Capitulo 29
Hola, hola, hola atodos los Marvelitos que esperabais un nuevo capitulo de este fanficcomo agua de Mayo (es un dicho español. No sé si lo emplean enotras partes del mundo. Si es así, hacedmelo saber)
Lo sé. No actualizodesde Agosto, lo cuál os habrá hecho desear mi muerte en más deuna ocasión. Y creo que no puedo culparos de ello. Si no se tratarade una historia mía y viera que ha pasado tanto tiempo desde que elescritor actualizó, pensaría ''la ha abandonado y nunca jamástendremos un final''.
Pero, ¿qué ocurrecuando la historia es mía y veo que la seguís leyendo una y otravez y que no dejáis de comentarla, aunque haya pasado tanto tiemposin que haya dicho una palabra sobre ella? Que me dan nuevamenteganas de llorar. Y que me hace forzarme a mí misma para ponerme aescribir sobre ella cuanto antes.
Entiéndaseme bien.Cuando digo ''forzarme'' no me refiero a que me ponga a escribirsin ganas, si no a que tengo que dejar otras historias y novelaspersonales de lado para tener que centrarme en ella. Afortunadamente,la ultima novela que he escrito, y con la que ya he empezado lasegunda parte, estoy esperando a que se la lea una amiga mía, siendomi lectora cero, para corregirla antes de presentarla en ningunaparte y todo lo que se me va ocurriendo para esa historia lo estoyapuntando en una libreta especifica para ella.
En serio, si alguna vezme hago conocida como escritora, pienso sortear esa libreta entre loslectores. Hay dibujos, notas, historias personales, ideas sobredioses y demás. Todo ordenado y con mi mejor letra, porque, cuandome emociono, escribo de un modo que ni siquiera yo me entiendo.
Ahora imagino algunascaras de algunos vosotros, en plan ''menudo rollazo nos estásoltando, cuando yo solo quiero leer de una buena vez qué es losiguiente que va a pasar en la historia''. Tal vez, de encontrarmeen vuestro pellejo, pondría la misma cara. Aunque, a decir verdad,como lectora, yo me leía absolutamente todo de un fic que estuvierasiguiendo.
En fin.... centrémonos.
La verdad es que hacetanto tiempo desde que escribí el ultimo capitulo que subí de estahistoria que me cuesta recordar por dónde iban las cosas, aunquerecuerdo perfectamente cuál era mi intención a la hora de escribiry lo que quería hacer.
Lo que me recuerda quedebo de volver a deciros que confiéis en mí, ocurra lo que ocurra,y no entréis en pánico hasta que ponga punto y final a la historia,¿ok? Os pareceré pesada al recordaros eso tanto, pero entenderéismis palabras cuando llegue el momento. O esperemos que así sea.
Lo ultimo que escribífue el incomodo encuentro entre Steve, Tony y Peter en una cafetería,donde este ultimo acabó con un labio partido y el otro equipo contoda la información que sabían sobre Thanos, así que... ¿qué talsi partimos desde ahí y vamos viendo si consigo llevar esta historiahasta donde yo quería?
Ya os seguiré dando elcoñazo después.
CAPITULO 29
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Para cuando Tony y Quill volvieron al complejo, Visión salió arecibirlos. Sin embargo, cuando vio el labio partido de Peter, cambiola pregunta inicial por la que se había dirigido a ellos con tantaprisa.
-¿Qué le ha ocurrido?- le preguntó el hombre rojo, señalandoel labio partido, por si había alguna duda sobre a lo que serefería.
-Es una herida de guerra- comentó Quill, dirigiendo una ligerasonrisa al androide, ya que, de sonreír demasiado, podría reabrirsela herida.
-Que es idiota. Eso es lo que ha pasado- replicó Tony a su vez,mirando a Peter no con demasiados buenos ojos.-Dile a los demás quehemos llegado, pero que iremos a hablar con ellos después deresolver unos asuntos.
