ENCHANTED
"Por favor no te enamores de alguien más, por favor no tengas a alguien esperándote"
╰─────‧°.♡.°‧─────⌲
La primera vez que Taehyung miró a Hoseok fue en el trabajo a medio tiempo que había tomado para costear sus estudios de artes escénicas. El chico era todo lo que estaba bien ante sus ojos, era simplemente perfecto y nadie podría darle la contra, y por supuesto que nadie podría hacerlo pues Taehyung apenas tenía diecinueve años, había salido de la preparatoria hace unos meses atrás y lo poco que conocía del amor lo sabía solo por libros o las relaciones de su hermana mayor o las amigas de esta. Él jamás había creído que iba a quedar flechado en unos cortos cinco segundos y peor aún, con tan solo ver los ojos profundos de aquel hombre. Sí, hombre, porque a diferencia de él, que tan solo tenía diecinueve años, Hoseok ya contaba con sus reciente veinticinco años.
El aún inmaduro joven, ante los ojos de la sociedad y su familia en general, había decidido trabajar por su propia decisión, sin imaginar que realmente sus cortas cuatro horas en aquella tienda departamental serían las más felices de su día o incluso su vida, pues buscaba cualquier excusa para estar cerca de Hoseok, para conocerlo y sobre todo, evitar que alguien más se le acerque, pues Taehyung ya había decidido que él estaría a como dé lugar con aquel hombre. Realmente lo quería, realmente sentía que al verlo directamente a los ojos todo en su vida podría estar solucionado.
Taehyung era muy ingenuo.
La vida no era como lo pintaban los libros, jamás creyó que una despedida doliera tanto como la de ese día, jamás creyó tener que llorar rogando que él no conociera a nadie más, que de quedará a su lado. Taehyung apenas tenía veintidós años cuando la relación en la que tanto trabajó y la cual le costó mucho forjar se iba al vacío... Él jamás creyó que Hoseok de iría de su lado, que tendría que vivir de esa forma a tan corta edad y que el chico que alegraba sus días ahora mismo estaba a punto de salir de su vida como si nunca hubiera estado dentro de ella.
- Sé que no es fácil, Tae... - susurró Naeun, mientras acariciaba los cabellos rubios de su hermano, quién hasta ese momento se mantenía sumido en un llanto silencioso y con la mirada perdida en algún punto de su habitación.
Taehyung había invertido tres años de su juventud, de su vida, en aquella relación, había trabajado tanto por ellos, por ambos, había entregado mucho y todo para que tan solo un día un Hoseok de ya casi veintiocho años le diga que tenían que darse un adiós definitivo porque la relación no iba a ningún lado. El ahora pelirubio sentía las lágrimas resbalar por sus mejillas, su vista cristalizada por las lágrimas y las caricias de su hermana en su cabeza, lo cual solo le hacía distraerse un poco de la realidad y envolverse en una fantasía en la cual seguía al lado del hombre que amaba.
- Las despedidas son difíciles, Taehyung, pero son parte de la vida. - volvió a intervenir su hermana, creyendo que quizás podría amortiguar el golpe que la vida le estaba dando a su hermano menor.
Por otro lado, Taehyung solo seguía en su mundo, sonriendo de vez en cuando al recordar todos los cumpleaños que pasó al lado de Hoseok, los viajes que hicieron y todas las fotos que se tomaron en el departamento del mayor o en el cuarto en el que ahora se encontraba. Recordaba cada mínimo momento e incluso miraba las paredes de su habitación, percatándose de que incluso esa habitación gritaba a Hoseok por donde lo vieras, pues ahí pasaban la mayor parte del tiempo cuando los padres de Taehyung decidían castigarlo por salir sin permiso alguno o alguna otra "tontería" que se les ocurría.
— Todo mejorará, ya lo verás. — insistía Naeun, mirando el armario de su hermano, donde estaban pegadas algunas fotos que este tenía junto a Hoseok. Realmente ese cuarto gritaba todo a su ex cuñado, incluso podría jurar que si abría el armario encontraría prendas del mayor o alguna otra cosa perteneciente a este.
