capítulo once
— ¿Te sientes bien?
Tus orbes se dirigieron hacia aquella persona, por lo que presionaste tus labios un poco frustrada. Él joven de rastras observó tus reacciones, encontrando una respuesta por si mismo.
— ¿Es por Goenji?
— Algo así— respondiste observando al antes mencionado de reojo.
— Últimamente ha estado algo distraído en los partidos— sabias que nada podría escaparse de Kido, él siempre se percataba de todo lo que sucedía con ciertos miembros del equipo—. Incluso me atrevería a decir que en el entrenamiento que realiza junto a Tachimukai, Goenji es quien falla en el último movimiento— expusó al momento de acomodar sus gogles.
— Ya te diste cuenta—afirmaste para después darle una pequeña sonrisa—. Al menos quisiera poder ayudarlo en algo.
— No te preocupes (T/N)— generó Kidou cuando ambos observaban hacia el campo de fútbol—. Él no se rendirá tan fácilmente.
Kidou se alejó para empezar nuevamente su entrenamiento junto a varios jugadores del equipo, él no conocía la verdadera situación de Goenji como tú. Por lo que decía esas palabras basándose en las actitudes de Goenji.
Cada vez más Goenji se comportaba más frustrado que antes, él había asimilado que ya no volvería a jugar más fútbol, pero si era el único deporte que lo apasionaba. Por el fútbol tuviste la suerte de conocerlo, así que tratarías de ayudar más si era posible, no dejarías la situación así como esta.
— (T/N) ¿estas bien?
Tus orbes se encontraron junto a aquella persona, por lo que te sentiste un poco avergonzada por la situación. Desde el día anterior no habias vuelto a hablar junto a tu actual novio, estabas tan concentrada en la situación que estaba ocurriendo que no le habias explicado lo ocurrido a Fubuki.
— Si, no te preocupes— le diste una suave sonrisa tratando de calmar la preocupación que te transmitía—. Es sólo que he estado ocupada con algo importante.
— ¿Necesitas ayuda?— cuestionó el albino—. Sabes que puedo ayudarte en lo que sea.
Un sentimiento cálido ser espacio en tu pecho, estabas totalmente agradecida porque el destino tuviera la oportunidad de colocarte a Fubuki. Por lo que tomaste sus manos con un semblante lleno de cariño, algo que provoco que Fubuki se confundiera al respecto.
— Gracias por todo— le sonreíste con júbilo, alto que nunca habias hecho desde que eras pequeña—. Pero esto tengo que solucionar por mi misma.
— Esta bien— suspiró, aunque después volvió a sonreír—. Si necesitas algo, no dudes en llamarme.
────────────────────
Ahora mismo le habias pedido el permiso a el entrenador Kudou de salir con tu abuela, ella ya se encontraba al tanto de la situación de Goenji y por ende me habias contando lo que tratabas de hacer para que tu mejor amigo estuviera en el equipo.
— Hola tío.
Te detuviste hasta encontrar a la persona que habías estado buscando, él mayor detuvo su caminata para dejar de observar el portafolio que poseía entre sus manos. Cuando sus orbes en color negro se detuvieron en tu silueta, sus ojos se abrieron un poco más de lo normal.
Los padres de Goenji siempre armaban planes para que ambas familias se unieran en celebraciones, con la finalidad de celebrar la victoria del equipo en el que se encontraban en primaria. Hacia varios meses que no veías al padre de Goenji porque el siempre estaría ocupado en su oficina, o en los quirófanos tratando de salvar gente.
— (T/N) cuanto tiempo— musito en un tono serio.
Recordabas los momentos en los que Katsuya, padre de tu mejor amigo, siempre se encontraba en cada partido del equipo en el que ambos participaban, él siempre estaba junto a su esposa alentando a Goenji. Pero, después de lo ocurrido con Yuuka suponias que nada volvió a ser lo mismo de antes, ya que él era el doctor encargado de Yuuka.
— Vengo a pedirte algo muy importante— tus orbes expresaban empatía—. Reconozco que han sucedido cosas con respecto a su familia, todo gracias al fútbol, pero Shuuya es un gran jugador y le apasiona este deporte como a mi. Por favor no lo alejes del fútbol, finalmente ambos podremos cumplir el sueño que tanto anhelabamos.
— Se cuando le apasionaba el fútbol a Akihiro y me alegró que logres el sueño que ambos tenían para ir a enfrentarse a las mundiales— calló unos segundos—. Pero, lamento decirte que esto no va a ser posible, ya tengo todo arreglado.
— Pero ¿Por qué?
Él mayor había comenzado a caminar en dirección contraria de la que te encontrabas, escuchando tus palabras y pensando al respecto acerca de lo que podria hacer.
— Porque no soy como Akihiro— respondió simple.
Tenia la razón, él no era como tu padre, si él apoyaba a Goenji en los partidos era porque le gustaba que fuera feliz.
— Esto no es lo que hubiera querido mi tía— finalizaste una vez que te dirigiste hacia la salida del hospital.
Definitivamente era difícil de hablar con él.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top