05



Las cosas funcionaron demasiado bien para ambos chicos, reuniéndose casi todos los días en aquélla casa. Al inicio fue algo difícil debido que a YoonGi le quedaba un poco lejano por su trabajo. Algunas veces, JiMin le pedía a uno de sus guardias que fueran por el mayor, y ya que ellos no podían poner objeciones, simplemente obedecían.

El rubio por otra parte, comenzaba sentirse en mayor confianza con JiMin, el hecho de que siguieran por el camino de estarse conociéndose, iba haciendo cada vez más evidente el sentimiento que comenzaba a formarse por aquel chico.

JiMin era una persona cariñosa, divertida y amigable. Nada que ver con su padre biológico, tal vez esa era la razón por la que aquel hombre lo había obligado a separarse de su familia.

YoonGi no podía entender la retorcida cabeza de las personas, no la de Park Hyunbin, el hombre tenía sólo un hijo biológico, ¿y terminaba por venderlo como si fuera un objeto? casi parecía que JiMin era el más preciado tesoro de una subasta.

Hoy era su día libre, por lo tanto había despertado más tarde de lo normal, se sentía extremadamente cansado a pesar de que había logrado conciliar el sueño temprano. Su cuerpo se sentía pesado y su cabeza dolía un poco.

No tenía planes para hoy, pues solamente le quedaba quedarse en casa y terminar de pagar sus cuentas, la renta del departamento se pagaba la siguiente semana pero tenía que retirar el dinero de su cuenta. A pesar de que no había hablado con JiMin sobre reunirse hoy, quería mandarle mensaje para ver si podían salir aunque sea un par de horas.

Porque la verdad era que la compañía de aquel chico era lo mejor. Siempre lograba entretenerse con su presencia, y además, eran amigos.

Por ahora.

Su celular vibró justo cuando salió de su departamento para bajar por las escaleras. No revisó quien le estaba llamando, simplemente atendió sin mucho interés.

—¿Hola?— contestó a la llamada.

—¿YoonGi? soy JiMin — la reconocible voz de aquel chico se escuchó al otro lado de la llamada —, lamento llamar de imprevisto, sólo... quería preguntarte algo.

YoonGi asintió, recordando segundos después que JiMin no podía verlo. Sonrió un poco y contestó rápidamente.

—Sí, sí, dime.

—¿Estás ocupado hoy?— su voz salió algo dudosa —, sorprendentemente hoy me dejaron salir sin mis guardias, y bueno... quería ver si tú estabas disponible para salir.

—Me gustaría mucho, pero... — suspiró al llegar a la planta baja —, voy al banco ahora mismo, no sé cuanto tiempo me tarde en pasar así que, si estás dispuesto a esperarme, yo creo que sí.

JiMin soltó una risita. —Que susto, creí que estabas por negarte.

—No, no haría eso — YoonGi sonrió —, eres la única persona con la que salgo, bueno, la única persona con la que me reúno.

—Sí, lo sé... lamento que nos veamos sólo en una casa — de pronto su tono animado se fue poco a poco —, realmente me siento culpable.

YoonGi negó. —Nada de eso, no es tu culpa lo que tu padre haya hecho. Sólo... no me importa reunirme contigo en una casa, es como... nuestro lugar secreto, sólo para nosotros dos, sin que nadie más nos interrumpa. Me gusta.

JiMin pareció procesar sus palabras con cuidado, pues por largos segundos no dijo nada. Hasta que YoonGi escuchó como suspiraba y luego volvía a reír bajito.

—Sí, nuestro lugar.

—Entonces, tan pronto como salga del banco iré a la casa, ¿quieres que lleve algo?— preguntó, caminando rápidamente en dirección a la parada de autobús.

—B-bueno... — JiMin dudó sobre si decir o no, pero al final, terminó por hablar —, en realidad quería que nos viéramos fuera... para ir a algún lugar, no sé, tal vez algún cafetería, o un parque, o simplemente salir.

El mayor se quedó sorprendido, y no pudo evitar sentirse feliz, una pequeña emoción se instaló en su pecho al escuchar las palabras de JiMin, y por primera vez desde que habían comenzado a salir, pudo sentir sentir esas mariposas en el estómago.

