xxxvi. el regia solis
ORDEN DE MUERTE,
capitulo treinta y seis: el regia solis!
EL ALIVIO QUE JOY SENTÍA ALOJANDOSE EN SU CUERPO ERA INMENSO, simplemente por el hecho de continuar respirando luego de una situación tan estresante como lo había sido el casi morir ahogada en la sala de máquinas gracias a un fallo técnico. La rubia se soltó el cabello empapado para poder peinarlo en una cola de caballo alta, escurriendo el resto de agua que estaba entre el cuero cabelludo en el suelo, al menos quitándole un poco de humedad. Jill también escurrió su cabello en el camino, diciendo que al menos el agua podía quitar la suciedad que habían adquirido al enfrentarse a la forma infectada de Rachel Foley — quien había sido uno de los grandes obstáculos que podrían haberse enfrentado en el maldito barco en el tiempo que estuvieron vagando por el mismo. El trío de agentes SOA se movió rápidamente por los pasillos de la sentina, nadando en ellos ya que el agua se había desbordado y la inundación era más que inoportuna para la situación.
En otras palabras, el barco se estaba hundiendo.
(Tal como el propio Titanic, a sugerencia de Joy.)
Sin embargo, lo más importante de todo era que ese barco se estaba hundiendo con un virus que podría contaminar la quinta parte del agua del planeta — y podía haber dos opciones que serían los posibles finales para Joy, Jill y Parker: neutralizar el virus de alguna manera o morir en el barco protegiéndolo y hundiéndose en los confines del mar. Joy realmente esperaba que la primera se manifestase como un deseo de cumpleaños, ya que todo terminaría simplificando su estrepitoso viaje al océano y todos volverían a tierra firme felices. Sin embargo, también había algo que los ataba a los tres a este barco: la pura necesidad de respuestas a muchas incógnitas que se fueron formando en el tiempo que permanecieron allí. Joy recordó lo que el tripulante del barco había dicho antes, que el Zenobia había sido usado para transportar aviones que se encargarían de provocar el Pánico de Terragigia.
El rompecabezas seguía aún inconcluso.
Y el tiempo parecía no estar de su lado, para nada.
—Ya casi estamos—bramó Jill al frente—. A ver si logramos poner esto en marcha.
A lo lejos se escuchó la alarma de un barco y Joy sabía que toda la embarcación estaba en muchos problemas, entonces deberían actuar rápido. Llegaron hacia la sala de control central, abriendo la puerta para encontrar la habitación completamente sola y con varias pantallas encendidas.
—De acuerdo, la energía ha vuelto—dijo Joy caminando hacia la palanca—. Podemos usarlo.
—Dame un minuto—añadió Valentine corriendo hacia la consola.
Joy bajó la palanca, sellando la puerta que al mismo tiempo subía los mamparos, evitando así que el agua traspasara hacia donde estaban ellos. Parker, quien se puso al lado de Joy, sacó su PDA y buscó conectarse con la central, mientras que Jill se concentró en introducir los comandos correctos para iniciar el sistema. La mujer de cabellos rubios soltó un suspiro de alivio al ver la puerta cerrada.
—Aleluya—dijo ella con alivio—. De momento, con eso basta. ¿Ahora qué?
—Estoy comprobando el sistema de control—dijo Jill mirando a la pantalla.
En cuestión de segundos, todas las bases operativas del barco se encontraban en funcionamiento — a clara excepción de una torreta que se encontraba en los puntos más altos del buque, la cual estaba marcada con un rojo brillante, indicando una disfunción del sistema.
Qué conveniente.
—Maldita sea—masculló Parker con el dispositivo encima—. No hay señal...quizá la antena esté averiada.
Jill achicó su mirada—Juzgando por la posición, está en la plataforma de observación. Tal vez tenga arreglo.
—Allí habrá unas vistas preciosas de este barco de mierda—añadió la rubia guiñándoles el ojo a los dos agentes—. Me hace falta renovar el aire.
—Seguro, farfalla (mariposa)—señaló Parker sonriendo de lado—. Vamos allá. Podremos subir allí desde el hall principal.
El grupo salió por la puerta y corrió por los pasillos, encontrándose con más agua, dejando en duda si los mamparos realmente cumplirían con su trabajo de retrasar el hundimiento del Queen Zenobia lo suficiente para que ellos lograsen salir. Subieron las escaleras metálicas y se toparon con la puerta que los llevó hacia el ascensor, montándose para poder ascender lentamente. Parker se sentó en el suelo durante un momento, mientras que las dos chicas se estiraban para poder mover sus músculos adoloridos.
