Capitulo 17


Hola, hola, hola, atodos los Marvelitos, que sé que estáis ahí, deseando un capitulomás de este fanfic!!!!! si estáis pensando ''que contenta estáesta chica hoy, ¿no?''. En realidad no es alegría de por si, esque estoy viendo la WWE (Presing Catch) en televisión y, como estoyoyendo a los comentaristas, se me ha pegado y he empezado igual queellos empiezan la presentación del programa.


Sí, veo esosprogramas. Incluso he ido a unos cuantos eventos en vivo. El que másrecuerdo es uno que fui a Valencia a verlos. Fuimos en tren, así quenos levantamos a las 5 de la mañana porque los asientos no estabannumerados. El que primero entraba, se sentaba donde quería.Bueno......el evento abrió las puertas a las 7 de la tarde yestábamos allí desde bien temprano. Añadiré que, por problemas deespalda, yo llevaba un corsé y no podía sentarme en el suelo, asíque me pasé todas esas horas de pie, muriéndome. Pero ¡eh!Conseguimos asientos en primera fila.


Fue genial. En aquelentonces estaban Rey Misterio, el gran Kalí, Big Show...... ¿Elproblema? Mi hermano llevó a su amigo legionario y, en ese tipo deeventos, ''los malos'' siempre insultan la ciudad o país dondeestán para enfadar al publico. No sé si en otros países pasa, peroen España los legionarios son muuuuuuy patrióticos y no se teocurra decir algo en contra del país en su cara.


Pues bien......a uno nose le ocurrió otra cosa que coger la bandera, tirarla al suelo ypisarla. Imaginaos la situación; nosotros en primera fila y ellegionario viendo eso. Le faltó tiempo para ponerse en pie, cagarseen sus muertos y tratar de pasar la barrera de seguridad. Vinierondos tíos enormes, una cosa exagerada de tíos como no he visto en mivida, y se le pusieron delante. Mi hermano hizo como que no loconocía, pero yo lo tenía en el asiento de al lado y pensaba quenos iban a echar a ostias de allí. Pero al final solo estuvierondelante de él todo el espectáculo.


Como comprenderéis, nonos volvió a acompañar a esos eventos.


Y......creo que me heenrollado demasiado, así que será mejor que os deje con el capituloya, que sé que estaréis esperándolo. Espero que lo disfrutéis.


CAPITULO 17


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Tony permaneció allí de pie, viendo como este se alejaba,agitándose sobre sus propios pies, abriendo y cerrando los puños,tratando de calmar la tormenta interior que parecía estar ganándolela batalle en aquellos momentos.


Y ver como Peter se alejaba de aquel modo, desde luego, no ayudaba aresolverlo.


-¡Peter, espera!- exclamó el moreno, incluso antes de serconsciente él mismo de haber hablado.


Quill se detuvo, volviendo la cabeza hacía él, con una ceja alzada,sin saber lo que este podría querer de él en aquellos momentos.


Comenzando a andar, Tony se dirigió hacía él, aumentando el ritmode sus zancadas a cada paso que daba y, al llegar hasta él, cogió aeste por la nuca, hizo que se inclinara hacía él y lo besó.


Por un momento, Peter pareció pillado por completo por sorpresa,haciendo que permaneciera quieto mientras Tony le besaba. Pero, trasver como este no se apartaba, si no que acariciaba sus labios paraque se abriera a él, alzó las manos por aquel pequeño cuerpo hastallegar a su rostro, sujetándolo para que ya no pudiera apartarse.


En aquella ocasión, había sido Tony el que había ido a buscarlo yno al revés.


A su vez, el moreno le sujetó por el cuello de la camisa, tratandode tenerlo algo más cerca, necesitando tenerle al alcance de susmanos para poder olvidas todas aquellas inseguridades, aquellostemores que no dejaban de asaltarlo una y otra vez.


Tal vez Quill fue consciente de eso, de lo que le estaba necesitandoen aquellos momentos. O tal vez no. Pero lo que tenía ya bastanteclaro era que no pensaba dejar que este se le volviera a escapar.


Ni siquiera le dio tiempo para que este pudiera echarse atrás. Condecisión, arrastró a Tony hacía su habitación, sabiendo que, enaquella ocasión hubiera una guerra justo en frente de ellos, no ibaa permitir que este saliera del cuarto hasta que ambos tuvieran loque tanto habían estado esperando obtener.


Quería tener por fin a Tony completamente entre sus brazos, hacerque este no pudiera pensar en cualquier otra cosa que no fuera él,que despareciera la ropa y ardiera la Galaxia.


