Capitulo 7


Hola, hola y hola atodos los Marvelitos que estáis aquí, deseando empezar ya con unnuevo capitulo.


Seguramente, algunosestéis pensando que parece que estoy demasiado contenta, que algobueno me ha ocurrido. En parte, sí y, en parte, es por el episodioque os voy a traer hoy que, creo yo, os va a encantar.


Primero, hanseleccionado un relato que hice para un libro de terror y apareceréen la antología (aunque no se gana premio alguno excepto el deaparecer en el propio libro) En realidad, lo escribí en el mismomomento en el que ví el concurso, ya que era un microrelato, que nopodía tener más de 4000 caracteres, así que ni siquiera esperabaque me escogieran. Pero así ha sido. Ya son dos antologías. En unode romántica y en otro de terror. Jajajjaa ¡Bien! Poco a poco.


Y segundo, lo que paseen el capitulo lo vais a tener que leer para saberlo. Pero sí, yo losé. Os va a gustar. Es imposible que no porque me gustó a mimientras lo estaba escribiendo y ya creo que os conozco lo suficientepara saber que a vosotros tambien os va a gustar.


Así que, sin másdemora, os dejo con el capitulo. Como siempre que iniciamos, yasabéis lo que os digo. Disfrutadlo.


CAPITULO 7


.................................


¡Sí! ¡Sí, sí, sí! SiTony se había sentido alguna vez tan contento de ver el agua correra través de una ducha, tenía que remontarse al tiempo en el quepasó en cautiverio, cuando ni siquiera sabía si iba a vivir un díamás. Ver ese agua caliente emerger, pensando para aliviar sucansancio...... Simplemente fantástico.


Suponía que pasar unatemporada en el espacio, porque aquellos dos largos días parecíanhaberse alargado en el tiempo, era más o menos equivalente cuandopensaba que no tenían una de aquellas en esa nave.


A pesar de que no haciaexcesivo calor allí dentro, él había luchado contra una bomba y lohabían frito antes de llegar allí. Y eso sin contar con que Rocketlo había tenido que sacar de su armadura con un soplete, ya que nopodía ni moverse allí dentro con esta fuera de servicio.


¿Acaso había algo mejorque meterse debajo de aquella lluvia templada después de haberpasado por todo eso? Si lo había, Tony no podía recordarlo.


Bueno.....tal vez unabuena hamburguesa. Eso también haría un milagro en él. Pero nosabía si fiarse de la carne de las vacas espaciales, si es que erande ahí de donde sacaban la carne para las hamburguesas.


Después de limpiarse elpelo y el cuerpo bien a fondo, cuando salió del pequeñocompartimento que era la ducha, se sintió un hombre por completorenovado. Aquella ducha había traído algo de fuerza a su cansadocuerpo.


Cogió una de lascamisetas que había en el armario que Peter le había indicado,tomando una de manga corta oscura, tal vez demasiado ajustada para sugusto, y unos pantalones cómodos, aun con el pelo algo húmedo, ysalió de allí, dándose cuenda de que había llenado todo elpequeño baño de vapor.


Para cuando salió haciael panel de control, se dio cuenta de que ya era el turno de Peter dehacer guardia y que no había nadie más por allí.


Todos aprovechan el turnode este para dormir, inexplicablemente, mientras Drax dormía conellos también.


Asegurándose de queestaban realmente solos en aquel cuarto, aun con una toalla en tornoa los hombros, se acercó del modo más sigiloso que pudo hasta StarLord, que observaba la inmensidad del espacio, apoyando la cabeza enuna de sus manos, con la mente en otra parte, al parecer.


Tony, modo-sigiloso, fuehasta él, hasta que consiguió estar tras su silla sin que este sediera cuenta, sin que se percatara de su presencia, e, inclinándosehacia él, le sopló suavemente al oído.


El bote que pegó Peterante eso fue monumental y, sonrojado, con la mano tapándose laoreja, se volvió en su asiento hacia Tony, aun pareciendosorprendido.


-¡¿Qué estáshaciendo?!- le espetó.


-Jugar un poco contigo- ledijo este sin más, dirigiéndole una sonrisilla.-No sabía quetenías los oídos tan sensibles. Es bueno saberlo.


-¿Saberlo? ¿Saberlo porqué?- se apresuró en decirle Quill.


Se había llevado el sustode su vida ante aquella aparición de Tony. Sobretodo porque habíaestado pensando en el moreno en esos instantes. Otra vez.


