Justo en ese momento suena la campana de la escuela, sobresaltándolos a ambos. El que suene la campana indica que falta menos de media hora para que cierren la escuela. Ya es demasiado noche y deben irse.

Harry se separa inmediatamente de Louis al sentir su respiración chocar contra su mejilla, el sonido lo ha hecho reaccionar antes de que hiciera algo estúpido.

''I-iré por algo de comer y de beber'' dice Harry hablando demasiado rápido, con nerviosismo ''N-no te muevas de aquí, idiota''. 

A Louis ni siquiera le da tiempo de responder cuando Harry sale literalmente corriendo de la habitación, dejándolo solo y confundido, sentado en la silla.

Louis todavía siente el corazón a mil por hora, habían estado tan cerca que, mierda... No quiere ni pensarlo. Sacude la cabeza tratando de alejar todos esos pensamientos raros que está teniendo acerca de Harry. Joder, qué le sucede. 

''¿Qué mierda ha pasado?'' susurra Louis tratando de encontrar una explicación coherente a todo lo que la presencia de Harry tan cerca de su rostro le ha provocado.

Harry mientras tanto corre hasta la maquina de golosinas y antes de llegar a ella se recarga en la pared para aspirar una gran bocanada de aire. Parpadea un par de veces y se da cuenta de que le están sudando las manos, está demasiado nervioso y siente que le falta la respiración. 

''¿Qué mierda ha sido eso?'' se dice a sí mismo. 

Niega con la cabeza, no es momento de pensar en cosas raras. Saca de su bolsillo monedas y las introduce a la máquina. Ve lo que hay y al final elige unas gomitas. Las toma de la parte de abajo y se dirige de nuevo a la enfermería.

Louis lo está esperando, aún sigue bastante confundido por lo que pasó pero no quiere comentar nada. Ahora se siente nervioso cuando ve a Harry entrar por la puerta y desvía su vista hacia la pared, pretendiendo que no lo ha estado esperando.

''Ten'' le dice Harry mientras le lanza las gomitas a Louis ''Come, sigues demasiado pálido. Verte me enferma''.

''Bueno'' Louis toma el paquete y lo abre ''Verte no me alegra el día precisamente, imbécil''. 

''¿Qué dijiste, enano?'' voltea Harry a verlo y frunce el ceño, ofendido. 

''Lo que escuchaste, pendejo''. 

''Deberías de estar agradecido, salvé tu maldito culo'' Harry se cruza de brazos y se queda mirando a Louis ''Merezco al menos un gracias, hasta te he traído unas puñeteras gomitas''. 

''¿Debería?'' Harry asiente efusivamente, Louis se encoge de hombros ''Pues quédate con las ganas''.

Ambos se miran con el mismo odio que se sentían al empezar el día. Sí, en definitiva nada a cambiado entre ellos. Harry le saca el dedo medio y Louis ríe y le avienta una gomita. Y así empieza la batalla de dulces, y Louis termina comiendo sólo dos gomitas de todo el paquete.