09



—Estas siendo un idiota.

Park Hyunbin sonrió con cierta malicia cuando escuchó la respuesta de Choi Sangwoo, había perdido la cuenta de cuantas personas le habían dicho eso durante toda su vida. No los culpaba, después de todo tenían razón, es un idiota que sabe aprovecharse de las situaciones y manejar todo a su manera.

—Quiero lo mejor para mi hijo.

Sangwoo soltó una risita sin gracia alguna.

—No, no quieres lo mejor para tu hijo, si fuera así, no te importaría la clase de relación que tiene él con ese chico.

—¿Estás diciendo que estás de acuerdo con esto?— preguntó notablemente molesto.

—Estoy de acuerdo con que JiMin sea feliz, no hay nada de malo en eso — respondió cruzándose de brazos —. Se supone que los padres siempre quieren lo mejor para lo hijos, ¿no es así?

—Él no-

—Es mi hijo desde el momento en que firmaste esos papeles — le cortó enseguida —, podrás ser su padre biológico, pero ahora yo soy su padre legalmente y tengo la custodia, decidimos conservar su apellido porque fue una de tus condiciones, pero no te equivoques.

—Él sigue teniendo mi sangre.

—Por desgracia — Sangwoo rodó los ojos —, pero lo siento, él ahora es mi hijo, está bajo mi cargo y yo soy quien le prohíbe con quien salir o con quien puede estar. Y a mí se me apetece que salga con ese tal Min YoonGi, ¿tienes algún problema con eso?

—Lo tengo — afirmó Hyunbin, acortando la distancia entre ambos cuerpos, dándole una fría mirada al contrario —, ya perdí un hijo por irse con un tonto marica, no perderé otro más.

Sangwoo sonrió de lado, llevando una de sus manos hasta la mejilla de Hyunbin y acariciando sin mucho tacto, burlándose un poco de él.

—Ya lo hiciste — contestó —. Lo perdiste desde hace mucho tiempo, y no precisamente cuando decidiste darlo en adopción como si fuera cualquier cosa. Lo perdiste desde que te sentiste avergonzado por cómo y quién era.

—No voy a dejar que salga con ese chico — gruñó.

—Sí le haces algo a ese chico, vamos a tener problemas muy serios Hyunbin — murmuró, está vez con un tono de voz más fuerte —. Estas loco si crees que matando personas se arreglan las cosas, ¿por qué no mejor consigues terapia para arreglar tu cerebro?

—¿Ahora defiendes a un simple camarero?— preguntó alzando una ceja divertido.

—Ese camarero hace feliz a JiMin, ¿por qué no puedes ser feliz con eso?— respondió, se alejó lo suficiente de aquel hombre como para mirarlo de arriba a bajo —. Ahora vete, JiMin está por llegar y no quiero que te vea cuando estés aquí.

—¿Ahora no tengo permitido ver a mi hijo?

Sangwoo rodó los ojos, comenzando a hartarse de la actitud de aquel hombre.

—Vete, o le diré a mis hombres que te saquen.

—Amenazándome no consigues nada, sabes que puedo ser peor que tú.

—¡Escucha! Te estoy pidiendo que-

El sonido de la puerta abriéndose sacó de sus pensamientos a ambos hombres, y Sangwoo sintió un miedo terrible al saber que JiMin había llegado, sobre todo por la expresión que Hyunbin puso en su rostro al verlo. Choi se apresuró a ponerse frente a JiMin para protegerlo de cualquier tontería que su padre biológico tratase de hacer.

—¡¿Qué mierda?! — Hyunbin sentía que se la iba el aire —. Joder, Choi Sangwoo, convertiste a mi hijo en una zorra.

—¡Cállate! ¡no voy a dejar que ofendas a MI hijo!— contestó resaltando su autoridad —, ya no eres su padre, renunciaste a ese derecho desde que firmamos ese contrato, ¿lo recuerdas o te lo enseño? así que yo decidido sí me molesta lo que JiMin haga o no, y si JiMin se quiere vestir con ropa de mujer no hay problema para mí.