Naeun realmente quería saber qué había ocurrido entre su hermano y el novio mayor de este, pues todo parecía ir bien, aunque claramente la diferencia de edad fue un factor que a todos incomodó, incluso a sus padres, quienes al inicio no estuvieron de acuerdo con aquella relación y buscaron mil y un formas de separarlos, pero al parecer no lo lograron, pues Taehyung se encaprichó con aquel hombre y se negó a dejarlo ir. Sin embargo, ella seguía sin entender como su hermano se encontraba llorando aquel fin de semana, cuando aquellos días eran dedicados completamente a Hoseok. Naeun no podía creer que aquella bonita relación que vio florecer se haya acabado tan de repente y por más que preguntaba Taehyung solo soltaba mas lágrimas, pero no decía absolutamente nada.
Aquella tarde fue un poco difícil para ambos hermanos, pues mientras uno sufría en silencio, la otra solo podía pensar en lo que posiblemente pudo haber ocurrido, sin saber realmente la respuesta correcta. Ninguno de los dos obtuvo lo que quiso, pues apenas pudieron darse consuelo y apoyarse, como siempre habían hecho desde que eran pequeños.
Los dias posteriores fueron los más difíciles para Taehyung, habían momentos en los cuales sonreía apenas pero eran solo reflejos de una felicidad forzada, pues el pelirubio no tenía ganas de absolutamente nada, ni siquiera quería estudiar, por lo que pensó en ponerle un alto a sus clases y continuar al año siguiente, pues creía que no se iba a sentir bien hasta mucho tiempo después... Creía que jamas se recuperaría de aquel corazón roto. Naeun solo miraba de lejos a su hermano, trataba de ayudarlo, pero este apenas llegaba de la universidad y se metía a su habitación, de donde no salía hasta el día siguiente, para ir nuevamente a estudiar. Taehyung había bajado de peso, sus padres comenzaron a preocuparse y aunque trataron de hablar con él, tampoco obtuvieron una respuesta concreta más que llanto y pequeños gritos ahogados de un ataque de ansiedad por el cual el chico constantemente pasaba desde que su relación había terminado.
Las cosas no mejoraron del todo, a pesar de que los meses pasaron, Taehyung comenzó a alejarse de todo su entorno social, apenas y mantenía contacto con sus compañeros de clase para realizar los trabajos que le dejaban, su aspecto cambió también, pues de lo que antes se le catalogaba como el chico más guapo de todo el salón o incluso de cualquier lugar que frecuentaba pasó a ser simplemente el chico descuidado, con ojeras y asocial que nadie conocía, pues realmente él siempre fue muy carismático y amigable.
Taehyung, por su parte, no creía que realmente había cambiado, sí, quizás, se había alejado de muchas personas y había dejado de hacer muchas cosas que le gustaba, pero no era solamente por la ruptura amorosa por la que había pasado, también porque había perdido el gusto a muchas de las cosas que alguna vez fueron su inspiración y su motivación. Había perdido mucho desde que Hoseok se marchó aquel día... desde aquella última cita, en donde solamente lo tomó de las manos y le dijo con mucha seriedad que ese día sería el último que se verían, pues la relación no iba a ningún lado y no quería fallarle solo por no ser sincero a tiempo. Taehyung recuerda que rio en ese momento, se rió como si realmente fuera un chiste, pero cuando Hoseok alejó sus manos de las suyas supo que algo andaba mal, el hombre de veintiocho años se colocó de pie y se marchó sin mirar atrás, él no supo qué hacer en ese momento, solo quiso seguirlo, pero obtuvo rechazos y miradas ajenas de personas que los miraban al pasar por la calle en la que ellos estaban. Taehyung tambien recuerda perfectamente como le rogó que le dijera la razón por la cual estaban terminado, le preguntó si había alguien más, si ya no lo amaba, lloró tanto frente a aquel hombre que no lo miraba, solo caminaba, tratando de alejarse de todo ese show que estaban montando. El menor no obtuvo respuesta aquel día mucho menos los días posteriores, cuando le mandó cientos de mensajes a Hoseok, mensajes que nunca llegaron a su destino, pues al parecer el mayor había decidido bloquearlo de todas las redes e incluso parecía que había cambiado de número telefónico o algo parecido pues tampoco entraban sus llamadas. La desesperación se apoderó de Taehyung cuando se vio incomunicado con Hoseok, pero con el pasar de los días aquella desesperación se convirtió en ansiedad, pues realmente quería hablar con él, preguntarle si realmente estaba bien con la decisión que tomó aquel día, quería saber de él, pero aquello no ocurrió ni ese día ni mucho menos dos meses ni cuatro meses después.
