07
—Ciertamente, esto ya no es nuestro problema.
Park Hyunbin gruñe en desacuerdo cuando su hijo, Wooyoung, da su opinión acerca de la relación que tiene JiMin con aquel tipo. Min YoonGi es un idiota a los ojos del mayor, un joven adulto que vive una aburrida vida, trabajando en un restaurante donde le pagan una miseria, incluso lo que él le había ofrecido era mucho más de lo que le daban a la semana.
Todavía no puede creer que ese tipo se haya puesto firme y despreciado su oferta. No le parece alguien valiente, más bien, es alguien ignorante.
—Sigue siendo mi hijo —responde ante la mirada acusadora de Wooyoung —, ya perdí a un hijo mío, no lo haré con otro.
Jungkook, quien ha estado escuchando todo eso sin opinar, suelta una gran carcajada ante sus palabras. Niega mientras se levanta de su lugar y se pone frente al escritorio de su padre adoptivo, recargando su cuerpo sobre este.
—Con todo respeto, padre — suspira —. ¿Qué carajos quieres? Te deshiciste de tu único hijo biológico, lo entregaste como si nada, firmaste esos papeles para que Choi Sangwoo se convirtiera en su nuevo padre, ¿y ahora quieres imponer de nuevo poder sobre JiMin?
—Es mi hijo, tiene mi sangre. Namjoon no me importa mucho, si él decide ser un maldito homosexual y abandonar todo lo que le di, es su problema. Pero JiMin tiene mi sangre, y no permitiré que la manche convirtiéndose en gay.
—¿Qué te traes contra las personas homosexuales?— Wooyoung abrió la boca —, sinceramente es ilógico, hasta donde yo recuerdo, tampoco eres completamente hetero.
—Les recuerdo que soy su padre, mayor que ustedes, no olviden su lugar.
—Bien padre, ¿quieres saber lo que opino? opino que JiMin es libre de hacer lo que quiera ahora que no es tu hijo, le prohibiste tanto, lo oprimiste tanto que el pobre chico bajó su autoestima y confianza con todas las personas, lo trataste mal, lo despreciaste como si no fuera tu hijo. Si él ahora quiere ser feliz, besándose con Min YoonGi, opino que debería importarte una mierda.
Wooyoung se levantó de su lugar después de decir aquello, y sin importarle mucho, salió de la habitación de su padre.
—Lo mismo que él. — respondió Jungkook al verlo marcharse.
———— ( ⚘ ) ————
JiMin soltó una risita cuando YoonGi dejó un beso sobre su cuello. El pelirrosa enredó sus dedos entre los rubios del mayor, dejando suaves caricias al mismo momento que YoonGi abrazaba su cintura.
Ambos estaban recostados en el sofá de aquella casa, la cual se había ido convirtiendo poco a poco en suya.
Desde hace algunos minutos que habían regresado de su pequeña salida. Ahora estaban concentrados en nada más que en ellos, en hablarse y darse cariño como si nunca nadie les hubiera demostrado tanto amor.
JiMin se sentía algo nervioso, no esperaba ser correspondido por YoonGi, temía que al ver lo aventado y desvergonzado que era, se asustara y terminara poniendo distancia entre ellos. Pero debió imaginar que Min YoonGi era demasiado bueno para ser esa clase de persona.
El YoonGi que él quiere, está ahora entre sus brazos, dejando besos sobre su cuello mientras acaricia con suavidad su cintura.
JiMin aprieta con un poco de fuerza el agarre entre su cabello, soltando un suave suspiro ante la pequeña succión que el mayor dejó sobre su cuello. El pelirrosa siente que ha tenido suficiente, se habían besado con necesidad y calentura en aquellos vestidores, incluso se habían tocado de más y JiMin había tenido la gran idea de medirse la ropa interior que había agarrado para mostrárselo a YoonGi.
Claro que el rubio se había puesto algo tímido ante esto, pero al final de cuentas. JiMin había obtenido lo que quería, que YoonGi lo besara como loco y tocara con sus manos su cuerpo.
Pero no estaba seguro de querer llevar esto al otro nivel, su cuerpo comenzaba a sentirse caliente y su miembro comenzaba a doler con fuerza. Pero presentía que acorralar a YoonGi contra el sofá, frotarse contra él y exigirle que lo follara contra este, no era la mejor idea.
Al menos no por ahora.
YoonGi probablemente estaba en la fase de duda o aceptación, pero no quería apresurar todo esto en el mismo día.
Quería llevarlo con lentitud, hasta estar seguros de que ambos lo querían, de que esto no era sólo por la calentura del momento. Y JiMin se sentía horriblemente mal por haberse insinuado tan descaradamente a YoonGi en aquélla tienda.
