16💕

Sus ojos se perdían en el cielo profundo mientras acariciaba su vientre, preparándose para el día. Esa mañana se había alistado para ir al hospital por su turno diurno.

Mientras se preparaba el desayuno, sintió las náuseas matutinas, algo que no la abandonaba desde que se enteró. Mientras se alistaba, pensó que debía pedir una cita con la ginecóloga lo más pronto posible para asegurarse de que su embarazo iba bien. Quizás la señora Kaede podría ayudarla con eso.

Suspiró mientras tomaba su bolso y se miraba por última vez en el espejo, recordando el bonito sueño que había tenido. Salió de su casa y se dirigió al hospital, donde marcó su asistencia y comenzó a atender a sus pacientes, quienes la recibieron con sonrisas, aunque algunos no estaban bien.

Las horas de la mañana pasaron rápido mientras ayudaba a la gente todo lo que podía, esperando el almuerzo para hablar con la señora Kaede y contarle lo que no había podido decirle antes.

Cuando la vio, se acercó mientras la anciana revisaba informes de sus compañeras.

"Señora Kaede", la llamó, acercándose y suspirando antes de hablar. "Necesito que me ayude".

"¿Qué pasó, Rin?"

"Ya lo he confirmado", mencionó en un susurro. Rin se sentía ansiosa; la anciana Kaede era la primera persona a la que le contaba sobre esto, aunque ella le había demostrado que no la jugaría como otros lo hicieron.

"Sobre...", comenzó la anciana, recordando mientras se callaba y luego invitándola a seguir a su oficina.

Una vez allí, Kaede le dijo en tono maternal: "Cuéntame. ¿Eran ciertas mis suposiciones?" La joven asintió con la cabeza.

Ella suspiró. "Por eso necesito saber si conoces alguna ginecóloga de confianza".

La mujer la miró y le aseguró que conocía a alguien. "Le pediré que saque una cita para mañana mismo y revise tu estado".

"Niña", le dijo con un tono cariñoso que solía usar cuando la conoció. "¿Piensas decírselo al padre?"

Rin se quedó callada, sin saber cuál sería la mejor opción. Había considerado mantenerlo y no decirle nada, ya que también era su decisión tenerlo y él podría no quererlo. "Creo que no debería", murmuró con la cabeza baja.

"Yo creo que debería saberlo", respondió Kaede.

"Pero..."

"Después de todo, ese bebé no se hizo solo, ¿verdad? Él también debería asumir las consecuencias".

Rin contestó desanimada. "Hmm..."

"Te dejaré pensarlo, niña", dijo Kaede mientras salía y le aseguraba que confirmaría la hora de su cita.

Rin se quedó pensando unos segundos en su lugar sobre lo que debía hacer. Sin duda, era una decisión difícil para ella, pero su razón y su corazón le decían que él debía saberlo.

Por eso, en un momento de valentía, salió de la oficina y se dirigió hacia el oeste, donde sabía que él estaría trabajando.

En la mañana había escuchado que había regresado a trabajar para cumplir con sus funciones.

Cuando llegó, vio a la secretaria en su sitio revisando unos documentos.

"Señorita Mirokawa", llamó su atención para que esos ojos negros la vieran.

"Rin, ¿qué haces por aquí?", le cuestionó al verla, pues no esperaba volver a verla después de la última vez que la vio salir de la oficina de su jefe.

"¿Podría hablar con el doctor Taisho?", cuestionó la joven, pero la secretaria le dijo que estaba ocupado y que intentaría llamarlo.

Rin asintió y esperó a que ella lo llamara y le preguntara, esperando a que él quisiera hablar con ella.

Unos segundos después, mientras lo escuchaba hablar, escuchó la negativa de que no quería verla y que no la dejara pasar.

Rin se sintió desalentada al escuchar la negativa de la secretaria. Respiró profundamente, decidida a no rendirse. Sabía que debía hablar con él, sin importar lo que dijeran.

"Por favor, dile que es importante", insistió Rin con voz firme, mirando a la secretaria con determinación.

La secretaria pareció dudar por un momento, pero finalmente accedió y entró a la oficina del doctor Taisho. Rin esperó con nerviosismo mientras el tiempo parecía estirarse.

Después de unos minutos que le parecieron una eternidad, la secretaria regresó con apatía y le pidió que regresará más tarde.

-*-

La mañana había llegado, y Sesshomaru se levantó del suelo donde había pasado la última noche, tratando de pensar en qué hacer a continuación. Lo mejor que veía era alejarse de Rin por un tiempo, al menos hasta que ella terminara sus prácticas en el hospital Shikon.

Decidió darse un baño y luego cumplir con las expectativas de su padre y de su matrimonio por un momento de tranquilidad. Se vistió y se dirigió a su oficina, donde, como de costumbre, se encontró con un montón de expedientes en su escritorio que requerían ser revisados, además de las reuniones programadas con otros doctores y pacientes que necesitaban su atención. La mañana pasó volando, y cuando se dio cuenta de que era hora de almorzar y de la reunión que le esperaba, se cambió rápidamente y estaba a punto de salir cuando su secretaria lo llamó, informándole que tenía una visita.

Para su sorpresa, era su padre quien rara vez lo visitaba. "Veo que has estado reflexionando, Sesshomaru", habló su padre en un tono más calmado. "Seguir con esas ideas no te llevará lejos. Sabes que si no haces bien las cosas, podría retirarte la dirección de este hospital. Entre tu hermano y tú, eres la mejor opción, por algo no eres mi primogénito", mencionó con una risa irónica.

Sesshomaru lo miró desafiante ante sus palabras. Aunque su esposa no se enterara, su padre le sugirió que podía seguir viendo a esa enfermera, manteniendo las apariencias y ocultándolo de la prensa para continuar con sus planes de convertir el hospital en el mejor. Hablaba como si lo demás no importara, recordándole cómo él mismo había manejado la situación con la madre de Inuyasha, engañándola y manteniendo

A diferencia de sus juegos con la madre de Inuyasha, Sesshomaru realmente amaba a Rin y quería estar con ella. Mientras su padre seguía hablando, burlándose de la situación, el timbre de su teléfono sonó, anunciando que alguien lo buscaba. Lo último que deseaba en ese momento era ser interrumpido, por lo que decidió rechazar cualquier visita. Sin embargo, lo peor ocurrió cuando su secretaria desobedeciendolo entró mientras su padre seguía hablando sin detenerse.

Sesshomaru la miró fijamente, deseando que se marchara y no lo molestara más.

Continuara...

Notas de A.
Hola, ¿como están?. Yo acá intentando acabar la historia no se si lo logre esta semana. Pero espero que los disfruten y tengan un buen comienzo. 😆
🤔¿Cómo crees que se entere de que será padre?, yo si tengo idea pero, no se si seguir la versión del borrador.

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