-Para futuras bromas.Vamos, Peter. No pongas esa cara. Ni que hubieras visto a unfantasma.


-Pues casi- comentó este.


De verdad, había creídoque, a aquellas alturas, Tony habría encontrado otro rincón de lanave donde dormir y por eso aun no había vuelto allí, después dehaber dicho que iba a darse una ducha.


Al parecer, se habíaequivocado de pleno. La cara de este aun estaba algo sonrojada por elcalor del baño y tenía el oscuro cabello algo húmedo. Y la sonrisasatisfecha en su cara dejaba bien claro que la ducha le habíasentado de maravilla.


-¿No vas a ir a dormir?-le preguntó Peter, obligándose a apartar la mirada de él ydirigirla hacia al espacio de nuevo.


-¿En ese cuarto? Desdeluego que no. No estoy tan loco como para volver a intentarlo-comentó este, sentándose de nuevo en el asiento al lado de Quill.


-¿Vas a volver a dormirahí?- le preguntó este.


-¿Hay algún problema?-le preguntó Tony a su vez, volviendo la cabeza hacia él.


-No. En realidad, no.


-Entonces, ya está.Parece que este lugar me ayuda a dormir bien- afirmó el moreno,abatiendo el asiento de nuevo para poder recostarse.


-¿Has dormido bien ahí?


-Oh, sí. No recuerdo laúltima vez que me levanté tan descansado.


Aquello llevó una pequeñasonrisa al rostro de Peter, recordando como había conseguido queeste dejara de agitarse en sueños, teniendo que volver la cabezahacia otro lado para ocultar esta a Tony.


Pero este volvió lacabeza hacia él, solo viendo que Peter no le miraba.


-¿Te ocurre algo?- lepreguntó.


Aquello hizo que Quill lomirara.


-¿Cómo dices?


-Que si te ocurre algoconmigo. Creo que andas algo raro desde que me besaste- comentóTony, observándole con atención.


Peter echó un vistazo asu alrededor, asegurándose de que estaban realmente solos cuandoTony había soltado aquello como si nada.


-Yo no estoy raro- afirmóel rubio, volviendo la vista hacia este.


-¿Qué no? Claro que loestás.


-¿Y tú cómo vas a sabersi estoy raro o no? Me conoces de hace dos días.


-No hace falta pasar muchotiempo con alguien para conocerle. ¿Te sientes incómodo después decómo se te fue de las manos aquel beso?


-¿Y quién te dice que seme fue de las manos?- le dijo Peter, alzando el mentón.-Lo que pasaes que soy demasiado apasionado.


-No te diste cuenta de loque estabas haciendo hasta que Gamora habló- le dijo este.


-¿Y tú si estabasconsciente?- le espetó Peter.


-Desde luego. Tendríasque besar mucho mejor que eso para que yo perdiera completamente elcontrol- le soltó Tony, totalmente convencido de ello.


Aquello hizo que Peterfrunciera el ceño con disgusto.


-¿Disculpa?


-OH. No es culpa tuya, porsupuesto. Es solo que yo tengo más experiencia.


-Me he besado con cientosde mujeres. Créeme. Sé dar un buen beso- le soltó Peter a su vez,soltando un pequeño bufido al mismo tiempo.


-¿Ah, sí? El número noes lo importante, si no la calidad.


-Mi calidad te tuvo contrala pared. Y, si no llega a ser por Gamora, a saber lo que habríaacabado ocurriendo allí.


-¿Ves? Eso demuestra queno tenías el control de lo que hacías. Aun tienes muchas cosas queaprender, Quill- le dijo Tony.


-¿Perdona?- le soltóeste a su vez.-He aprendido muy bien todo lo que tenía que aprender.Cada vez que me voy de un planeta, las mujeres lloran por mí.


-A lo mejor, lloran dealivio, al ver que te vas.


Este se volvió haciaTony, pareciendo enfadado.


-¿Quieres que tedemuestre el control que poseo?- le desafió el rubio.


-Pero no te piques. Sonsolo observaciones que te hago para que mejores tu técnica. Un buenmaestro nunca deja de aprender- le indicó Tony.


-Se acabó. En pie- ledijo Peter, levantándose él mismo de su asiento y haciéndole unaseñal al moreno para que él hiciera lo mismo.


-No hace falta que teenfades- le dijo el moreno.


