10
Después de recibir un par de mensajes por parte de JiMin, apagó su celular para seguir en su trabajo. Había pasado dos días desde aquel pequeño problema que había tenido el pelirrosa. Para distraerse un poco el menor había ido a la boda de uno de sus hermanos, alejándose del bullicio de la ciudad durante algunos días.
YoonGi había estado en contacto con él desde que se fue, enviándole mensajes todo el tiempo y audios, JiMin le contestaba cada que podía, ya que el lugar en donde estaba tenía muy poco acceso a internet.
Por ende ahora sólo sabía que el menor regresaría en la tarde, y estaría llegando a casa en la noche.
Ese día tenía tiempo completo en el trabajo, por lo tanto saldría en la noche cuando ya no hubiera tantos clientes. Ahora era temporada alta y debía aprovechar, porque durante esa semanas había buena paga y sobre todo propinas.
Y la verdad era que estaba necesitado de dinero, parecía nada, pero ser un adulto era realmente difícil, trabajar y ganar unos cuantos wones no ayudaba en nada si se trataba de pagar renta, conseguir comida, y pagar pasajes para transportarse de un lugar a otro.
—¿Qué tal van las cosas con ese niño?— preguntó Taehyung sentándose a lado de YoonGi.
—Mmn bien, todo está bien — murmuró —¿Por qué nunca me dijiste que tenías algo con Hobi?
Taehyung soltó una risita mientras pensaba correctamente en sus palabras.
—Realmente... no estamos en una relación si eso es lo que crees — dijo recargando su mejilla en la palma de su mano —. Aunque me gusta, me parece lindo y divertido, él no es lo que estoy buscando.
—¿A no?— preguntó confundido.
Para ser sinceros, YoonGi siempre vio cierta química en ambos hombres, pero nunca entendió porque ninguno de los dos daba el primer paso a su relación. Sin embargo, ya se daba una idea del porqué Taehyung no se convencía de querer tener algo con Hoseok.
Hobi es la clase de persona que le gusta lo rutinario, y Taehyung buscaba algo más de acción.
—Lo nuestro fue algo casual, divertido, y tuvimos sexo si te lo preguntas.
—No quería saber eso en realidad, pero gracias. — respondió, escuchando como su amigo silbaba para molestarlo.
—Bueno, el caso es que... realmente no siento una conexión, creo que es la clase de hombre que todas las mujeres quisieran en su vida, atento, cariñoso, amable, sexy y todo eso. Pero no es lo que yo deseo, es decir — el ahora pelinegro suspiró con frustración —, su meta es poner una cafetería en la misma sección donde vive y quedarse ahí toda su vida, lo que yo busco es salir y conocer el mundo. Claramente, no lo merezco.
—Creo que estas equivocado — YoonGi le dijo, dejando caer unas cuantas palmadas en su hombro —. Ambos son únicos a su manera, ninguno se merece al otro, si no es lo que quieres, no te preocupes, no tienes porque sentirte mal por eso, Hoseok encontrara a alguien perfecto para él, y tú encontrarás lo que tantos estás buscando.
Taehyung sonrió enormemente, casi como si se estuviera burlando de él por ocultarle algo, y YoonGi supo identificar su sonrisa.
—¿Qué diablos hiciste?— preguntó alzando la voz.
—¡Adivina quien se va a París en vacaciones! ¡así es! ¡este galán!— dijo apuntándose con sus dos dedos pulgares mientras hacía un extraño baile.
YoonGi soltó en carcajadas al ver lo feliz que estaba su amigo, pero no pudo decirle nada más que no fuera otra cosa que felicitarlo. Taehyung había estado deseando tanto viajar, conocer ciudades y todo lo demás.
Tal vez era su momento de brillar.
—Min YoonGi — la poco agradable voz de un hombre se escuchó a unos pasos de ellos, YoonGi rápidamente volteó al ver a Choi Sangwoo ahí en el restaurante —. Necesito hablar contigo un momento, quiero una de las mesas de la zona privada.
