Capítulo 3
Cuando el auto de Jungkook se detuvo frente a la casa de Taehyung, no pudo evitar sentir una mezcla de asombro y desconcierto. La lujosa fachada, con su elegante arquitectura y un jardín meticulosamente cuidado, brillaba bajo la tenue luz de las lámparas exteriores.
—No quiero ser entrometido —dijo Jungkook, rompiendo el silencio con suavidad, aunque la curiosidad era evidente en su voz—, pero, ¿cómo conseguiste la beca?
Taehyung se tensó, intentando ocultar su incomodidad. Se lo habían preguntado antes, pero nunca había sido fácil responder. Esta vez, sin embargo, no podía evadir la pregunta.
—Bueno, fue una audición abierta... —comenzó, tratando de mantener un tono casual mientras un nudo se formaba en su garganta—. El estudio ofrecía becas completas para quienes pasaran las pruebas, y... tuve suerte, supongo.
Jungkook frunció el ceño, intrigado.
—Pero... tu familia tiene dinero, ¿no? Quiero decir, podrías pagar la matrícula fácilmente. ¿Por qué optar por una beca?
Era la pregunta que siempre había temido, pero no podía esquivarla para siempre.
—No fue exactamente mi decisión... —susurró, bajando la mirada.
Jungkook, sin percibir la tensión, rió suavemente.
—¿Tus padres te obligaron a aceptar la beca? ¿Qué, no quieren gastar dinero en ti o qué?
El omega sintió una punzada en el pecho. La imagen de su madre bailando en el escenario cruzó fugazmente por su mente, mientras el eco del silencio de su padre pesaba en su corazón.
—Mi papá... no está de acuerdo con que baile —respondió finalmente, su voz temblando ligeramente, aunque contenida.
—¿No le gusta el ballet? Pero si eres increíble... ¿Por qué no te apoya?
Taehyung tragó saliva, como si estuviera decidiendo si debía continuar. —Mi mamá era bailarina —admitió finalmente, sintiendo cómo las palabras le quemaban—. Era muy buena. Pero... ella dejó a mi papá cuando yo era pequeño. Se fue con alguien... y nunca regresó. Para él, el ballet simboliza todo lo malo, lo que destruyó nuestra familia. Desde entonces, no quiere saber nada de eso.
La confesión pesó en el aire entre ellos, y Jungkook sintió cómo su corazón se apretaba ante el dolor que emanaba de Taehyung. Era evidente que este tema lo afectaba profundamente. La fragilidad de la situación era palpable; el aroma a fresas que antes lo atraía ahora se sentía agridulce, cargado de tristeza.
—Lo siento, Taehyung. No sabía... —dijo Jungkook, con una voz más suave y llena de empatía. La conexión entre ellos se intensificó en ese momento, como si cada palabra compartida tejiera un lazo invisible.
—No tienes que disculparte —respondió Taehyung, levantando la mirada para encontrarse con los ojos oscuros de Jungkook—. Solo es algo con lo que he tenido que lidiar.
Jungkook asintió, sintiendo un impulso irrefrenable de acercarse y consolar al omega. Pero se detuvo, consciente de la delgada línea que estaban cruzando.
—Por eso tuve que pedir la beca —añadió en voz baja, con una pequeña sonrisa amarga—. No quería depender de mi padre para esto... no quería darle una razón más para desear que lo dejara.
Ambos quedaron en silencio, el aire entre ellos cargado de emociones no expresadas. Jungkook sintió que su corazón latía más rápido, y no pudo evitar preguntarse qué pasaría si diera un paso adelante.
Taehyung, mirando por la ventana, se mordió el labio, consciente de que debería bajarse, pero sin encontrar el valor para hacerlo. Había algo en la presencia de Jungkook que lo mantenía anclado en ese momento, como si el mundo exterior hubiera dejado de existir.
—Sabes... no tienes que irte tan rápido —dijo Jungkook con un tono ligero, inclinándose ligeramente hacia él—. Me gusta tenerte aquí.
