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La reunión con los inversionistas había comenzado y en lo que menos podía pensar  en ese momento, era en alguna manera de que ellos aceptarán.

Realmente, en todo ese mes, lo único en lo que podía pensar era en que la extrañaba, y aquella añoranza había crecido más al no saber nada de ella desde algunas semanas, cuando dejó de contestarle.Otra de las cosas que también le pertubaba era que Kagura no había llamado para nada para reclamarle sobre el divorcio, a pesar que Jacken ya le había informado hace casi tres semanas que se lo había enviado a su asistente para que se lo entregará; aquello no le gustaba debía de estar sucediendo algo. Pensó.

Mientras estaba en la reunión, escuchó su nombre ser llamado, sacándolo de su pensamientos.
"Joven Taisho, tengo entendido que aquella cláusula beneficiará a ambos", lo escuchó preguntar, algo que lo saco de su trance al no haber escuchado la pregunta completa.
"Eso ya se lo había explicado", menciono tratando de regresar el temmma y no cometer en un error. "pero si gusta, puedo detallar lo más", respondio el hombre, sacando una carcajada al anciano.
"creo que deberíamos terminar esta reunión" dijo por último al terminar de reírse.
"pero señor...", menciono uno de los economistas de su padre que lo había acompañado.
"No se preocupen señores, ya tengo una respuesta" , habló el anciano."pero ahora necesito pensarlo y para el día siguiente, ya les tendré una respuesta definitiva".
Menciono mientras se levantaba.

Sesshomaru estaba un poco molesto pues los había tenido así todo el mes y aun no había podido regresar a Japón.

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Lo que menos deseaba era en estos momentos era comer. Realmente se había estado sintiendo muy mal.
Debía ser el estrés causado, que llevaba en esos momentos, lo que sentía y no la dejaba respirar.
Desde aquella situación, hace un par de semanas, la gente parecía jugarla a cada paso que daba. Lo que había ocasionado en más de una ocasión,discuciones y perdida de algunos pacientes al no querer hacer atendido por ella.

Había recibido un sin fin de llamadas de Sesshomaru en esas semanas, a las que no tenía ni las más mínimas ganas de contestar. Quizás con esa fuerte sacudida había entendido que eso no debía ser y que ya de terminar todo de raíz.

Suspiro frustrada mientras llenaba el último informe, que le había dejado  su jefa Kaede.

Cuando una de sus compañeras entró y empezó a hablar mal de ella,haciendo como si ella no estuviera.

La voz de la compañera resonó en la pequeña oficina de Rin, llenando el espacio con una energía venenosa que cortaba como un cuchillo afilado. Cada palabra era como un golpe directo al corazón de Rin, aumentando su sensación de impotencia y desesperación.
"¿Por qué todos parecían estar en su contra? ¿Por qué no podían simplemente dejarla en paz y permitirle hacer su trabajo?"

Rin tragó el nudo que se formaba en su garganta, luchando por mantener la compostura frente a la avalancha de críticas injustas que caían sobre ella. Cada comentario era como una flecha envenenada, erosionando aún más su ya frágil confianza en sí misma.

Intentó bloquear el ruido de las palabras hirientes, pero era como si estuviera atrapada en un torbellino de negatividad que la arrastraba sin piedad. La sensación de estar sola y sin apoyo la invadió, envolviéndola en una oscuridad abrumadora que amenazaba con consumirla por completo.

Minutos después , cuando su compañera terminó su diatriba y se marchó de la oficina con una sonrisa burlona en el rostro, Rin se quedó sola, temblando de ira y dolor, sin saber"¿Cómo podía enfrentarse a esta situación? ¿Cómo podía seguir adelante cuando cada paso que daba parecía llevarla más cerca del abismo?"

Se paro intento irse, cuando se detuvo en seco por un momento y una oleada de náuseas la golpeó con fuerza, retorciéndose en su estómago como una serpiente venenosa. La sensación de malestar la dejó tambaleándose, luchando por mantenerse en pie mientras su cabeza daba vueltas con vértigo. Con manos temblorosas, se aferró al marco de la puerta, su respiración agitada y superficial mientras luchaba por contener las ganas de vomitar.

El mundo parecía girar a su alrededor, difuminado y distorsionado por el dolor punzante en su vientre. Cada paso hacia el baño era una batalla, una lucha contra las fuerzas invisibles que amenazaban con derribarla en cualquier momento.

Finalmente,pudo avanzar hacia el baño, cuando se dejó caer de rodillas frente al inodoro, la cabeza girando con vértigo mientras las náuseas la consumían por completo. El frío mármol del piso contra su piel era un alivio bienvenido en medio de la tormenta de sensaciones desagradables que la envolvía.

