Reino de Francia...

Degel caminaba de un lado a otro, mareando a su padre y al pequeño Antoine, que jugaba con un tren sentado en un sofá... ya tenía tres años y medio y era muy inquieto.

Un doctor salió de la habitación y con una sonrisa le dio la noticia sobre el estado de Marié:

-Majestad, felicidades! Va a ser padre de una niña! En tres meses habrá una pequeña princesa en el palacio!

Krest abrazó a su primogénito muy emocionado; sería la primera niña de la realeza francesa!

Degel corrió a ver a su hermosa Marié, que descansaba de costado ya que su vientre empezaba a pesar... al verlo, una enorme sonrisa se instaló en su rostro.

-¿Has visto? Será una niña, una bella princesa francesa!

-Asi es mi amor! Sé que se parecerá a ti!

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Reino de España...

El príncipe de Asturias corría por el pasillo del palacio, seguido por Kanon y detrás suyo, Saga caminaba con un gemelo de cada mano, los cuales tenían poco más de un año y daban mucho trabajo a sus padres...

Querían jugar y correr como el príncipe, se desesperaban cuando lo veían montar a caballo junto a su madre y casi siempre terminaban llorando sus celos...

Saga los llevaba al parque donde podían fortalecer sus piernitas y brazos haciendo ejercicios en los juegos, pero ellos querían la diversión del príncipe y hacían todo tipo de berrinches.

Camus reía con la situación mientras veía a Saga al borde de un ataque de nervios...

Pero como los niños siempre se salen con la suya, Camus ya les había regalado para su primer cumpleaños a cada gemelito un hermoso caballo de salto, los cuales eran adiestrados por Kanon, quien cada tanto los subía delante de él para que se fueran reconociendo...

Eran hermosos... tenían un gran parecido físico con su madre, con sus cabellos azulados y los bellos ojos color esmeralda que compartían los cuatro, pero con el carácter del padre... sabían imponerse cuando se lo proponían... y eso que apenas si empezaban a hablar!

Emmanuel era el mismo rostro de Camus, sólo que sus ojos y cabellos eran una fusión del color de ambos padres... su cuerpo era esbelto para su corta edad de dos años y meses... eso lo había heredado de Shura.

Su carácter era de hacerse sentir, seguido se lo veía haciendo berrinches por un capricho y entonces aparecía la palabra mágica: Kanon.

El pequeño heredero estaba subyugado por el amor que emanaba de su instructor.

Siempre tenía la palabra, el juguete, la golosina, lo que fuese que él deseaba y por lo cual se comportaba como niño caprichoso...

Sí, Kanon siempre tenía a su alcance lo que él deseaba pero para obtenerlo debía seguir reglas y cumplirlas... entonces llegaba el premio anhelado; había veces que se entretenía tanto con los ejercicios dados que se olvidaba del motivo de su berrinche!

Otras veces, Kanon se lo daba a Shura en brazos profundamente dormido... era un niño adorable y el gemelo menor sabía todas sus debilidades y se las mostraba a sus padres... así, ellos también podían manejar el fuerte carácter del pequeño príncipe de Asturias!

Los Reyes de ambos reinos gozaban del placer de la paternidad, de ver crecer a sus retoños sanos, felices y en paz...

Abel había cumplido su palabra con los reinos y se habían retirado las fuerzas hostiles que los amenazaban...

Habían tenido noticias de Hades y éste les informaba que Radamanthys y Valentine eran padres de un hermoso niño llamado Lune, con una suave pelusa grisácea como cabello y ojos violaceos... era el nuevo mimado de los Hades y los traía locos de felicidad...

Pronto sería la presentación oficial y la realeza francesa y española serían invitados por primera vez en siglos...

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La noticia de que Marié tendría una niña conmocionó a todos; era una felicidad increíble, la familia francesa seguía creciendo y Shura miraba con ternura los ojitos brillosos de su esposo...

Estaba feliz de ser tío nuevamente pero, de una niña jamás se lo hubiera imaginado!

Se acercó a Camus y lo abrazó por la espalda, siendo sus brazos apresados instintivamente y luego, el pequeño galo giró dentro del abrazo para mirar a los ojos a su amado rey...

-Shura... mi amor... nosotros podríamos...

-Ni lo pienses, mi ángel... ya nosotros tenemos a nuestro pequeño Emmanuel, nuestro tesoro y milagro...

No necesito más hijos ni exponerte a otro peligroso embarazo... ya estuve a punto de perderte y en ese momento creí que era el fin de todo...

-Nunca me lo habías dicho...

-Ángel mío, vi a nuestro hijo luchando por respirar y te vi a ti cubierto de sangre, con palidez mortal mientras la enfermera pedía donadores para no perderte... yo creí que morirían y supe que los seguiría en seguida...

-Nunca me dijeron qué pasó en ese momento...

-Yo vi todo mi mundo derrumbarse y, aún hoy sigo dando gracias a la providencia, de que los gemelos estuvieran a mi lado y no dudaron en ayudarlos...

Yo... yo no hubiese soportado perderlos... yo... yo me hubiese...

-No lo digas jamás mi vida... nunca pensé en lo que debiste haber sufrido en ese momento... lo siento...

-No lo sientas mi angelito! Gracias a ese momento de aflicción, hoy tenemos el tesoro más grande y hermoso, que es nuestro adorado hijo!
Tu sacrificio valió la pena pero ya no quiero que expongas tu cuerpo...

-Mi enfermedad se detuvo luego del embarazo...

-Eso no importa... soy sumamente feliz sabiendo que estás sano y tu cuerpo recuperó los niveles normales de su edad y que ya no tienes que cuidarte tanto...

Pero aún así no te expondré ni me arriesgaré a perderte... Emmanuel es muy pequeño y necesita a sus dos padres...

-Está bien Shura... ya entendí... lástima que estos tres diablillos serán los únicos pequeños que veremos crecer en el reino!

-Puedes estar seguro de eso... Saga no permitiría jamás que Kanon sufriera de nuevo como lo hizo...

Los hijos son bendiciones pero ya está... no los expondremos a riesgos innecesarios!

Camus lo miró con devoción... amaba cuando Shura se ponía sentimental y dejaba salir todos sus sentimientos sin medida...

Con él era un libro abierto, para los demás tal vez un poco reservado pero, cuando se trataba de hablar de su familia, no tenía reparos en expresar su orgullo y felicidad...

Ese pequeño demonio, el príncipe de Asturias, lo tenía embobado y era el centro de su vida junto a su amado Copito...

Se escucharon unos pasos y el par de gemelos entraron en la gran sala sonriendo...

Los gemelos menores saltaron a los brazos de sus padrinos quienes los llenaron de besos y luego buscaron las nanas para que los llevaran junto a Emmanuel.

-Portense bien pequeños...

Dijo Saga y tanto Kanon como Camus empezaron a reir con ganas.

El gemelo mayor y el rey se miraron para pronto ver la complicidad en el rostro de los amigos...

-¿Qué planean ustedes dos? Algún día nos harán partícipes de sus secretos?

-Tal vez...

Susurró Camus en el oído del rey mientras Kanon abrazaba a su igual...

-Queremos pasar el día con nuestros esposos, solos, en la campiña... los niños vendrán luego...

-¿Qué se traen entre manos?

Preguntó Shura divertido ante la actitud de los dos

-¿Mucho amor?

Respondió Kanon con aires de inocencia

Y los cuatro estallaron en risas cómplices...

Eran tiempos de paz y ellos eran muy jóvenes aún... la vida les sonreía...