Apolo se había sentido decepcionado por el modo de proceder del príncipe... no entendía cómo el galo podía creer que su amor acabaría así de fácil...

Él lo esperaría y mientras tanto, él ya iba a estar cerca de su mayoría de edad para poder casarse sin problemas...

Sonreía al imaginar su vida junto al príncipe heredero de Francia.

Ya había pasado un año, cada vez que podían chateaba con Antoine e intercambiaban experiencias en sus escuelas militares...

Tenían tanto en común, tanto que podían pasar horas hablando de temas diferentes sin aburrirse... se les hacían cortas las horas cuando coincidían...

Nunca habían hablado de aquella visita de Lune y la noticia que dio la televisión, destrozó el corazón de Apolo.

Estaba mirando su serie favorita cuando el noticiero dio la primicia del compromiso real que uniría los reinos de Francia y Portugal.

Sin ver más, apagó el aparato y corrió a su habitación llorando, tirándose sobre su cama, queriendo acabar con su miserable suerte ahí mismo...

Ángel justo llegaba a la casa y vio correr a su hermano, lo siguió pero éste había trabado la puerta.

Angustiado y con una gran opresión en su corazón salió en busca de sus padres, encontrando a Kanon en el camino que venía pálido y agarrándose el pecho.

-¿Dónde está Apolo, mi vida? Siento que algo malo le pasa, su dolor es infinito...

-Se encerró con traba en su habitación y no me quiso abrir... lo vi subir corriendo, justo cuando yo llegaba...oí que lloraba...

-Ve por tu padre que yo sigo hasta casa y trataré de abrir...

Su dolor se intensificaba junto a sus peores miedos...

Corrió lo que quedaba de camino hasta su hogar y subió los escalones de dos en dos.

Trató de tranquilizarse y le habló suave sin obtener respuesta, por lo que se retiró sólo unos centímetros y pateó la puerta, rompiendo la cerradura.

Apolo estaba en la cama, dormía y eso tranquilizó a Kanon aunque su dolor en el pecho continuaba asfixiándolo...

Se acercó despacio y le sintió respirar débil, lo volteó y vio que en su mano había un frasco de pastillas vacío.

-¿Por qué lo hizo papá? Si yo lo amaba...

Y perdió la consciencia.

Kanon se sintió morir, desesperado ni lo pensó, lo levantó en brazos y bajó las escaleras sin mirar siquiera, salió al exterior de su casa en el momento en que llegaba Saga.

-Llévame al hospital... no respira... se tomó un frasco de pastillas para dormir... rápido por Dios!

Saga salió con la rapidez de un rayo rumbo al centro asistencial y del mismo modo bajó del auto, quitó el cuerpo inerte de Apolo de los brazos de Kanon y corrió adentrándose en el nosocomio, rogando por ayuda...

-Por favor... alguien que lo ayude...

Ya su voz era un hilo entre el temor y los nervios...

-Pongalo aquí, señor... qué le pasó?

-No lo sabemos, pero tomó pastillas para dormir...

-Las tenía recetadas? O son de ustedes? Saben cuáles son?

-Sí, aquí está el frasco... son las pastillas recetadas para su hermano gemelo que está saliendo de una situación traumática...

Lo llevaron a urgencias, tomaron el frasco y dejaron a la familia en el hall, rodeados de incertidumbre y miedo...

Ángel lloraba en brazos de Kanon mientras Saga iba de un lado a otro, se mordía las uñas frenéticamente y sus ojos no se despegaban de la sala de emergencia...

Horas pasaron antes que el doctor saliera y pidiera hablar con los padres del chico; dejaron a Ángel en el largo asiento de la sala de espera, puesto se había dormido después de mucho llorar.

-Por ahora está dormido, sedado y estable... hicimos lavaje de estómago para quitar todo residuo de las drogas que ingirió y creemos que se recuperará sin problemas...

Les dejo una inquietud:¿qué llevó a vuestro hijo a cometer intento de suicidio?

Kanon rompió en llanto, estaba reprimiendo la angustia y ya se sentía ahogado...

-No lo sabemos, estaba bien cuando salimos a trabajar esta tarde; su hermano lo vio subir corriendo y se encerró en su habitación... algo debió suceder en nuestra ausencia...

Saga salió a buscar a Ángel y lo encontró con los ojos fijos en el televisor.

Frente a ellos y en la enorme pantalla aparecían los miembros de la realeza francesa y de Portugal, anunciando el compromiso de sus hijos...

