Capítulo 10
Tras aquellos sueños de anoche, Hanon todavía seguía teniendo sus dudas sobre ese ser que aparecía en ellos, se preguntaba quién podría ser y por qué no es su prometido quién debiese estar. Necesitaba respuestas, y sabía que, si hablaba con Windy, ésta sólo la confundiría más y no quiere tener desilusiones. Por el momento, estaba conociendo un poco más a Rubí, se sorprendió por el pasado de la chica y luego cómo acabo en el ejército de Cooler, se notaba que había luchado mucho para conseguir ser respetada entre las filas y demostrar que tiene valentía y coraje.
-¿En serio hiciste eso? – Se sorprendió Hanon al escuchar parte de la historia de la pelirroja.
-Claro, no iba a quedarme de brazos cruzados cuando lo tuve cara a cara – La pelirroja se encogió de hombros mientras lo recordaba.
-Viéndolo desde tu perspectiva, la verdad es que hiciste bien para ponerle en su lugar – La sirena se rio.
-Flash Back-
Llevaba ya un tiempo en el ejército de Lord Cooler, recién había cumplido los 18 años, las Fuerzas Especiales me habían entrenado y preparado para futuras misiones ya que al principio me costaba controlar los nuevos poderes que fui adquiriendo poco a poco con esos entrenamientos, además de aumentar mi habilidad de metamorfosis. En esos 2 años solo fui enviada a una pequeña misión de espionaje para buscar a un hombre que tenía una pequeña deuda con Lord Cooler y necesitaba que me infiltrara en su organización hasta que viera la causa de por qué no se reunía con él. Tuve éxito al ser mi primera misión que recibí su enhorabuena y mis compañeros me invitaron a celebrarlo.
En el día de hoy nos dirigíamos a un planeta situado algo alejado de los que estaban fuera de la posesión de Lord Cooler, ya que tenía que acudir a una reunión con su hermano Freezer.
-¿Su hermano, mi señor? – Pregunté algo sorprendida al no oír sobre él.
-Sí, Rubí. Mi mimado y colérico hermano pequeño – La voz de Cooler sonó fría y distante. Se notaba que ambos no mantenían una relación demasiado cercana – A ninguno nos gusta tener que mantener reuniones conjuntas, pero si queremos que nuestro imperio se mantenga, no nos queda otra opción-
-Comprendo – Asentí – si no es molestia preguntar ¿dónde se llevará a cabo ese encuentro?
-En el planeta de mi padre – Comentó el emperador – No tardaremos mucho más en llegar. Calculo que en un par de horas aproximadamente, si la nave sigue yendo a esta velocidad, habremos aterrizado allí.
-A la orden, Lord Cooler, ¿sobre qué temas vamos a tratar en esa reunión? Me gustaría empezar a practicar lo que quiera exponer ante su hermano – Solicité pidiendo permiso.
-No te preocupes, Rubí – Me detuvo – Salza ya se ha encargado de hacer las anotaciones sobre los planetas que vamos a tratar de negociar con Freezer para que podamos tenerlos en nuestra posesión – Me explicó – Al ser tu primera vez en esta reunión, me gustaría que solo fueras una simple observadora por si en un futuro requiera de tu labia para convencer a otros compradores y comercializadores, ¿entendido? – Me miró fijamente esperando una respuesta por mi parte.
-Claro, señor, prometo no defraudarle – Hice una reverencia con la cabeza asintiendo.
-Por supuesto que no lo harás, ahora ve con los otros – Me ordenó y yo obedecí retirándome.
-Aquí estás, Rubí – Miré hacia delante encontrándome con Doore que venía con paso rápido hacia mí.
-¿Qué ocurre, Doore? – Pregunté algo confusa.
-He estado buscándote por toda la nave, Salza y Neiz ya están terminando de hacer las anotaciones sobre los temas a tratar para la reunión con Lord Freezer, vamos, tienes que enterarte de todo – Me agarró del brazo y me arrastró hasta la sala donde se encontraban nuestros compañeros.
