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No pasó mucho tiempo antes de que ella terminara su examen y tuviera que volver a casa para bañarse y dirigirse a su último turno de la tarde en el hospital, mientras recordaba la mañana que había tenido con el doctor Taisho. Aquella relación había comenzado a finales del año anterior, cuando se quedaron de turno. Jamás estuvo en sus manos que eso sucediera, pero ocurrió y ella había terminado encantada con el hombre de una manera significativa, tanto que él había terminado siendo su primera vez. Con una sonrisa embobada, se alistó y salió de su casa hacia el hospital, con la disposición de verlo una vez más antes de que terminara su turno ese día.
"Rin, temprano como siempre", la escuché saludar a la jefa de enfermeras al verla entrar. "Sí, señora Kaede", respondió la joven con una bonita sonrisa mientras marcaba su asistencia. "Si sigues así, nadie se negará a darte una recomendación para que sigas trabajando aquí cuando termines la universidad", le dijo la mujer con un cálido tono maternal. "Gracias, señora", agradeció la joven mientras ingresaba por los pasillos y se dirigía a su área.
Cuando ingresó al pequeño salón de las enfermeras, no tardó mucho en escuchar los chismes habituales que siempre susurraban entre ellas. Ella iba a retirarse para atender a sus pacientes cuando un nombre llamó su atención.
"¿Viste lo guapo que salió el doctor Taisho?", habló una de ellas mientras se pintaba las uñas. "Debe de haber ido a una cita con su esposa", escuchó decir algo que sin duda la entristeció, sacándola de su burbuja.
A quien iba a mentir, desde el primer momento que lo conoció, sabía perfectamente en lo que se estaba metiendo, pero a pesar de eso aún dolía saber que él salía con su esposa, saber que aquella relación solo era una simple relación de interés en la que ella se había metido.
Sabía perfectamente que estaba errando en sus decisiones, pero ella lo había aceptado desde que se dio cuenta de que se había enamorado de él y había aceptado esa relación a pesar de lo que eso conllevaba.
"¿Qué piensas de esto, Rin?", le preguntó una de sus compañeras mientras ella salía de su letargo. "No creo que deba intervenir", dijo lo más calmada. "¡Ay, Rini, no seas tan aburrida! Si no chismorreamos de esto, ¿quién lo hará y nos aburriremos?", dijo una de ellas tratando de justificar su conversación. "Además, no podemos hablar solo del respetado Doctor Taisho, uno de los hombres más guapos del hospital. Mira que muchas de nosotras tratamos de seducirlo, pero él parece tener ojos solo para su esposa", comentó algo frustrada, recordando sus intentos a los que había desistido al conocer el carácter gélido del guapo doctor que la asustaba.
La conversación continuaba mientras Rin trataba de mantenerse al margen de la situación y concentrarse en su trabajo, pero era difícil ignorar las palabras que resonaban en su mente en aquel momento. Sin embargo, su atención se desvió abruptamente cuando una de sus compañeras sacó su teléfono y comenzó a deslizar el dedo por la pantalla.
"¡Miren esto!", exclamó una de sus compañeras, mostrando una publicación en una revista digital. "¡Es el doctor Taisho!"
Rin se acercó para ver de qué se trataba, y su corazón dio un vuelco cuando vio la imagen del doctor Taisho sonriente, rodeado de familiares y amigos, celebrando el cumpleaños de su hija. La publicación en las redes sociales mostraba la felicidad del doctor en un evento familiar, con comentarios de personas influyentes elogiando la fotografía.
Un nudo se formó en la garganta de Rin mientras miraba la imagen. Se sentía como si un puñal le atravesara el corazón. Había estado tratando de ignorar sus sentimientos por el doctor Taisho, convenciéndose a sí misma de que podía manejar la situación, pero verlo tan feliz junto a su familia la hacía confrontar la realidad de su situación.
Se alejó de la pantalla de su compañera, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con brotar. ¿Cómo podía competir con eso? Era evidente que el doctor Taisho tenía una vida estable y feliz fuera del hospital, una vida en la que ella no tenía cabida.
Se sentía confundida y herida. Se había permitido enamorarse de alguien que nunca podría ser solo suyo, alguien que tenía responsabilidades y compromisos que iban más allá de su relación clandestina.
Rin se obligó a volver a concentrarse en su trabajo, pero el dolor en su pecho persistía. Sabía que tenía que enfrentar la realidad de su situación y tomar una decisión difícil: seguir adelante y dejar atrás su amor por el doctor Taisho, o confrontar sus sentimientos y luchar por lo que quería, a pesar de los obstáculos que se interponían en su camino.
Y a todos esos pensamientos se le sumaba la revelación de que el doctor Taisho tenía una hija, ella sabía que estaba casado por las grandes conversaciones de sus compañeras, pero hasta ahora se enteraba de que tenía una hija.