El gemelo se acercó al mostrador de entrada y pidió subir el volumen para escuchar... ahora entendía lo que estaba pasando...

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Ángel llamaba desesperado a su amado príncipe en busca de apoyo porque se sentía morir de angustia...

Emmanuel se hallaba en Francia y para Ángel fue un baldazo de agua fría, sólo apagó el celular.

Purgó su dolor con la cabeza hundida en la almohada... sus padres ya tenían demasiado como para preocuparse por él también...

Deseaba tanto que su amado príncipe le explicara lo que sucedía con su primo y él pudiera contarle el mal momento que estaban pasando con Apolo...

Pero Emmanuel estaba celebrando en una reunión familiar el compromiso que destruía a su hermano...

Se durmió con los ojos rojos e inflamados de tanto llorar... aunque Apolo estaba fuera de peligro, Ángel sabía que no podría superar fácilmente lo que pasaba con Antoine.

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Kanon logró comunicarse con Camus a su regreso a España y las noticias le cayeron al galo como dagas a su corazón.

No podía creer que el pequeño Apolo hubiese intentado suicidarse por culpa de su sobrino...

Los gemelos estaban dolidos por la situación, a la defensiva... el príncipe francés había jugado con los sentimientos de su hijo y todos se habían convertido en cómplices al celebrar esa unión sin siquiera decirle al chico...

A Camus le dolía en el alma que su amistad de tantos años se quebraba... los entendía y debía tomar cartas en el asunto... no perdería a Kanon...

Lo que se había ocultado al mundo, debía salir a la luz para evitar males y pesares mayores...

-Kan... amigo de mi alma... debemos hablar...

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Apolo comenzaba a abrir los ojos y sentía un gusto horrible en su boca, sin contar con el dolor de estómago y la incomodidad de las sondas que aún portaba...

Tomó conciencia de dónde se encontraba y vio durmiendo a sus padres a cada lado suyo, mientras Ángel lo hacía en una silla.

Intentó hablar pero la sonda no se lo permitió así que acarició el rostro de Saga y obtuvo su atención al instante.

-Mi vida, Apolo, despertaste!

Su voz despertó al resto de la familia y pronto estaban todos con lágrimas en sus ojos...

Apolo se sentía avergonzado de lo que había hecho porque al mirar a sus padres vio las ojeras oscuras que portaban y no pasó desapercibido el rostro triste de su hermano...

-Lo-lo si-sien-

No pudo terminar; Kanon puso su dedo sobre sus labios resecos y le sonrió.

-Shhh... tranquilo... todo estará bien... debes descansar y cuando te quiten las vías, hablaremos con calma...

Apolo hizo una leve sonrisa a sus padres y volvió a cerrar los ojos...

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Sentía un beso cálido en sus labios, era suave y lleno de sentimientos... salado... ¿por qué un beso sería salado?

Abrió los ojos perezosamente y se encontró con los llorosos ojos violaceos de su galo.

Todo lo sucedido vino a su mente y quiso voltear para no verlo...

-No me evites amor mío... tengo mucho que explicarte y espero que me entiendas porque no soy culpable de nada... escúchame Apolo...

El mundo presenció un compromiso que no es real; la verdad es que quienes se comprometieron fueron Lune con Amelié...

Los ojos de Apolo se abrieron a más no poder... con apenas un hilo de voz preguntó

-¿Me dices la verdad? No me mientas por favor...

-Mi cielo, jamás he amado a nadie como te amo a ti... lo que sucedió fue que, mi hermana y Lune comenzaron a frecuentarse, nació un tórrido romance y... pronto seré tío!

Francia no podía permitir el escándalo que dos menores de edad se comprometieran y por eso simularon que sería yo...

Pero mi vida, si yo hubiese siquiera imaginado tu reacción a esto, jamás me habría prestado a hacerlo.

-Otra vez no confiaste en mí... lo hubiese entendido si me lo contabas...

-Lo siento tanto, amor mío... creí morir al saber lo que habías hecho por mi culpa... pero enmendaré mis acciones aquí mismo, frente a tu familia y luego frente al mundo...

Antoine se arrodilló frente a la cama del hospital y, sacando una cajita de su bolsillo, tomó la pálida mano del gemelo y dijo:

-Apolo Katsaros... te amo más que a mi vida... aceptas ser mi esposo?

Sacó el anillo y lo colocó en el dedo anular del chico, que miraba del príncipe a la joya y de allí a su familia... sus ojos se nublaron por la emoción que sentía:

-Cla-claro que acepto... he esperado este momento por siempre, mi amado príncipe!