—YoonGi — su voz salió algo agitada, obteniendo que el mayor se separara un poco de su cuello —, será mejor que no hayas dejado marcas, van a sentenciarme en casa.
YoonGi suelta una risita, dejando un beso sobre donde antes habían succionado. La piel de JiMin es suave y fácil de marcar, ahora se da cuenta de ello cuando las marcas de sus besos se reflejan suavemente sobre ella.
—Lo siento, creo que te irá mal en casa. — el rubio suspira, alejándose por completo para sentarse sobre el sofá.
—¿Tienes que irte a casa?— JiMin preguntó, pasando sus piernas encima del regazo de YoonGi, acomodándose entre su pecho —, ya es algo tarde.
—Supongo que puedo quedarme otro rato — suspira —. Pero creo que a ti te estarán buscando.
—Eso es cierto.
JiMin ríe llevando sus manos hasta las de YoonGi y acariciando estas con las suyas. Se quedan en completo silencio por largos segundos, segundos donde JiMin puede escuchar el agitado corazón del mayor al estar recargado en su pecho, se siente bien, se siente en paz y a salvo.
YoonGi puede transmitirle muchas cosas, en tan poco tiempo el mayor se ha vuelto alguien especial en su vida. No tiene miedo de ello, siempre ha anhelado algo como esto, siempre ha esperado esto durante su larga vida, alguien en quien confiar y a quien darle su corazón, una persona que lo quiera y lo valore tanto como se lo merece.
Le han tenido encerrado en una caja por tantos años, y él sólo quiere ser libre en las manos de la persona correcta.
—Quiero dejar en claro que lo que ocurrió hoy, no fue una equivocación — JiMin es el primero en hablar después de algunos minutos —, para ser sincero, quiero decir que me gustas, me interesas mucho y quiero... quiero seguir con esto tanto como sea posible, pero también tengo miedo, porque no soy exactamente la clase de persona que quieran en su vida.
YoonGi puede sentir las palabras de JiMin con tanto dolor, él deduce que la razón por la que piensa eso es por su padre.
—No, no digas eso — el rubio se separa un poco para hacer que lo mire —, estoy seguro de que eres exactamente la clase de persona que cualquiera querría, incluso yo, porque desde la primera vez que te vi, hubo algo en ti que me llamó la atención. Y no fue haberte visto con cuatro guardias cuidando de ti — ambos soltaron leves risitas —. También me gustas, y ahora comprendo que me gustaste desde que te vi, eres alguien...
—¿Atractivo? ¿Hermoso? — preguntó JiMin al ver que YoonGi no se animaba a seguir hablando —, a veces eres algo tímido.
El mayor soltó un bufido.
—Lo soy, pero es que... algunas veces me da algo de miedo expresar mis emociones como tal, anteriormente, cuando expresaba mis sentimientos, hacia sentir mal a algunas personas y confundía a algunas otras.
—Supongo que no hay nada confuso en lo que hicimos hace rato — JiMin alza una ceja de manera juguetona, viendo como YoonGi sonríe algo apenado —, lamento decirte que le gustas al tipo raro que le gusta la lencería de mujer y utilizar faldas, ¿asqueroso no?
JiMin rodea con sus brazos su cuello, acercándose peligrosamente al mayor, quien reprime un gemido de sorpresa al sentir como el pelirrosa se sienta sobre su regazo con mayor comodidad, moviendo sus caderas con diversión.
—Yo creo que eres aún más atractivo — YoonGi sostiene con sus grandes manos su cintura —, no es asqueroso en absoluto, es... único.
JiMin se siente algo conmovido ante sus palabras, YoonGi se ve tan decidido, y la expresión en su rostro sólo le hace ver que está siendo sincero. El pelirrosa se acerca de manera lenta, buscando dejar un beso en sus labios, sus bocas se juntan, sólo presionándose entre ellas, sin intención de intensificar el beso.
—Tu llamas único a lo que mi padre llamaría un marica — JiMin sonríe algo dolido ante eso —, la razón por la que ahora soy un poco más liberal, es porque con mi padre biológico yo no podía mostrar mis verdaderos gustos. ¿Te imaginas? Él decía que odiaba tener un hijo tan afeminado como yo, por mi cuerpo y mi rostro. Si hubiera descubierto que me gustaba la ropa de mujer, creo que... le daba un paro cardíaco.
YoonGi se atrevió a dejar suaves caricias sobre sus muslos, escuchando un suave jadeo de parte de JiMin.
—Oh, Park JiMin — el mayor dejó un beso sobre su frente —, has pasado mucho tiempo oculto en una caja, es momento de que le muestres al sol como se brilla.
JiMin sonrió al escucharlo, dejando salir una suave risita, encantado por las palabras de YoonGi. Ambos se atrevieron a volver a unir sus labios, disfrutando un poco más de su día juntos, porque mañana probablemente ya no lo estarían.
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