74- Consecuencias tardías y una alegría

Kanon estaba cerrando la oficina del predio cuando una corazonada le golpeó el pecho.

Sin perder tiempo, salió corriendo en dirección a su casa, siguiendo el camino que sabía, hacían los adolescentes siempre...

Ya faltando poco para llegar, encontró a Emmanuel que llevaba recargado en su hombro y tomado por la cintura, a Ángel.

-Señor Kanon, por favor... ayúdeme... Ángel no está bien... no para de vomitar ni de llorar... no me reconoce...

Kanon tomó a su hijo en brazos y le pidió a Emmanuel que avisara a Saga de la situación...

-Hijo... mi vida... qué te sucede?

Ángel no lo escuchaba, su mirada perdida y la palidez de su rostro eran signos que algo grave había ocurrido.

-Emmy, cuéntame qué pasó, cómo llegó a esto si salió feliz del campo?

-Caminábamos tranquilos cuando un muchacho apareció y puso a Ángel contra la pared, lo inmovilizó y besó...

Dijo que hace mucho que le gusta y lo desea pero que siempre está Apolo en medio...

Le pedí que lo suelte, me retó a pelear y acepté, pero Ángel empezó a decir incoherencias, gritaba que no lo tocaran, "ya no más" pedía y llegaron los vómitos...

El muchacho se asustó y se largó, pero ahora mi Ángel no me mira, no me habla...

Kanon reconoció los síntomas post traumáticos de una violación... él los había sufrido por mucho tiempo también...

Saga y Apolo los alcanzaron en el auto y fueron directo hacia su hogar; Ángel seguía con su mirada perdida pero se aferraba al pecho de Kanon con desesperación...

Sin decir palabras para no asustarlo, los gemelos subieron las escaleras y lo llevaron al cuarto de baño, donde Kanon esperó paciente, acariciando su rostro y cantando canciones infantiles en su oído, hasta que la bañera estuvo llena y, sin quitarle la ropa, lo acomodó en el agua.

Verlo así les rompía el corazón, era un niño perdido en ese momento... seguía sin reaccionar y entre los dos lo bañaron quitándole el vómito de encima...

Lo sacaron  del agua, le quitaron la ropa mojada, lo envolvieron en toallones y lo cobijaron en la cama...

-No dejen que lo haga de nuevo... ya no más... me lastima...

Ángel logró enfocar su mirada en sus padres, era una mirada apagada, sin vida y pequeñas lágrimas corrían por el hermoso rostro.

Imploraba por piedad, no reconocía el lugar donde estaba y aún veía a su cruel agresor...

Saga cayó de rodillas llorando, todo volvía a su memoria y si el dolor pasado junto a Kanon había sido terrible, éste era simplemente insoportable...

Era sangre de su sangre, carne de su carne... una parte de él y estaba sufriendo...

Ambos gemelos se pusieron a cada lado de la cama y, con mucho cuidado se recostaron a su lado... lo arrullaron hasta que se durmió pero Saga se quedó junto al chico abrazándolo.

-No tienes que temer, hijito... yo estaré siempre aquí para ti, al igual que tu madre... ese hombre ya no existe, no puede volver a hacerte daño... te amo hijito...

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Kanon bajó donde los dos chicos esperaban con gran pesar y angustia...

-¿Cómo está Ángel?

-Ahora duerme tranquilo pero se ve que el ataque de ese muchacho, lo regresó a la cabaña con su abusador... aún no está completamente consciente de dónde está ni con quién, así que esperaremos a que despierte mañana y llamaremos al doctor.

Emmanuel rompió en llanto, había aguantado para no poner peor a Apolo pero ya no podía con su angustia.

Padre e hijo lo abrazaron y se quedaron en silencio, cada uno con su propio pensamiento sobre los traumas del menor de la familia y  todo su infierno...

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Antoine estaba estudiando en su habitación cuando su móvil comenzó a vibrar.