—No lo entiendo, si Chris y Jessica no están aquí—inquirió el italiano con duda—. ¿Entonces dónde diablos están?
—No lo sé—respondió Joy antes de morderse el labio—. Espero que la Alianza los haya encontrado y estén en un lugar seguro. Nuestra misión aquí es clara.
Luciani alzó una ceja—¿Y eso es...?
—Evitar que este virus contamine el mar—declaró Jill asintiendo al lado de su amiga—. Contactaremos a la central para ver cómo proceder, tal vez nos den respuesta sobre Chris y Jessica.
—Eso espero—murmuró la rubia.
El ascensor del pasadizo de la sentina se detuvo en su destino principal, donde los tres agentes SOA salieron en dirección al pasadizo que los conducía directamente hacia el casino, entrando en la habitación lujosa en la que escondía el pasaje. Cruzaron rápidamente el casino, ingresando a la interconexión de puertas con timones y esperaron a que la otra puerta se abriese; sin antes escuchar un fuerte estruendo al otro lado, haciendo que los tres se tensasen.
—¿Han...?¿Han oído eso?—preguntó Jill.
—Sí y no me gusta—respondió Joy quitándole el seguro a su arma.
—Aquí vamos otra vez...—suspiró el italiano.
Las puertas se abrieron ante ellos y los tres se colocaron en una posición de punta de flecha, con Joy al frente. Jill llevaba una escopeta encima mientras que los otros dos miembros iban armados con rifles de asalto cargados, caminando lentamente hacia el ascensor donde los llevaría hasta el punto de observación que tenía el barco. El hall se mostró silencioso a oídos de Joy, cosa que era sumamente extraño y sospechoso al mismo tiempo, por lo menos antes de que Parker les indicara a las dos silenciosamente que el ascensor estaba cerca. Una vez que las puertas se hicieron a un lado, el trío entró al confinamiento pequeño y pusieron el piso al que querían ir.
—Cubierta de observación, aquí vamos—canturreó Parker con poca alegría—. Me preguntó qué será de Raymond.
—Él estará metido en más mierda que nosotros—sentenció la rubia mirando al italiano de reojo—. ¿Cómo supo de la existencia de este barco? Dudo que lo haya buscado en internet.
—Sí, me huele a algo más que mierda—farfulló la castaña a su lado.
Repentinamente, algo cayó encima del ascensor, rompiendo la ventana izquierda del mismo, haciendo que este se sacudiera un poco — aun así continuando con su trayecto hacia los pisos superiores.
—¡¿Pero qué...?!
Una garra traspasó el techo y los tres exclamaron insultos al mismo tiempo, cubriéndose las cabezas y el cuerpo al ver que las otras dos ventanas del ascensor explotaron dentro. Un infectado con una mutación algo peculiar se asomó por los espacios sin vidrio y Joy abrió fuego sin dudarlo, logrando quitarle un chillido.
—¡¿Qué diablos es esa cosa?!—exclamó Jill.
—¡No lo sé y no me interesa averiguarlo!—gritó Joy recargando su cartucho—. ¡Tiren a matar!
Una especie de extremidad dura y escamosa mostró una membrana blanda de color amarillo, la cual decidieron atacar sin piedad, dejando que la bestia desconocida chillase y que eventualmente escapase por donde vino, prometiéndoles seguir el rumbo al equipo. Joy cerró los ojos por un momento, llevándose una mano al rostro para poder quitarse el sudor producido en su frente, mientras que sus amigos recargaban sus armas.
—¿Se ha ido?¿Todo despejado?—preguntó la rubia.
—Espero que sí, aunque no estaría tan seguro—respondió Parker mirando a Joy.
Jill alzó una ceja al italiano—¿Qué tan seguro estás?
—Al menos un 99%—aseguró él rascándose la nuca—. El 1% es la única cifra de la que no confío.
—Todo puede pasar con un 1% de probabilidad, pero entiendo tu lógica—señaló la rubia irguiéndose.
Las puertas se abrieron, dejándoles acceso a la parte superior, donde había unas pocas luces iluminando el lugar de manera total — creando sombras suaves en el espacio tan lujoso, cubierto por ventanas que daban una buena vista oscura al mar mediterráneo. El equipo recorrió el perímetro hasta toparse con unas escaleras, donde una gran bestia gigante infectada rompió parte del techo, recubierta con garras y una piel bastante dura.
