6-De sentimientos y presentaciones
Shura entró al despacho real donde su padre le esperaba ansioso.
-Creí que no vendrías y me dejarías como único anfitrión, hijo...
-Lo lamento padre... tuve un problema del que luego te hablaré y me entretuve...
Shura se tocó la mandíbula que aún le dolía por el golpe que le había dado Kanon, aunque mucho más, le habían dolido sus palabras...¿en verdad estaría dispuesto a matar por ese niño?
-Vamos que ya es hora de recibir oficialmente a nuestros huéspedes... lamentablemente, el príncipe menor llegó enfermo y su guarda personal lo llevó a sus aposentos... lo conocerás otro día, ya verás lo agradable que es...
-Sí... padre... vamos...- su rostro era muy sombrío, no le discutió la presencia de los franceses... el rey notó que algo no estaba bien con su hijo.
-Se presenta ante nosotros, el honorable rey de Francia!... rey Krest, bienvenido al reino de España!
El escudero real habló y se escucharon aplausos antes de dar entrada al monarca galo.
Murmullos de admiración se escucharon al ver entrar al joven regente del reino vecino, quien sonreía y saludaba gentilmente mientras se acercaba hacia donde lo esperaban el rey español y su único hijo y heredero.
-Bienvenido a España, rey Krest! Aquí le presento a mi hijo Shura...
-Un placer conocerte, hijo!- y sin más hizo reverencia ante el príncipe y ante la mirada atónita de todos los presentes. -Espero que en una próxima ocasión tú también puedas venir a Francia junto a tu padre... será un honor recibirte allí!
Su sonrisa hablaba de honestidad en cada palabra y Shura no pudo más que sonreir y responder con su propia reverencia.
-Será un placer, majestad!
En ese momento anunciaron la entrada del príncipe heredero al trono de Francia y se abrieron las puertas para dar paso a un joven de increíble belleza, largos cabellos verdes, alto, cuerpo delgado pero fuerte y un rostro digno de un Dios: ojos violáceos, piel pálida, nariz pequeña y respingada y una sonrisa hermosa...
Caminaba seguro de sus pasos, ya tenía experiencia en ese tipo de presentaciones.
Se acercó al rey Francisco, hizo una leve reverencia y luego le dio un abrazo acompañado de una enorme sonrisa.
-Un placer volver a verlo, majestad!
-El placer es todo mío, príncipe Degel! sea bienvenido y tengan una buena estadía! le presento a mi hijo Shura!
Degel se movió hacia el lugar donde estaba su igual y con sobriedad, hizo una perfecta reverencia ante él.
-Un placer conocerlo, príncipe Shura! gracias por recibirnos en su hermoso reino.
El español no salía de su asombro, había sido verdad todo lo que su padre había dicho, la simpleza y cordialidad que irradiaban los franceses lo confundían.
Degel al ver que no era retribuido su saludo dio un paso atrás y se dispuso al lado de su padre con cierta tristeza en su rostro.
Shura salió de sus cavilaciones para encontrar el duro semblante de su padre que lo miraba enojado y luego toparse con el príncipe y el rey, que tenían sus cabezas gachas...
-Príncipe Degel, también es un placer conocerlo, deseo que tengan una excelente estadía en nuestro reino y lamento mi comportamiento... mi padre ya les habrá dicho que no soy muy atento en estas cuestiones... lo lamento si le insulté con mi silencio...
-A mí... a nosotros tampoco nos gustan los protocolos...- le dedicó una tierna sonrisa y le tendió la mano amistosamente. -Ahora falta que conozca a Camus, mi pequeño hermano... estaba tan ansioso por llegar y conocerlo al fin, pero se enfermó en el viaje...
Shura se sintió enfermo y para completar su incomodidad, al levantar su rostro hacia la guardia real, se encontró con la mirada inquisitiva de Saga, la persona que le había "robado" a Kanon de su lado... se relajó y volvió su mirada hacia el príncipe
-Ya lo conoceré pronto, seguramente...