-De acuerdo. Se los haré saber- afirmó su amigo rojo.
Y dejó que ambos hombres siguieran su camino mientras lesobservaba alejarse, a pesar de que había estado en sus intencionespreguntarles a ambos si habían llegado a saber algo sobre la jovenWanda y cómo le iban las cosas a esta.
Tony caminaba delante, con Peter aún acariciándose el labioherido, contemplando la espalda de este.
-¿Tanto te ha molestado que me haya peleado con el Capitán?-preguntó este, tratando de que Stark le dirigiera una mirada.
-¿Tú qué crees?- le respondió el moreno, sin girarse.
-Pero... ¿te ha molestado porque creías que no debía pelearmecon él o porque aún sientes algo por ese hombre?
Esa pregunta consiguió su objetivo.
Tony se volvio hacia él, observándole con atención durante uninstante, pareciendo decepcionado con él por haberle dirigidosemejantes palabras en voz alta. Pero, sin comentar nada más, sininsultos ni acusaciones, este siguió su camino hacia un cuarto y aPeter no le quedó de otra más que seguirlo.
Sí. Debería parecer ridículo que, llegados a aquellas alturas,este aún estuviera tan desconfiado de los sentimientos de Stark.Pero, ¿cómo no iba a sentir dudas cuando este aún no le habíadicho que lo quería?
Sabía que Tony era un hombre serio, que no le gustaba demostrarlo que sentía ante nada ni nadie, pues lo consideraba una claramuestra de debilidad que alguien podría acabar utilizando contra él.
Pero también había llegado a creer que podía abrirse con él sinningún temor, que, si había una persona en el universo con el quepodía mostrar su fragilidad sin temer que le llegara a ocurrir algúnmal, ese era Starlord, el hombre de la Tierra que se habíatransformado en todo un forajido y héroe del espacio.
No podía evitar que, a pesar de todas las veces que le habíadicho que lo quería, sentir dudas por las emociones de Tony, por loque Stark sentía hacía él, ya que no había llegado a responderlecon las mismas palabras en ningún momento.
¿Alguna vez se había sentido tan vulnerable delante de alguiende ese modo, sin poder dejar de darle vuelta a lo que habría en lamente de otra persona? Si había sido así, no conseguía recordarlo.
Después de todo, el gran Starlord siempre había ido de una flor aotra y no se había preocupado demasiado por los sentimientos, puesestaba más concentrado en los cuerpos y en su propio disfrute que encualquier otra cosa.
¿Aquella situación era el karma cósmico, que quería que lebesara el culo por haberse estado burlando de su existencia durantetodos aquellos años, diciéndole claramente a la cara ''ahora vas ajoderte, chaval''?
-Será mejor que te sientes- le dijo Tony, ignorante a todoaquello que se le estaba pasando por la cabeza de este, porque,seguramente, Stark nunca habría deducido que Peter estaría dándoletantas vueltas a aquel asunto.
Habían acabado en la habitación del moreno, seguramente porquesería el único lugar de el complejo donde no se encontrarían connadie mientras le curaba, pues no tenían ni la más mínima idea dedónde podían encontrarse todos los demás en aquellos momentos.
Mientras Quill se sentaba sobre la cama de manera pesada,dejándose caer, Tony sacó un botiquín.
No sabía qué clase de situaciones habían ocurrido en aquelcomplejo como para necesitar botiquines en las habitaciones, cuandotenían una amplia sala médica bien surtida a unos cuantos metros dedistancia, pero Peter no hizo comentario alguno a eso mientras veíaa Stark hacer y concentrarse en su reciente cometido.
-Tal vez, esto te escueza un poco- comentó Tony, empapando untrozo de algodón en alcohol para poder desinfectar la herida.
-Créeme. Me han llegado a hacer mucho más daño con otrascosas- afirmó Quill, tratando de dirigirle una sonrisa a este,imponiendo algo de buen humor a ese momento.