Taehyung sintió que sus mejillas se calentaban y desvió la mirada, sonriendo con timidez. Ese comentario lo había tomado por sorpresa, pero la calidez en la voz de Jungkook lo hizo sentir cómodo, como si no hubiera prisa por apresurarse.
—No es que quiera irme rápido... —respondió en voz baja, jugueteando nerviosamente con la manga de su abrigo—. Es solo que... no sé, no quiero incomodarte.
Jungkook soltó una risa suave, lo suficientemente baja como para que pareciera íntima, y negó con la cabeza.
—¿Incomodarme? Al contrario, estoy disfrutando el momento.
Taehyung levantó la vista, sus ojos encontrándose con los de Jungkook. Había algo en esa mirada, una chispa juguetona pero también sincera. Una pequeña sonrisa se dibujó en los labios de Taehyung, y sintió una ligera emoción revolotear en su pecho. No podía negar que había algo diferente en la forma en que Jungkook lo miraba, algo que hacía que sus latidos se aceleraran.
—Entonces... —dijo Taehyung, lanzándole una pequeña mirada traviesa—. ¿Qué quieres hacer? No creo que quieras pasar la noche estacionado aquí.
Jungkook se encogió de hombros, sonriendo ampliamente.
—Bueno, no sería lo peor —respondió, su tono medio en broma, medio en serio—. Aunque, ahora que lo mencionas, hay algo que me gustaría pedirte.
Taehyung levantó una ceja, sintiéndose curioso pero también un poco nervioso por la dirección que estaba tomando la conversación.
—¿Ah, sí? —preguntó, inclinándose un poco hacia él, sintiendo cómo la distancia entre ellos se reducía lentamente—. ¿Y qué sería eso?
Jungkook lo miró con una sonrisa juguetona en los labios, pero sus ojos eran serios, como si estuviera evaluando la situación. Después de un momento de silencio, se inclinó ligeramente hacia adelante, haciendo que sus rostros estuvieran casi al mismo nivel.
—Me preguntaba —dijo Jungkook con voz suave y un tono claramente coqueto— si me darías tu número de celular.
Taehyung sintió que su corazón latía más rápido. La petición lo tomó por sorpresa, y una mezcla de emoción y nerviosismo lo invadió. ¿De verdad le estaba pidiendo su número? Sin poder evitarlo, una sonrisa se dibujó en su rostro.
—Claro... —respondió, con un leve titubeo, mientras sacaba su teléfono de su bolsillo—. Es... es este.
Jungkook tomó el teléfono con suavidad, sus dedos rozando los de Taehyung, y una chispa de electricidad recorrió el aire entre ellos. Mientras guardaba el número, su mirada se mantuvo fija en Taehyung, como si en ese instante el mundo a su alrededor se desvaneciera, dejándolos solos en su burbuja de complicidad.
—Listo —dijo Jungkook, devolviéndole el teléfono—. Prometo no acosarte... a menos que sea absolutamente necesario.
Taehyung soltó una risa, su timidez disipándose un poco ante la ligereza de la situación.
—No creo que eso sea un problema —respondió Taehyung, sintiendo una mezcla de alivio y alegría al haber dado ese pequeño paso hacia algo más. En ese momento, todo se sentía posible, como si el futuro estuviera lleno de oportunidades esperando ser exploradas.
Taehyung sacudió la cabeza, sonriendo con timidez mientras guardaba su teléfono. Aunque intentaba disimularlo, no podía ocultar la pequeña oleada de emoción que sentía al tener el número de Jungkook almacenado. Algo en ese gesto hacía que el aire entre ellos se sintiera aún más cercano.
El alfa lo observaba con una sonrisa tranquila, disfrutando de la tímida reacción de Taehyung.
—Me aseguraré de escribirte —dijo Jungkook en un tono suave, como si le hiciera una promesa.
Taehyung sonrió, mordiéndose el labio ligeramente. El coqueteo entre ellos era sutil pero palpable, y esa ligera tensión juguetona hacía que el ambiente se sintiera más ligero y emocionante.
—Pero no te emociones demasiado —dijo Taehyung, jugando con la idea.