Con un gemido de angustia, Rin se inclinó sobre el inodoro y dejó que las arcadas sacudieran su cuerpo, sacando a la luz el amargo contenido de su estómago. Cada espasmo era como un recordatorio cruel de su propia fragilidad, una prueba dolorosa de la lucha que enfrentaba día tras día.

Después de un tiempo que pareció una eternidad, las náuseas finalmente disminuyeron, dejando a Rin temblando y agotada en el suelo del baño. Se limpió la boca con la parte posterior de la mano, sintiendo el sabor acre del vómito en su paladar y el eco persistente del malestar en su cuerpo.

Se quedó allí por un momento, recobrando lentamente el aliento y tratando de recuperar algo de fuerza para enfrentar lo que vendría a continuación. Sabía que no podía quedarse en el baño para siempre, que tenía que levantarse y seguir adelante, incluso cuando cada fibra de su ser anhelaba simplemente rendirse y dejarse caer en la oscuridad.

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Al día siguiente.

Sesshomaru se encontró con Totosai, el jefe del otro hospital, en una sala de reuniones. Totosai era un hombre de aspecto austero y tradicional, cuya presencia imponente llenaba la habitación con una sensación de autoridad.

Después de los saludos formales, Totosai comenzó a explicar los detalles del acuerdo propuesto, pero Sesshomaru lo interrumpió con determinación.

"Lo siento, Totosai, pero solo aceptaré este trato si estoy a cargo", declaró Sesshomaru con firmeza, su voz resonando con confianza y autoridad.
"He visto tus habilidades como líder y creo que sería lo mejor para ambos hospitales si yo estuviera al mando."

Totosai arqueó una ceja, sorprendido por la audacia de la solicitud de Sesshomaru. Sin embargo, después de un momento de reflexión, asintió con solemnidad.

"Entiendo tu punto de vista, Sesshomaru", respondió Totosai con seriedad. "Aunque me sorprende tu petición, estoy dispuesto a considerarla. Pero debes entender que este acuerdo afectará a ambos hospitales, y necesitamos estar seguros de que estás preparado para asumir esa responsabilidad."

Sesshomaru asintió con determinación, sin vacilar en su decisión. Sabía que esta era su oportunidad de demostrar su valía y liderazgo, y no iba a dejarla pasar.

"Estoy completamente consciente de las implicaciones de esta decisión", afirmó Sesshomaru, su voz firme y segura. "Estoy listo para asumir el desafío y hacer lo que sea necesario para que este acuerdo sea un éxito."

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Japón

Kagura estaba tratando de mantener la calma y la compostura, había pasado casi dos semanas en su casa, esperando que las cosas se calmaran después del incidente en la fiesta. Sin embargo, la tensión y la ansiedad seguían pesando sobre ella como una losa, y parecía que no había forma de escapar de ellas.

Mientras estaba en casa, su suegro apareció en la sala, sorprendiéndola con su presencia. "Me dijeron que has estado muy nerviosa", comentó con preocupación.

Kagura suspiró, sintiendo el peso de las últimas semanas sobre sus hombros. "No puedo evitarlo", admitió. "Se siente como si todo el mundo estuviera hablando de eso."

Toga asintió con comprensión. "Entiendo tu preocupación, pero debes recordar que Sesshomaru está concentrado en la asociación con la otra empresa en este momento. No querrás interrumpirlo mientras está ocupado", señaló.

Kagura bajó la mirada, sintiendo una mezcla de alivio y frustración. Sabía que su suegro tenía razón, pero eso no calmaba sus temores. "Pero ¿qué pasa si las cosas no vuelven a ser como antes?", preguntó con voz temblorosa.

El anciano la miró con ternura y puso una mano reconfortante sobre su hombro. "No te preocupes, querida. Conozco a mi hijo, y sé que nunca se divorciará de ti. Él te ama más de lo que puedes imaginar", aseguró con firmeza.

Aunque las palabras de su suegro trajeron un poco de consuelo a Kagura, todavía no podía sacudirse completamente la sensación de inquietud que la consumía. Sabía que necesitaba encontrar una manera de superar sus miedos y encontrar la paz en medio de la tormenta que estaba atravesando.

Puesto que algo le decía que las cosas serían diferente.

Continuara....

Hola espero que se dieran de los pequeños detalles que deja aquí. Bueno ya seguinos y empezamos a cm sacar los trapitos sucios qué aun están guardados.
Espero que disfrutará de esta maratón de capítulos de estos dos días, este creo que viene a hacer el último🥺. Y les invito a leer el especial de vínculo, que se publicó hoy.

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