Pero Tony no respondió a esta con otra.
Tomando su barbilla, le obligó a alzar la cabeza de tal modo quea este le fuera a resultar más fácil curarle, teniendo cuidadocuando le aplicó el algodón sobre el corte.
Aún así, Quill no pudo evitar sisear cuando notó este en laherida y Tony apartó el algodón en el acto.
-¿Tanto te ha dolido?- le preguntó el moreno.
-Un poquito- comentó Peter, abriendo los ojos y clavando lamirada en este.-¿No podemos ir a mi nave a por aquello que teapliqué a ti en tu quemadura?
-No seas tan quejica- replicó Stark, frunciendo el ceño.-Soloes un pequeño corte en el labio. No te vas a morir por esto.
-Pero duele mucho.
-Así aprenderás a no encararte con quién no debes.
-¿Tanto te molesta que me haya peleado con el Capitán?
-¿Cuándo era totalmente innecesario? ¿Tú qué crees?- le dijoTony a su vez, de nuevo, clavando su mirada en la de este.
-Aún no me has dicho porqué te ha cabreado eso tantoexactamente.
-¿Creías que era el mejor momento para pelearte con él?
-Fue ese rubio el que se puso impertinente primero. Se pensabaque ibas a estar eternamente detrás de su persona, como si fuera unafigura de coleccionista que a todo el mundo le gustaría tener o algoasí.
Sí, en momentos como aquel, vivir con Yondu y sus colecciones decosas adorables salían a la luz, aunque solo fueran en forma deejemplos.
-Pero lo que ocurra entre él y yo son cosas que tendremos queresolver entre nosotros. Nos habíamos reunido para hablar de Thanos,de la amenaza que representa. Sin embargo, para lo único que haparecido que ibas tú era a pelearte con él.
-No he podido evitarlo. Ese tío habla como si todo el mundoestuviera bajo su mando o algo así, como si tuviera que hacerle unajodida reverencia por sus éxitos del pasado o algo así. Me saca demis casillas.
-Era mi deber sacarle de ese error. No el tuyo. Y mira para loque ha servido que te metieras; para acabar con un labio partido, queyo debo curarte.
-Es una herida de guerra y estoy muy orgullosa de ella- replicóQuill, diciendo aquella frase ya por enésima vez, en absolutoarrepentido por lo que había hecho.
Como respuesta, Tony apretó el algodón contra la herida con másganas, haciendo que este nuevamente se quejara.
-¿Acaso te crees muy hombre por haberle hablado de ese modo alCapitán América? ¿Crees que lo que has hecho ha sido un granlogro?
-Por mí parte, por supuesto. Quería dejarle muy claro a eserubito cómo son las cosas ahora y que sepa cuál es su nuevo lugar.
-¿Ah, sí?- le dijo Tony, soltando su barbilla y dando un pasoatrás para poder mirar bien a la cara de este.-¿Y cómo están lascosas ahora? ¿Has salvado al mundo con esa pelea que has tenido conél? ¿Has hecho huir a Thanos en dirección contraria porque se haasustado al verte actuar así? Explicámelo.
-¿De verdad que no entiendes porqué era tan importante para míhacer lo que he hecho?- le preguntó Quill a su vez, clavando lamirada en él, pareciendo más desolado de lo que nunca le habíavisto.
Tony tragó saliva al notar aquel estado de ánimo, sin saberbien qué decir a continuación.
Claro que entendía lo que este había tratado de hacer. Pero esono significa que estuviera de acuerdo con sus métodos.
Y también sabía qué palabras debía decir para que Peter semostrara menos inseguro. ¿El problema? Que decir aquellas palabrasen voz alta hacia que Tony se sintiera inseguro.