Jungkook se inclinó un poco más hacia él, su sonrisa ampliándose.
—Demasiado tarde para eso.
La risa de Taehyung escapó antes de que pudiera contenerla, y sintió cómo el momento entre ellos se volvía más cálido. Finalmente, sabiendo que ya no podía retrasarlo más, soltó un suspiro ligero y abrió la puerta del auto.
—De verdad debería entrar ahora —dijo, aunque su voz estaba llena de satisfacción por cómo habían terminado las cosas.
—Está bien —respondió Jungkook, asintiendo mientras lo veía salir.
El aire fresco de la noche envolvió a Taehyung al cerrar la puerta, pero la calidez de la conversación aún lo acompañaba. Se detuvo un momento, girándose hacia Jungkook, quien seguía observándolo con una sonrisa que iluminaba su rostro.
—Hasta pronto, Jungkook —dijo Taehyung, su voz suave pero firme, como si sellara un pacto no dicho entre ellos.
—Hasta pronto, Taehyung —respondió Jungkook, su mirada intensificándose.
Cuando Taehyung se alejó hacia su casa, no pudo evitar sonreír para sí mismo. Su corazón seguía latiendo rápidamente, pero ahora había algo más en el aire entre ellos, una emoción que antes no estaba allí. Mientras cerraba la puerta detrás de él, supo que el simple hecho de tener el número de Jungkook hacía que el mundo se sintiera un poco más cercano y emocionante.
Sin embargo, la cálida sensación que lo acompañaba desde el auto desapareció en cuanto vio a su padre, de pie en la sala, con los brazos cruzados y una expresión severa en su rostro. La luz tenue del vestíbulo solo acentuaba las arrugas en su frente, haciendo que el ambiente se sintiera más tenso de lo que ya era.
—¿Dónde has estado? —preguntó su padre con una voz grave, el desagrado evidente en cada palabra.
Taehyung se detuvo, cerrando la puerta con cuidado. Sabía que iba a haber una confrontación, pero no estaba preparado para ello. Su padre era un hombre de pocas palabras, pero cuando hablaba, cada una de sus palabras pesaba como una sentencia.
—Salí con unos amigos —respondió, forzando una sonrisa mientras intentaba sonar casual—. Solo fuimos a tomar algo después de clases.
Su padre lo observó en silencio, escudriñándolo con la mirada como si pudiera ver a través de la mentira. Taehyung mantuvo la compostura, pero por dentro se sentía como un adolescente que acababa de romper el toque de queda.
—¿Hasta esta hora? —preguntó su padre, su voz impregnada de desconfianza. Dio un paso hacia él, y su rostro adoptó una expresión más seria—. Y hueles a alfa.
Taehyung sintió una punzada de nervios, sabiendo exactamente de quién hablaba. El olor de Jungkook debía haberse impregnado en su ropa tras el viaje en el auto. Intentó disimular su incomodidad, pero las palabras de su padre lo hacían sentirse descubierto.
—Solo me dieron un aventón —dijo, restándole importancia—. Es un compañero de la universidad. No es para tanto.
Su padre frunció el ceño aún más, acercándose un poco más.
—¿Un compañero? —repitió, su tono más afilado—. Espero que no estés metiéndote en problemas con ningún alfa, Taehyung. Ya sabes lo que pienso de ellos.
Taehyung apretó los labios, evitando una respuesta inmediata. El recuerdo de su madre siempre estaba presente en cada palabra de su padre cuando el tema de los alfas salía a relucir. Era como si cualquier mención de uno fuera una amenaza directa para su vida, su estabilidad, y su futuro.
—No es nada, papá —repitió, más para sí mismo que para su padre—. Solo es un amigo. No te preocupes.
El silencio se hizo incómodo, y Taehyung sintió que su corazón latía con fuerza. Su padre lo miró por un largo momento, como si intentara decidir si seguir interrogándolo o dejarlo pasar por esa vez.
—Más te vale —dijo su padre finalmente, su voz dura—. No quiero que termines como tu madre, siguiendo a un alfa y destruyendo tu vida. Mantén la cabeza en su lugar, Taehyung.