Lo que quería en aquellosmomentos era dormir. No ponerse a jugar con Peter. No había mentidocuando había dicho que hacia mucho que no dormía tan bien comocuando había dormido allí y quería seguir aprovechando esa buenaracha que parecía tener en aquel sillón.


-He dicho en pie- le dijoPeter, haciendo otro movimiento con su mano para que se levantara.


Tony suspiró, pero acabóhaciendo lo que este le dijo. Después de todo, la nave era suya yestaba allí porque había salido al espacio a buscarlo. Si no fuerapor Quill, seguramente aun estaría flotando entre los restos deaquella nave que había hecho volar por los aires, atrapado dentro desu propia armadura inservible.


-Esto es un poco ridículo-le dijo Tony, tras obedecer, colocándose cara a cara ante Peter, quelo observaba con las manos sobre las caderas.


-Me estás diciendo quesoy un besador que pierde el control y que aun tiene mucho queaprender, ¿no es así? Por supuesto que te voy a demostrar que esono es verdad. Tengo la suficiente experiencia para superar cualquiertécnica tuya.


-¿Ah, sí?- le dijo Tony,alzando una ceja.-¿Te crees tan bueno?


-Tal vez, incluso mejorque tú- le soltó Peter.-Después de todo, recuerda que te tuvecontra la pared de mi nave, según tú, sin que quisieras que parara.


-No he dicho en ningúnmomento que fuera un mal beso y yo llevo demasiado tiempo sin undesahogo adecuado. Era lógico que acabara reaccionando. Pero, si tanconvencido estás de que eres tan bueno en tu técnica, ¿por qué nodejas que yo te muestra la mía?


Peter frunció el ceñoante eso.


Él quería demostrar aTony que no había nadie mejor que él a la hora de besar, no queeste le enseñara lo que podía llegar a hacer. Pero, bueno......Siemprepodrían comparar después de eso.


Vería como lo hacia estey así podría decirle que su técnica era mucho mejor.


Nunca, bajo ningunacircunstancia, se podía herir el orgullo de un buen mujeriego. Aparte de que era una maldad, tendría que atenerse a lasconsecuencias.


-Adelante- le indicóPeter, haciéndole un gesto a Tony para que se acercara a él cuandoquisiera.-Muéstrame como ese esa técnica tuya de la que tantopareces presumir.


-Muy bien- le dijo este.


Quitándose la toalla delcuello, Tony lanzó esta sobre el asiento que había estado ocupando,quitando todo aquello que podría importunarlo de en medio. Y,volviéndose hacia Peter, cogió a este por la nuca y lo inclinóhacia él para ponerlo a su alcance.


Peter se dijo que aquellosería demasiado fácil. Aunque Tony fuera bueno, haría como que nosentía nada y, de ese modo, también heriría el orgullo de este unpoco, ya que había sido él el que había iniciado aquello.


Sin embargo, cuando suslabios se tocaron, Peter frunció el ceño.


Tony empezó suave,acariciando sus labios, una pasada tras otra que parecían pensadaspara dejar a su victima rendida en sus brazos.


Después de eso, separóun poco los labios, acariciando los de Peter con la punta de sulengua, unos pequeños toques que eran una petición para que élseparara sus labios y lo dejara entrar.


Para el bien de aquelexperimento, Peter lo hizo, esperando a ver qué haría este acontinuación, notando como la lengua de Tony acariciaba levemente lasuya, una caricia rápida que acabó cuando se retiró de su boca,volviendo a los besos suaves, haciendo que Peter frunciera el ceño.


¿Por qué se habíaapartado? ¿No era la hora de dar un paso más adelante? Ya habíaseparado sus labios para él. ¿A qué venía aquello?


Cuando ya estaba pensandoapartarlo de él y decirle que qué demonios pretendía conseguir conaquello, la lengua de este volvió a acariciarlo, haciendo que Petersaltara a su vez, procurando que no volviera a apartarse.


Al principio, creyóconseguirlo, mientras este jugaba en su interior, recorriendo cadaparte con aquella caricia aterciopelada. Pero, cuando Peter inclinóla cabeza, tratando de facilitar más el beso, Tony volvió aretirarse, haciendo que Quill soltara un quejido molesto y seagarrara al hombro del moreno, indicándole que no quería quevolviera a hacer eso.


