03



YoonGi podía sentir la escrutadora mirada de aquel tipo sobre él. El hombre le extendió un papel y él un tanto indeciso lo terminó tomando, sobre todo porque sabía que ese hombre era uno de los que había estado con aquel chico llamado JiMin.

Después de ese extraño suceso, el hombre dio media vuelta y se fue.

Hace ya un rato que había sido jalado por Seonwoo para bailar, tuvo que aceptar porque el chico ya estaba algo tomado, si lo dejaba solo bailando, alguien podría llegar a molestarlo. Además, Hoseok estaba lo suficiente ebrio como para prestarle atención a su hermanito, Taehyung había desaparecido desde hace rato y Chan se encontraba ligando con un tipo que no conocía.

En un inicio se asustó, pues aquel hombre había llegado directamente a quitarlo de las manos de Seonwoo, después le entregó aquel papel y se fue, dejando con la duda a ambos chicos.

YoonGi guardó el papel en su pantalón y quiso volver a sentarse, pero el hermano de Hoseok se lo impidió, lo jaló del cuello de su ropa y se abrazó a él, siguiendo los movimientos de la música con su cuerpo. El mayor tuvo que tomarlo de los brazos y mantenerse quieto para poder librarse de él, pero Seonwoo estaba demasiado tomado como para atacar sus órdenes.

Odiaba salir a tomar y terminar cuidando de ellos. No le molestaba ser la niñera de Taehyung, pues el chico tenía una maldita suerte para cuidarse solo a pesar de estar muriéndose de borracho.

Pero tener a Seonwoo ahí, siendo empalagoso, tratando de obtener algo más de él, eran cosas con las que YoonGi no quería lidiar.

Después de pasar unos minutos con Seonwoo colgado de él, Hoseok ingresó a la pista de baile con una chica, logrando llamar la atención de su hermanito, quien soltó una risita y aplaudió en dirección a su hermano mayor. YoonGi tomó a Seonwoo de la cintura y lo empujó en dirección a su amigo, dejando a los dos chicos solos en la pista de baile.

Salió de entre tanta gente, quería irse de ahí o siquiera tomar un poco de aire fresco, pues el ambiente adentro era sofocante. Cuando salió de aquel antro, respiró profundamente, tratando de obtener todo el aire posible que corría en aquélla fría noche.

Se alejó un poco de la entrada de aquel bar, metió su mano en uno de los bolsillos de su pantalón para sacar su celular, mandó un mensaje al grupo que tenía con sus amigos, diciéndoles que se iría a casa para poder dormir.

Guardó de nuevo el aparato y decidido a caminar hasta su casa, o hasta encontrar un transporte, comenzó a caminar alejándose de aquel lugar.

Unos rápidos pasos se escucharon a sus espaldas, y de pronto, escuchó como alguien lo llamaba. No hubiera prestado tanta atención si no fuera porque reconocía esa voz.

YoonGi volteó lentamente hasta encontrarse con aquel chico de nuevo. A sus espaldas, unos metros más atrás, se encontraban aquellos hombres que siempre lo cuidaban, más los otros tres tipos que habían estado en al antro con él.

JiMin se acercó a paso lento cuando ya sólo los separaban dos metros de distancia.

—Veo que ni siquiera revisaste el papel que te mandé. — JiMin sonrió algo apenado por haber sido lo primero que dijo.

YoonGi frunció el ceño confundido, llevó su mano hasta el bolsillo donde guardó aquel recado y lo abrió, dándose cuenta que tenía anotado un número de celular. El mayor abrió la boca sorprendido al verlo, sus mejillas se ruborizaron por la vergüenza de haber ignorado un recado así.

—L-lo siento, yo estaba algo ocupado. — dijo, esperando que JiMin no haya visto como Seonwoo se le colgaba encima.

El menor asintió, bajando su mirada ante las palabras de aquel chico.

—Sí, parecía que te estabas divirtiendo— dijo, reflejando ironía.

YoonGi dibujó una media sonrisa y se quedó sin nada más que decir. El silencio los atrapó a ambos, mientras los otros chicos esperaban por el menor, YoonGi quería encontrar alguna excusa para seguir hablando con él, pero simplemente nada venía a su mente. Además de que, sentía que podía decir algo tonto, y no quería quedar nuevamente en vergüenza frente a ese chico.

Pero JiMin fue más rápido.

—Deberías llamarme — murmuró el menor, dándole una suave sonrisa —, yo... últimamente estoy muy desocupado, mis hermanos tienen mucho trabajo y es algo aburrido no tener compañía, así que tal vez, sería bueno salir, juntos.

YoonGi asintió, aún sin haber analizado bien las palabras de JiMin, hasta que escuchó como el rubio soltaba una risita. Fue entonces cuando cayó en cuenta de que lo estaba invitando a salir.

Abrió sus ojos al haber captado, impresionado por estar recibiendo una invitación como esa tan de pronto. Era seguro que sus mejillas y orejas ya delataban lo tímido que estaba siendo, sobre todo porque podía sentirse a sí mismo caliente de todo el rostro.

—Eh... bueno — tragó con dificultad al tratar de encontrar una respuesta, definitivamente quería aceptar, pero por alguna extraña razón, le daba miedo —, tengo trabajo todo el tiempo, casi no tengo tantos días de descanso y por lo regular, siempre salgo demasiado tarde. Perdón.

Se golpearía a sí mismo cuando JiMin se fuera, sí, eso haría. Joder, sólo debía aceptar y listo, pero tampoco podía ignorar que tenía un trabajo, el cual le ayudaba para poder sobrevivir.

JiMin cambió un poco su expresión facial al obtener aquella respuesta. Sin embargo, segundos despues volvió a sonreír en dirección al chico.

