•23•
Denki movió la cabeza, lo que indicó a Shoto que se tenían que ir ellos de ahí en ese mismo momento. Y ambos salieron de ahí sin mirar atrás.
—Blasty, hombre, no pensé encontrarlos por aquí ¿De dónde vienen? —dejó a Ochako parada en la acera y caminó hacia Bakugou.
Su mano estrechó la suya como si todo fuese de nuevo igual.
“Besé a tu novia, la toqué, la abracé, dormí con ella, aspiré su aroma y no puedo esperar más para que esté amor nos destruya” Habló en su mente mirando el iris canela.
Uraraka miró atenta el ambiente alrededor de ellos dos, nerviosa buscó consuelo en la mirada carmesí de Katsuki.
—Tendremos que ponemos al día después —sonrió—. Quiero darme una mejor ducha —señaló al cielo gris amenazando con una peor lluvia.
Pudo contener el impulso de huir cuando el brazo de su novio se enredó en el de ella.
“Por favor no te vayas” pensó cuando los miró caminar a la calle contraria. “No le diré a nadie como sostienes mi mano, no le diré a nadie lo que planeamos, no le diré a nadie sobre como hicimos girar el mundo”.
Podía ver cómo su peor enemigo se la llevaba lejos. Pero, quién había impregnado nitroglicerina en todo el cuerpo de Uraraka había sido él. No caería a el agujero, no caería por amor, no caería por esa mierda, caería por ella y por nadie más.
Ochako volteó y lo miró asustada por el rabillo del ojo;
No te preocupes por mi cara de ángel, pudo leer en los labios de Katsuki.
Contuvo la respiración y asintió de una manera muy disimulada mirando de nuevo al frente y sintiendo de nuevo el aroma a canela cerca de ella.
—¿Ahora todo está bien? —preguntó Eijiro sonriendo y mirándola—. Arreglaron las cosas ¿Todo bien?
—Si.
—Te estuve marcando en la madrugada —informó besando su frente.
—Estaba dormida, estaba asistiendo a los cursos de verano, pe-
Los labios de Eijiro se plantaron sobre los de ella. —Te extrañe Ocha.
Fue agridulce, indescriptible, doloroso, triste y...
Su corazón dio un vuelco y la culpa sé la tragaba lentamente —quiero ir a casa —masculló mirando al suelo.
Eijiro alzó una ceja confundido. Miró a los alrededores, y faltaba mucho para llegar a su hogar, pero el de Eijiro estaba cerca.
—La lluvia no parece querer calmar, ve a dormir a casa conmigo —la tomó de la mano y envolvió sus dedos.
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La puerta se abrió y miró al interior. Se preguntó cómo se sentía Katsuki en esos momentos.
—Tomemos una ducha —le sonrió empujándola al baño. Debía actuar normal, como si nada pasara.
Entraron al baño, y ella comenzó a quitar la ropa de su cuerpo.
—¿Qué te pasó? —tocó su cuello curioso.
—Tuve una riña hace poco. — Mintió.
—¿Eh? —preguntó preocupado.
Miró culposa el suelo —Una con Mina —decidió tejer su telaraña.
Eijiro miró confundido y la abrazó por la cintura. —Perdón por irme sin avisar, ya sabes cómo es mi padre. —Hundió su cabeza en el cabello de Ochako.
Olía a colonia, y no a su usual perfume.
°•°|°•°
Sus mejillas se llenaron de rosa. No merecían a un ser tan amable y dulce como Kirishima.
—Parece que lloverá ¿Tienes tiempo?
Fue lo que le preguntó a Katsuki.
Y ahora ambos iban a casa de Eijiro mirando el suelo nerviosos. Ninguno de los dos quería dañar la sonrisa del pelirrojo.
La puerta abrió y la canela roja dulce los hizo mirar nerviosos los alrededores.
Habían comprado dulces en el camino, gaseosas y frituras.
—Veo que has conseguido muchos amigos Ochako —habló poniendo su chamarra en el sillón — debes presentármelos como tal.
—Será después. —Contestó mirando a Bakugou.
—Iré a buscar las cosas para servir, suban a mi habitación, ahí hay muchas películas. Escojan una.
Uraraka miró a Bakugou. Y nerviosos subieron las escaleras.
Empujaron la puerta de su cuarto, y entraron en silencio.
—No mandaste ni un mensaje. — Artículo Bakugou cerrando la puerta detrás de él.
—Lo siento.
Katsuki sonrió de lado, y se acercó. Al menos ya la tenía cerca.
Movió sus mechones de sus mejillas y besó suavemente sus labios.
—Supongo que ambos ya sabemos qué hacer con toda esta mierda. — Dijo alejándose.
Eijiro abrió la puerta y de manera perfecta disimularon.
—¿Qué saben que van a hacer con la mierda? —preguntó curioso entrando.
—Escoger una película de terror. Contestaron ambos.
—Lo sabía~ están en el cajón de ahí. —Dijo saliendo.
Amable, alegre, amoroso, cariñoso, comprensivo y pelirrojo. La persona que menos querían herir estaba en medio de su mierda.
Como un globo entre espinas.
Se miraron un segundo.
«Quizá funcione»
Bajaron las escaleras.
Pusieron la película y se sentaron en el sillón a esperar a Eijiro.
Llegó con todo y lo ayudaron aponerlo sobre la mesa.
—Como en los viejos tiempos —canturreó sentándose entre ambos.
La película comenzó.
Ochako estaba acurrucada en Eijiro, y Bakugou recargado en su hombro.
Como si no pasara nada, como si él y ella nunca hubieran hecho lo que hicieron.
Eijiro se comenzó a quedar dormido.
Ella se levantó y lo miró detenidamente.
¿Cuál sería su reacción si supiera todo?
¿Le doleria?
¿Su sonrisa se iría?
Se sentó entre las piernas de Kirishima, haciendo que él sólo le regalara una sonrisa y abrazara su cintura.
Bakugou la tomó de la mano, denigrando todo en secreto.
Ella apretó el agarre y recargó su espalda en el pecho de Eijrio.
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