No notó la sonrisilla quese hizo en este ante ese sonido, pero, ante aquella señal, la manolibre de Tony, aquella que no estaba en la nuca de Peter, rodeó lacintura y se colocó a solo un paso de su trasero, tan cerca y tanlejos al mismo tiempo, mientras hacia de nuevo aquel movimiento suavede entrar y salir de él, notando como Quill ahora lo recibía,encantado.


Sin notarlo, Peter habíaempezado a moldearse en sus brazos y giraba la cabeza hacia dondeeste quería que lo hiciera.


La sensación de aquelbeso hizo que pequeñas cosquillas empezaran a asaltarle por todaspartes, despertando a su cuerpo de nuevo y haciendo que un pequeñoestremecimiento recorriera su columna de arriba a bajo cada vez quesu lengua salía a su encuentro y le acariciaba.


La mano en el hombro deTony se apretó aun más, tratando de que este no se alejara bajoningún concepto, no cuando las caricias enviaban señalesplacenteras por todas partes.


La única nota discordanteen aquellos momentos era aquella mano, que seguía demasiado cerca ydemasiado lejos.


El cuerpo de Quill pedíaque aquella mano bajara, que llegara a donde tenía que llegar y lediera las caricias necesarias para satisfacer el anhelo que se habíainstalado en su pecho.


Y, para que viera lo quenecesitaba que hiciera, las manos de Quill se dirigieron hacia eltrasero de Tony y tomó este entre sus manos, aferrándolo yacercándolo al mismo tiempo a su cuerpo, dándose cuenta en esemomento en el estado en el que se encontraba.


Sabía que aquellaspasadas, aquel beso que se enredaba dentro de él y lo calentaba,había hecho reaccionar a su cuerpo, pero no sabía que tanto ni deese modo.


Aferró a Tony aun másduramente, siguiendo a este al interior de su boca cuando se retiróde él, necesitado algo más, una pizca, algo que le sirviera paraapagar ese ardor que se había encendido dentro de él.


De nuevo, introdujo surodilla entre las piernas de Tony, separando estás, dándose cuentaque este también se había animado bastante, sabiendo que, de igualmodo, ambos necesitaban algún tipo de desahogo.


Pero, en vez deproporcionárselo, las manos de Tony fueron hasta sus hombros y leempujaron hacia atrás, tratando de apartarlo de él.


En un primer momento,Peter pensó en ignorarlo. Hacer como que no se había dado cuenta deello y, en algún momento, mientras continuaban con aquel beso, Tonydejaría de tratar de apartarlo y acabaría cediendo por completo.


Pero otra parte de él ledijo que eso no sería lo correcto en esos momentos, así que,haciendo de trizas corazón, soltó las nalgas de este, que habíatenido fuertemente aferradas entre sus manos, y se retiró haciaatrás, observando a Tony.


Este respiraba entrejadeos, como estaba haciendo él mismo. Después de todo, la falta deaire no había hecho que se separaran y ahora los dos estabantratando de recuperar el aliento que habían acabado perdiendo enaquellos instantes, observándose el uno al otro con atención.


-¿Lo ves?- le dijo Tony,cuando pudo volver a hablar.


-¿El qué?- le dijo Petera su vez.


-La técnica. No hacefalta que siempre seas tú el que lleve la iniciativa en todo. Aveces, es más divertido encender la pasión de la otra persona y vercomo reacciona.


Peter pestañeó unmomento, dándose cuenta que eso era realmente lo que había ocurridoallí. Tony se había encargado, con una serie de besos, de ponerleansioso y hasta ir a buscarle cuando se retiraba de su boca. Le habíaencendido sin darse cuenta y solo había tenido que esperar para queél hiciera algo.


-Eres bueno- tuvo queadmitir.


Después de todo, seríaestupido negar algo que había sido más que obvio. Había estado apunto de hacerlo con este allí mismo solo porque le había enseñadosu técnica de besar. ¿Qué no haría de otros modos?


-Por eso te digo que auntienes muchas cosas que aprender- le indicó Tony.-Y no es ningunavergüenza admitirlo.


Peter asintió, sin poderhacer otra cosa. Aunque su vista se dirigió hacia la entrepierna deTony, que parecía lucir tan dolorosa como la suya propia.


-¿Estás bien con eso?-le preguntó.


Tony se echó un vistazo,dándose cuenta de lo que le estaba hablando.


-Oh, sí. Claro. Puedoencargarme de esto- le dijo.


E hizo la intención dedar media vuelta, seguramente para volver al cuarto de baño y acabarlo que allí se había empezado.


