Capítulo 16

Han transcurrido unos días desde que Hanon tuvo esos sueños, aún continuaba encajando alguna pieza que le diese una respuesta lógica a todas sus preguntas, pero seguía igual que cómo empezó...no tenía nada...

Mientras tanto, continuaban dándole noticias a Windy de cómo estaban yendo las cosas por la Tierra y en la reconstrucción de su reino en el Mar Negro, así cómo solicitaron un pequeño encuentro en cuanto se enterasen de alguna noticia importante que requisieran de su presencia. Rubí seguía manteniendo contacto con Snow porque quería seguir averiguando las diferencias entre los hermanos changlongs, lo mismo que el demonio del frío quería conocer un poco más sobre la chica y cómo logró sobrevivir en el ejército de su hermano. Aunque ahora mismo había otra preocupación...

-¡¿Cómo?! ¿Está pasando de verdad? - Preguntó Hanon al enterarse de la noticia.

-¡Sí! Subaru me ha llamado y Karen lleva un par de horas con contracciones desde el desayuno, ya están de camino al hospital - Le informó Coco - Nos vemos allí, ¡qué emocionante! - Exclamó y colgó el teléfono.

-¿Qué ha pasado, Hanon? - Preguntó Nagisa entrando al comedor.

-Tenemos que irnos, Karen va a tener a su bebé - Contestó y ambos salieron para ir en dirección al hospital.

Conforme iban corriendo hacia el hospital, Hanon notó un sentimiento interno al saber que una de sus hermanas iba a ser madre, ya que, le vinieron recuerdos en torno a los sueños que tuvo donde ella vivió ese momento y recordó también a ese pequeño niño del Infierno, su mente todavía le jugaba confusiones, y todavía no estaba preparada para emociones fuertes.

Cuando llegaron a su destino, subieron las escaleras hacia donde le habían indicado que estaba Karen, tocaron la puerta esperando a entrar y lo hicieron con cuidado para no hacer ruido. Allí junto a la ventana estaba la sirena de la perla morada junto a su marido y un bulto envuelto en una manta rosa en sus brazos, el resto de las chicas y sus parejas estaban a su alrededor.

-Karen... - Llamó la peliazul.

-Hanon, habéis llegado - Dijo la pelimorada con una voz cansada.

La sirena de la perla azul se acercó con cuidado hasta la cama, Karen destapó un poco la manta para que pudiesen ver mejor a su hija, la niña tenía el pelo rubio claro y se podían apreciar sus ojos de color marrón. Las sirenas no podían creer que iban a continuar con un linaje que ellas mismas pensaban que no iban a continuar cuando eran adolescentes, pero viendo que se equivocaban, definitivamente adoraban esta vida en la Tierra.

-¿Ya habéis pensado un nombre? - Preguntó Rina mientras miraba a la pequeña.

-Así es... - Subaru cogió a su hija - Queremos presentaros a Yukari Cashimoto - Le dio una sonrisa y luego miró a su esposa.

-Es preciosa - Comentó Seira mientras aparecía una expresión adorable en su cara.

-¿Cómo te sientes? - Le preguntó Noel mientras se sentaba con cuidado al lado de su hermana.

-Es una sensación extraña, pero me alegro de ya tenerla en mis brazos - Contestó Karen y colocó su mano en la barriga de Noel - Y tú también lo sentirás muy pronto - Se cogieron las manos.

-Que ganas de que llegue ya tu bebé, Noel - Dijo emocionada Luchia.

Todos estuvieron de acuerdo y deseándole buena suerte a la pareja que todavía esperaba a su pequeño, tras una hora, tuvieron que salir de la habitación para dejarles descansar, les informaron que Karen y Yukari podrían volver a casa en unos días.

Mientras tanto, en un punto alejado de la ciudad, en una montaña había una cueva habitada por un changlong de piel blanca con detalles rojizos y azules en algunas partes quién estaba teniendo una conversación con cierta pelirroja.

-¿Tenéis pensado volver aquí, Rubí? - Preguntó Snow con curiosidad.