O probablemente sólo tenía hambre.

—Me parece bien — respondió rápidamente —, te enviaré la dirección del banco al que iré, podemos reunirnos cerca de ahí.

—Está bien, entonces nos estamos viendo.

JiMin colgó la llamada después de despedirse, dejando a un confundido pero animado YoonGi, completamente satisfecho. A ser verdad, le daba un poco de miedo lo que pudiera suceder si salían solos, sin los acompañantes de JiMin.

YoonGi sabe que el señor Sangwoo es sumamente importante y reconocido por su trabajo, dinero y obras de caridad, pero también sabe que por esa razón, JiMin tiene que tener protección todo el tiempo, cualquiera estaría dispuesto a conseguir el dinero de Choi Sangwoo. En el peor de los casos, podrían hacerle algo por el simple hecho de ser hijo biológico de Park Hyunbin.

Sólo esperaba que su cita de hoy no se viera arruinada.

Cita.

Le gustaba como sonaba eso.

Después de haber llegado al banco y de retirar su paga, salió de nuevo buscando al menor. Le había dicho que estaría del otro lado de la calle, y por alguna razón, estaba tan ansioso de verlo.

YoonGi estaba tan concentrado en buscar al mismo chico que había estado viendo hace algunos días, que no se dio cuenta cuando una persona de cabellera rosa se acercó desde un lado, tocando su hombro con algo de timidez.

El rubio casi suelta un grito en su lugar, pero lo único que pudo salir de su boca fue un jadeo de sorpresa. Park JiMin se había teñido su rubio cabello a un rosa, un rosa pálido que le hacía lucir extremadamente adorable.

Además, vestía unos pantalones de mezclilla ceñidos a sus caderas, y una playera blanca, demasiado casual pero reluciente ante los ojos de Min YoonGi.

—T-tu cabello... es-

—¿Te gusta?— JiMin preguntó, como si saber la opinión de YoonGi fuera lo que estaba esperando oír desde esa mañana.

Bueno, tal vez invitarlo a salir había sido una excusa para mostrarle su cambio de imagen, probablemente no era mucho, pero JiMin se sentía bien, seguro y más cómodo consigo mismo al haber empezado a cambiar pocas cosas de él. Desde que estaba con Choi Sangwoo, había aprendido a mostrar sus verdaderos gustos y su verdadera imagen.

Algo que con su verdadero padre nunca habría podido hacer, principalmente porque sabía que sería rechazado una vez más por él.

—Es precioso — dijo en un suspiro, dejando un poco avergonzado al menor, quien sintió sus mejillas rojizas por su respuesta —, te queda demasiado... bien.

YoonGi se quería golpear por no poder decir algo más, quería decirle lo mucho que le gustaba y lo increíble que se veía con ese color. Que el rosa hacía resaltar el color de sus ojos y que combinaba perfectamente bien el color de sus mejillas.

Diablos, tenía que aprender a expresarse mejor, o tal vez ser menos tímido en ese ámbito.

JiMin bajó su mirada lentamente con un poco de nervios. Tampoco esperaba ser halagado en su máximo esplendor, pero sus palabras le habían hecho sentir bien.

—¿Quieres decir que me veo precioso?— inquirió el pelirrosa con una brillante sonrisa en su rostro.

YoonGi tragó con dificultad.

—B-bueno... eh... sí, sí, estás-

—Gracias, Yoon — aquel chico sin vergüenza alguna, se acercó hasta el mayor para alzarse sobre sus puntas y dejar un beso en su mejilla, casi cerca de sus labios —, ¿a dónde iremos hoy? ¿tienes pensado algo?

El menor comenzó a caminar rápidamente, evitando mirar al chico que se había quedado como estatua en su lugar. De acuerdo, YoonGi no era ningún santo, por supuesto que podía ser atrevido y desvergonzado, pero no todo el tiempo sacaba ese lado, ya que a veces temía incomodar a las personas, y lo que menos quería era incomodar a JiMin. Pero ahora, sólo pudo sentirse algo cohibido por haber sido atacado de esa manera por aquel chico.