Taehyung asintió rápidamente, pero cada palabra de su padre era como una daga. "Como tu madre." Las palabras se clavaban hondo, recordándole siempre que su padre lo veía más como una repetición de un error pasado que como una persona con sus propios deseos. Sin decir nada más, subió las escaleras apresuradamente, queriendo escapar de esa conversación antes de que empeorara.
Cuando llegó a su habitación, cerró la puerta con un suspiro pesado y se dejó caer sobre la cama, mirando el techo. Su mente seguía dando vueltas. No podía evitar sentir la culpa por mentirle a su padre, pero tampoco veía otra opción. Si él supiera que estaba en un estudio de ballet, que había conseguido una beca para bailar... su reacción sería mucho peor. No podía dejar que eso sucediera.
Con un gesto rápido, Taehyung tomó su teléfono y abrió una conversación con Jungkook. Sus dedos volaron por la pantalla mientras escribía:
"Gracias a ti, casi me meto en problemas."
No pasó mucho tiempo antes de que la respuesta llegara.
"¿Qué hice?"
Taehyung bufó suavemente, aunque una pequeña sonrisa se asomó en sus labios.
"Mi papá notó que olía a alfa. Y no le hizo mucha gracia. ¿Por qué me marcaste con tus feromonas?"
La respuesta llegó casi al instante:
"¿Yo? ¡No fue mi intención! No sé cómo pasó."
Taehyung se mordió el labio, disfrutando de la interacción.
"Eso no es un buen argumento. Deberías tener cuidado con a quién dejas así de marcado."
"Prometo ser más cuidadoso la próxima vez. Pero debo admitir que me gusta el resultado."
El omega sintió un ligero escalofrío recorrerle la espalda, una mezcla de nerviosismo y emoción.
"¿A ti te gusta? ¿Y a mí qué me importa que te guste?"
"Tal vez porque ahora tienes que lidiar con el hecho de que estoy interesado en ti."
La risa de Taehyung brotó de forma involuntaria. "Interesado, ¿eh? Eso suena a que tienes un plan."
"Quizás solo quiero ver qué más podemos explorar juntos."
El corazón de Taehyung dio un vuelco, y sus dedos se congelaron sobre la pantalla. Estaba claro que Jungkook estaba empujando los límites del coqueteo, y por un momento, no supo qué responder. Pero antes de que pudiera pensarlo demasiado, escribió con rapidez:
"No estás tomando esto en serio, ¿verdad?"
La respuesta de Jungkook llegó con rapidez, casi como si hubiera estado esperando su mensaje:
"¿Por qué no debería? Siento que hay algo especial entre nosotros."
Taehyung frunció el ceño, sintiendo una mezcla de emoción y miedo. "¿Algo especial? Apenas nos conocemos."
"Pero hemos tenido una conexión desde el principio. No puedes negar que hay química."
El omega sintió un escalofrío recorrer su espalda, recordando cada mirada intensa, cada sonrisa compartida. "Quizás, pero eso no significa que sea real."
"¿Quieres que lo sea?" La pregunta de Jungkook le dejó sin aliento.
"No sé," respondió Taehyung, la duda en su mente peleando con la esperanza. "Es solo... no quiero que esto termine en un desastre."
"No lo hará. Prometo que seré diferente."
Las palabras resonaron en su mente. Taehyung se mordió el labio, contemplando el abismo de posibilidades que se abría ante él. "Está bien. Pero tengo que pensarlo."
"Eso es todo lo que pido. Solo dame una oportunidad."
Con un suspiro, Taehyung se dejó llevar por la emoción del momento. "Lo haré. Pero no prometo que sea fácil."
"Eso es parte de la aventura."
Mientras las palabras de Jungkook iluminaban la pantalla, Taehyung sintió que el futuro se llenaba de posibilidades. Tal vez, solo tal vez, este sería el comienzo de algo extraordinario.
...
Si te ha gustado este capítulo y quieres saber qué sucede a continuación, ¡no olvides dejar tu voto! Tu apoyo me ayuda a seguir creando y compartiendo más de esta historia. ✨
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top