Siguió viendo como Quill le miraba con aquella carita de penasuya, esperando algunas palabras por su parte. Pero, en vez de deciralgo, Tony volvió a acercarse y a sujetar la barbilla de este yalzársela, queriendo acabar de curarle cuanto antes.
Quill pareció aún más triste porque este no hubiera dichonada, pero se mantuvo en silencio, sabiendo que no iba a ser unatarea para nada sencilla hacerle decir lo que él tanto deseabaescuchar y que harían todo un mundo de diferencia entre ellos.
Sabía que, tras la carrera que habían mantenido en el espacio,donde Stark había perdido, podría ordenarle decir las palabras quequería oír, ya que, después de todo habían acordado que no podríanegarse a la orden que fuera, fuera del tipo que fuera. Sinexcepciones.
Pero no quería que, la primera vez que oyera salir esas palabrasde la boca de este, fueran por una simple obligación. No se sentiríabien.
-Eres un cabezota y arrogante- se quejó Tony, mientras seguíacurándole.
-Fijate quién fue a hablar- le soltó Quill a su vez, tratandode sonar despreocupado.
-Seré lo que tú quieras, pero, al menos, sé cuando tengo queconcentrarme en un tema y dejar lo demás de lado.
-Siempre he sido impulsivo. No voy a pedir perdón por ello. Serimpulsivo me ha mantenido con vida en muchas ocasiones.
-Y va a provocar que quieran matarte en muchas otras- le dijoTony a su vez.
-Bueno... de algo hay que morir, ¿no crees?
-Pero no me apetece ver morir al hombre que quiero solo porque esun cabezota.
Peter abrió la boca para responder a aquello con alguna gracia.Hasta que se dio cuenta de lo que Tony había dicho y clavo los ojosen este.
-¿Qué... qué has dicho?- murmuró Quill, viendo como esteseguía curándole, como si nada.
-Ya me has oído. No hace falta que te repita lo mismo todo eltiempo- le dijo Stark a su vez, pareciendo que se estaba obligando así mismo a no mirar a este en los ojos.
-No. Quiero oírlo otra vez. No estaba muy atento- le dijo Quill,notando como los ojos empezaban a brillarle con emoción.
¿Había oído realmente lo que había oído o es que ya seestaba imaginando lo que quería escuchar?
-No sé porqué te pones así- le dijo Tony, tratando de sonartodo lo despreocupado que se podía permitir en aquellos momentos.-Loúnico que te he dicho es que te quiero. Tú me lo has dicho tantasveces ya que la palabra está perdiendo el significado.
Peter, como movido por un resorte, se puso en pie, y, antes deque Tony entendiera lo que estaba ocurriendo, vio que estaba entrelos brazos de este, mientras Quill se reía y lo hacia girar a ambospor el cuarto.
-¡Idiota, ¿qué estás haciendo?!- protestó Tony, tratando demostrarse lo más molesto posible.
A este no le había costado nada elevarlo del suelo y comenzar agirarlo de un lado a otro, lo que no le hacía sentirse muy macho enaquellos momentos.
-¡No me puedo creer que por fin hayas dicho esas palabras!-siguió exclamando Quill, ignorando el supuesto malestar de este.
-Venga. Ya basta- le dijo Tony.-Ya me has oído decir esaspalabras. Ahora bájame.
-¿Estás loco?- le dijo Peter, alzando la cabeza haciaeste.-Después de lo que me has dicho, no pienso soltarte nunca.
-No seas crío- replicó Tony a su vez, tratando de noavergonzarse, removiéndose entre los brazos de este para tratar dehuir.-Solo te he dicho unas palabras.
-Pero eran las palabras justas que quería escuchar- le dijoPeter a su vez, apoyando la cabeza en su clavícula mientras seguíangirando.
-¡Vas a acabar mareándome!- gritó Tony, irritado.
-¡Pues nos marearemos juntos!- fue la respuesta tan feliz quePeter le regaló, aún sonriendo ampliamente, sin importarle lo muchoque le doliera la herida del labio.