-Estuve hablando con Windy para hacer una pequeña visita, Bulma nos estuvo informando de los embarazos de las chicas y tengo curiosidad por seguir conociendo a esas criaturas, y más ahora que tienen descendencia - Explicó Rubí.

-Eres una chica muy curiosa - Comentó el extraterrestre, haciendo que la chica soltara una pequeña risa.

-Todo ha sido un desafío y un misterio desde que estuve en el ejército de su hermano, pero estoy teniendo cuidado - Rubí se encogió de hombros - Tú también lo eres, Snow, creo que eres especial sin pensar en tu familia - Le sonrió.

-¿Especial? Nadie nunca me había dicho eso - Snow se puso en modo pensativo.

-Tengo el privilegio - Rubí se rió.

A pesar de sus conversaciones, el changlong y la pelirroja habían entablado una pequeña amistad más que con la princesa de Zaruma, Rubí era más tranquila y podía dar sus opiniones sin que se lo ordenasen. Su pasado con el reinado de los Demonios del Frío no era demasiado oscuro sabiendo que fue una de los pocos sobrevivientes al mando de su hermano Cooler.

-Nos volveremos a poner en contacto pronto, Snow, tengo que ir a ayudar a Windy y a Winter con unos asuntos - Interrumpió la pelirroja sus pensamientos.

-Por supuesto, Rubí, cuidate, esperaré pronto tu llamada - Snow dio un pequeño asentimiento con la cabeza y se cortó la comunicación del transmisor - Definitivamente mi hermano Cooler consiguió a una persona de gran personalidad e inteligencia - Pensó mientras salía de su cueva de regreso a sus labores de campo.

En otro lugar, se oía la relajada melodía de un piano, deleitando los oídos de sus espectadores, Lixto miraba con orgullo y cariño a su mujer, quién estaba sentada en uno de los grandes sillones del salón leyendo un libro. Su relación se basaba en la tranquilidad y el respeto mutuo, y desde que se encargaron de educar a Mikaru cuando volvió a ser una adolescente, tenían claro que podrían criar y educar a su hijo y los que viniesen.

Habían tenido algunas diferencias, pero nunca podían quitar su pasión por la música y los libros cuando tenían sus momentos de paz. Desde que Noel decidió vivir en el mundo humano con el chico de Panthalassa, seguía descubriendo más cosas de la superficie desde que derrocaron a Lord Mikel, habían fortalecido sus poderes y habían hecho lazos con unos guerreros poderosos con los que podían seguir aprendiendo para estar atentos a nuevos villanos que apareciesen.

-¡Lixto, Noel, ya estoy en casa! - Anunció su llegada la hermana adolescente del chico.

-Bienvenida a casa, Mikaru - Saludó de vuelta el pelinegro, la castaña lo abrazó y se sentó al lado de la sirena.

-Bienvenida - Le sonrió Noel mientras Mikaru pone la mano en su vientre.

-Está muy tranquilo, ¿estás bien? - Preguntó la castaña cuando se sentó correctamente.

-Estoy bien, Mikaru, sólo está relajado - Noel frotó un poco su barriga para calmar a la chica - Ya queda poco para conocerlo - Suspiró.

-Estoy deseando que llegue ese momento - Confesó Mikaru - Bueno, creo que debería irme a la cama, mañana tengo un turno largo en el trabajo después de ir a la universidad - Dijo mientras se levantaba - Buenas noches - Les dio un beso en la mejilla a ambos antes de subir a su habitación, la peliañil se quedó mirándola unos momentos.

-Lo está llevando poco a poco - Lixto se sentó a su lado sabiendo que pensaba lo mismo que ella.

-Y pensar que hace años casi la pierdes - Noel juntó su mano con la de él - Ha crecido muy rápido y con el tiempo su salud ha mejorado mucho, podrá realizar sus sueños - Añadió y de pronto sintió una pequeña patada - Y nuestro hijo también está de acuerdo - Soltó una pequeña risa.

-Me alegro de que piense lo mismo - Lixto le dio un pequeño beso en la cabeza - Pero ya deberíamos irnos a dormir, necesitas descansar - Se levantó para ayudar a la sirena - ¿Has notado dolor? - Preguntó.