Taehyung se movió rápidamente para dirigir al hombre hasta su mesa, procurando limpiar bien el lugar para la estadía del señor Choi. YoonGi siguió los pasos del mayor hasta aquélla zona, no sabía a qué había venido, sobre todo de lo que quería hablar, pero si este hombre venía a lo mismo que Park Hyunbin alguna vez quiso, no estaba dispuesto a ceder.
—Siéntate.
YoonGi obedeció ante su petición, tomando el lugar vacío frente a él. Ya que estaban en una de las mesas privadas del restaurante, había muy pocos clientes en aquélla zona, por lo tanto podían hablar sin interrupciones.
—¿Sucedió algo señor?— preguntó, pensando en qué probablemente eso se trataba de JiMin.
—Mmn sí, algo así — murmuró, observando el menú que le había ofrecido —. Dime algo YoonGi, ¿haz probado la comida de aquí?
—Eh... bueno, no realmente, el restaurante no cubre nuestra comida, si queremos algo podemos comprarlo, pero la verdad, estos platillos son muy caros como para comprarlos.
—Genial — suspiró —, supongo que entonces no te pagan lo suficiente. Si dices que no te alcanza para comprar un solo plato de comida del mismo restaurante donde trabajas, deben estarte dando una mierda.
YoonGi tragó con dificultad ante las palabras tan directas de aquel hombre, debía admitir que había dado justo en el blanco. Lo que le pagaban era una porquería, pero tampoco quería admitirlo tan fácilmente.
—¿Puedo saber por qué está preguntando?— dijo, alzando una ceja mientras veía al señor frente a él.
—Ahh, no suelo hacer esto — suspiró —, pero he visto lo feliz que haces a JiMin, y realmente no me importa ni una mierda de lo que diga su padre biológico. Mientras tú cumplas con hacer feliz a mi ahora hijo, te propongo trabajar para mí, te daré todo el dinero que necesites, incluso si quieres un nuevo departamento de los edificios que me pertenecen.
El rubio abrió los ojos completamente sorprendido.
—¿E-esto es verdad?— preguntó confundido y algo emocionado.
—Sí, necesito alguien nuevo para ayudarme con la administración de una de mis empresas, todos suelen salir huyendo porque es un trabajo difícil — soltó una risita —, pero si estas dispuesto a aceptar, pediría que te capacitaran todo lo necesario, te daría un buen horario de trabajo, el cual lo manejarias a tu modo siempre y cuando trabajas bien, ya sabes, para que tampoco te ahogues en tanto trabajo.
—Pero... con todo respeto, si acepto trabajar con usted, no estoy dispuesto a hacer alguno de sus trabajos escondidos que tiene. — pronunció, estaba consciente de que Sangwoo también tenía sus negocios sucios, probablemente no tantos como Park Hyunbin, pero si algunos y no quería verse involucrado en eso.
—Oh... — sonrió divertido —. Querido Min YoonGi, mientras tu trabajes para mí en la empresa y te encargues de hacer feliz a JiMin, todo estará bien.
El mayor sacó una suave sonrisa después de escucharlo, era lo único que necesitaba saber.
—Entonces lo haré, trabajaré para usted.
—¡Perfecto! — aplaudió fascinado —, entonces renuncia a este lugar lo antes posible, mañana te estaré esperando en el mismo lugar donde fuiste aquélla vez. — se levantó de su lugar para darle una gran sonrisa al menor, y YoonGi sintió algo de miedo al verlo sonreír tanto.
De verdad que Choi Sangwoo daba escalofríos por muy amigable que se viera.
Después de que aquel hombre se fuera de ahí y le contará Taehyung sobre lo que había pasado, habían celebrado juntos por al fin deshacerse de ese trabajo que tanto tiempo les consumía pero que jodidamente necesitaban. Ahora que Taehyung pensaba irse de viaje, no estaba dispuesto a regresar a trabajar al mismo lugar, es más, ni siquiera estaba dispuesto a regresar de su gran viaje.