—¡No me jodas!—exclamó Joy—. ¡¿Esto era lo que nos estaba siguiendo?!
Jill disparó en dirección al enemigo—¡Y no se detendrá hasta matarnos!
Los tres se separaron cuando la gran BOW cargó hacia ellos, rompiendo un puesto de comida en el camino. Joy rodó a un lado, aterrizando de espaldas, alzando su rifle de asalto para disparar hacia un tanque de gas que había allí — haciéndolo explotar en segundos. No tardó en ponerse de pie cuando Jill le gritó que la próxima vez avisase antes de hacer algo estúpido, provocando que la propia Joy rodase los ojos ante el comentario. Parker vació su primer cargador en la BOW, rodando a un lado para esquivar el nuevo ataque del gran monstruo.
—¡Acepto ideas para matar a esta cosa!—exclamó Parker agitado.
Joy y Jill lanzaron granadas incendiarias antes de hacer rodar un tanque de gas hacia el arma bio-orgánica, prendiéndola fuego inmediatamente. El enemigo cayó por un momento y las dos mujeres se acercaron para examinar el tejido blando, decidiendo por colocar una carga de explosivos en un gran agujero que Joy decidió formar con su cuchillo. Le quitaron el seguro, alejándose a las corridas para escuchar el último alarido del gran bastardo hasta que este explotó, derritiéndose como lo hacían el resto de los infectados. Jill sacó el Génesis, escaneando una toma limpia de ADN del enemigo y Parker soltó un gruñido antes de bajar la escalera que llevaba al punto de observación.
—Esa cosa fue menudo dolor de cabeza—sentenció el italiano mirando a la BOW—. E lascialo rimanere morto (Y que se quede muerto).
—Lo peor ya pasó, Parker—le dijo Joy posando una mano en el hombro—. Ahora queda comunicarnos con la central.
—Dios, cómo quería escuchar eso—replicó Jill pasando por al lado de su amiga—. Vamos, andando.
Ingresaron rápidamente al punto de observación, tomando un pasillo que los llevó al exterior, donde el aire fresco los azotó como una avalancha de nieve, frío y prominente. La tormentosa lluvia ya había cesado y eso tranquilizó muchísimo más a Joy; continuaron por el camino hacia unas escaleras, las cuales fueron iluminadas por las linternas que se encontraban en sus costados, llegando a una nueva plataforma.
—Debo admitir que extrañaba el aire fresco—dijo Parker apoyándose sobre la baranda.
Joy sonrió—Y ya dejó de llover. Hemos sufrido mucho más de lo que esperábamos en este barco.
—Sí, hemos tenido que luchar cada segundo—añadió Jill mirando su PDA—. Debe de haber alguna terminal por aquí...¡Bingo!
—Solo espero que nos den un respiro cuando contactemos con la central.
Jill empezó a acomodar electrodos en un panel eléctrico y Joy se unió junto a Parker a admirar el océano oscurecido por la noche mediterránea desde un lugar tan alto. Por fuera, el barco parecía estar completamente silencioso, pero nadie entendería la verdadera pesadilla que pasaba dentro de él. Jill gruñó cuando conectó mal uno de los electrodos y eso atrajo la atención de sus dos compañeros, y la castaña siguió como si nada, hasta que unas aspas se empezaron a moverse.
—Eso debería bastar—dijo Valentine mirando a sus compañeros—. Agente Williams, ¿haría los honores?
—Será un placer, agente Valentine—canturreó ella antes de llevarse una mano al comunicador—. Central, aquí Halo, ¿me reciben?
Joy esperó con paciencia, tal vez con la ligera esperanza de que alguien al otro lado respondiese.
Vamos, gruñó ella internamente.
—Aquí O'Brian—dijo la voz del director al otro lado—. Qué alivio me da escuchar tu voz, Williams. ¿El equipo está bien?
—¡ESO ES!—exclamó Jill antes de chocar los cinco con Parker.
—Jefe, aquí Tango—declaró Parker en código—. Se ha montado una bien gorda aquí.
La voz de O'Brian se encontró nerviosa, entonces—Lo sé. Todo ha sido una trampa y hemos picado.
¿Qué?
Los tres se miraron entre ellos, confundidos.
¿Acaso habían sido enviados a la boca del lobo y lo sabían desde el principio?
—¿Cómo lo sabes?—exigió Valentine sorprendida.
El director de la BSAA no emitió respuesta y Joy ya estaba empezando a perder su paciencia.