-Doore, solamente necesitábamos que la avisarás, no que la trajeras a rastras – Le regañó nuestro capitán y mi compañero tuvo que disculparse.
-¿Cómo suelen ser las reuniones entre Lord Cooler y su hermano? – Pregunté algo curiosa.
-Suelen ser algo...indiscretas... – Respondió Salza en un tono de desagrado – El problema son cuando están presentes las Fuerzas de Freezer, son algo molestos – Gruñó.
-Tranquila, Rubí, nosotros sabremos cómo lidiar con esos estúpidos – Habló Doore chocando los puños.
Tras esa pequeña conversación, me mantuve tranquila durante el transcurso del viaje, aunque en mi interior todavía estaba asustada por lo que pudiesen hacer esos hombres de las Fuerzas Especiales después de lo que me ocurrió en Yresh. Al cabo de 1 hora llegamos al planeta de King Cold donde unos soldados nos acompañaron hasta la sala de reuniones.
-Bien Ruby, recuerda, sólo limítate a observar y no te dejes intimidar por Lord Freezer y esos estúpidos – Me dijo Salza, yo asentí hasta que llegamos a la sala.
-Ya era hora de que llegarás, Cooler – Le reprochó un changlong que tenía cierto parecido, debía tratarse de su hermano Freezer.
-Tan impaciente como siempre ¿verdad, Freezer? – Ironizó el hermano mayor, con una mueca de fastidio dibujada en sus labios. Aquel lugar, al fin y al cabo, era el último donde él deseaba estar – En fin, lo mejor será que vayamos al grano y tratemos de acortar esta reunión todo lo que podamos.
-Mira tú por dónde. Por una vez estamos de acuerdo en algo – Sonrió Freezer con desdén, noté que de pronto fijo su mirada en mí – Vaya, vaya, ¿tienes una nueva recluta en tus filas, hermano? – Me puse algo tensa al notar su mirada.
-¿A ti qué te parece? – Se limitó a replicar Cooler, antes de esbozar él también una sonrisa maliciosa para molestar al tirano de menor estatura – Y lo mejor de todo es que ella en realidad proviene de tu parte del imperio. Se te ha escapado una recluta talentosa y eso te pasa por no prestar especial atención a las personas que viven en tu zona.
-¡¿Qué?! – Exclamó con sorpresa y enfado.
- Lo que oyes, querido hermano. Rubí ha resultado ser una guerrera habilidosa y posee incluso una habilidad especial que aporta grandes beneficios a mi parte del imperio. Te vas quedando atrás – El pecho de Lord Cooler se hinchó con orgullo, y saboreó la rabia de Freezer como si de un dulce se tratara, mientras que yo, por mi parte no pude evitar sonrojarme ante aquel halago, aunque lo acepté de muy buena gana.
Mientras seguía la tensión entre ambos hermanos, dirigí mi vista al resto de presentes, cuando vi a los hombres, me sorprendí al ver a una mujer entre las filas como me ocurrió a mí, Windy me miraba con mucho cuidado pero siendo discreta, pero...mis ojos se agrandaron al ver a Jeice, miles de recuerdos regresaron a mi mente y ninguno de ellos era positivo. Verle allí tan tranquilo, disfrutando con los suyos sin aparentemente haber recibido un buen escarmiento por lo que me había hecho provocó que mi sangre comenzara a hervirme en las venas y mi cabeza se nublara de la ira que me comía por dentro. Por impulso, salté hacia él tirándole al suelo.
-¿Pero qué estás haciendo? – Chilló él, levantándose del suelo enseguida – ¿Es que te has vuelto loca? – Se puso en posición de combate.
-¡Por tu culpa, me desterraron de mi planeta sólo por no satisfacer tus enfermizos deseos, maldito bastardo! – Exclamé furiosa, iba a atacarle si no fuera porque me detuvo Doore levantándome.