Pasaron más de siete meses desde aquella ruptura y Taehyung seguía recordando todo como si hubiera sido tan solo el día anterior, la escena, el llanto, todo estaba tan fresco en su memoria, a pesar de que ya había pasado un buen tiempo sin saber nada de Hoseok y aunque para ese momento las cosas no eran tan difíciles como al inicio, comenzó a sentir que su amor por aquel hombre cambió y se convirtió en odio, un odio al creer que él lo había reemplazado y quizás, tan solo quizás ya había una persona de por medio de la cual él no sabía absolutamente nada. Comenzó a imaginar muchas escenas y momentos que aún no sabía a ciencia cierta si eran reales o no, pues Hoseok solo se marchó sin decir la razón de su ruptura, y él se negaba a creer que realmente su ex novio ya no lo quería, no lo podía aceptar y mucho menos tolerar, no sin una semana antes estaban viendo películas tranquilamente en el departamento del mayor, haciendo planes a futuro y pensando en algún momento vivir juntos, casarse, tener hijos, adoptar alguna mascota. Se negaba rotundamente.
Los meses continuaron pasando y aunque Taehyung sabía que ya era momento de soltar, había veces en las cuales solo miraba el cielo estrellado y le rogaba, como si realmente estuviera hablando con Hoseok, que no se enamore de nadie más, que no tenga a alguien más esperándolo en su departamento, así como él lo hacía en ciertas ocasiones cuando tenían una cita o encuentro que habían planeado con anticipación. Realmente rogaba que todo haya acabado con él, así como él creía que todo había acabado con Hoseok, pues no quería enamorarse de alguien más.
Llegó el año y Taehyung solo quería saber de él, había pasado tanto desde la última vez que lo vio y aunque sonara increíble, nunca había vuelto a verlo, pareciera que Hoseok había desaparecido de la faz de la tierra o al menos de aquel país, pues nunca llegó a verlo por más que frecuentó los lugares que acostumbraban a ir juntos. No sabía absolutamente nada de él, incluso el único contacto que tenía, que era la hermana menor de Hoseok, parecía haberlo bloqueado. No supo nada de él por más que quiso e intentó buscarlo.
Al pasar un año y medio, el ya ahora pelicastaño decidió soltarlo, había pasado tanto y aunque habían ocasiones en las cuales todavía miraba al cielo y seguía pidiendo que Hoseok solo le perteneciera a él, que no hubiera alguien más con él, sabía que ya era momento de dejar ir esa relación, especialmente cuando conoció a un chico de una facultad aledaña a la suya. MinHo lo había cautivado, pero decidió evitarlo a toda costa, aunque el chico de último año insistía en salir con él. Fueron días difíciles, pues su mente aún seguía con Hoseok y aún creía que le estaría siendo infiel, a pesar de que este ya no estaba presente de ninguna forma en su vida.
Para Taehyung fue tan difícil darse una oportunidad con MinHo, realmente no quería darse la oportunidad con nadie, pero después de tanta insistencia de parte del chico y de muchos halagos y detalles finalmente decidió comenzar a salir con él, esperando quizás en algún momento olvidar por completo a Hoseok, pues si ya no lo tenía en su vida estaba más que claro que lo único que faltaba era sacarlo de su mente, lo cual no era fácil, pero tampoco imposible.
Las citas con MinHo eran divertidas, el tiempo que pasaban era increíble y cuando se dio cuenta ya habían transcurrido otros tres meses... tres meses en los cuales no había pensado en Hoseok, tres meses en los cuales realmente se sentía bien al lado de aquel chico, tres meses en los cuales podía decir que fueron los más divertidos de ese año y medio que pasó sumido en una profunda depresión y negación.