Tony, a su vez, solo se dejó arrastrar, observando la mano queenvolvía la suya mientras le arrastraba hacía algún lugar.


No deseaba soltar aquella mano. ¿Cuando había sido la ultima vezque se había sentido de aquel modo con alguien? Sabía perfectamentecuando, aunque no quería recordar quién se lo había provocado.


Sin embargo, Quill era transparente. Lo que se veía de él era todolo que había. Se podía ver bastante alocado a veces, algo infantilcuando trataba de competir, pero era un buen capitán, trataba bien alos suyos y los apreciaba a todos, por extraños que fueran. Y, enmás de una ocasión, había dejado claro sus intenciones con él.


Nunca había conocido a nadie que tuviera las ideas tancondenadamente claras. Si algo le gustaba, lo decía. ¿Por qué nohacerlo? Ese parecía ser el lema de Peter Quill.


Parecía tan malditamente sencillo dejarse en sus manos, que éltomara el control y que pasara lo que tuviera que pasar......


-¿En qué andas pensando?- le preguntó el rubio cuando entraron enel cuarto de este.


Era la única parte de la nave donde no se arriesgaban a que alguienlos pillara en medio de aquel acto.


-En nada en particular- le dijo Tony a su vez, encogiéndose dehombros con ligereza.


Peter lo miró con los ojos entrecerrados, pero también sabía queTony necesitaba aquella máscara de indiferencia para hacer frente almundo, así que lo dejó hacer. Cosas más importantes les habíanllevado allí.


Cogiendo el rostro de este entre sus manos, lo acercó de nuevo a él,notando como el moreno había contenido un momento el aliento antesde que sus labios volvieran a encontrarse.


Fue tal la necesidad de aquel gesto que Peter no pudo evitar gemircontra aquellos labios, aferrando a Tony más contra él, queriendoque estuviera más cerca y, a poder ser, sin toda aquella molestaropa de por medio.


Tony se rió brevemente cuando notó toda aquella necesidadapremiante, pero, cuando una de las manos de Quill acabó por debajode su camiseta, se le escapó el aire de los pulmones, notando comosu piel se encogía ante aquella caricia.


No sabía si era la mano de Quill la que estaba caliente y su pielfría, pero notó como si hubiera habido un contraste brusco detemperatura, necesitando abrir los labios para poder respirar.Momento que el rubio aprovechó para entrar en él, reclamando todolo posible de él.


Era necesario que quedara claro quién tenía la supremacía sobreaquel cuerpo.


Tony podría considerarse un tipo duro, que creaba respecto yenvidias en la Tierra, pero estaba claro que también creabapasiones. Incluso el pequeño Groot estaba siempre encima de él.Tenía que dejar una señal, su marca. Una muestra de que solo era deél y que nadie más tenía derecho a tocarle.


Tal vez era una idea anticuada. El hecho de que alguien pertenecieraa otra persona podría parecer primitiva, pero Peter no habíaolvidado que el capitán Rogers estaba en la Tierra, hacía donde sedirigían, y quería dejar muy claro, antes de llegar a su destino,que no tenía ya nada que hacer con aquel hombre.


Tony, por su parte, solo podía estar concentrado en el hecho de notemblar.


La fuerza que se había desatado en el cuerpo de Peter hacía que supropio cuerpo respondiera en proporción, volviéndose más ligero,más moldeable en sus manos, como si tuviera que albergar a aquellafuerza.


Y, maldito fuera, pero no se sentía nada mal.


El beso de Quill, que se estaba extendiendo hasta el infinito, loestaba dejando sin aliento y solo se separó de él cuando le sacóla camisa y él se sacó la suya propia, dejando más de ambos aldescubierto.


Tony lo contempló un momento, sin poder evitarlo. Sus ojosrecorrieron el cuerpo más joven y trabajado de este, pensandodurante un instante porqué sus ojos se tenían que ir a fijar enespecimenes tan condenadamente perfectos. Iba a acabar con uncomplejo.


-¿A qué viene esa cara, Stark?- le preguntó Peter, pegando suslabios a los suyos, susurrando aquella pregunta contra él.


Un ligero cosquilleo recorrió la espalda de este ante aquel susurro,aunque trató de que no se notara.


-¿Has pensando en algún momento en dejarte tripa?- le preguntó,alzando sus ojos hacía los de Quill.


-¿Perdona?


-Sí. Al menos, una pequeñita, para no hacer que los demás nossintamos tan mal.