-¡¿Es que estudias para idiota o algo?!- le soltó Tony,tratando de liberarse.-¡Vas a hacer que me arrepienta de lo que tehe dicho!
-Da igual que te arrepientas, porque lo has dicho y yo que teoído.
-Te rogaría que dejaras de comportate como un niño.
-¿Qué hay de malo en comportarse como un crío cuando se teconfiesa la persona a la que quieres?- le dijo Quill a su vez,dejando de girar de golpe, pero sin permitir que Tony tocara elsuelo.
Sabía que, en cuanto permitiera aquello, este pondría distanciay no le dejaría volver a tocarle durante un buen tiempo.
-Solo te he dicho las palabras que tu me has dicho un montón deveces- le dijo Stark, tratando de restarle importancia al momento.
-Pero sé muy bien lo que te ha costado decir eso- le dijo Quilla su vez, sin poder dejar de sonreír.
Tony clavó la mirada en este, tratando de mostrarse serio, furioso eindiferente. Pero... ¿cómo mostrarse de ese modo cuando la sonrisade Peter, la más amplia que le había visto jamás, estaba justofrente a sus ojos? Era casi deslumbrante, como si fuera una fuenteinagotable de luz.
-No me siento muy cómodo estando suspendido en el aire, en medio deesta situación- comentó el moreno, volviendo la cabeza hacía otraparte.
-Pues yo no podría sentirme mejor que ahora- afirmó Quill,volviendo a pegar su rostro a la clavícula de Tony.
Seguramente, Peter habría agradecido que no hubiera habido ropaentre ambos en aquellos momentos. Pero, si quería desnudar a este,tendría que dejar a Tony en el suelo. Y estaba seguro que lo quemenos le dejaría hacer este, una vez que sus pies tocaran tierra,sería que le desnudara.
Lo más seguro sería que le diera algún que otro cuarto yabandonara la habitación resoplando como un tren a vapor.
Sin embargo, la alegría que aquellas palabras le habíanproporcionado no parecía ser algo capaz de extinguirse. En esosinstantes, brillaban dentro de él con más fuerza que 10 soles,generando una alegría como nunca antes había llegado aexperimentar.
Y eso que el gran Starlord había llegado a experimentar muchas cosasa lo largo de su vida.
-Sabes que, antes o después, vas a tener que soltarme- replicóTony, haciendo que este se centrara de nuevo.
Pero, al menos, había dejado de retorcerse entre sus brazos, como siestuviera permitiendo aquel abrazo suspendido en el tiempo.
-Pero no tiene que ser precisamente ahora- fue lo que Peter le soltó,aún con su rostro pegado a él, envolviéndose en el olor de Tony,en el tacto de su ropa en la cara, en la luz que entraba por laventana del cuarto...
Quería recordar cada pequeño detalle de aquel instante paraatesorarlo siempre dentro de él, un recuerdo que nadie ni nadapudiera eliminar jamás de su cuerpo. Después de todo, que, porprimera vez en su vida, alguien a quién quería hubiera admitidocorresponderle había sido algo que Peter no había tenido demasiadoel privilegio de experimentar.
Y, por lo que sabía del pasado de Tony, este tampoco.
-Tenemos cosas que hacer, Quill. En serio. Cosas muy importantes querequieren de nuestra atención de una buena vez- le dijo Stark denuevo, tratando de retorcerse, sin demasiada energía, entre susbrazos.-Porque, si no salimos pronto de aquí y explicamos lo quehemos hablado, tu equipo se presentará en esa puerta y nos obligaráa salir.
-Yo no tendría problema en sacarte así- comentó este, alzando lacabeza para dirigirle una sonrisa hacía él.
Pero todo lo que consiguió, ante semejante propuesta, fue que Tonypudiera liberar un brazo para darle un golpe bien merecido en lacabeza.