MinHo y él decidieron formalizar para el cuarto mes y cuando sus padres lo conocieron no dudaron en aceptarlo, incluso Naeun se llevaba muy bien con él, todos parecían quererlo y Taehyung tambien lo hacía... también lo quería, sí, lo quería como a nadie, como a un amigo, como aquel chico que lo apoyaba en sus diferentes talleres y cursos que llevaba en la universidad, aquel chico que le brindó su hombro para llorar en momentos de frustración o en días en los cuales ya no podía más, pues estaba a nada de salir de la universidad y las cosas se ponían cada vez más pesadas. Sí, Taehyung quería a ese chico, lo quiso aún más cuando llegó el día de su graduación con un ramo de rosas en mano junto a su familia para felicitarlo por haberse graduado, lo quiso cuando se colocó de pie para dedicarle unas palabras durante la cena que estaban teniendo aquel día en su honor. Siempre lo iba a querer, porque MinHo era ese chico.
Los dos años y medio pasaron desde aquel día, Taehyung jamás lo iba a olvidar, porque aunque ya hubiera superado esa faceta aún recordaba a Hoseok con mucho cariño y aunque antes le rogaba al cielo que él no tuviera a alguien más, ahora solo le pedía que estuviera bien y que sea feliz con quien sea que esté y en donde sea que se encuentre. Taehyung ya no le deseaba ningún mal, fue su primer amor, su amor adolescente, lo más maduro y cercano que pudo tener a una vida de adulto siendo aún un adolescente, pues Hoseok era demasiado mayor para él y le enseñó una vida muy distinta a la que él llevaba, quizás por eso se había aferrado y aún seguía aferrándose a ese amor del pasado. Quizás solo por eso seguía pensando en él en ciertas fechas especiales, como navidad, año nuevo, su cumpleaños, el de su hermana JiWoo o algún otro día en particular como su aniversario. Sí, quizás solo era eso.
Fue al tercer año, un día después de que MinHo le propuso matrimonio en un restaurante exclusivo y muy carísimo, cuando recibió una llamada que jamás en su vida pensó que ocurriría, menos ese día en especial. JiWoo estaba al teléfono, ella le pidió que se encontraran en una cafetería. Taehyung estaba tan confundido, pero aceptó, pues sus ruegos habían sido escuchados demasiado tarde.
Cuando Taehyung llegó a esa cafetería muchos recuerdos le llegaron de golpe, pues era la cafetería favorita de Hoseok, se había olvidado por completo de todo aquello, no solo por el tiempo, también porque había evitado ir a muchos de los lugares que frecuentó junto a su ex una vez que empezó una relación con MinHo. Nunca pensó regresar, pero ahí estaba, frente a la mujer que una vez llegó a conocer en una cena que Hoseok había preparado especialmente para esas ocasión en su departamento.
JiWoo le sonríe y le extiende una carpeta.
— No pensé que vendrías, no después de tanto tiempo. — susurró la jovencita, mientras miraba atentamente las manos de Taehyung tomando aquella carpeta.
El pelicastaño, por su parte, solo se encargaba de observar los papeles que venían dentro de la carpeta, no sabía que estaba ocurriendo ni tampoco entendía qué estaba pasando, hace mucho tiempo quiso contactarse con JiWoo, pero ella tampoco parecía dar señales de vida, al igual que su hermano.
— Hoseok me hizo jurar que no te diría nada, jamás fue mi intención mentirte o alejarme de ti, Taehyung.— comenzó a hablar la jovencita cuando vio que el ex novio de su hermano había llegado a la hoja final, aquella hoja en la cual decía claramente la razón por la cual Hoseok se había alejado de todos, incluso de sus propios familiares.
Taehyung sintió que todo su mundo se paralizó cuando vio los resultados de unos exámenes que se le hicieron a una persona que al parecer tuvo o tenía un tumor en la cabeza. Un tumor maligno.