Luego de haber hablado con su gerente y presentar su carta de renuncia, tuvieron que terminar su jornada laboral por se su último día.
Las luces de los demás puestos sobre la calle iluminaban todo a su alrededor, los últimos clientes ya estaban por terminar de cenar y su horario de trabajo llegó al final. Taehyung fue el primero en salir corriendo por aquella puerta, seguido a pasos lentos por YoonGi, quien rió cuando el pelinegro gritó con los brazos al aire que era completamente libre.
—Estas loco — le dijo, haciendo que el pelinegro asintiera con una gran sonrisa.
—Lo estoy — contestó —. Y estoy a punto de ir en busca de mi otro loco.
YoonGi soltó una gran carcajada siendo acompañado por su mejor amigo. Sin embargo, su momento de paz se vio opacado cuando una voz detrás de ellos los sacó de sus pensamientos, ambos voltearon encontrándose con Seonwoo.
—YoonGi hyung — el menor le llamó —¿podemos hablar?
—Ahh... claro — respondió.
Taehyung se alzó de hombros y simplemente le hizo una seña para indicarle que ya se iba, chocaron puños y el pelinegro desapareció felizmente por las calles.
YoonGi trató de concentrarse en lo que estaba por pasar, no había visto a Seonwoo desde aquélla vez que lo llevó a su departamento por lo borracho que estaba. Además de que, el menor los había encontrado a JiMin y a él completamente desnudos y abrazados en el sillón.
Tal vez debió haberse sentido mal por el chico, pero no podía obligarse a sentir nada por alguien que no le gustaba.
—¿Sucede algo?— preguntó, metiendo sus manos en las bolsas de sus pantalones, mirando atentamente al chico.
—Yo... venía para poder hablar con usted, es algo importante para mí pero... — se le veía nervioso, completamente perdido —. YoonGi hyung, usted me gusta, lo sabe, pero yo sé que no le gusto, me ve como un niño porque lo sigo siendo, lo entiendo. Sólo quiero... saber si algún día, podré tener una oportunidad con usted.
YoonGi negó con cautela, no quería hacer sentir mal al chico, pero tampoco podía darle esperanzas de nada. Le agradaba Seonwoo, pero no de la misma manera. No era mutuo y solamente quería dejárselo claro antes de que doliera más.
—No, no creo que eso sea posible — bajó la mirada —. Estoy... estoy enamorado de alguien, y ahora dudo mucho alejarme de esa persona.
Seonwoo mordió su labio inferior con cierta tristeza, sus nervios se habían disparado y ahora que tenía la respuesta, sabía que no había nada más por hacer que irse y dejar el recuerdo de su enamoramiento con Min YoonGi como una tontería, tal vez la mejor tontería que alguna vez le había pasado.
—Puedo... — su voz se cortó y sus ojos parecían brillar por las lágrimas — ¿puedo hacer algo antes de que te vayas? sólo será esto y nunca más volverás a verme detrás de ti.
El mayor asintió, esperando con paciencia a que aquel niño tomara el valor suficiente de hacer lo que tenía planeado. Pero todo quedó en el olvido cuando sintió como tomaron sus mejillas y luego, esos labios se pegaron a los suyos una vez más. Pero YoonGi no se separó, ni se lo negó, solamente dejó que Seonwoo lo besara.
Era lo único que podía obtener de él ese niño, porque su amor no sería posible.
Para cuando Seonwoo se separó y se despidió de él, YoonGi ya estaba de regreso a la realidad. Con cansancio en su cuerpo comenzó a caminar en dirección hasta donde tomaba su autobús, perdiéndose un momento en aquélla larga y obscura noche, la cual se sentía aún más fresca que las demás.