-¿De qué me estás hablando, niña? Yo a ti no te conozco de nada – Gruñó ese imbécil, clavando sus ojos verdes en los míos, lleno de rabia por haberle dejado en mal lugar justo delante de sus compañeros. Yo quise enfrentarlo, pero me encontré cara a cara con mi jefe.
-Será mejor que te calmes, Rubí – Me indicó él, mirándome con su habitual expresión fría, aunque no parecía enfadado – Por muy poco que nos guste estar aquí, debemos mantener las formas en todo momento.
-Lamento lo que ha sucedido, Lord Cooler – Me disculpé, agachando la cabeza al tiempo que miraba de reojo a Jeice, que entonces mostraba una sonrisa de oreja a oreja, complacido por el hecho de que me estuvieran echando una buena bronca – Será cretino – Pensé con resentimiento – Esto no va a quedar así.
-Me temo que voy a pedir que te retires, no estás en condiciones para estar presente en esta reunión – Puso las manos tras su espalda – Quiero que esperes fuera, te vendrá bien que te tranquilizases en lo que concluimos este encuentro, ¿te ha quedado claro? – Me miró de forma penetrante.
-Si...mi Lord – Suspiré con una expresión de derrota.
-Bien. Pues entonces nos vemos cuando acabe el encuentro y te informo de todo lo que hayamos hablado – Respondió Cooler, despidiéndose de mí.
Salí de la sala para no interrumpir, en mi interior todavía seguía con rabia por ese mal recuerdo, no podía quedarme de brazos cruzados, por lo que ideé una pequeña venganza mientras mi jefe estaba en la reunión. Di un pequeño paseo por el palacio evitando perderme para poder encontrar el camino de vuelta, en una sala vi a unos soldados pintando una habitación por orden de King Cold para poner nueva maquinaria. Me llevé un par de tarros de pintura para preparar una trampa cuando saliese Jeice de la sala de reuniones.
-Me muero de ganas de ver la cara que pondrá cuando su piel se tiña de ese bonito color – Me reí entre dientes, imaginándome la escena, hasta que escuché el abrir de las puertas junto con unos gritos.
-¡Sabes que yo me quedaré con esos planetas, Cooler, no lo olvides! – Vi a Lord Freezer salir muy enfadado seguido de su hermano y sus soldados.
-Gruñe todo lo que quieras, hermanito, yo siempre gano – Salió con una sonrisa triunfadora – Rubí, ya hemos terminado, nos vamos – Me llamó y me posicioné a su lado.
-¿Te has aburrido mucho, Rubí? – Me preguntó Neiz a lo que sonreí maliciosa.
-Digamos...que he encontrado algo para entretenerme – Al decir eso se escuchó un estruendo junto a unos gritos.
-Fin del Flash Back-
-¡Tardé varias horas para quitarme toda la pintura! – Se escuchó la queja de Jeice.
-No se iba a quedarse así, tenía motivos – Se rio la pelirroja.
-Reconozco que tenía su gracia, se te veía genial esa apariencia – Le siguió la risa Windy.
-Tiene razón – Dijo Guldo en un tono burlón haciendo que su compañero lo mirase mal.
-Bueno, me tengo que ir, tengo una cita importante – Dijo Hanon a punto de retirarse, pero fue detenida por Windy - ¿Qué?
-Te veo demasiado emocionada por esa cita, recuerda lo que te he dicho varias veces, Hanon – Dijo la pelinegra muy seria.
-Y yo ya te he advertido que no te metas en mis asuntos, Windy, así que no me molestes ni hagas nada sospechoso mientras estoy fuera – La encaró y la esquivó para poder irse.
-Cuando aprenderá a escucharme, es muy cabezota – Pensó la pelinegra cruzándose de brazos.
-¿Te encuentras bien, pequeñaja? – Le preguntó su novio por detrás.