— ¿Qué... Qué es esto? — apenas alcanzó a susurrar, pues la sorpresa lo invadió.
JiWoo comenzó a soltar una que otra lágrima y mientras buscaba un pañuelo en su bolso, comenzó a hablar.
— Hoseok tenía un tumor, e-él... él sufría de muchos dolores de cabeza, casi no se lo comentaba a nadie, ni siquiera a mi, pero cuando fue al doctor l-le dijeron que- q-que era muy tarde. — JiWoo apenas podía hablar y Taehyung apemas podía procesarlo. No entendía qué rayos estaba ocurriendo ahí. Habían pasado tres años y lo primero que llega a enterarse de Hoseok es que tenía un tumor maligno. — E-él fue al extranjero para tratarse hace tres años atrás, pero...
Y entonces todo comenzó a caer por su propio peso en la cabeza de Taehyung. Hoseok se había marchado del país justo después de terminar su relación, él ya no estaba ahí, él había terminado con aquella relación por su enfermedad.
— ¿D-donde está él ahora? — se atrevió a preguntar sin importar que JiWoo estuviera hablando sobre lo ocurrido en estos tres años. A Taehyung no le importaba nada de eso, él solo quería ver a Hoseok, quería saber que seguía ahí, entre ellos... que seguía vivo.
JiWoo soltó mas lágrimas, pero apenas termino de limpiarse con el pañuelo habló. — Está en el hospital central de Seúl, está en etapa terminal, Taehyung, él... le dan unas semanas, incluso dicen que podría irse entre estos días.
Taehyung se coloco de pie y sin importar los llamados de JiWoo salió corriendo de la cafetería, tomando el primer taxi que encontró en la avenida. No sabe ni cómo llegó hasta el hospital, no sabe si pagó de más o si no pagó, solo sabe que al llegar a recepción pidió ver a Jung Hoseok, recibiendo una negativa, pues al consultarle si era algún familiar o conocido, él no supo qué contestar. En realidad ya no era nada de Hoseok, pero estaba ahí, así que aquello significaba que era algo de él finalmente. Sin embargo, para la recepcionista eso no era válido, por lo que no se le podía dar el permiso de visitante. Taehyung estaba a punto de entrar en otro ataque de ansiedad o pánico, de esos que no tenía desde hace años, hasta que sintió una mano en su espalda y escucho la voz tan conocida de JiWoo, a quien si le dieron el permiso de ingresar por ser ya la conocida hermana de Hoseok.
Taehyung caminó junto a JiWoo y una enfermera por muchos pasillos, viendo a muchas personas enfermas y pensando en qué rayos había pasado por la cabeza de aquel hombre para irse así de repente cuando más se necesitaban, cuando debería estar a su lado. No podía retroceder el tiempo, pero si lo hubiera sabido nunca habría permitido que lo alejaran de Hoseok, jamás lo habría dejado con tal enfermedad.
— Aquí es. — dijo la enfermedad deteniéndose en una de las tantas puertas de aquel pasillo. — Solo quince minutos, saben que su estado es crítico. — avisó la mujer antes de retirarse y despedirse de JiWoo.
Taehyung se volvió de repente tan temeroso al estar frente a esa puerta, sin saber cómo actuar, ni siquiera sabía cómo entrar, parecía que había perdido todo conocimiento en esos cortos segundos, por lo que JiWoo lo ayudó abriendo la puerta y dándole una de esas miradas comprensivas que siempre le entregaba cada vez que hablaban sobre su relación con Hoseok o sobre algun problema que tenían.
— E-él no sabe que te lo dije, por favor sé cuidadoso. — avisó la jovencita antes de hacerse a un lado.
Taehyung tragó grueso y se adentró finalmente a la habitación, cerrando la puerta detrás suyo. Caminó lentamente hasta la camilla y al ver a Hoseok no pudo evitar soltar algunas lágrimas, jamás creyó que volvería a verlo y mucho menos de la manera en la que se encontraba. Hoseok, el hombre que alguna vez conoció estaba tan demacrado, tenía la piel muy pálida, no tenía cabello y podía jurar que tenía una cicatriz muy notable en la cabeza. Juraba que él no era su Hoseok, no podía serlo, se negaba a aceptarlo o así fue hasta que él abrió sus ojos y sus miradas se cruzaron.