—Bueno, quería invitarte por helado, ¿te gusta?— el mayor salió de su ensoñación cuando observó al menor caminar a lo lejos.

Siguiendo los pasos detrás de aquel chico, emprendieron su camino hasta una heladería para poder comer aquello mientras pensaban en que otro lugar gastar su tiempo. JiMin estaba demasiado feliz, aquel día su padre adoptivo le había dicho que podía llevarse su tarjeta y comprar lo que quisiera.

JiMin no quería abusar, realmente no le gustaba gastar dinero sin objetivo alguno. Pero luego pensaba, si su padre lo gastaba en otras cosas peores, ¿qué tan mal le haría gastar sólo un poco? además, quería llevar a YoonGi con él al centro comercial, necesitaba hablar con él y contarle respecto a lo bien que se sentía mostrando su verdadera imagen.

Aunque está se viera algo afeminada para algunos.

Una vez que compraron sus helados y estuvieron hablando sobre su día, se pusieron en marcha al centro comercial. Para el gusto de ambos, parecían realmente estar en una cita, el ambiente y lo cerca que se mantenían al caminar, hacía que sus nervios siguieran presentes, pero les gustaba esa sensación.

—YoonGi... tengo algo que decirte, antes de que entremos al lugar al que quiero ir contigo.

JiMin estaba dudando, no quería incomodar al mayor con este tema, pero temía que YoonGi fuera de las personas que lo verían mal por los gustos que tenía. Y lo único que JiMin quería, además de provocarlo un poco, era tener su mayor confianza en él.

—Claro, dime. — le dijo sin preocupación alguna.

—B-bueno-

—¡Yoonie Hyung!— el rubio reconoció esa voz tan pronto escuchó el grito, y no puedo evitar maldecir internamente.

YoonGi buscó con la mirada la dirección en que habían venido ese grito, y antes de que enfocará bien su vista, sintió el cuerpo de aquel chico abrazando el suyo. Seonwoo se veía feliz por haberlo encontrado ahí, y él sólo estaba sorprendido, pero no pudo ignorar su abrazo. Así que lo envolvió lentamente y sin otras intenciones entre sus brazos.

—Seonwoo — el rubio se separó un poco de él — ¿estás aquí con Hoseok?

El chiquillo asintió con una gran sonrisa.

—Teníamos tiempo sin verte, desde la vez que salimos al club — Seonwoo tomó su mano con total confianza — ¿cómo has estado, hyung?

YoonGi acarició sutilmente su mano para después deshacerse del agarre con cuidado, para no verse tan obvio ante Seonwoo.

—Estoy bien — le sonrió a duras penas —, de hecho es mi día de descanso, y tengo algunas cosas que hacer, así que debo irme.

YoonGi señaló al pelirrosa a su lado. Y cuando ambos chicos desviaron la mirada, abrieron los ojos al ver el cambio drástico en la expresión del menor. Sobre todo YoonGi, quien había estado con él desde hace unas horas.

JiMin parecía no querer quitarle la mirada de encima a Seonwoo, y aunque tenía una leve sonrisa en sus labios, podía ver la diferencia entre una sonrisa amistosa y una no tan agradable.

—Oh, ¿es tu amigo?— preguntó Seonwoo sonriéndole a JiMin de la misma manera —, mucho gusto, soy Seonwoo.

—Yo soy JiMin — le respondió rápidamente —, ¿te quedaras aquí? — le preguntó al mayor —, porque si quieres quedarte hazlo, yo puedo irme adelantando.

YoonGi quiso decirle que no, que iba a seguir con él. Pero a Hoseok se le ocurrió aparecer a la distancia, agitando sus brazos al aire, dispuesto a hablar con él un rato más.

—JiMin...

—No te preocupes —el menor le sonrió algo desanimado, pero antes de irse se aseguró de hacerle saber en donde lo esperaría —, nos vemos en la tienda de lencería Journelle.

Y como si nada, se acercó a dejar otro beso sobre su mejilla, para después irse.

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