-Sólo pequeños ratos, pero estoy bien, no tienes que ponerte nervioso, ya has hecho esto antes - Le aseguró Noel mientras subían a su habitación.

Mientras tanto, Hanon había vuelto a su palacio después de la visita en el hospital. Estaba muy contenta por la nueva descendencia que estaba creando su familia, nuevas vidas para los océanos y para el futuro, pero su mente volvía a ese niño que conoció en el Infierno. Se preguntaba qué había hecho para terminar a tan temprana edad en aquel mundo tan cruel.

Se preparó para dormir mientras dirigía su mirada hacia su anillo de compromiso, han sido muchos años al lado de Nagisa, primero fue un mocoso que sólo quiso impresionarla para enamorarle, poco a poco fue madurando para convertirse en un hombre para ella, y ahora que estaban a punto de dar un gran paso, todo su mundo se vuelve del revés hacia una espiral en círculos. Con su mente aún divagando, se metió en la cama para intentar conciliar el sueño, o al menos eso quería lograr...

-En el sueño de Hanon-

Desperté en mi habitación, oía muchas voces afuera, voces de niños y de mis súbditas, salí despacio de la cama para no hacer mucho ruido, abrí la puerta y asomé la cabeza para ver si veía a alguien pero el pasillo estaba vacío.

Nadé con tranquilidad para pensar poco a poco en lo que podía encontrar si continuaba avanzando. Afortunadamente escuché de nuevo las voces en el comedor, cuando llegué vi unas sombras infantiles volando por el techo, ¿Pero qué diablos?

-Mamá, ya estás despierta - Una de las sombras bajó hasta donde estaba y me dio un pequeño abrazo.

-Sí, ¿Qué estáis haciendo ahí arriba? Podéis haceros daño - La sombra se soltó para quedarse de pie en el suelo.

-Padre nos ordenó que debíamos entrenar para mejorar nuestras habilidades, y cómo no has podido descansar bien, Meredith nos ha traído aquí para no molestarte - Explicó mientras me cogía de la mano.

-¡Eh, vuelve aquí, hermanito, tenemos que continuar con el entrenamiento o sino, padre nos volverá a castigar! - Le llamó la atención otra sombra que estaba volando por encima nuestra, espera...¿castigar? ¿Por qué les iba a castigar por no entrenar?

-¡Mamá, deberías estar en la cama! ¿Ya te sientes mejor? - Escuché una voz femenina infantil mientras veía como otra sombra bajaba y se ponía a mi lado.

-Claro, pequeña, ¿por qué estáis todos tan preocupados? - Pregunté con un tono de confusión.

-Has estado enferma durante unos días y papá no ha dejado de estar pendiente de ti y de tus deberes reales - Me contestó. Un momento, ¿mis deberes reales?

-¿Dónde está vuestro padre? - Pregunté y de pronto sentí un escalofrío en la espalda.

-Deberías estar en la cama - Di un pequeño brinco, pero no me pude dar la vuelta ya que noté una mano en mi cintura y otra en el hombro, impidiéndome escapar.

-Me has asustado - Susurré y me acercó más a él.

-Me encanta causar estas sensaciones en ti, mi reina, pero los niños tienen razón, deberías estar descansando - Apoyó su barbilla en mi hombro.

-No hagas eso, no quiero que los niños estén incómodos - Intenté detenerle, pero él tenía más fuerza que yo, escuché su risa mientras una de sus manos me agarraba suavemente la barbilla.

-Ya se han ido, creo que ahora podemos tener nuestro momento, es raro que venga de mí, pero te he echado de menos - Noté como me dio un pequeño mordisco en el cuello, por la reina de agua, tengo que controlarme.

-Por favor, dame alguna pista para encontrarte - Supliqué intentando agarrar sus manos.

Cuando me di la vuelta, sólo vi oscuridad. Miré hacia todos lados tratando de encontrar a esas sombras, pero no obtuve resultado. Se fue formando a mis pies un suelo arenoso, podía visualizar la playa, escuchando el sonido suave de las olas. Estaba decidida a meterme en el agua, pero una pequeña brisa me lo impidió.

-Vaya, así que aquí es donde vienen los humanos a divertirse - Escuché detrás de mí y noté una mano entrelazándose con la mía.

