capítulo tres
Los dos días habían pasado sumamente rápidos, después de la escuela Goenji y tu se tomaban en tiempo para entrenar juntos, esto debido a que los demás habían tomado entrenamientos por separado. Los meses después de la larga batalla contra el instituto Alien, habías decidido realizar otro tipo de técnicas, para mejorar tus otras posiciones en el campo.
Tu abuela te había mencionado que Fubuki te había buscado, sabias que seria para hablar de lo que había sucedido entre ustedes, pero durante ese tiempo habías estado practicado junto a Goenji. Sabias que te habías exaltado ese día, él solo quería dar su punto de vista pero, el que no estuviera de acuerdo contigo solo te había molestado.
Estabas en el equipo de Kido, por lo que tendrías que enfrentarte a Fubuki, ya que el se encontraba en el equipo de Endo, quizás hablarías con el cuando el partido terminará y te disculparías por tu actitud.
El partido para decidir a los jugadores de la selección de Japón, ya estaba apunto de terminar, los jugadores de cada equipo se empeñaban en tratar de mostrar todas sus habilidades en el campo y tu no eras la excepción, habías tenido la oportunidad de hacer una anotación gracias a tu técnica especial los relámpagos de Zeus, incluso Endo no logró detenerlo y habia utilizado el puño de la justicia en su segunda evolución.
El partido estaba apunto de terminar, habias visualizado como es que Hiroto había realizado su técnica especial la navaja meteoro, los defensas de tu equipo se encontraban lejos debido a que habían marcado a un jugador señuelo.
— ¡Impacto Gaia!
Tu pierna se había elevando lo más alto posible para golpear el balón con una gran fuerza y al mismo tiempo terminara chocando con el suelo, utilizabas el elemento tierra ya que gracias a este tenias la fuerza para detener la técnica. Gracias a tu técnica y también él que habías avanzado rápidamente hacia la portería, la técnica del pelirrojo había sido detenida, de hecho esa era una de las técnicas que estabas entrenando junto a Goenji.
— ¡Esa técnica fue maravillosa!— un chico de cabellos azulados se había acercado a ti con las mejillas sonrojadas, lo que le daba una apariencia de ternura.
— Gracias— formulaste con una pequeña sonrisa, el joven aumento su sonrisa.
Sino te equivocabas el joven se llamaba Toramaru, habías escuchado que él jugaba en cualquier posición, menos la de portero, te parecía una persona algo peculiar ya que sus rasgos parecían ser menores que los demás.
Finalmente el partido había terminado, ambos equipos habían empatado lo que no provocó ningún disgusto en los demás, ya que de esa forma sabían que eran igual de fuertes.
Aunque en los últimos segundos se había vivido una gran tensión por en el partido, todos querían ser parte de la selección de Japón, pero solo unos cuantos podrían hacerlo. No te estabas prescionando para nada, todo ti potencial era lo que solías dar en cada partido, aunque ser una de las representantes de Japón era tu sueño, dejas de enfrentarte a la realidad sino quedabas en el.
— Finalmente el entrenamiento dio frutos— Goenji se acerco a ti después de presenciar aquella técnica especial.
Durante sus entrenamientos solo habían salido ciertas partes de rocas durante la técnica, pero finalmente todo había salido bien.
— Igual que el tuyo— añadiste, él también había entrando sus técnicas contigo.
Justo después de el partido todos los jugadores se habían colocado frente a el primer entrenador de Raimon, el señor Hibiki. Tú, como los demás habian pensado que el seria el entrenador oficial de la selección de Japón y al menos eso esperabas ya que él hacia un buen trabajo guiando a los jugadores. Lamentablemente tus pensamientos habían cambiado cuando él mismo hombre de cabellos morados que habías visto hacía dos días atrás junto al equipo, apareció frente a todos ustedes.
— Antes de anunciar los resultados, permítanme presentarles al entrenador del equipo nacional de Japón— pronunció Hibiki, causando controversia en ellos jugadores.
— Yo seré su entrenador, Kudou Michiya— se presentó aquel hombre—. Un gusto— añadió el mayor—. Ahora anunciaré a los miembros del equipo.
La misma joven se encontraba junto al mayor, justo como el otro día, la verdad es que ella te causaba algo de intriga y justo cuando estabas tomando el tiempo de observarla ella se encontró con tu mirada y solo te dedico una sonrisa, por lo que desviaste tu mirada rápidamente.
— ...Koizumi (T/N)— saliste de tus pensamientos cuando escuchaste tu nombre.
— Si.
Sonreíste bajando tu mirada, lo habías logrado. Habías logrado ser una de las candidatas para la selección, algo por lo que tu padre y tu estaban orgullosos y lo único que podrías pensar es que si él estuviera presente, te diría que lo habías hecho muy bien. Aunque tu felicidad era demasiada, no podías evitar sentirte triste por los que no se encontraban entre los candidatos y uno de ellos era Someoka.
— ¡(T/N)!— alguien te había tomado en un cálido abrazo, el cual te habia tomado por sorpresa—. Me alegra muchísimo que también tu estés en la selección.
Habías reconocido aquella voz, aunque por un momento habías pensado en corresponder pero lo hiciste, estabas alegre porque el también se encontrará alli.
— Gracias Kazemaru, yo también estoy feliz por ti— pronunciaste una vez que el abrazo inesperado había terminado.
La primera persona que te había hablado en el instituto Raimon, fue Kazemaru, desde allí ambos se habían vuelto amigos y su amistad creció una vez que ambos estuvieron en el equipo de fútbol. Así que te impresiono que el te diera un abrazo inesperado pero estabas feliz, no podrías negarlo.
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— Fubuki— lo tomaste del brazo una vez que esté estaba apunto de retirarse del campo de fútbol.
La celebración había terminado, algunos jugadores comenzaban a retirarse del lugar debido al atardecer y porque algunos de ellos no estaban en sus ciudades natales. Él albino estaba apunto de ir a buscarte debido a que no te veía por el lugar, afortunadamente tu habías ido a buscarlo antes, estabas más apenada por el asunto.
No le habías contado a nadie el asunto de tu madre y menos acerca de la primera discusión con tu novio, siempre fuiste muy reservada acerca de tus problemas, aunque estos fueran muy problematicos y te causaran mucho estrés.
— ¿Podemos hablar?— le pediste apretando tus labios, esperando una respuesta positiva.
— Claro que si— los orbes del albino brillaron un poco tras verte frente a él, por lo que su cuerpo giró para estar frente a tu completamente.
— Lamento haberme comportado de esa manera— suspiraste bajando la mirada—. Es solo que esto que... — la voz de Fubuki te había interrumpido.
— Yo te perdonó— expusó rápidamente—. Yo debería pedir perdón, lamento haber dicho esas palabras. Se que quizás eso no estuvo bien, debí pensar en ti también— expusó mientras se acercaba un poco más a ti para después tomar tus manos, lo que provocó que tus mejillas se sonrojaran y los nervios aumentarán.
— No te preocupes, se que solo querías ayudar— le restaste importancia—. Entonces ¿estamos bien?— lo observaste a los ojos, el albino sonrió.
— Si, totalmente— después de aquello el espacio entre sus labios ya no existió.
Estabas feliz de que ambos ya no estuvieran distanciados, ya que después de tantos días de no estar juntos sucedía una discusión, pero finalmente ambos se encontraban juntos.
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