—Está bien, los días que tengas tiempo podemos salir. — JiMin dijo, sin importarle realmente que tan nervioso estaba haciendo sentir a YoonGi.

YoonGi asintió, y cuando quiso decirle los días que tenía de descanso, uno de los hombres llamó a JiMin. El rubio suspiró desanimado e hizo una seña hacia ellos.

—Lo siento, YoonGi, tengo que irme a casa — JiMin dijo, evitando mirarlo a los ojos, tal vez un poco tímido ahora por despedirse —, no olvides agendarme.

—No voy a olvidarlo.

JiMin le sonrió, encontrándose con ese mar profundo en sus ojos, el chico poseía una belleza innata, y YoonGi podía confirmar que de cerca se podía apreciar mucho mejor.

Al día siguiente, YoonGi no imaginó que después de hablar con JiMin por mensajes, el chico sería tan agradable y hablador. JiMin le había mandado mensaje tras mensaje, conociéndose un poco cada vez más.

Pero algo había cambiado, y es que, una vez JiMin le había preguntado su horario de salida. Y después de aquélla primera vez, JiMin esperaba a YoonGi fuera del restaurante para poder hablar con él en persona, por supuesto, siempre iban los otros guardias detrás de ellos. Comenzaban a salir poco a poco, pero no en citas, simplemente caminaban por unos minutos y luego se despedían.

No habían convertido su relación en nada más allá de lo que ambos querían, porque era evidente la notable atracción que los dos tenían. A YoonGi le comenzaba a gustar pasar el tiempo con JiMin, conocer sus gustos y algunas cosas sobre su vida, y él fue un poco más abierto sobre sí mismo. El chico era bueno escuchando sus problemas o opiniones, incluso se contaban anécdotas sobre su pasado.

YoonGi no le había preguntado a JiMin sobre su padre, tampoco sobre la situación que había estado pasando al haberse convertido en hijo de Sangwoo. Lo único que entendía, es que aquel hombre, Choi Sangwoo, era una buena persona con JiMin.

Sus platicas siempre eran durante las mañanas antes de que YoonGi fuera a trabajar, después del trabajo se encontraban y en las noches hacían llamadas. Debía admitir que en un inicio le llegó a dar miedo, involucrarse con alguien como JiMin sólo era tener problemas, no por él sino por las personas que lo rodeaban.

Como sea, nadie le haría cambiar de opinión sobre lo que pensaba de ese chico; JiMin era la persona más divertida y amorosa que alguna vez haya conocido. Le gustaba hablar con él, le gustaba tener con quien pasar un buen rato, le gustaba su sonrisa.

Sus encuentros eran sagrados para ambos, pues los dos comprendían que su relación, no iba en plan de amigos.

Y así fue hasta tres semanas después de haber comenzado con esa rutina. Ese día, mientras anotaba el pedido de un cliente, un hombre entró en aquel restaurante llamando la atención de todos, escuchándose los murmullos de un montón de personas ante la presencia de aquel hombre.

A YoonGi se le heló la sangre cuando vio de quien se trataba. Sobre todo cuando aquel hombre lo llamó por su nombre.

—¿S-se le ofrece algo señor?— preguntó el rubio, con ciertos nervios que trataba de disfrazar.

—Sí... — el hombre, quien venía acompañado por otros dos, chasqueó los dedos y uno de los otros hombres le pasó un maletín abierto, el señor tomó y lo giró en dirección a YoonGi —, toma 150 millones de wones y aléjate de mi hijo.

YoonGi tragó con dificultad, sus ojos casi se desorbitaron al ver la gran suma de dinero que había en aquel maletín. Y el mayor tuvo que fingir demencia.

—¿Hijo? ¿de qué hijo habla?— sabía que estaba tentando a la muerte, pero no podía simplemente aceptarlo.

Park Hyunbin frunció el ceño con cierta molestia, no era mentira que le incomodaba tener que estar ahí, amenazando a un tipo irrelevante en su vida, sólo para apartarlo del hijo que él mismo eligió dar en adopción.

Si se lo preguntan a YoonGi, ese hombre era un idiota.

—Tú y yo sabemos de que hijo hablamos, no te hagas el desentendido. Sólo acepta el dinero y aléjate de él. — volvió a pedir, su paciencia estaba llegando a su vida, aunque en realidad, ni siquiera tenía paciencia.

YoonGi apretó con fuerza sus labios, mirando todo el dinero que el hombre le estaba ofreciendo. Realmente era una tentación, tener 150 millones de wones frente a él, siendo ofrecidos a cambio de dejar de hablar con alguien, alguien que sólo llevaba un mes de conocer, alguien que no era nada suyo.

Sí, definitivamente era una buena oportunidad.

Pero, él era todo un estúpido desinteresado.

—Si hablamos del mismo chico, entonces creo que usted ya no es su padre. Porque por lo que sé, ahora es hijo del señor Choi Sangwoo, así que mientras aquel hombre no me pida alejarme de su hijo, no tengo porqué hacerlo. — YoonGi dijo, sin tartamudear y sin una pizca de miedo en sus palabras —, así que guarde sus millones, y si no va a pedir algo, puede retirarse.

El rubio hizo una leve inclinación con respeto, dio media vuelta y se fue, dejando a Park Hyunbin con la palabra en la boca y bastantes clientes algo sorprendidos.

YoonGi no quería sonar como todo un estúpido cliché, pero se había acostumbrado a la presencia de JiMin, a verlo, a hablar con él, probablemente no habían avanzado mucho, más que en platicar, llamarse y caminar por la banqueta durante 10 o 15 minutos. Por muy patético que sonara, disfrutaba más de la compañía de aquel chico, que del dinero.

Y ahí, al darse cuenta que había rechazado una gran cantidad de dinero por un precioso chico, supo que estaba completamente acabado.

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