-Espero que cambie pronto de parecer, Burter – Dijo Windy soltando un pequeño suspiro – Vamos, me apetece explorar un poco antes de marcharnos – El gigante le sigue.
-En otro lugar-
Noel se estaba dirigiendo hacia el reino del Calamar Gigante ya que necesitaba hablar con el Dr Somegoro debido a que llevaba unas semanas que se sentía muy rara y hubo un par de ocasiones en los que casi se desmayó estando en la biblioteca de su casa que incluso preocupó a Lixto y le dijo que fuera a buscar ayuda ya que se preocupaba mucho por ella y por su bienestar.
-Reina Noel, es un honor verla por aquí – Habló uno de los ayudantes del Rey Calamar.
-Gracias, espero que el Dr Somegoro pueda atenderme – Dijo la peliazul en un tono tranquilo.
El ayudante le guio hasta una gran sala en donde se podía presenciar utensilios de medicina y aparatos para supervisar el bienestar de las criaturas que habitaban en el mar. En el centro se pudo observar a un hombre de edad avanzada curando a un tritón que tenía una armadura, éste tenía una leve herida en el brazo.
-Bueno, esto ya está, en unos días se te curara – Le indicó el hombre al guardia.
-Sí, mi señor, gracias, ya me retiro a mi puesto – Se levantó, hizo una reverencia y se marchó de allí.
-Señor, la reina Noel del Ártico está aquí – Anunció el ayudante.
-¡Noel, bienvenida! – Saludó el hombre dándole un beso en la mano – Dime, ¿cómo has estado, ¿cómo os va en la superficie? – Preguntó mientras le ofrecía a sentarse.
La sirena le contó al detalle al rey calamar cómo estaba siendo su vida en el mundo de los humanos después de haber contraído matrimonio con un descendiente de la especie de los Phantalassa, el resto de sirenas querían darse una oportunidad de seguir explorando ese mundo y de tener un momento para ellas mismas sin responsabilidades, pero cuando hay problemas, siempre están ahí.
Por consiguiente, le contó sobre los nuevos amigos que habían hecho y que estaban siendo los nuevos héroes encargándose de los villanos que no les era efectivo su canto ni sus poderes.
-Comprendo, vaya, estáis aprendiendo cada vez más cosas sobre los seres de la superficie, debéis ir con cuidado, Noel – Le advirtió el Rey Calamar.
-Lo tendremos, esperamos que la nueva sirena pueda darnos más información y enseñarnos más cosas sobre su origen – Comentó la peli-añil - ¿Y bien? ¿Qué se supone que tengo? – Preguntó ansiosa.
-Bueno, supongo que a tu esposo y a tu reino les alegrará saber que muy pronto habrá un nuevo miembro en la familia – Contestó con una sonrisa.
-¡¿QUÉ?! – Se sorprendió - ¿Estoy...embarazada? – Miró su vientre.
-Así es, enhorabuena, querida Noel – Asintió Somegoro mientras la sirena terminaba de asimilar la noticia.
-Entiendo...gracias, Somegoro – Noel le agradeció y se marchó con una pequeña reverencia – Así que un bebé...estoy ansiosa por contárselo a Lixto y a las chicas – Pensó y nadó con entusiasmo a la superficie.
En cuanto estuvo en el mundo de los humanos, estaba cerca de su casa, entró y se encontró con la sorpresa de que estaban allí Karen y Subaru.
-Oh, hola cariño, bienvenida – Lixto se levanta y le da un beso en la mejilla - ¿Cómo te fue con el Dr Somegoro? – Le preguntó.
-Ha ido bien, tengo una buena noticia para todos – Contestó en un tono emocionado - ¿Qué os trae por aquí, Karen? – Miró a la peli-violeta.
-Bueno, hace unos días fui a ver a Somegoro ya que llevaba unas semanas que me encontraba mal... – Comenzó a explicar – Resulta ser que estoy esperando un bebé – Puso sus manos en su barriga.