Una de las manos del pelirrosa se aferró al brazo de Sangwoo, se sentía un poco tímido, pero sobre todo estaba aterrado. Ver a su padre biológico ahí, después de tanto tiempo, no significaba nada bueno, además de que lo había descubierto usando una de sus tantas faldas que ahora vestía.

El mayor miedo que JiMin siempre tuvo en su vida, se estaba presentando frente a sus ojos justo en este momento. Su padre, Park Hyunbin siempre se refería a él de una mala manera, porque no cumplía con los estándares de un hombre de verdad, como él solía decirle. Tenía caderas estrechas, una cintura fina, muslos gruesos y aunque tenía buena masa corporal, no quitaba el hecho de que no era del agrado de Park Hyunbin que su único hijo biológico luciera tan dócil y femenino.

—Genial, dejé que un enfermo te adoptará — Hyunbin caminó directamente hacia ellos —. Quítate, voy a llevarme a mi hijo.

—Sobre mi cadáver. — respondió el otro.

Un amargo nudo se formó en toda la extensión de su garganta, Hyunbin no estaba dispuesto a meterse en problemas con Sangwoo, pero estaba realmente enojado en esos momentos.

Así que, dando media vuelta, buscó por toda la casa la puerta de la habitación de JiMin y caminó rápidamente hasta esa.

—¡Park Hyunbin!— Sangwoo gritó cuando lo vio adentrarse en aquella habitación —. Mierda.

JiMin corrió rápidamente al escuchar como su padre abría con fuerza el ropero de su habitación, al entrar vio como ese hombre sacaba toda la ropa bonita que se había comprado, los vestidos, las faldas, las medias y oh dios, cuando llegó a la lencería explotó.

—¡¿Qué jodida mierda es esto?! ¡debí suponer que eras toda una puta!— gritó el mayor, comenzando a romper prenda por prenda.

—¡No! ¡espera!— JiMin se acercó, tratando de detenerlo, pero le fue imposible batallar contra alguien que le doblaba la fuerza —. Deja eso, p-papá... ¡por favor!

Sangwoo tomó del brazo a JiMin, tirando de él para apartarlo de aquel hombre, sacudió el cuerpo enteró de Park Hyunbin cuando se fue contra él, haciendo que ambos cuerpos se azotaran contra la pared de la habitación.

JiMin no pudo aguantar las lágrimas al ver a ambos hombres gritándose y peleando, por alguna extraña razón, le dolía el corazón de ver a su padre biológico ser tan mierda con él. ¿Qué diablos quería ese hombre? Primero lo daba en adopción sin su consentimiento y luego quería volver a controlarlo, ¿qué carajos sucedía en su retorcida cabeza? las lágrimas bajaban por todo su rostro, llorando cual niño pequeño asustado por ver a sus dos padres peleando.

Después de algunas segundos, otro par de hombres entraron en la habitación, cada uno de ellos separó a los contrarios para que dejaran de pelearse. JiMin aún no entendía que clase de acuerdo o relación tenían esos dos como para que sus hombres no hubieran iniciado una matanza en aquélla habitación.

Park Hyunbin fue sacado a fuerzas por sus mismos hombres, al igual que Sangwoo. Cualquier problema que tuvieran lo arreglarian sin meter a JiMin en eso, aunque el menor ya se hacía una idea.

El pelirrosa se dejó caer al pie de la cama, mientras trataba de limpiar sus lágrimas y de tranquilizarse. Ya no sabía que más hacer para deshacerse de ese sentimiento, estaba harto de la vida que le habían dado. Su padre biológico siempre le había despreciado, siempre lo había hecho de lado, le prohibía libertad y hacía comentarios contra su propio hijo.

¿Por qué ahora que tenía una buena vida quería volver a arruinarlo? Choi Sangwoo había sido mejor padre que él en toda su vida, aunque se había tardado en agarrarle confianza a ese hombre, Choi Sangwoo se había comportado de la mejor manera posible con él, no lo juzgaba, no ponía peros, no lo quería alejar de YoonGi.

Se arrastró por el suelo con cuidado, levantando todas las prenda que Park Hyunbin había roto y sacado. Le dolía aún más recordar como su padre biológico realmente lo veía como una aberración por usar ropa de mujer.