Esto era una verdad de la que recién se enteraba y que de alguna manera la había afectado de una manera inesperada.
No solo estaba lidiando con el hecho de que él estaba casado, algo que ya sabía, pero que había tratado de ignorar, sino que también tenía una familia, una hija. Esto resonó profundamente en ella, trayendo a la superficie recuerdos dolorosos de su propia infancia y de cómo había pasado algo así, cuando era pequeña.
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Recordó cómo se sentía cuando sus padres se separaron. Recordó las lágrimas, la confusión y la sensación de abandono que había sentido en ese momento, cuando su padre se mudó lejos con otra mujer y nunca más volvió.
Sabía lo difícil que podía ser esta situación y se sentía terrible por estar separando a su hija de su padre. Aquel pensamiento de que la hija del doctor Taisho pudiera estar pasando por algo similar la llenaba de tristeza y empatía.
Se encontró en un conflicto consigo misma, debatiéndose entre sí, debía seguir adelante con todo esto que estaba mal o alejarse y enfrentar las consecuencias de lo que estaba haciendo. La duda la consumía, dejándola con un peso en el corazón y una sensación de angustia que no podía ignorar.
Aquella tarde, con la poca fuerza que aún tenía, salió de la habitación y se quedó pensando en cómo había terminado en esta situación.
.-.-.
Hace casi 7 meses había recibido la confirmación de su aceptación en el programa de prácticas en el famoso hospital de Tokio Keio. Aquel día había sido uno de los más felices de su vida, por recibir aquella grandiosa oportunidad, que sintió que todo había valido la pena después de todas esas largas noches de estudio.
En aquel primer día había estado toda emocionada que no había podido dormir por lo emocionada que estaba, sin duda aquel día fue uno de los mejores de su vida por entrar a trabajar en ese lugar y porque lo había conocido a él.
Recuerdo claramente la primera vez que lo vi; claramente estaba molesto por tener que presentarse en esa pequeña sala, pero aun así había sido hábil y conciso en su presentación, que terminó impresionando a muchos de los que estaban ahí. En aquel entonces fue un breve encuentro, donde apenas se presentó y luego se retiró. Pero en aquel lapso breve, logré experimentar una sensación extraña cuando sus ojos dorados se encontraron con los míos, por un pequeño momento que en aquel entonces no logré identificar.
"Él tenía aquella mirada que parecía penetrar hasta lo más profundo de mi ser, como si pudiera leer mis pensamientos". Provocando en mí un nerviosismo que encendió mis mejillas, sé por la vergüenza y el nerviosismo que me provoco.
En ese momento, tal vez pensé que sería la única vez que lo vería, dado que trabajábamos en diferentes turnos. Sin embargo, el destino tuvo otros planes.
.-.-.-.
-Rin, qué haces ahí -la llamó su compañera de trabajo mientras la miraba pensar con el lapicero en la mano.
-mm-respondió ella confundida al darse cuenta de la hora que era y que aún le faltaba terminar algunos informes que debía entregar.
-Hay, Rini--dijo para molestarla-¿quién sea pensaría que estás enamorada?...
-yo...
-No me digas qué...
-Tengo que irme-soltó, mientras guardaba sus informes en sus mochilas y salía de la habitación.
Rin sabía que tenía que tomar una decisión....
.-.-.-.-
"Sesshomaru", le recriminó la mujer mientras estaban en una sesión de fotos por el cumpleaños de la pequeña Kanna.
En ese momento, Sesshomaru solo trató de mostrar un gesto de disconformidad por la escenita que mostraban en ese momento, mientras sostenía a la pequeña Kanna entre sus brazos y los periodistas tomaban un sinfín de imágenes y hacían algunas preguntas.
No pasó mucho tiempo para que aquel espectáculo terminara y Toga Taisho se acercara a su primogénito.
"Me parece bien que te hayas tomado un tiempo para estar con tu esposa", le felicitó a su progenitor, algo que lo molestó, pues no era el lugar donde deseaba estar en ese momento.
"Por favor, Sesshomaru, cambia esa maldita cara", le recriminó su padre, pero este solo se retiró a la enorme mansión a un lado de ese pequeño salón donde vivía, la gran vida que siempre deseó.
Mientras subía a su habitación llegó al pequeño balcón y encendió un cigarrillo, intentando calmarse.
"¿Ya habrás terminado tu turno?", se cuestionó, mientras suspiraba.
CONTINUARA:
Hola a todos . Aumente una parte a esta historia que ya estaba escrita, para darle más detalles. Me avisan si les va gustando.
Creo que estaba bien sin eso, ustedes dirán que sigo escribiendo para profundizar más como comenzó, en sí en la primera versión no había nada de esos detalles y creó que por eso demoro un poco más.
Gracias por su apoyo, y bueno ya seguiremos publicando.
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