-¿Nunca has estado en un sitio así? - Pregunté mientras lo miraba de reojo.

-No tenía mucho tiempo para disfrutar de este tipo de paisajes - Contestó y giró la cabeza - Y nunca tuve una compañía adecuada - Me besó la mano de forma delicada.

Se me formó una pequeña sonrisa agradeciendo ese pequeño gesto, le cogí la otra mano y le guié para que diésemos un paseo por la playa. Fue una caminata lenta, yo miraba hacia el mar observando a algunos peces saliendo del agua, era un pequeño paisaje donde podía respirar una pequeña sensación de paz.

-Eres tan hermosa - Me halaga haciendo que suelte una pequeña risa - Y tu risa y tu voz ayudan a calmar mis momentos de temperamento - Se coloca detrás de mí para que nuestros cuerpos quedasen unidos - Cuando te conocí, me pareciste una mujer débil pero conforme te vi más seguido, noté una sensación extraña cuando te tocaba...y no deseaba parar, tenías que ser mía - Dijo mientras notaba sus manos acariciar mi cuerpo lentamente - Debo admitir que me pareciste una humana muy particular, pero tienes un carácter muy fuerte y me hace pensar que me has hechizado con tu encanto - Añadió mientras yo soltaba un suspiro ante el toque - Mírate a mi merced, eres perfecta para mí.

-Eres tan misterioso, me confundes y quisiera saber quién se esconde detrás de toda esa oscuridad, no puedes cambiar mi vida así de repente - Le miré de reojo.

-Creo que tienes una idea equivocada, mi bella sirena, tú misma te sentenciaste, pero no te escuché en ningún momento que te arrepintieras cuando te hice mía - Dijo con una voz ronca haciendo que me estremezca.

Una vez más, una fuerte ráfaga nos separó para evitar que pudiera tocarle o seguir hablando. Volvía a estar sola en un mundo oscuro, escuchaba voces por todos lados diciéndome que tuviera cuidado en mi futuro, que un gran mal se avecinaba y que podría destruir por completo nuestro planeta y a nuestras familias.

-Fin del sueño de Hanon-

-En otro lugar-

-¡Oh vamos! Sólo pienso que es una locura - Empezó a quejarse Jeice.

-No es tan loco como parece, sólo es un pequeño viaje - Respondió Windy mientras se encogía de hombros.

-No quiero morir otra vez si vuelvo allí, ¿sabes? - Le reprochó el peliblanco - Además, ¿por qué tenemos que ir nosotros? - Preguntó resignado.

-Eso es fácil, mi hermana también vendrá y sois una escolta de confianza, ¿eso te convence? - Windy lo miró de forma divertida.

-Eres muy manipuladora - Rubí soltó una pequeña risa.

-Solo intento quitarles el miedo para ir atravesar el otro lado de la galaxia - La pelinegra se encogió de hombros.

-Solo es un trato comercial, hasta hoy no habíamos querido tener contacto con otros planetas hasta que no estuviésemos totalmente preparados para hacer alianzas externas - Explicó Winter.

-Suelto interrumpirle, princesa - Se acercó Ginyu - Pero estamos hablando de un planeta altamente peligroso, ese lado de la galaxia está plagado de alienígenas sanguinarios, algunos son más poderosos que nosotros juntos, ¿seguro que es una buena idea? - Se cruzó de brazos.

-He tenido reuniones anteriores con algunos líderes desde aquí, pero ese planeta en concreto ha pedido una audiencia presencial, así que necesito toda la ayuda posible, y como mi hermana me contó todas vuestras batallas, he decidido que sois ideales para esta misión - Comentó la peliblanca.

-¿Cuál es el truco? - Preguntó Guldo.

-Oh vamos, sólo es un pequeño favor - Windy rodó los ojos cansándose de la actitud de las Fuerzas Especiales.

-Mirenlo por el lado bueno, chicos, cuando terminemos y salgamos vivos de allí, obtendréis una buena recompensa - Sonrió Winter con algo de malicia, haciendo que los chicos la miraran con curiosidad.

-Te escuchamos - Dijeron al unísono.

-Continuará-

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