— T-Tae... — susurró él, tratando de sonreír apenas, pues al parecer hasta ese simple acto parecía causarle dolor.
El pelicastaño se acercó aún más y con mucho temor tomó la mano pálida de Hoseok, de su Hoseok. Sonrió apenas al sentir un imperceptible apretón.
— T-te extrañe... — volvió a hablar Hoseok, tratando de mantener aquella sonrisa en su rostro y ese apretón en la mano ajena.
Taehyung dejó escapar una lágrima y luego otra, y así siguió, sin saber qué decir, no sabía realmente que decir.
— N-no llo-res, sonríe por f-favor... — suplicó el mayor, solo entonces el menor fue capaz de sonreír entre lágrimas, pues jamás se pudo negar a una petición de Hoseok, mucho menos ahora que lo tenía frente a él después de tantos años. — Así me gusta, mi amor... T-te ves mas lindo sonriendo.
Solo entonces Taehyung comenzó a sonreír aún más, apretando la mano de Hoseok con un poco más de fuerza pero sin hacerle daño y acercando su mano derecha al rostro ajeno, para así brindarle una caricia. Hoseok cerró los ojos por un momento, disfrutando del contacto.
— Te extrañe... — susurró, haciendo un gran esfuerzo por hablar con fluidez, para que Taehyung pudiera, quizás, así dejar de llorar. Sin embargo el menor no hacía nada más que soltar lágrima tras otra, arrepintiéndose cada segundo de esos últimos años por pensar que Hoseok lo había dejado por otra persona, incluso se comenzó a odiar por simplemente desear no haberlo conocido o incluso, aborrecerlo en algún punto con el objetivo de así olvidarlo.
No podia odiarlo, no si se encontraba postrado en esa cama y probablemente estuvo mucho tiempo en la misma habitación esperando salir en algún momento para reencontrarse. Taehyung incluso comenzó a sentir tanta lástima por no haberlo acompañado en todo ese proceso y sobre todo, por no saber nada de él en todo ese tiempo.
— Y-yo también... Yo también te extrañe Hoseok. — se atrevió a contestar por fin el menor, respirando hondo para poder controlar su llanto.
Hoseok sonrió apenas, para luego susurrar — G-gracias...
Taehyung negó con la cabeza, sin saber exactamente a qué se refería su mayor.
— ¿Por qué no me lo dijiste? — se atrevió a preguntar, aunque claramente no tuviera el derecho en ese momento de saber acerca de su enfermedad o siquiera, de encontrarse ahí.
— C-cuando t-terminamos, yo.... yo b-busqué una solución. — empezó el mayor, tratando de hablar fluidamente. — p-pensé que no me llevaría t-tanto tiempo. — una sonrisa, más parecida a un soplido salió de sus labios antes de continuar. — N-no me imaginé que me llevaría tanto tiempo, ni que t-terminaría aquí, pero no me arrepiento.
Taehyung quiso golpearlo, aunque no pudiera, pues desde que conoció a Hoseok supo que este era muy terco y sobre todo, que era un idiota cabeza hueca que nunca quería preocupar a nadie, menos a su hermana, quien era la única familiar directa viva que le quedaba, y poco después de hacerse novios, evitaba también causarle preocupaciones a Taehyung. Hoseok era una idiota.
— N-no me mires así, cariño. — la mirada suave y cansada de Hoseok le generaba tantas ganas de llorar y a su vez el mismo sentimiento de hace unos años atrás, cuando se vieron por primera vez. — N-no pensé acabar así, c-cuando me fui solo pensaba en sanarme lo más p-pronto posible para regresar... y solo rogaba que no te enamoraras de a-alguien más. No tienes idea de cuántos días y meses le pedí al cielo poder v-verte, recé porque esto solo fuera un capítulo más, no n-nuestro final.