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Kanon había velado el sueño de Camus hasta que la presentación acabó y ambos reyes y príncipes se acercaron a la habitación que ocupaba.
Entraron en silencio y Shura se quedó en la puerta, observando al gemelo que yacía recostado a un lado del príncipe, su cabeza sobre sus brazos pero una de sus manos sostenía la del menor; el cansancio lo había superado pero dormía un sueño intranquilo.
El rey Krest acarició suavemente su cabello y su rostro y lo nombró:
-Kanon, hijo... despierta...
Kanon se sobresaltó pero otra vez la voz suave de su rey lo tranquilizó.
-Majestad... yo...
-Ve a descansar, hijo... muchas gracias por cuidar de Camus durante mi ausencia... ahora me quedaré yo a velar su sueño.
-Gracias majestad... con su permiso...
Al enderezarse, Krest vio las marcas en su cuello pero no quiso preguntar delante de la realeza española. Kanon hizo reverencia ante el rey y los príncipes y se marchó con Saga que lo esperaba fuera...
Ya solos en la habitación, Krest acarició a su niño que dormía apaciblemente, con rostro sereno y respiración tranquila.
-Descansa mi retoño, cuando despiertes y te sientas mejor, podrás conocer este hermoso reino... y al príncipe que tanto anhelabas conocer... ¿está aquí, sabes?
La realeza española se retiraba a sus aposentos cuando Shura se acercó a Degel y le dijo
-He puesto mi médico personal a vuestro servicio para que atienda al príncipe, no duden en pedir asistencia...- dicho ésto, se retiró con un leve saludo.
A primeras horas de la mañana, Kanon golpeó la puerta suavemente y entró sin hacer ruido; Degel dormía en la cama al lado de la de Camus y Krest, en un pequeño espacio junto a su hijo.
-Majestad... vaya a descansar a sus aposentos que yo me quedo aquí con el príncipe...
-Está bien, hijo... pero antes déjame ver lo que tienes en el cuello... ¿quién te lastimó así? ¿qué sucedió Kanon?
Kanon no sabía como responder sin mentirle a su rey.
-Yo...
-Fue mi culpa padre... me levanté de la cama y salí al pasillo, me confundieron con un sirviente y alguien que pasó me intentó golpear; Kanon me defendió pero ese hombre lo tomó del cuello dejándole esas marcas... me golpeó contra la pared y ya no recuerdo más...
Camus había despertado y escuchó las preguntas de Krest que incomodaban a Kanon.
-Camus, hijo... estás mejor? te sientes bien? Me alegro que Kanon estuviese junto a ti en ese momento pero mira cómo terminaron! tú inconsciente y él lastimado en el cuello... cuando venga el doctor, ve que te vea esos moretones... bueno, me voy a descansar tranquilo, sabiendo que ya estás despierto...
-S...sí, majestad... gracias...
Camus miraba a Kanon de reojo, no se atrevía a preguntar.
-¿Qué quiere saber, majestad?
-El príncipe Shura... en verdad abusó de ti? en verdad te tomó contra tu voluntad y te lastimó?
-Joven Camus... es difícil para mi volver a un pasado que he tratado de olvidar... yo no quiero que usted lo juzgue por lo que pasó conmigo... yo no quiero que usted sufra, ni por él ni por mi...
-Entonces es verdad... ¿porqué me hablaste bien de él si te hizo tanto daño? ¿Lo quieres?
Camus necesitaba saber, el hombre a su lado era su amigo y le dolía pensar todo lo que debió sufrir en silencio...
-No alteza, no tengo sentimientos hacia él... es un pasado que enterré hace mucho y ya superé con ayuda de Saga. Cuando le hablé de él yo no le mentí, como soldado y militar es el mejor de su reino y como persona... bueno, nunca hablamos de él como persona... yo sólo quiero que usted no salga lastimado en modo alguno... es muy importante para mi, alteza...
-Yo también te quiero, Kanon! Gracias por todo!
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