En el acto, este le soltó, llevándose las manos a la nueva heridade guerra que había obtenido batallando contra este, mirando conpena hacía Stark, que estaba tratando de reconstruir su dignidad enla medida de lo posible.
-Te lo advertí- fue lo que el moreno le dijo cuando vio la mirada dedolor que este le dirigió.
-¿Cómo puedes maltratar de ese modo al hombre que amas?- le soltóPeter, aún flotándose la zona afectada.
-Porque, a pesar de eso, ese hombre es medio idiota y necesita que,de vez en cuando, yo lo ponga en su lugar- fue toda la respuesta queobtuvo.
Tal vez, la conversación se hubiera alargado más en el tiempo, sino hubiera sido por la llamada a la puerta que se produjo en esta enese mismo instante, haciendo que ambos hombres volvieran la cabezahacía la puerta.
-¿Quién es?- preguntó Tony.
-Chicos, ¿hay algo que nos tengáis que contar?- les dijo Gamoradesde el otro lado, sin intención de abrir. Seguramente, para noasustarse con lo que se pudiera encontrar.-El hombre rojo nos hadicho que teníais noticias que darnos. Pero estabais tardando mucho.
-Salimos ya mismo- le aseguró Quill.
-De acuerdo.
Y, sin más, la piel-verde pareció alejarse, dejándoles nuevamentea solas.
-¿Ves por qué tengo que detenerte?- le dijo Stark a este, volviendola mirada hacía Peter.-Casi nos pillan haciendo el tonto en mitad deuna situación de emergencia como esta.
-No estábamos haciendo el tonto. Estábamos hablando de nuestrossentimientos, que no es algo que hagas todos los días- le soltóQuill a su vez, tratando de defenderse.
-Pues tendremos que dejar este tipo de conversaciones para momentosen los que un titán loco no venga a buscar unas gemas de poder quepodrían destruir toda la galaxia, ¿no te parece?- le soltó Tony almismo tiempo, dirigiéndose a la puerta.
-Eh. No has terminado de curarme la herida- le dijo Peter,señalándose el corte del labio, haciendo que Tony solo se volvieraun momento hacía él.
-Ponte una tirita y andando. Hay muchos asuntos que atender.
Y, sin a penas haber podido disfrutar de la alegría de saber su amorcorrespondido, a Quill no le quedó de otra más que salir tras Tonypara informar a todos de cómo se encontraba la situación enaquellos momentos.
Findel capitulo 29
Losé. Os he traído un capitulo más corto (una página más corto, enrealidad) de lo que os suelo traer. Pero, como mi única intenciónde este capitulo era hablar de los sentimientos de estos dos, queTony dijera ya esas palabras que tanto tiempo se le habían estadoresistiendo y que Peter por fin pudiera sentirse algo más seguro, seve que mi cabeza no ha dado para más para que esto saliera algo máslargo.
Aúnasí, espero que, después de todo el tiempo que lleváis sin sabernada de mí, aunque avisé por mensajes y en mis otras historias queno podía llevar tantas cosas para adelante, incluso con todo eso, lohayáis disfrutado y yo pueda dedicarle todo el tiempo que se mereceesta historia.
Porque,como siga así, sale antes la peli de Infinity War que el hecho deque yo haya conseguido acabar este fanfic. Cuando, en realidad, miintención fue hacer mi propia versión antes de que nada de esa pelillegara a los cines.
Comopodéis ver, mis intenciones y lo que acabo haciendo siempre suelenser cosas diferentes. Qué bien, ¿verdad?
Enfin. No voy a soltaros más rollo de momento, Marvelitos. Será mejorque, en vez de eso, me ponga a seguir escribiendo para no tener quehaceros esperar mucho por el siguiente capitulo. Así que, comosiempre, espero que os mantengáis sanos y nos seguiremos leyendo enla próxima ocasión.
Hastaentonces, Bye.
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