Él sólo quería sentirse bien con él mismo, no es como si hubiera dejado de ser hombre sólo por eso.

Puso toda la ropa en su cesto de basura y luego volvió arrastras a la cama para poder subirse en ella y descansar un poco, o tal vez seguir llorando.

No supo con exactitud cuánto tiempo pasó dejando que sus lágrimas mojaran todo su rostro de nuevo, tampoco se dio cuenta cuando cayó profundamente dormido con aquel dolor en su pecho. Pues después de algún rato, sintió como una mano lo movía lentamente, tratando de despertarlo.

—JiMinie. — aquélla suave voz se escuchó cerca de su oído, luego, sintió un beso sobre su mejilla.

Con eso fue suficiente para darse cuenta de quien era. Se removió en la cama para poder envolver sus brazos alrededor del cuerpo de YoonGi, quien sin duda alguna correspondió al abrazo, dejando que JiMin se acurrucara en su pecho.

Una vez más los recuerdos volvieron a su memoria, sintiendo las ganas de llorar otra vez, se aferró al cuerpo de YoonGi, quien no preguntó ni dijo nada respecto a lo que estaba pasando. Solamente se dedicó a abrazarlo y dejar que se calmara.

—No sé cómo llegaste aquí — murmuró el menor —. Pero gracias por venir.

—Tu padre me lo pidió — por supuesto que se refería a Choi Sangwoo —. Me dijo que me necesitabas, así que... vine sin rechistar.

JiMin sonrió, agradeciéndole mentalmente a Sangwoo por aquello.

—¿Quieres contarme que sucedió?— le preguntó YoonGi, llevando una de sus manos hasta el cabello rosa de JiMin.

El menor negó.

—No quiero entrar en detalles, con que veas el cesto de la ropa te vas a dar cuenta de lo que sucedió — le dijo —. Debería mejor... dejar de utilizar faldas y vestidos.

—¿De qué hablas?— el mayor se escuchaba preocupado —, si a ti te gusta mucho utilizar eso, no debe-

—Pero me veo como una zorra — sollozó bajito.

YoonGi suspiró profundamente, dándose una idea de lo que había sucedido. A pesar de que JiMin no le contaba tantas cosas sobre su vida personas, incluyendo a Park Hyunbin en eso, podía darse cuenta de que JiMin no había sido quien destruyó esa ropa, tampoco Sangwoo, pues si aquel hombre tuviera algún problema con eso, JiMin ni siquiera hubiera comprado esa ropa. Por lo tanto, llegó a la conclusión de que todo era culpa de su padre biológico.

—No lo eres, mi amor. — susurró con cariño.

—P-pero-

—Shhh, no voy a dejar que digas eso de ti mismo cuando tú nunca has tenido esos pensamientos. ¿Quién carajos te dijo eso? Porque quien haya sido está muy equivocado, cada vez que te pones la ropa que quieres te ves hermoso, ya sean faldas, tops, medias o vestidos, joder, te ves precioso.

Había pasado ya una semana desde que habían comenzado alguna clase de relación, aunque aún no tenían un nombre oficial para lo que tenían, se daban besos, compartían cama algunas veces, tenían citas, incluso tenían una casa en donde reunirse casi todos los días. Y YoonGi había llegado a la conclusión de que haber conocido a Park JiMin hace tres meses había sido lo mejor de toda su vida.

—Es increíble que aún sigas conmigo a pesar de todo — susurró el menor —. Mi padre te amenazó y puede volver a hacerlo en cualquier momento, pero tú estás aquí muy tranquilo, abrazándome mientras me dices cosas bonitas.

—Ciertamente tu padre me da miedo — suspiró —. Pero lo que siento por ti es tan sincero y grande que soy capaz de fundar mi propia mafia con tal de protegerte.

JiMin soltó una suave risita ante sus palabras, haciendo que el mayor también riera junto con él. Suspiró al sentirse mejor que antes, con YoonGi entre sus brazos, quien dejaba caricias en su cabello, decidió caer profundamente dormido una vez más. Tratando de pensar en que cosas buenas estaban por venir.

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