Taehyung se echó a llorar nuevamente, apretando con un poco más de fuerza la mano de Hoseok, sin imaginar cómo habrían sido los días del hombre que una vez llegó a amar y que aún seguía amando, incluso aun más que antes.
— P-pero sé que eso fue imposible... ¿Cierto? — y entonces la mirada de Hoseok cayó en el anillo de compromiso que Taehyung portaba. El menor de inmediato se sintió avergonzado y entre lágrimas quiso negarlo todo, quiso quitarse el anillo, pero Hoseok se lo impidió, negando lentamente y apenas con su cabeza. — N-no está mal, cariño. Y-yo soy feliz si tú lo eres.
— P-perdoname. — apenas alcanzó a decir.
— N-no lo hagas, mi amor. — a pesar de todo, Hoseok seguía siendo tan lindo con él, tan lindo como la primera vez. — A-antes rezaba para que siguieras ahí, esperándome, p-pero ahora puedo irme feliz y t-tranquilo, sabiendo que has elegido bien. — Taehyung quiso negarse, pero Hoseok se lo impidió, continuando asi con sus palabras.— Quiero que seas feliz y... y que sepas que fui muy encantador coincidir contigo en esta vida.
Y aunque el mayor no pudiera expresar todo lo que tenía guardado, Taehyung y él sabían que con esas simples palabras ya estaba diciendo mucho. Se estaban diciendo mucho con tan solo mirarse y sonreír entre lágrimas, pues para ese momento Hoseok había derramado algunas lagrimas.
Taehyung estuvo con él hasta que la enfermera se acercó para informarles que ya se había acabado el tiempo. Sin embargo regreso al día siguiente y al que le siguió de este, y así continuamente hasta que un día simplemente JiWoo llegó a su puerta para informarle que las visitas se habían acabado... que Hoseok ya había dejado ese mundo. Ese día fue el más triste para Taehyung, al igual que el funeral y las semanas siguientes.
Nuevamente había entrado en depresión y estaba seguro de que en esta ocasión no saldría de aquel hoyo en el que se encontraba, estaba seguro que esta vez sí se iría junto a Hoseok, estaba seguro de muchas cosas, que al final no pudieron ser, pues aunque quiso rendirse muchas veces, MinHo estuvo ahí, lo entendió, lo acogió e incluso postergaron la fecha de su boda todo el tiempo que Taehyung necesito para recuperarse. MinHo era un angel, parecía que era el angel que Hoseok se había encargado de dejar en el plano terrenal para que cuidara de él. Sonaba estúpido, pero así era pues, hasta ese momento nunca le exigió ni le reclamó nada, por lo que sin dudarlo y cuando se sintió mejor, no dudó ningun segundo en darle el sí frente al altar.
Taehyung aún recuerda muchas veces lo encantado que estuvo al conocer a Hoseok y este le confirmó antes de irse que sintió lo mismo. Sin embargo han pasado muchos años desde que tuvo diecinueve y desde la muerte del hombre que llegó a amar con todo su ser, y ahora puede decir, cada vez que mira a su esposo, que se encuentra igual de encantado con él, con su sonrisa, que vagamente le recuerda a Hoseok, su apoyo, su impulso, sus lindas palabras, sus detalles, con todo en general. Está feliz, después de mucho y de haber entrado en depresión por su pérdida, finalmente está feliz y tranquilo.
╭─────‧°.♡.°‧─────≪
Un pequeño o.s de regreso :')
Les juro que hace tiempo que no escribía nada, solo borradores que aún siguen guardados y que quizá muy pronto vean la luz.
Espero que esta historia les guste tanto como a mí me gustó escribirla. Fue difícil, pero enchanted es una joyita y me inspiró mucho. 🙆
Por cierto, aunque el final sea muy triste, cabe aclarar que Taehyung siempre amó a Hoseok, él siempre lo tomó como el hombre de su vida, mientras que MinHo solo fue ese chico (no cualquiera ni menos) que se aprendió a ganar su amor y a quien le concedió el privilegio de corresponder. Sin embargo, su primer amor siempre iba a ser Hoseok.
Ahora sí, me despido y les deseo las mejores de las vibras.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top