No le dio atención pero ante la insistencia, miró quién le llamaba, asombrándole que fuese su primo.

No le iba a contestar pero algo en su interior le dijo que podía ser importante.

-Emmanuel... qué deseas?

-¿Cómo estás Antoine? Yo... necesito pedirte un gran favor...

-¿Acaso tu novio ya se cansó de estar con un antisocial?

Espetó con burla, riendo por lo bajo...

-No hables así por favor, no quiero pelear... en verdad te necesito... es Apolo...

Su rostro cambió de inmediato y se sentó derecho en su escritorio, poniendo atención.

-¿Qué le sucede a Apolo?

-Hace unos días, Ángel fue acosado por un muchacho de la universidad y a causa de eso, aún está siendo evaluado por especialistas porque no sale del estado catatónico en que entró.

-Lo siento mucho... no fue mi intención burlarme...

-No es importante ahora... pero sí, necesito tu ayuda...

Apolo está sufriendo mucho y no quiere hablar con nadie, se ha encerrado en sí mismo y ya ni los psicólogos pueden con él... háblale tú,  te lo suplico...

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Apolo veía por el ventanal de su cuarto cómo los frondosos árboles se mecían al compás del viento y la lluvia.

Estaban en el comienzo del fin de semana y no había mucho que hacer con ese temporal...

Ángel le había reconocido la noche anterior, igual a Emmanuel pero aún no estaba bien ya que al intentar abrazarlo en una muestra de felicidad, su igual se había puesto a llorar y pedía piedad...

Una lágrima corría por su mejilla cuando la yema de un dedo la detuvo.

-Si me llevas a conocer Grecia, te compro un helado de chocolate...

Apolo giró automáticamente para encontrar al príncipe francés frente suyo.

-Antoine! Eres tú en verdad? Qué haces aquí?

-¿Y si dejas las preguntas y me das un saludo de bienvenida?

Le abrió los brazos y Apolo se tiró sobre él literalmente. El francés lo estrechó contra su cuerpo y se dejó abrazar; su amigo parecía muy pequeño e indefenso en ese momento.

-He venido a visitarte Apolo, a ver cómo estás... la última vez, yo...

Su voz se calló cuando lo oyó sollozar y entonces sólo bastó para que le acariciara su hermosa cabellera, para que el gemelo soltara el llanto reprimido por tanto tiempo...

-Llora amigo... aquí estoy yo para que te apoyes y levantes...

Apolo lloraba y se aferraba al príncipe con desesperación.

-Me hacías mucha falta, Antoine...

El galo se sintió horrible ante esto,  no sólo le había roto el corazón sino que había roto su promesa de estar siempre para él... lo había olvidado sabiendo que sufría...

-Lo siento tanto, Apolo... nunca fue mi intención lastimarte pero ya ves, no se me da bien lo romántico ni lo sentimental...

Sonrió apenas, pero cuando miró al menor, vio unos ojos rojos por el llanto pero una leve sonrisa también...

-Eres un tonto... un príncipe tonto...

Se separó del galo y yendo al baño, se refrescó el rostro y al salir le dijo

-Ven, quiero mi helado!

Al bajar las escaleras, se encontraron con Emmanuel, Saga y Kanon que los miraban felices...

-¿Fue un complot?-

Apolo cambió su rostro y sus padres se apresuraron a decirle que ellos también estaban sorprendidos por la visita del príncipe francés.

-Perdóname, Apolo... yo llamé a Antoine y le pedí que hablara contigo... necesitabas desahogar tu pena...

-Pero yo preferí venir en persona a visitarte y hablar y de paso, conozco Grecia! No creí que lo tomarías a mal!

-Todo lo contrario! Estoy muy feliz y te lo agradezco mucho, Emmy!

Abrazó al ibérico con cariño y luego a sus padres... la tormenta había cesado...

-¿Puedo pasear un poco con Antoine? Alguien no conoce Grecia!

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