Caminó tanto que no se dio cuenta cuando llegó a ese lugar, y como un deja vu en aquélla noche, igual que haces algunos meses, volvió a encontrarse a la distancia con aquel hermoso chico que se había llevado toda su atención desde la primera vez que lo vio.
Su sonrisa, sus ojos, su cabello, su rostro, todo en él le parecía perfecto. Tanto que no dejó de admirarlo hasta que estuvieron uno frente al otro, y como si fuera completamente necesario, YoonGi se acercó decidido hasta tomar sus mejillas y juntar sus labios en un profundo y necesitado beso.
Uno que Park JiMin correspondió.
—¿Por qué fue eso?— preguntó con una sonrisa en sus labios, sus mejillas estaban rojas, no sabía si por el beso o por el clima tan fresco.
—Yo... mierda, te extrañé mucho a pesar de que te fuiste sólo dos días — murmuró bajito —. Sólo estaba necesitado de ti, es todo.
JiMin alzó una ceja con diversión, pasó la punta de la lengua por sus labios, humedeciéndolos con satisfacción.
—¿Necesitado? vaya, si es así creo que podemos quedarnos juntos esta noche.
YoonGi rió, pero aceptó la propuesta sin duda, porque estaba demasiado necesitado de la presencia, cariño y amor de JiMin.
—Tengo que decirte algo — susurró sobre sus labios, tomando sus manos con las suyas y dejar suaves caricias, JiMin hizo un sonido para indicarle que lo escuchaba —, hace rato me encontré con Seonwoo, confesó sus sentimientos por mí, y me dijo ciertas cosas que me hicieron pensar en ti, en que no quiero a nadie más a mi lado si no eres tú. Antes de irse por ser rechazado, dejé que Seonwoo me besara, porque sentía que era lo único que podía darle al pobre niño que siempre trató de llevarse mi atención, pero nunca pudo lograrlo, al menos no de la forma romántica. Y lo siento, perdón por dejarle hacer eso.
A diferencia de lo que YoonGi pensaba, JiMin no reaccionó de mala manera, al contrario, se veía algo anonado por su confesión. El pequeño pelirrosa asintió después de escucharlo, dándole una cálida sonrisa para llevar una de sus manos hasta le mejilla de YoonGi y acariciarla.
—Gracias por habérmelo dicho — respondió —. Supongo que es lo único que podrá tener ese niño de ti, porque a partir de ahora eres todo mío.
Se abrazó a su cuerpo, pasando sus brazos por todo el pecho del mayor hasta aferrarse a su espalda. YoonGi se quedó confundido por unos segundos.
—¿Ya lo sabes?
—Aja, Sangwoo me lo acaba de decir hace un rato — rió, dejando un beso sobre su mandíbula —. Creo que ahora pasaremos mucho tiempo juntos, además de que, por fin tendrás dinero suficiente para lo que necesites.
—Sí... para serte sincero, no me importa mucho el dinero, aunque estoy agradecido por su generosidad — susurró, tomando el rostro del menor bajó sus manos —, creo que me emociona más el estar contigo sin que nadie más se oponga.
—Sí, es como un sueño.
El pelirrosa no pudo evitar lanzar un jadeo de emoción en cuanto lo pensó de esa manera, volviendo a colgarse del cuerpo de YoonGi para dejar bastantes besos sobre sus labios. Importándole muy poco si los demás los veían como unos raros.
Que se jodan, pasó mucho tiempo escondido en una caja, siendo ocultado, siendo oprimido, fantaseando con alguna vez encontrar un amor perfecto, alguien que lo quisiera por quien era realmente, sin que le cuestionaran sus gustos o su cuerpo. Quería un amor de verdad, y por fin lo había encontrado.
Ahora tenía a Min YoonGi en su vida.
Bajó la luz de la luna en aquélla brillante y acogedora noche, donde se encontraron por primera vez, había dos personas abrazadas, besándose con todo el cariño posible y encantadas de haberse conocido.
Fin
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