Peter no pudo evitar que se le escapara una risa ante eso, perosujetó el rostro de Tony entre sus manos, haciendo que al moreno leresultara imposible apartar la mirada.


-Te haré agradecer tener este cuerpo entre tus manos- le susurró.


Pero, antes de que a Tony se le ocurriera otra genial frase con laque responderle, este volvió a besarle, arrastrándole hacía lacama, haciendo que ambos cayeran de cualquier manera sobre lasuperficie.


Peter no recordaba la ultima vez que la había usado, pero, ¡Dios!,agradecía no haberse deshecho de ella cuando había tenido al equipoa bordo, como había pensando hacer en un primer momento, queriendodarle otra utilidad a aquel espacio.


Habría hecho el amor con Tony en cualquier otra parte, pero era deagradecer tener una cama donde tenderle.


El moreno se arqueó bajo su cuerpo, haciendo que ambos encajaranmejor, notando como las manos de Tony recorrían su pecho, ahoratotalmente al aire, antes de dirigirse hacía su espalda, donde clavósus dedos, haciéndole sisear.


Peter alzó el rostro para poder mirarlo, comprobando como Tony ledirigió una sonrisa juguetona.


Estaba claro que, en cuestión de experiencia, el Stark tenía másque Star Lord, pero no era jugar limpio usar aquellos trucos para quehiciera que él perdiera aún más la cabeza. No necesitaba másayuda para eso.


-¿De qué demonios te ríes?- le espetó Peter, apoyando su frenteen la suya.


Descendió las cadera para que ambos pudieran sentir el estado en elque se encontraban, haciendo que ambos gimieran por un instante alser conscientes de ello.


-Solo te estaba poniendo algo más de picante a esta situación- leaclaró Tony cuando consiguió el suficiente aire como para hablar.


-¿En serio? ¿Crees que hacía falta más picante?- le preguntóQuill.


Si Tony se tiraba un rato más acariciando su cuerpo de aquellamanera con sus manos, no necesitaría hacer nada más para queacabara estallando. Era como si aquellas manos encendieran pequeñosfuegos allí por donde pasaran.


-¿No es siempre mejor que las cosas tengan algo más de emoción?-le soltó el moreno, como si fuera lo más obvio del mundo.


Sus manos aún seguían en la espalda de Quill, acariciándolo,abarcando todo lo que podía con sus dedos, notando como aquellosmúsculos oscilaban conforme se movía sobre él, como si fuera unaola que llegaba y se retiraba continuamente.


¿Cómo sería sentirle entrando y saliendo de él?


-Si hubiera sabido que tenias un lado tan juguetón, lo hubiéramoshecho en el control de mandos. A lo mejor, te hubiera gustado teneralgo de público- le soltó Peter, frunciendo el ceño.


Sabía que este estaba jugando de algún modo con él, pero no sabíacómo ni porqué. ¿Acaso quería que perdiera la poca cordura queaún conservaba? ¡¿Qué era lo que aquella mente de genio estabatramando?!


-No me importaría tener público. ¿Y a ti?- le soltó el moreno.


Aquella sonrisilla en sus labios iba a acabar volviéndole loco.


-Eres un pervertido- le dijo Peter.


-¿Ah, sí? ¿Soy un pervertido?- le preguntó Tony, moviéndose denuevo bajo él, haciendo que le sintiera.


-Sí. Pero, por suerte, yo también lo soy.


Y, bajando de nuevo la cabeza, lo besó de aquella maneraarrolladora, dejando escapar parte de aquel fuego que lo estabaconsumiendo a fuego lento, haciendo que Tony se arqueara hacía él ygimiera en su boca.


Fue una respuesta que no hubiera podido contener.


Cuando Quill se soltaba de aquella manera, era una fuerza imparablede la naturaleza y Tony no podía evitar dejarse arrastrar por él,sabiendo que solo dejándose en sus manos era el único modo de noacabar destrozado.


El resto de la ropa empezó a desaparecer poco a poco, conforme ambosse acariciaban el uno al otro, sintiendo que todo lo que seinterpusiera entre ellos y esa piel que querían explorar era unenemigo a abatir, tirando las prendas sin ningún cuidado, cayerandonde cayeran.


Cuando sintió los labios de Peter sobre su abdomen, mientras sacabasus pantalones a tirones, Tony no pudo evitar jadear y gruñir,aferrando sus manos sobre las sábanas, notando como este iba bajandocon sus besos conforme le sacaba la prenda.