—¿Cómo sabes que es una trampa, Clive?—insistió la rubia—. ¡Contesta!
Parker se mostró más confundido—Jefe, ¿qué está ocurriendo?—el silencio de radio volvió y el italiano comenzó a ponerse nervioso—. ¿Qué diablos está pasando aquí?¡Díganos algo!
—Un momento, tengo que atender algo urgente.
—¡NO ME JODAS, O'BRIAN!—exclamó Joy enfadada—. ¡Nos enviaste a una maldita trampa!
—Esto ya me está cayendo mal...—murmuró Jill pasándose una mano por el rostro—. Tengo un mal presentimiento.
—¡Equipo!—bramó O'Brian por los comunicadores—. Lamento hacerles pasar por esto, pero...se va a desatar un auténtico infierno. Joy, la matriz de energía solar se ha activado.
Y Jill Valentine no se equivocó con su declaración: algo estaba mal, muy, muy mal.
—¡¿Qué?!—dijo ella impaciente—. ¿Quién activó el Regia SOLIS?¿Cuáles son los objetivos?
—Están apuntando a las guaridas de Veltro en el Mediterráneo camufladas como cruceros—señaló el director.
—¿Dijiste el Regia SOLIS?—bramó Parker mirando fijamente a Joy—. ¡Son los satélites que destruyeron Terragrigia!
—Están justo encima nuestro—dijo Jill conteniendo su rabia—. ¡No pueden ignorar este ultimátum y aniquilar este barco!
En otras palabras, Joy sabía que la segunda opción estaba pasando en esos momentos y que con el satélite que controlaba la matriz de energía activándose sobre sus cabezas era muy probable que los tres morirían calcinados por los rayos emitidos por el sol.
En otras palabras, ese era el jaque mate.
—¡Jefe, tiene que sacarnos de aquí!—gritó el italiano entrando en pánico.
—Lo siento...pero no puedo autorizarlo.
━━━━━━━━
De cierta forma, ellos estaban jodidísimos.
En el amplio sentido.
Estaban literalmente con un pie en la tierra de los vivos y con otro a punto de pisar sus propias tumbas marítimas, a punto de ser calcinados por un gran satélite que se había activado sin más. O'Brian les comunicó que un plan de extracción ya no era más viable, era algo absolutamente imposible y que el tiempo se les había acabado — algo que Joy comprendía y que odiaba con toda su fuerza, pero eso no le impediría buscar una salida para escapar y dejar que el barco se hundiese solo. Si intentasen hacer un plan de extracción, solo retrasarían lo que parecía ser inevitable, teniendo en cuenta que Chris Redfield estaba viajando por el mar Mediterráneo junto a Jessica.
Joy no logró aminorar su felicidad al escuchar esa noticia.
Chris estaba a salvo.
Chris estaba bien.
Y Chris estaba a punto de presenciar la muerte de Joy.
(Que buena tragedia para la obra moderna de Romeo y Julieta de este siglo.)
El equipo salió del ascensor que los devolvió al hall principal, donde un ruido de radio interfirió con sus comunicadores, haciendo que los tres hiciesen una mueca de dolor ante el silbido que se había efectuado al otro lado de la línea — Joy logró reconocer ese movimiento, porque Quint Cetcham solía hacer muchísimas estupideces con las comunicaciones y ese era su movimiento estrella; así llenando a Joy con alegría.
—Aquí Jackass, al habla Quint—declaró el hacker—. ¿Me reciben?
—Oh, Cetcham, es muy agradable escuchar tu voz de niño rata en estos momentos—suspiró Joy con alivio.
—Hola, Hattie—saludó este con diversión—. Es bueno saber que están bien, aquí Keith dice que te extraña—luego carraspeó—. En fin, el jefe me ha informado la situación.
—Dinos que tienes una solución, Quint—rogó Jill exasperada.
—¿Por quién me tomas, Jill?—le preguntó Cetcham haciéndose el ofendido—. Siempre tengo una solución. Solo pueden hacer una cosa: engañar el sistema de fijación del satélite.
—¡¿Y cómo diablos hacemos eso?!—exclamó Parker.
—Muy sencillo—dijo el agente SOA—. Usarán el avión no tripulado¹. Joy, tú fuiste cabo en las Fuerzas Aéreas y soldado en los SEALS, allí ya se habían desarrollado los primeros prototipos de aviones no tripulados. ¿Te enseñaron como usarlos?
