.
—¡Tercer llamado...!
Palmeó sus mejillas. Inhaló, exhaló. Abrió la puerta.
Con todo el cinismo del mundo adoptó una postura
—Es muy tarde oficiales. Algunas personas duermen a esta hora —su rostro fingió una expresión de molestia, levantó una ceja y cruzó los brazos.
—¿Señor...?
—Zhang.
—Señor Zhang —la oficial en frente, miró por encima del hombro de Yixing—. Informaron en la jefatura sobre un homicidio en este domicilio. ¿Usted es el propietario?
Las piernas de Yixing temblaron, pero no su cara. ¿Homicidio? ¿Escuchó bien? Yixing, apunto de pasar saliva, se contuvo
—Sí, es mi propiedad. Pero aquí nadie llamó a reportar nada, señora-
—Capitana Choi —casi gritó a Yixing— es mi rango. Tal vez se demoré un poco más, pero así debe llamarme, y, no, no llamaron desde aquí, pero se reportó esta ubicación. Debemos entrar.
El grupo de agentes hizo el amague de entrar encabezados por la capitana Choi, pero Yixing interpuso su brazo rápidamente.
—Hasta donde sé, no pueden entrar sin una orden.
—Un agente de policía de nuestro cuadrante informó acerca de un homicidio. La palabra de un oficial es la orden... hasta donde sé. Así que quítese.
Los agentes entraron haciendo a un lado a Yixing. Yixing se dio a sí mismo por muerto en ese instante. Podía actuar en la puerta, pero una vez vieran el cuerpo se acababa todo. Tres agentes caminaban y registraban su casa mientras la pedante capitana, hablaba con burla
—Siento interrumpir su velada señor Zhang, pero debe entender que el deber...
—Capitana, venga a ver esto.
Yixing cerró los ojos. Su corazón se movió del esternón a su tráquea. La sangre abandonó su cuerpo y un cosquilleo frío era lo que lo mantenía en pie. No sabía rezar, y ya era muy tarde para eso. Junmyeon su cielo, iba a ser visto desnudo por esos buitres. Lo iban a sacar en un latón, y lo iban a esculcar como muñeco de trapo. Yixing tragó con mucha dificultad, ante la imagen. Las ofensas a Junmyeon no paraban y tenían el nombre de Yixing por todos lados.
La capitana se acercó a la cama. Yixing dio dos respiraciones por segundo. Trató de controlar el movimiento de su pecho mientras era vigilado por dos de las cuatro personas que entraron. Miró a Baekhyun que también se veía respirar nervioso, además de tener miedo y pesar en sus ojos.
—Es el teniente Kim.
Yixing y Baekhyun fijaron sus miradas congeladas. ¿Cómo que teniente? ¿Junmyeon era policía?
La capitana, en dos zancadas volvió a Yixing y lo derribó de un puño. Yixing cayó de rodillas, se sostuvo con sus palmas para no darse contra la madera. Mientras lo jaló del cabello, gritó toda clase de improperios entre sollozos agudos. Los otros policías también hubieran querido lastimar a Yixing, pero mantuvieron la compostura, por la mujer.
Baekhyun cubrió su boca. Mierda. Era el momento de salir de ahí. Su cuerpo estaba entumecido, pero debía hacer caso a Yixing. Yixing con la sangre escurriéndole por los labios, asintió hacia Baekhyun, picó el ojo y sonrió. Era su "señal". También fue lo último que vio de Yixing.
—¿Qué es tan gracioso señor Zhang? ¡¿Le divierte la muerte de un servidor público?! —la capitana no soltaba la cabellera de Yixing.
Yixing reía de nervios, reía de culpa, de tristeza, de algo parecido a eso que no tuvo, o que tuvo y dejó ir; el amor de su cielo. ¿El teniente Kim Junmyeon planeó todo esto? No puede haber tanta maldita casualidad en la vida. Ese sujeto no era quién Yixing dejó en medio de la carretera. Ese sujeto era el Junmyeon del minuto uno, después de que Yixing se fue. Porque la rabia para haber planeado todo eso se debió gestar desde ahí.
—¡¿De qué se ríe?!
—Lo gracioso es, que yo no lo maté. Esta vez no fue mi culpa... esta vez no...
Yixing sonreía y lloraba a la vez. Todas las emociones al tiempo se apoderaron de él. ¿Se merecía tanto, por haber jugado con Junmyeon?
Kim Junmyeon cumplió su promesa de no mirar a nadie más. Pero falló en la promesa de amar por siempre; ese amor mutó a odio. Y se odió porque a pesar de los años nunca le perdió la pista a Yixing, sabía absolutamente todo de él. Y ni con toda esa información, de Yixing siéndole fiel a su papel de jugador, Junmyeon dejó su obsesión. Vigilándolo se dio cuenta de que no sería feliz ni tendría paz si no estaba con él. Ningún beso sabía a él. Ninguna caricia se sentía a él. Con ningún orgasmo llegaba al cielo, su cielo. Lo que sentía estaba mal. Junmyeon estaba mal. Amarlo a Yixing más que a sí mismo estaba mal.
Pero el pensamiento recurrente venía a Junmyeon todos los días. Quería estar con Yixing. Quería que lo tomara en sus brazos una vez más. Moriría tranquilo si eso sucediera. Una última vez con él. Con el amor de su vida. Junmyeon respiró. Tomó esa sustancia que detendría su corazón y que era imperceptible a los estudios de sangre. Entró a ese pub. Yixing siempre estaba ahí. Había estado esperándolo el último mes sin saberlo. Esa noche tomó la valentía de hablarle, seducirlo en el juego que le gustaba. No era Junmyeon el novio que tenía a escondidas. Era el extraño que se iba a dejar follar a su antojo. "Follar", porque Junmyeon estaba buscando su amor, una última vez, antes de morir en sus brazos y joder su existencia en venganza.
—Me voy a encargar de que no solo se pudra en la cárcel. No va a salir vivo de allí. Los policías también podemos ser muy vengativos cuando se meten con los nuestros... Señor Zhang —siseó la capitana mientras llevaban a Yixing a la salida.
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