Sin embargo, cuando ambos acabaron igual de desnudos, Peter volvió asubir por él, haciendo que Tony se sintiera algo decepcionado, apesar de que oía sus propios latidos en los oídos.


-¿Estabas esperando algo?- le preguntó el rubio con malicia.


El muy cerdo lo había hecho a propósito.


-Lo único que espero es que no hagas que me aburra, Quill- le soltóTony a su vez.


No lo iba a tener rogando en aquella cama. Era Tony el que siemprehabía hecho que los demás le rogaran por más, que le dijeran quéera lo que deseaban que él les hiciera. No iba a adquirir ese papelen aquel cuarto.


-Eres tan presumido- le dijo Peter, colocándose de nuevo contra sucuerpo, rectando por él para volver a estar entre sus piernas.


Ambos suspiraron cuando sus cuerpos entraron en contacto, ahora sinninguna prenda de por medio. Ni siquiera las barreras emocionales deTony estaban en aquella habitación. Pero su chulería característicaiba a donde él iba.


-Pero te mueres por este presumido- le dijo el moreno a su vez,envolviendo el cuello de Quill con los brazos, dirigiéndole una desus sonrisas.


Peter lo observó por un momento tan fijamente, dejando a un lado elcalor del momento, que Tony temió haber hablado de más, haber dichoalgo que no tendría que haber dicho y que hubiera enfriado losánimos de este. Por eso se mantuvo a penas sin respirar cuando estese inclinó de nuevo sobre él, apoyando su frente en la suya.


-Sí, lo hago- admitió, haciendo que Tony separara los labiosbuscando algo que decir, notando como sus latidos se habíanredoblado dentro de su pecho.


Pero Quill entró en él en ese momento.


Tony no pudo evitar arquearse, sintiendo aquella unión demasiadoreal, demasiado cruda. No había esperando una invitación porescrito, pero, tras esas palabras, era jugar sucio que entrara en sucuerpo de esa manera.


Sin embargo, cuando Peter volvió a besarle, aún fundido con él, yano le importó tanto, adaptándose a él, a aquella experiencia.


Para cuando comenzó a moverse, se aferró a Peter con más fuerza,tratando de anclarse a algo mientras aquel fuego lo arrasaba yencendía al mismo tiempo, haciendo que no pudiera evitar gemircontra los labios de este, notando como él jadeaba a su vez cada vezque entraba y salía de su cuerpo, como si la experiencia fuerademasiado intensa.


Mordió los labios de Tony tan fuerte que hasta pudo sentir el saborde la sabre en mitad de sus besos, pero era imposible que pudiera sermás suave o que pudiera controlar la necesidad de su cuerpo pordevorar al moreno.


Para sorpresa del propio Peter, tenerlo de aquella manera no parecíaser suficiente. En realidad, solo parecía ser el principio de algomás. ¿De qué? Eso sería algo que tendría que acabar averiguando.


-Peter- gimió Tony cuando las embestidas de este empezaron a ser másrápidas, menos controladas.


Era como si los hilos de control que lo habían mantenido hasta ahorase hubieran roto, como si entrar dentro de Tony no fuera suficientepara poseerlo y su cuerpo se acabara de dar cuenta de ello.


Los dedos del moreno se clavaron con más fuerza a su espalda, conlas uñas demasiado cortas como para clavárselas, pero, aún así,sintió como el cuerpo de Tony no podía evitar dejarse ir mientrasél seguía entrando y saliendo de él, acariciando todas sus partessensibles, deshaciendo sus inhibiciones.


Cuando este lo apretó dentro de él, Peter lo observó un momento,viendo como Tony temblaba, con sus ojos cerrados, y volvió abesarlo, entrando en él de todos los modos en los que pudo, a pesarde que sus cuerpos estaban agotados tras la energía que habíamanado en aquella unión.


Cuando se dejó ir dentro de él, gruñendo sin poder evitarlo, comosi una mano invisible tirara de algo que se encontraba en la partemás profunda de él, Tony había colocado su rostro en el hueco desu cuello, aún aferrado a su espalda, como si no quisiera que seapartara aún de él.


Seguramente, conociéndole, debido a que no quería que lo viera enaquellos momentos, después de todo lo que había ocurrido en aquelcuarto, de lo que se había dicho y sentido.


Peter no había olvidado, por mucho que las llamas se hubierandesatado, que había admitido que se moría por aquel pequeñomoreno, que aún trataba de recuperar aliento contra él.


-Si te aferras tan fuerte a mi, pensaré que quieres repetir- le dijoPeter, medio en broma, medio en serio.