Joy se detuvo al escuchar la implicancia de utilizar el avión no tripulado y bufó en voz alta al ver que la solución que Quint decía era una de las mejores opciones que podían tener hasta la fecha. La rubia recordó la primera vez que utilizaron uno para despistar al enemigo y la operación fue sumamente desastrosa debido al trayecto que tenía el avión, pero luego de un entrenamiento apropiado y de algunos errores por el camino — tal vez Quint les estaba dando una oportunidad más para permanecer en el mundo de los vivos.
—Sí, sé cómo armarlo. ¿Y supongo que sabes dónde se encuentra?—replicó la rubia.
Jill alzó una ceja—¿Avión no tripulado?¿Acaso hay uno en este maldito barco?
—Exactamente, Veltro lo utilizó para efectuar sus ataques el año pasado—respondió Cetcham algo escéptico—. Respondiendo a tu pregunta, Hattie, se encuentra en un contenedor en la proa. Pude descargar dipolos antirradar que interferirán con el sistema de fijación del satélite.
—En cristiano, por favor—gruñó Parker.
Joy miró fijamente a sus compañeros—Vamos a la proa, ya mismo. Gracias, Quint.
—Buena suerte. Quint, corto.
Bajaron rápidamente por la escalera, encontrándose con Raymond Vester hablando por teléfono.
—¿Quieren morir con Veltro o sobrevivir?—exclamó este—. ¡Vayan a la proa!
—Ya me creía yo que tú estabas escuchando nuestras comunicaciones—dijo Joy mirando al pelirrojo con mal humor—. ¿Puedes hacer algo por tu parte para detener esto?
—Yo haré lo que pueda aquí—señaló Vester.
Joy le miró fijamente antes de dirigirse a la puerta con timones, siendo seguida por sus compañeros, atravesando las mismas secciones que habían recorrido al investigar el barco mientras buscaban a Redfield y Sherawat. Algunos Hunters se encontraban custodiando los pasillos y varias secciones, pero corriendo a contrarreloj, no había más opción que abrirse paso a los balazos, dejando atrás a un par de ellos. El corazón de Joy estaba palpitando muy fuerte y eso no se debía al hecho de tener BOWs atrás, si no por el hecho de que no debían perder la única oportunidad que tenían para salir de ese barco con vida. Tomaron el ascensor que los llevó al puente y lograron encontrar el camino hacia la cubierta de proa. Corrieron hacia la puerta que daba al exterior y salieron hacia la proa descubierta. El distintivo chillido de los Hunters lo hizo ponerse alerta mientras avanzaban hacia la plataforma de aterrizaje que tenía el Zenobia, vislumbrando un contenedor a un lado.
—¡Mierda, hay más de ellos!—exclamó Parker por encima del fuego cruzado.
—¡Que no se acerquen a la plataforma!—gritó Joy disparando hacia un Hunter que intentó saltar hacia ella.
—¡Joy, ve a armar el avión no tripulado!—ordenó Valentine.
La rubia salió corriendo en dirección a la plataforma de aterrizaje y se colocó frente a la puerta del contenedor, abriéndolo rápidamente para encontrarse con las piezas del avión. Respiró hondo, intentando calmarse, antes de agarrar las piezas y empezar así a armar el señuelo para engañar al Regia SOLIS. Colocó la cabeza del avión acoplada con el cuerpo, ensamblando las alas y bloqueándolas con tornillos — concentrándose en como estos se encastraban y no en los chillidos que soltaban los Hunters a sus espaldas. Williams allí colocó el motor que terminaría impulsando el avión lejos de allí, acopló también unas bengalas. Se cercioró de que las alas fijas estuviesen bien acopladas y que el propulsor estuviese bien colocado.
La voz de Quint se escuchó en los comunicadores—Hey, Hattie. ¿Cómo va eso?
—Intentando de no tener un ataque de pánico mientras hablamos y mientras construyo un maldito avión usado para fines terroristas—señaló la rubia con nerviosismo—. ¿Cómo te va a ti?
—Podrás hacerlo, Hattie—dijo Keith apareciendo en la conversación—. Mantén la calma.
Eso, definitivamente, no ayudaba en las circunstancias.
Pero Joy aprobaba el optimismo de sus compañeros, ¿verdad?
Luego armó la plataforma que estaría conectada a la estación de tierra que se encontraba dentro del barco, así colocando el avión en una posición más apropiada para su lanzamiento. Joy tomó el avión para encastrarlo en la pasarela que le daría el impulso al avión para poder salir limpiamente y escuchó pasos detrás de ella, logrando que se girase rápidamente apuntando su arma hacia la amenaza. Jill levantó las manos, cubierta con sangre de Hunter y algunas rasgaduras.