La mano de Quill saliódespedida hacia él antes de que este mismo fuera consciente de loque estaba haciendo, viendo como Tony volvía la cabeza hacia él,extrañado.


-¿Qué pasa?- le preguntóel moreno.


Peter abrió la boca, perono supo muy bien lo que decir a continuación.


Su mente aun era unapequeña vorágine de sentimientos y emociones, todo demasiadoentremezclado para sacar algo en claro. Pero, si algo siempre habíadestacado en él era que se movía por impulsos, como había ocurridopara sujetar el brazo de este y evitar que se marchara.


-¿Qué ocurre, Peter?- lepreguntó Tony de nuevo, viendo como no se movía y boqueaba como unpez.


Quill acabó por murmuraralgo, pero el moreno no le oyó bien, incluso encontrándose tancerca como estaban, y se inclinó hacia él.


-¿Qué has dicho?


-Que no hace falta que teocupes de eso solo- le dijo este, finalmente alzando los ojos haciaél y clavándolos en los suyos.


Tony tragó cuando se diocuenta de lo que le estaba proponiendo este, aun consciente de quePeter tenía su brazo fuertemente sujeto.


No negaría que ya habíahecho eso en otras ocasiones. Pasar la mayor parte de su adolescenciaen un internado, donde un montón de chicos estaban allí encerradoscon él, era lo que tenía.


Para su buena fortuna,eran internados para ricos, así tenían televisor en lashabitaciones y, cuando alguno se hacía con una buena película......


Pero habían pasado muchosaños desde entonces.


-Creo que puedo encargarmeyo- le dijo Tony, apartando la mirada hacia otro lado.


Ya no era ningún chavalpara hacer cosas como esas.


-Insisto- le dijo Peter,aun con sus ojos clavados en él.


Y Tony necesitó tragar denuevo, notando la garganta seca.


Alzó la vista hacia él,viendo como Peter ahora lo observaba con fijeza, como si no pensaraaceptar un no por respuesta. Y, la verdad, en aquellos momentos, Tonytampoco se sentía con las fuerzas necesarias como para decir que no.


-Pero.....tiene que ser enalgún lugar donde no nos puedan ver- le dijo el moreno, diciéndosea sí mismo que parecía haber cedido muy rápido.


-Sé el lugar perfecto- leaseguró Quill. Y, tomando a este de la mano, se llevó a Tony deallí, dejando los controles solos durante un rato.


La nave estaba en modopiloto automático y los sistemas saltarían ante cualquier amenazaque les saliera al paso o se acercara a ellos. Además, tampoco ibana tardar tanto, ¿no?


Fin del capitulo 7


¿Os ha gustado o no osha gustado este capitulo? ¿Eh? ¿Véis como yo no miento? A vecespuedo poneros un poco ansiosos para que leáis con un poco más deganas, pero no os digo mentiras.


Mientras yo mismaestaba escribiendo estaba pensando ''Madre mía. Madre mía. Lo quese está cociendo aquí, entre estos dos''. Me han dado hastasofocos cuando me los he imaginado dándose esos besos en el panel decontrol, donde cualquier podría haber subido y haberles pillado.


Por cierto, tenéis quedarme las gracias por eso. Mi Musa quería que alguien lesinterrumpiera y que esta escena no acabara de este modo. Pero heconseguido controlarla y pasar por encima de ella, cosa que no me esdemasiado fácil a veces. Tenía que hacer esta escena al completo.Vosotros lo querríais así y mi body me lo pedía también.


No me hubiera perdonadoestropear algo tan bonito, de verdad.


En fin, decidmevosotros lo que os ha parecido esta escena. A lo mejor estoy yohablando desde toda mi ilusión y a vosotros os ha parecido unamierda o *inserte insulto del momento aquí*, ¿sabéis?. Quierooíros, saber vuestras opiniones, lo que pensáis de la historia y decómo se está desarrollando todo.


A lo mejor hay alguienque piensa que estos dos van muy rápido. Una parte de mi mente medice precisamente eso. Pero, ya sabéis que a mi las cosas me surgende manera natural y tal que así las plasmo.


Bueno......Como estoyviendo que os estoy soltando un rollazo de nuevo, mejor me voycalmando ya y me despido de todos vosotros, que tengo que seguirescribiendo el resto de esta escena.


Como siempre,Marvelitos, manteneos sanos y nos seguimos leyendo en el próximocapitulo. Bye y que soñéis mucho con esta escena - ^///^-

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top