También quería ver su rostro, la expresión de este después de loque había ocurrido entre ellos.


-Es imposible que ya estuvieras listo- le dijo Tony, haciéndolecosquillas con su aliento en la piel aún sensible del hombro,haciendo que un ligero temblor le recorriera de arriba a bajo.


-¿Me estás desafiando?- le soltó este, moviéndose de nuevo dentrode él.


No había salido aún de Tony y aquel débil balanceo fue suficientepara recordárselo.


-De acuerdo, de acuerdo. Para. Déjame descansar- le pidió elmoreno, soltándolo y dejando caer su cabeza contra la almohada,dirigiendo sus ojos hacía este.


Tony lucia algo sonrojado, jadeante y algo sudoroso, pero, despuésde lo que había ocurrido entre ellos, eso no era nada raro.


Lo que le llamó la atención de Peter fue el brillo que vio en losojos de este, un brillo que antes no había estado allí, haciendoque se recostara sobre él para poder verlo desde más cerca.


-¿Qué estás haciendo?- le espetó el moreno.-Pesas.


-Solo tienes que aguantarme algo más. Estoy comprobando algo- ledijo este, sujetando el rostro de Tony con ambas manos.


-¿Ah, sí? ¿Y se puede saber qué es lo que estás comprobandoexactamente?


-Te quiero- le soltó Quill de golpe, con su vista aún clavada en lasuya.


Aquel brillo particular titiló más ante aquellas palabras, notandocomo Tony se quedaba sin aliento debajo de él. Y no tenía nada quever con que tuviera que aguantar su peso.


-¡¿Se puede saber qué estás diciendo ahora?!- le espetó este,explotando en una nube de nervios.


-Una verdad. Aunque no espero que tú contestes tan rápido. Tengo laimpresión de que tú acabarás diciéndomelo también.


Tony pensó que aquel tipo estaba loco por completo, que el tiempoque se había pasado en el espacio le había trastocado la cabeza porcompleto, haciéndole perder la razón, con esa facilidad de soltarcualquier locura por su boca con esa calma.


Pero no pudo negar los latidos acelerados de su corazón anteaquellas alocadas palabras. O el hecho inconfesable, que jamásadmitiría ante un jurado, que, durante unos instantes, él mismohabía estado tentando de responderle de igual modo.


Findel capitulo 17


Losé. Este capitulo ha sido un remolino de sentimientos y emociones,una locura de escenas donde hemos podido ver como por fin Tony rompíaesa estúpida distancia que estaba manteniendo con Quill, y que, enel fondo, sabíamos que no servía de nada, viendo como Peter almismo tiempo sentía que no estaba todo hecho con él.


Yno lo está. Llegar a una cama con el apasionado Tony Stark no es elpaso final para tenerlo del todo y eso lo sabe el listo de Quill, quees demasiado listo solo cuando quiere. Hay cosas que superar, cosasque deberán decirse a su debido tiempo, personas a las que deberáconocer, aunque en esos momentos no le haga la más mínima ilusión,y problemas que resolver.


Ahoramismo estaréis odiándome, porque parece que estoy enrareciendo elbonito momento StarkQuill que os acabo de dar y que vosotros tantotiempo llevabais esperando. Creo que, en realidad, desde el capitulouno, vosotros ya estabais ahí, agazapados, esperando que estos dosacabara en una cama (o en cualquier otra parte de la nave. Esedetalle será el que menos os interese) sin que nadie ni nadainterrumpiera este momento.


Porun instante, al principio de estar escribiendo este capitulo, he sidomala y he pensando en hacer alguna pequeña interrupción. Pero alfinal me he dicho que no, que no más retrasos. Aunque ellos hayantenido sus jueguecitos y demás, necesitaban esto. Los dos lonecesitaban y vosotros también, así que ya podéis respirar algomás tranquilos. Tony y Peter ya se han acostado. Ya no será tandifícil que haya más escenas como esta en el futuro.


Porque,una vez que se ha roto ya esa barrera de hacer la primera verdaderaescena de la pareja, las demás ya van saliendo solas y ellos, claroestá, están más cómodos el uno con el otro y no hay tantosproblemas.


Comoveo que me estoy enrollando, será mejor que os deje ya y me pongacon el siguiente capitulo, antes de que empiece a desvarías comonormalmente algo. Espero que hayáis disfrutado de este capitulo,Marvelitos. Y, como siempre, manteneos sanos y nos seguimos leyendoen el próximo. Bye.

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