—¿Ya está listo?—preguntó ella.
—Ajá, necesitamos lanzarlo lo más lejos posible—asintió la rubia y colocó la conexión de la estación de tierra.
—Todo está listo, entonces—añadió Parker antes de mirar al horizonte—. Mejor tarde que nunca.
—¡Quint, ya estamos listos!—anunció Joy—. ¿Dónde están los mandos del control remoto?
—¡Están en la bodega!—exclamó el mencionado.
—Iremos allí ahora mismo—dijo Jill convencida.
El chillido de un Hunter se escuchó cerca de la proa y Joy se tensó enseguida.
—Alguien tiene que quedarse para evitar que los Hunters destruyan el avión—declaró la rubia—. Tú y Parker vayan a la bodega y envíen este puto avión lejos de aquí.
—Pero...
Joy la empujó—¡JILL, NO HAY TIEMPO!¡VETE!
—¡Mierda!—bramó ella antes de salir corriendo hacia dentro del barco junto con el italiano, dejando a la rubia sola.
Joy soltó mucho aire contenido y alzó su rifle de asalto apuntando en dirección al origen de los ruidos provocados por los Hunters. Le parecía increíble como aquellos engendros habían logrado mantenerse en la línea de productos de Umbrella desde lo que ocurrió en la mansión Spencer hacía diez años, tal vez eso indicaba que Joy se estaba volviendo vieja pero no sucumbiría a la muerte hasta que la calma reinase una vez más en el mundo que ella protegía del bioterrorismo.
—¡Carajo!—bramó Quint por los comunicadores—. ¡Han lanzado el ataque!¡Les quedan cinco minutos!
Una explosión se escuchó detrás.
Y las luces de la proa se apagaron.
—Lo que me faltaba—gruñó la rubia.
Joy corrió hacia el contenedor, donde buscó rápidamente algo para poder iluminar el entorno, encontrándose con una pistola con tres bengalas y luego había dos bengalas individuales de mano. La rubia tomó todo y corrió hacia el avión, alzando la pistola al cielo para disparar una primera bengala — iluminando de rojo el lugar. El Hunter chilló antes de cargar hacia ella y Joy no dudó en abrir fuego soltando un grito de guerra. Su pulso había acelerado y la temperatura corporal estaba ascendiendo, además de que la luz se le acababa; entonces disparó otra bengala, permitiéndole eliminar a un par BOWs más. Pateó a una que se acercó mucho al avión y la tiró al agua, cambiando su arma a su pistola.
—¡ESTO YA ESTÁ EMPEZANDO A CALENTARSE!—gritó Joy con el corazón desbocado.
—¡Ya casi estamos!—bramó Jill.
Joy disparó la última bengala, iluminando el cielo una vez más.
—¡Atrás, idiotas!—gritó eufórica—. ¡No moriré en este barco!
Keith soltó una carcajada—Hattie, definitivamente te has vuelto loca.
—¡El sistema está activado, Joy!—dijo Quint—. ¡Ponte a salvo ya!
Joy disparó al último Hunter y salió corriendo hacia adentro, deteniéndose al escuchar un último Hunter que se acercaba al avión. Apuntó rápidamente con su pistola y disparó cinco veces, observando que el halo de luz producido por el satélite empezaba a aparecer. El avión no tripulado despegó, alejándose en el horizonte desplegando sus sistemas de bengalas a modo de contramedida para engañar el satélite. Una gran explosión surgió a muchos metros alejados del Zenobia y Joy soltó un chillido de alegría — hasta que un fuerte viento surgió del lugar que estaba siendo destruido. La rubia observó que las olas empezaban a hacerse más grandes y que una estaba a punto de chocar contra el barco.
—Uh oh—murmuró Joy.
La rubia sacó su gancho y lo ató con fuerza contra una de las barandas, aferrándose a ella y juntando el aire que podía, sintiendo que la oleada gigante chocaba contra ella con violencia — enviándola en dirección a las ventanas del puente, rompiéndola en pedazos con el latigazo producido por su cuerpo y dejándola en el interior del barco, completamente inconsciente.
━━━━━━━━
sin editar
¹ normalmente conocido como dron, hacen referencia a una aeronave que vuela sin tripulación, la cual ejerce su función remotamente. se utilizan en muchísimos ámbitos (en su mayoría para uso militar) como en reconocimiento u ataque ofensivo, hasta incluso como señuelos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top