Armin siempre fue una persona muy tranquila, al que no le gustaban nada las peleas. Nunca se imaginó a él mismo metido en alguna disputa o enemistad, pero todo eso cambió cuando entró a la universidad.

Resulta que ese lugar estaba muy lejos de su cuidad natal, así que tenía que empezar su vida social desde cero. Una vez que llegó a la universidad y encontró su salón, su día transcurrió con normalidad hasta el almuerzo; fue entonces cuando se dedicó a buscar si ahí había algún salón de música, cosa que debería haber, y después de perderse varias veces lo encontró. Habían algunas personas ahí dentro, quienes lo observaron detenidamente por un rato hasta que Armin se arrepintió y decidió volver en otro momento.

— Espera. — habló uno de ellos; un castaño de ojos turquesas. — ¿Qué haces aquí?

— Ah, nada; yo quería... — se avergonzó de lo que iba a decir.

— ¿Tocas algún instrumento o algo así? — él asintió. El castaño miró a los demás chicos que estaban con él, y como si estuvieran comunicándose telepáticamente parecieron llegar a un acuerdo. — ¿Y qué instrumento sabes tocar?

— El bajo, ¿por qué?

— Nos conviene; ¿te interesaría unirte a una banda? Sé que es algo repentino pero en realidad nos urge conseguir un bajista.

— No estoy seguro.... toco por diversión; nunca fui bueno tocando para otras personas. Incluso cuando estaba aprendiendo, me ponía muy nervioso y tenía miedo de equivocarme.

— Ya, tranquilo; no nos presentaremos frente al público hasta que puedas adaptarte por completo y tengamos una canción. Acepta, por favor.

— Bueno.... supongo que está bien.

— Genial; soy Eren, por cierto. Éstos son Jean, Connie, y Reiner. ¿Y tú?

— Armin Arlert.

— Bien, Armin; bienvenido. Nos gusta llamarnos los “Canijos Suicida.”

— Pensé que lo habíamos cambiado a “Hermanos Escasez.” — dijo Jean.

— Hemos cambiado de nombre muchas veces, pero nosotros nos entendemos. — habló Eren. — Aún así tenemos que buscar un nombre fijo o la gente dejará de tomarnos en serio.

— Claro....

— Tenemos una sola regla en ésta banda; es muy importante y si la rompes no nos va a quedar de otra que echarte. — explicó el castaño. — Por supuesto que, no tendrás que preocuparte por eso si la sigues al pie de la letra.

— ¿Cuál es esa regla?

— Nunca, en serio jamás te relaciones con los miembros de “Estrellas de la noche.”

— Son un grupo de chicas, la otra que hay aquí en la universidad. — explicó Reiner.

— También conocidas como nuestras peores enemigas. — agregó Jean.

— Hemos estudiado en el mismo lugar durante cinco años, y nunca nos dejan en paz. — dijo Connie.

— Nos roban los lugares para hacer presentaciones, hablan basura sobre nosotros, nos fastidian cada vez que pueden. — siguió Eren. — Por eso, jamás te relaciones con ellas; y si alguna vez te molestan nos dices.

— Entiendo.

— Bien, ahora que tienes clara nuestra única regla eres un miembro oficial de nuestro grupo sin un nombre completamente definido. — dijo Eren.

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— ¿Y ahora qué vamos a hacer? — dijo Ymir, en algún otro lugar en la universidad. — Historia renunció y nos quedamos sin vocalista.

— Podemos cambiarnos el nombre a “Tres deseos.” — sugirió Mikasa.

— No, no creo que eso sea una opción. — dijo Annie. — O conseguimos otra cantante o una de nosotras toma su lugar; y yo no canto.

— Yo tampoco. — siguió Mikasa.

— Ni yo, pero no podemos quedarnos de brazos cruzados. Si los idiotas de “Canijos suicida” o como se llamen se enteran de que nos quedamos sin cantante....

— Lo sé, nos van a torturar con eso de por vida. — terminó de decir Annie.

— Pero, ¿dónde conseguiremos una cantante? — dijo Mikasa. —No es como si fuera a aparecer de la nada en éste preciso-

— Disculpen. — llegó una chica desconocida para ellas. — Lo siento, creo que estoy un poco perdida; ¿saben dónde está la oficina del director? — las otras tres chicas se miraron como si Mikasa hubiera predicado el futuro.

— Pregunta rápida; — dijo Annie. — ¿Tú sabes cantar?

— ¿Eh? Sí, pero ¿eso qué tiene que ver con mi pregunta?

— ¿Cómo te llamas? — le preguntó Mikasa.

— Soy _______, ¿ya me pueden resp-

— Antes de que digas algo más, _______, ¿alguna vez quisiste estar en una banda? — cuestionó Ymir.

— Supongo que sí, ¿por qué tantas preguntas?

— Únete a nosotras. — dijo Annie.

— Tenemos una banda, las “Estrellas de la noche.” — siguió Ymir. — Nos hace falta una cantante y tú cantas, así que....

— No veo por qué no; sería divertido.

— Sólo una cosa importante que tienes que saber. — dijo Mikasa. — Aquí hay una banda de chicos que nos hacen la vida imposible desde hace años, así que por favor, no te relaciones con ellos.

— Claro, lo tendré en cuenta.

— Pero en serio, es muy importante. — reiteró Annie. — No puedes bajo ninguna circunstancia romper esta regla o quedas fuera de la banda.

— Sí, creo que me quedó bastante claro; no se por qué se preocupan tanto. Quiero decir, ¿qué podría pasar?

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El resto del día pasó rápidamente; no había tanto que hacer siendo el primer día. La lluvia llegó a la cuidad y todos los estudiantes tuvieron que retirarse de manera apresurada; todos menos Armin, quien olvidó su paraguas en su departamento.

Suspiró rendido y resignó a esperar a que la lluvia se detuviera, cosa que no parecía que iba a ocurrir pronto, hasta que escuchó una voz junto a él.

— ¿Necesitas un paraguas? — era una chica; a simple vista, a Armin le pareció muy bonita. — Si quieres puedo prestarte uno.

— No... — se puso nervioso. — no es necesario; tú también tienes que regresar a tu casa.

— No te preocupes, yo traigo uno extra. — sacó de su mochila otro paraguas un poco más pequeño y le extendió el que tenía.

Armin dudó por un momento y luego tomó el objeto con una mano; luego se sobresaltó al escuchar un trueno.

— Gracias, ¿cuál..... cuál es tu nombre?

— Puedes decirme sólo _______; ¿y el tuyo?

— Armin.

— Mucho gusto en conocerte Armin, nos vemos.

— ¡Espera! — la detuvo cuando ella se estaba yendo. — Si... si no te molesta.... ¿podríamos salir alguna vez?

— ¿Salir? — se sonrojó ante la idea de que pudiera ser una cita.

— S-Sí, no tiene que ser una c-cita si no quieres, pero me gustaría convivir más contigo.

— A mí también me gustaría.... ¿Qué tal mañana después de clases? No sabemos cuándo vamos a tener tiempo libre. — él asintió. — Entonces nos vemos mañana.

— Nos vemos. — se despidió con la mano.

🎶 El banner también está medio feo ahhh, prometo cambiar todo lo visual en cuanto pueda.

En fin, espero que les haya gustado el primer capítulo.

Cuídense y tomen mucha agua.