-¡¿Cómo?! ¡¿Tú también?! – Noel se sorprendió, ambas se miraron y a los segundos gritaron eufóricas.
-Parece que hemos conseguido tener hijos a la vez, Lixto – Comentó Subaru soltando una pequeña risa.
-Si...algo en que nunca cambiarán, es que son de hacer las cosas juntas, incluso si es teniendo hijos – Dice el peli-grisáceo estando de acuerdo – No tardarán mucho en correr la voz, vamos – Salen al jardín donde estaban sus esposas deliberando sobre cómo decirles las noticias a los demás.
-Mientras tanto-
Hanon había acudido a una cita con Nagisa para ver más cosas de la boda y dejar todo preparado. La sirena azul todavía estaba confusa por los sueños que ha estado teniendo...trataba de ignorarlos, pero quería saber más sobre lo que estaba pasando y más que nada, le gustaría averiguar quién es esa sombra que ha estado con ella. Aún tenía escalofríos por el tacto que tuvo, se sintió demasiado bien, nada comparado al de su prometido, pero no podía dejarse engañar, esperaba conseguir convencer a Windy para que le deje tranquila o por lo menos que se fuera y regresara a su planeta de origen.
-Hanon, eh Hanon – Le llamó Nagisa mientras le movía la mano delante de la cara para que saliera del trance.
-¿Eh, qué pasa? – Preguntó cuándo salió de sus pensamientos.
-Por fin, llevabas un rato con la mirada perdida que casi te das un golpe contra una farola, si no fuera por mí, hubieras tenido un buen golpe en la cara – Dijo Nagisa acariciándole la mejilla - ¿Qué es lo que te ocurre? Estás muy rara desde hace unos días – Enarcó una ceja.
-No es nada...es solo que...no he dormido bien últimamente – Intentó excusarse para tranquilizarlo.
-Hanon...desde que reviviste a esa chica y a sus amigos no has vuelto a ser la misma, antes eras más enérgica, pero ahora...te noto más decaída y distraída – Comentó el de ojos grisáceos.
-Desde que la reviví solo me ha traído problemas – Pensó Hanon gruñendo para sus adentros, pero de pronto le vino un recuerdo – Nagisa...¿tú aún me amas? – Preguntó.
-¿Qué? Claro que te sigo amando, Hanon, ¿a qué viene esa pregunta tan de repente? – Nagisa se sorprendió.
-Es que... – Se calló – Es cierto, debo de estar delirando, perdóname – Hanon soltó una pequeña risa – Será mejor que vuelva al palacio, no quiero preocupar a mis súbditas – Le coge la mano y se dirigen a la playa.
Al cabo de unos minutos, llegaron a una zona de la playa dónde no había nada de gente, la sirena se despidió de su prometido y emprendió nado hasta su reino mientras seguía en sus pensamientos sobre el cómo podía encajar cada pieza del puzzle de los sueños que ha ido teniendo.
Quería intentar conversar con Windy una última vez para buscar respuestas sobre esos sueños y también para tratar de averiguar quién es esa sombra y por qué estaba siendo tan feliz con él y no con Nagisa.
-Ah, aquí estás, Hanon – Habló una voz y se encontró con Rubí al entrar.
-Hola Rubí, ¿qué tal ha sido vuestro día? – Preguntó la sirena amablemente.
-Muy bien, ven, Windy quiere decirte algo – La pelirroja coge su mano con delicadeza y van juntas al comedor.
-Alteza, bienvenida – Jeice le hizo una pequeña reverencia, Hanon le sonrió de vuelta.
-¿Qué es lo que quieres contarme, Windy? – Dirigió su mirada a la pelinegra.
-Bueno, creo que te alegrará saber que voy a regresar a mi planeta natal... – Contestó Windy con simpleza sorprendiendo a la peli-azul.
-¡¿Cómo?! – Exclamó sorprendida.
-Continuará-
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